Mala sangre
6.9
3,034
Romance. Drama
París, en un futuro cercano. Marc y Hans son dos ladrones que deben dinero a una intransigente mujer americana que les da sólo dos semanas para pagar. Planean robar y vender un nuevo antídoto para curar un virus parecido al del SIDA, que está matando a los que "practican el amor sin amor", pero necesitan un cómplice. Reclutan a Alex, alias "lengua suelta", un chico rebelde que acaba de romper su relación con su novia de 16 años de edad. (FILMAFFINITY) [+]
11 de enero de 2016
11 de enero de 2016
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa propuesta esta Mauvais Sang del enfant terrible Leos Carax, corría el año 1986 cuando presentó al mundo la citada obra, y el siempre innovador y experimental realizador francés propone un ejercicio de estilo con mensaje pseudo apocalíptico que recoge claramente el testigo de la Nouvelle Vague francesa, pero pese a contar con unos ingredientes más que interesantes el presunto espectáculo de pirotecnia narrativa y visual se pierde en la nada y termina por ser fallido.
A su favor cuenta con algún elemento, como una cuidada iluminación, que se apodera de la escena en todo momento y le da al trabajo un acabado visual muy elegante, y tenemos a la estupenda Juliette Binoche que cumple con creces en su papel. Pero hasta aquí llegan los aciertos de la película, el resto peca de teatralidad y dramatismo mal concebidos y muestra un director demasiado centrado en su propio ego y su mundo artístico, mientras que el retrato de personajes y el argumento no se abrazan con el espectador durante la mayoría del metraje
Cuenta con un actor principal, Denis Lavant que a parte de tener un rostro bastante peculiar y con cierto punto de marciano, no despierta en mí un mínimo de interés, y constantemente deambula por la película sin empatizar con el espectador lo más mínimo, sino alejarnos con su estancamiento emocional y su rostro inexpresivo. Un personaje realmente apático.
También aparecen con papeles más o menos relevantes Julie Delpy y Michel Piccoli, con más penas que gloria la verdad, aunque siempre guste ver en pantalla las delicadas facciones de Delpy.
La trama cuenta con un inicio visualmente muy atractivo y llamativo pero va disminuiendo paulatinamente hasta límites insalvables para llegar al final con la necesaria sospecha o interés en un planteamiento de este tipo. Son numerosas las conversaciones alargadas y que se pierden en la palabrería y piruetas vacías, además de momentos realmente absurdos e innecesarios para el transcurso de la historia.
En definitiva es más un quiero y no puedo del autoproclamado autor francés, que una obra de entidad en la escena europea
A su favor cuenta con algún elemento, como una cuidada iluminación, que se apodera de la escena en todo momento y le da al trabajo un acabado visual muy elegante, y tenemos a la estupenda Juliette Binoche que cumple con creces en su papel. Pero hasta aquí llegan los aciertos de la película, el resto peca de teatralidad y dramatismo mal concebidos y muestra un director demasiado centrado en su propio ego y su mundo artístico, mientras que el retrato de personajes y el argumento no se abrazan con el espectador durante la mayoría del metraje
Cuenta con un actor principal, Denis Lavant que a parte de tener un rostro bastante peculiar y con cierto punto de marciano, no despierta en mí un mínimo de interés, y constantemente deambula por la película sin empatizar con el espectador lo más mínimo, sino alejarnos con su estancamiento emocional y su rostro inexpresivo. Un personaje realmente apático.
También aparecen con papeles más o menos relevantes Julie Delpy y Michel Piccoli, con más penas que gloria la verdad, aunque siempre guste ver en pantalla las delicadas facciones de Delpy.
La trama cuenta con un inicio visualmente muy atractivo y llamativo pero va disminuiendo paulatinamente hasta límites insalvables para llegar al final con la necesaria sospecha o interés en un planteamiento de este tipo. Son numerosas las conversaciones alargadas y que se pierden en la palabrería y piruetas vacías, además de momentos realmente absurdos e innecesarios para el transcurso de la historia.
En definitiva es más un quiero y no puedo del autoproclamado autor francés, que una obra de entidad en la escena europea
2 de febrero de 2016
2 de febrero de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es que Carax inventará nada nuevo en el 86, pero si que reafirmó la impronta del llamado cine de autor y planteó un desarrollo formal osado y personal jugando con las posibilidades técnicas que ofrece el cine entendido como arte. Son estos autores los que desbrozan el camino a despecho de menores beneficios económicos para futuros realizadores se cual sea su tipo de trabajo. Carax aún sigue en ello con trabajos tan increíbles como "Holly motors" (2012) En este sentido el cine tiene un deuda perenne con ellos.
Por alguna razón que desconozco, se repone su segundo trabajo y uno se queda perplejo de lo innovador que sigue siendo y de los mágicos momentos de algunas escenas memorables.
La película es de bajo presupuesto y el argumento encuadrado, por decir algo, en la ciencia-ficción con dosis de trhiller no deja de ser una escusa para el trabajo creativo, poético del director y contarnos una historia de amor a tres bandas heredera y sublimadora de Godard y de la nouvelle vague.
El túnel del tiempo nos hace reencontrarnos con la divina juventud de Denis Lavant, esa especie de duende "Puck" que siempre acaba por hipnotizarnos y de dos damas de la escena como son Binoche y Delpy, más bellas que nunca y demostrando en un bucle atemporal todo el arte que llevan dentro.
Evidentemente no es cine comercial y aunque Carax aguanta el tipo con la trama superficial, hay otras que van dejando sus perlas soterradas con cuentagotas (amor fou, los años del sida...).
Por alguna razón que desconozco, se repone su segundo trabajo y uno se queda perplejo de lo innovador que sigue siendo y de los mágicos momentos de algunas escenas memorables.
La película es de bajo presupuesto y el argumento encuadrado, por decir algo, en la ciencia-ficción con dosis de trhiller no deja de ser una escusa para el trabajo creativo, poético del director y contarnos una historia de amor a tres bandas heredera y sublimadora de Godard y de la nouvelle vague.
El túnel del tiempo nos hace reencontrarnos con la divina juventud de Denis Lavant, esa especie de duende "Puck" que siempre acaba por hipnotizarnos y de dos damas de la escena como son Binoche y Delpy, más bellas que nunca y demostrando en un bucle atemporal todo el arte que llevan dentro.
Evidentemente no es cine comercial y aunque Carax aguanta el tipo con la trama superficial, hay otras que van dejando sus perlas soterradas con cuentagotas (amor fou, los años del sida...).
10 de agosto de 2007
10 de agosto de 2007
17 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seré sincero, durante los primeros 50-60 min. de "Mala sangre" estaba profundamente irritado, mosqueado y hasta las narices de tanto recurso por intentar parecer distinto por parte de Carax, sin embargo, en ese preciso instante, llegó una de esas secuencias que te enamoran y te dejan anonadado ante la pantalla, haciendo que prestes más atención y, en consecuencia, quedes embriagado por personajes y situaciones.
Está claro y es innegable, el intento de Carax por dar formalmente a su trabajo otro aspecto es descarado, lo cual no estoy seguro de si es bueno o malo (según el público con que se tope, claro está), aunque conmigo haya funcionado hasta cierto punto. De todos modos, y amen de que funcione, se agradece que se intenten aportar nuevos modos a un cine que actualmente resulta grisaceo, y que posee una carencia de talento y originalidad patentes, y de paso, se realicen homenajes tanto al cine musical, como al cine más clásico (o mejor dicho, a sus fotogramas), logrando así algo visualmente sugerente.
Sin lugar a dudas, sus mejores momentos son esos donde se busca una mayor conexión entre sus distintos protagonistas (a saber, Alex y Anna), lo malo del asunto es que toda la magia que permanecía en pantalla, se deshincha debido al transcurso tan tan estirado que se le ofrece al relato, restando eso algunos puntos que podrían haber transformado "Mala sangre" en una joya del género y la dejan pendiendo de un hilo, entre el interés de una bonita historia, y el hastio de ciertos recursos empleados por encumbrarla, así como de un entramado alargado en demasía.
También me gusta su banda sonora, y las interpretaciones en general rayan un buen nivel, sobresaliendo en especial una hipnótica Binoche y el chaval que protagoniza la cinta, que le da un aspecto sombrío a su personaje muy adecuado en ocasiones.
Un intento encomiable, pero que se queda a medias
Está claro y es innegable, el intento de Carax por dar formalmente a su trabajo otro aspecto es descarado, lo cual no estoy seguro de si es bueno o malo (según el público con que se tope, claro está), aunque conmigo haya funcionado hasta cierto punto. De todos modos, y amen de que funcione, se agradece que se intenten aportar nuevos modos a un cine que actualmente resulta grisaceo, y que posee una carencia de talento y originalidad patentes, y de paso, se realicen homenajes tanto al cine musical, como al cine más clásico (o mejor dicho, a sus fotogramas), logrando así algo visualmente sugerente.
Sin lugar a dudas, sus mejores momentos son esos donde se busca una mayor conexión entre sus distintos protagonistas (a saber, Alex y Anna), lo malo del asunto es que toda la magia que permanecía en pantalla, se deshincha debido al transcurso tan tan estirado que se le ofrece al relato, restando eso algunos puntos que podrían haber transformado "Mala sangre" en una joya del género y la dejan pendiendo de un hilo, entre el interés de una bonita historia, y el hastio de ciertos recursos empleados por encumbrarla, así como de un entramado alargado en demasía.
También me gusta su banda sonora, y las interpretaciones en general rayan un buen nivel, sobresaliendo en especial una hipnótica Binoche y el chaval que protagoniza la cinta, que le da un aspecto sombrío a su personaje muy adecuado en ocasiones.
Un intento encomiable, pero que se queda a medias
1 de mayo de 2016
1 de mayo de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Personalísimo trabajo de Leos Carax, un realizador indudablemente con un universo propio y unas hechuras técnicas que se escapan de lo rutinario, de lo trillado, de lo mil veces visto.
En esta ocasión narra una historia que se puede insertar en dos géneros bien distintos, por una parte, y esta es la más clara, en el genuino negro, en el thriller de gángsters, de personas al otro lado de la Ley. Y en el otro, un fondo de ciencia ficción o/y fantástico (esperemos que no de anticipación), del que apenas se habla un par de veces, pero que el leif-motif de la historia.
El film tiene un primer tercio excelente, con la presentación de los principales personajes, un modo de mover la cámara que epata, y una utilización de la música ejemplar. Se añade a todo esto unos muy estimables intérpretes, entre ellos las dos actrices principales, unas jovencísimas, bellísimas, guapísimas y magnéticas Juliette Binoche y Julie Delphy.
Sin embargo, poco a poco va cayendo, no sé yo si en la autocomplacencia, pero las imágenes se vuelven, a mi entender, vacuas, muy bonitas, pero huecas, vacías. Hay escenas buenas, con incluso algo de humor, como cuando el protagonista le hace unos trucos de magia a Binoche, pero la intensidad dramática baja y el interés por la historia disminuye. Menos mal que el último tercio, sin ser memorable vuelve a tener ritmo y el final es bueno.
Pero en líneas generales no me ha convencido y la pátina que tiene de "película de culto", creo sinceramente que le viene bastante grande.
Y es que, fondo y forma no casan bien, siendo la forma lo más conseguido, mientras el fondo resulta muy irregular.
Con todo, como he dicho antes, tiene su personalidad y no sigue el esquema de muchos otros filmes.
http://filmsencajatonta.blogspot.com.es
En esta ocasión narra una historia que se puede insertar en dos géneros bien distintos, por una parte, y esta es la más clara, en el genuino negro, en el thriller de gángsters, de personas al otro lado de la Ley. Y en el otro, un fondo de ciencia ficción o/y fantástico (esperemos que no de anticipación), del que apenas se habla un par de veces, pero que el leif-motif de la historia.
El film tiene un primer tercio excelente, con la presentación de los principales personajes, un modo de mover la cámara que epata, y una utilización de la música ejemplar. Se añade a todo esto unos muy estimables intérpretes, entre ellos las dos actrices principales, unas jovencísimas, bellísimas, guapísimas y magnéticas Juliette Binoche y Julie Delphy.
Sin embargo, poco a poco va cayendo, no sé yo si en la autocomplacencia, pero las imágenes se vuelven, a mi entender, vacuas, muy bonitas, pero huecas, vacías. Hay escenas buenas, con incluso algo de humor, como cuando el protagonista le hace unos trucos de magia a Binoche, pero la intensidad dramática baja y el interés por la historia disminuye. Menos mal que el último tercio, sin ser memorable vuelve a tener ritmo y el final es bueno.
Pero en líneas generales no me ha convencido y la pátina que tiene de "película de culto", creo sinceramente que le viene bastante grande.
Y es que, fondo y forma no casan bien, siendo la forma lo más conseguido, mientras el fondo resulta muy irregular.
Con todo, como he dicho antes, tiene su personalidad y no sigue el esquema de muchos otros filmes.
http://filmsencajatonta.blogspot.com.es
28 de septiembre de 2022
28 de septiembre de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La conveniente rebeldía de Carax, muy en la línea del despertar de la Nouvelle Vague, se desenvuelve con éxito en esta amalgama surrealista y poética de estilos y elementos cinematográficos más bien cercanos al cine negro, el onirismo y el romance de alto voltaje. La fotografía, de un atractivo infrecuente, remata un simbolismo cromático principalmente empeñado en conectar sin ambivalencia con la densidad psicológica de sus personajes. A través de sus imágenes, comprendemos los arrebatos, las dudas y los miedos que de ellos se apoderan. Dependerá entonces (y como siempre, al fin y al cabo) del espectador someterse a esa intensa y con orgullo dramática catarata de confusiones y excesos contenidos en un esquema narrativo extravagante y enriquecedor a partes iguales. Para mí, una locura gozosa, vibrante y original.
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