Regreso a Ítaca
Drama
Una terraza sobre La Habana, la vista panorámica de la puesta de sol. Cinco amigos se reúnen para celebrar el regreso de Amadeo después de dieciséis años de exilio. Desde el crepúsculo hasta el amanecer, recuerdan sus tiempos de juventud, el grupo que formaban, la fe que tenían en el futuro, y también su desencanto. (FILMAFFINITY)
12 de junio de 2017
12 de junio de 2017
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Regreso a Ítaca nos presenta una reunión de amigos tras el regreso de uno de ellos de España, pero surgen conversaciones que tensan la reunión. Técnicamente es un filme bastante simple. La mayor parte de la historia está ubicada en un sólo lugar, excepto en alguna que otra escena. Está filmada con el recurso de la cámara en mano (recurso que está de moda en el cine y que aburre) Unos de los errores de este filme es que cae en la monotonía. Sin embargo, lo que mantuvo mi atención durante todo el metraje fueron las excelentes actuaciones de los cinco protagonistas. Ellos hicieron que sintiera simpatía hacia los personajes y las situaciones que estos iban relatando. Son lo mejor del filme. A esta obra le falta dinamismo.
19 de septiembre de 2017
19 de septiembre de 2017
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Preciosista combinación de imágenes y conversaciones repletas de contenidos para zambullirse en una Cuba que rompe con su historia revolucionaria, donde afloran las frustraciones y los sueños pasados reconvertidos en salidas individuales y cuestionamientos entre amigos.
El director y coguionista Laurent Cantet (La clase, 2008) se las ingenia para poner a un grupo de cinco amigos en una terracita de un viejo edificio de La Habana vieja y desde allí desanda vivencias individuales y colectivas que se hacen que esas personas se unan y se distancien de manera constante.
Así va poniendo en pantalla, con una fotografía bellísima y muy buenas interpretaciones, los devenires y reconversiones una generación que vivió la post revolución y vio como derrumbaban sueños en la sociedad cubana actual.
Con un formato cuasi teatral, las palabras abundan y los contenidos sociales repletos de justificaciones y reproches ponen en carne viva las aristas de una sociedad decadente que abrazó la burocratización y se alejó de aquel socialismo castro/guevarista que inundó las Américas y lejanas latitudes mundiales.
La narrativa es el epicentro del interés y el realizador Laurent Cantet se posa en cada uno de los protagonistas, para saltar entre ellos, que se encuentran unidos por una amistad que destila añoranzas, resentimientos, frustraciones, justificaciones para los sueños rotos y para los cumplidos.
Calificación Fanaseriecine: 7 sobre 10
El director y coguionista Laurent Cantet (La clase, 2008) se las ingenia para poner a un grupo de cinco amigos en una terracita de un viejo edificio de La Habana vieja y desde allí desanda vivencias individuales y colectivas que se hacen que esas personas se unan y se distancien de manera constante.
Así va poniendo en pantalla, con una fotografía bellísima y muy buenas interpretaciones, los devenires y reconversiones una generación que vivió la post revolución y vio como derrumbaban sueños en la sociedad cubana actual.
Con un formato cuasi teatral, las palabras abundan y los contenidos sociales repletos de justificaciones y reproches ponen en carne viva las aristas de una sociedad decadente que abrazó la burocratización y se alejó de aquel socialismo castro/guevarista que inundó las Américas y lejanas latitudes mundiales.
La narrativa es el epicentro del interés y el realizador Laurent Cantet se posa en cada uno de los protagonistas, para saltar entre ellos, que se encuentran unidos por una amistad que destila añoranzas, resentimientos, frustraciones, justificaciones para los sueños rotos y para los cumplidos.
Calificación Fanaseriecine: 7 sobre 10
18 de diciembre de 2019
18 de diciembre de 2019
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Esta película no tiene una gran historia llena de acción ni aventuras, es "solamente" eso: una reunión de viejos amigos. No esperes nada más allá, pero no es poca cosa el tema. Entre sus atropelladas conversaciones, entre recuerdos, risas y vivencias, recriminaciones y emociones reprimidas, se oculta el gran motivo en torno al cual han girado las vidas de estos personajes, oculto. En términos generales la cinta cumple, pero donde realmente se supera es en la buena dirección, el genial guión y las maravillosas interpretaciones que te dejan observando boquiabierto como si realmente se tratase de un reencuentro de viejos amigos. Se deja ver (y se disfruta mucho) durante todo el metraje por lo fluido de sus diálogos y lo creíbles que resultan. Poco más que añadir. MUY RECOMENDABLE A LOS ADICTOS A LAS BUENAS CONVERSACIONES.
10 de mayo de 2015
10 de mayo de 2015
21 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué francesa resulta esta película pretendidamente cubana! El tufo a teatrillo universitario vanidoso y arrogante empalaga hasta la náusea, aburre al espectador e irrita al incauto que haya osado penetrar en su funesta garrulería de aguardiente de saldo. No se sabe si estamos asistiendo a un exorcismo de cámara oculta o a un ensayo fallido de piececilla teatral para incautos rezagados o rezongones nostálgicos de la revolución cubana, o a un ejercicio de pura resistencia a la melopea más estéril, pesada y petulante que uno pueda imaginar. Es una pura inflación flatulenta de la palabra…
Quizás haya algún cándido trasnochado que no sepa que la Cuba castrista es una dictadura que ha hecho de la delación, del espionaje masivo, de la opresión de la libertad de pensamiento, de la persecución a la disidencia, del hambre y del aplastamiento al librepensador, de la cultura de la miseria su carta de naturaleza desde hace casi sesenta infames años. Quizás. O quizás estemos ante un converso reciente – porque los personajes hablan como si la mal llamada revolución sólo se hubiera torcido desde los años noventa, borrando de un plumazo casi cuarenta años de vesanias, persecuciones, torturas y matanzas – y por eso le pueda parecer que está ofreciendo una novedad al espectador, que se retuerce incrédulo en la butaca del cine, perplejo por presenciar una inmolación añosa y extemporánea que hiede a podredumbre, falsedad y fango.
Hay una total carencia de sorpresa o amenidad. Recorremos lánguidamente, soporíferamente tópico tras tópico, como si el objetivo central fuera desasnar al espectador – cuando el único que pareciera haber necesitado el ejercicio de culturización hubiese sido el huevón director de la cinta – como si el sentido final fuera hacernos ver una realidad novedosa e inesperada, que sólo parece desconocida tanto a los productores (que han aportado su dinero) como al director del engendro (que ha dedicado 17 infamantes días a confeccionar este despropósito). Cuando hay una total falta de sintonía y conocimiento del material tratado, llegamos a la conclusión de que nadie de los involucrados en este aciago proyecto tenía ni una mínima noción previa de la realidad cubana del último siglo. A lo mejor ni saben que es una isla caribeña americana…
Que nos traten de vender como novedad arriesgada, subversiva o iluminante un caducado producto de estraperlo resulta muy irritante. Y su total falta de amenidad y originalidad añade una capa adicional al oprobio. Estomagante, henchida, superflua y cansina. Una total pérdida de tiempo de nulo interés, ni tan siquiera arqueológico. Ignominiosa.
Quizás haya algún cándido trasnochado que no sepa que la Cuba castrista es una dictadura que ha hecho de la delación, del espionaje masivo, de la opresión de la libertad de pensamiento, de la persecución a la disidencia, del hambre y del aplastamiento al librepensador, de la cultura de la miseria su carta de naturaleza desde hace casi sesenta infames años. Quizás. O quizás estemos ante un converso reciente – porque los personajes hablan como si la mal llamada revolución sólo se hubiera torcido desde los años noventa, borrando de un plumazo casi cuarenta años de vesanias, persecuciones, torturas y matanzas – y por eso le pueda parecer que está ofreciendo una novedad al espectador, que se retuerce incrédulo en la butaca del cine, perplejo por presenciar una inmolación añosa y extemporánea que hiede a podredumbre, falsedad y fango.
Hay una total carencia de sorpresa o amenidad. Recorremos lánguidamente, soporíferamente tópico tras tópico, como si el objetivo central fuera desasnar al espectador – cuando el único que pareciera haber necesitado el ejercicio de culturización hubiese sido el huevón director de la cinta – como si el sentido final fuera hacernos ver una realidad novedosa e inesperada, que sólo parece desconocida tanto a los productores (que han aportado su dinero) como al director del engendro (que ha dedicado 17 infamantes días a confeccionar este despropósito). Cuando hay una total falta de sintonía y conocimiento del material tratado, llegamos a la conclusión de que nadie de los involucrados en este aciago proyecto tenía ni una mínima noción previa de la realidad cubana del último siglo. A lo mejor ni saben que es una isla caribeña americana…
Que nos traten de vender como novedad arriesgada, subversiva o iluminante un caducado producto de estraperlo resulta muy irritante. Y su total falta de amenidad y originalidad añade una capa adicional al oprobio. Estomagante, henchida, superflua y cansina. Una total pérdida de tiempo de nulo interés, ni tan siquiera arqueológico. Ignominiosa.
24 de abril de 2015
24 de abril de 2015
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta es una buena interpretación teatral con esmerada realización. El tema lleva la suficiente carga dramática para que la adaptación del guión hubiera dado mas de si. El regreso de Amadeo no suele ser lo mas frecuente del exilio cubano y las razones de su "quedada" son de poca credibilidad, los diálogos muy banales y se echa en falta una banda sonora con música cubana que apoyase el desgarro de las historias y brindase soporte audiovisual al ambiente...los actores estupendos.
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