La momia regresa
5.7
36,966
Aventuras. Acción. Fantástico
Han pasado diez años, Rick O'Connell (Brendan Fraser) se ha casado con Evelyn (Rachel Weisz), y ambos son padres del pequeño Alex (Freddie Boath) de ocho años. Tras una serie de acontecimientos, la momia del antiguo sacerdote egipcio Imhotep es resucitada por una extraña secta en el British Museum, y la maldición milenaria del Rey Escorpión -que seis mil años atrás traicionó al dios Anubis- lo devuelve a la vida. El choque entre ambas ... [+]
19 de junio de 2008
19 de junio de 2008
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Demasiados personajes y demasiados chistes para esta continuación de la mejor ''La Momia''. Tanto personaje y humor acaba siendo un lastre a lo largo de la película, desplazando incluso a la propia momia del título a un segundo plano, lo que no fué ningún impedimento por otro lado, para que este ''regreso'' se alzara como una de las películas más taquilleras del 2001. Alguna secuencia realmente espectacular, pero es una producción que falla justamente en lo que la primera parte acertaba: la sencillez. No está mal, pero acaba por cansar.
12 de abril de 2017
12 de abril de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Despropósito que constituye la segunda parte tras la gran película de la Unversal "the mummy", el remake del 99 acerca de la peli clásica de Karloff.
Que no podían dejar a la primera tras su rotundo éxito en todo sentido sin una segunda parte, lo entiendo. Que quisieran contar con el mismo reparto más otros nuevos que aportaran un soplo de aire fresco como The Rock por aquel entonces también lo entiendo. Pero no que escribieran ese caótico guión sin sentido que echa por tierra todas las teorías y los detalles de la primera película, elevándola a la categoría de un sinsentido escrito con prisa para emular un refrito deprisita y así lograr taquilla en el cine sin romperse mucho la cabeza.
Los O´Connell son una familia rica de Londres ahora, ella tiene en el museo arqueológico el trabajo que siempre soñó y un hijo, Alex, el cual es lo mejor de esta segunda película, o por lo menos yo me lo pasé pipa viendo todas sus escenas de niño listillo pero miedoso.
Brendan Fraser brilla con luz propia sobre Rachel Weisz por primera vez, y es que se ha hecho dueño de esta trilogía absolutamente, desde que Rachel Weisz no estuviera en la tercera película y el plomo de María Bello la sustituyera.
Cómo no aquí está el gran error: traer de vuelta a Imhotep de nuevo, con una historia bananera en la que tiene que vérselas no sé por qué con el rey Escorpión. A su lado tiene a Ank-su-Namun resucitada ella misma porque no tiene lógica. Todos los efectos son muy buenos, más acabados que en la uno si tenemos en cuenta que han pasado dos años desde que se rodara.
Jonathan Carnahan sigue a pleno rendimiento en un papel que parece de relleno pero que no lo es, sino muy importante. Arnold Vosloo está exagerado en esta parte, y en toda la película. No parece el Imhotep de siempre, y es que el niño lo eclipsa, el nuevo rey Escorpión lo eclipsa, su novia revivida lo hace predecible y aburrido.
Momias y más momias, la trama se va diluyendo dentro de las vendas.
Amores bananeros, lágrimas de cocodrilo, modas ya pasadas y un gran vació de verosmilitud es lo que puebla en esta segunda película, que no está ni artisticamente más cerca de la primera película. Las interpretaciones son buenas pero el producto ya empieza a cansar.
No funciona la historia absurda del pasado ni su vinculación con un presente en el que ir en globo dirigible es lo más interesante que les ha pasado: todo lo que hacen ya lo han hecho. No hay un personaje que resalte, no hay nadie. Ese es el problema. Solo extras costosos y aburridos que convierten al protagonista en un blanco.
Que no podían dejar a la primera tras su rotundo éxito en todo sentido sin una segunda parte, lo entiendo. Que quisieran contar con el mismo reparto más otros nuevos que aportaran un soplo de aire fresco como The Rock por aquel entonces también lo entiendo. Pero no que escribieran ese caótico guión sin sentido que echa por tierra todas las teorías y los detalles de la primera película, elevándola a la categoría de un sinsentido escrito con prisa para emular un refrito deprisita y así lograr taquilla en el cine sin romperse mucho la cabeza.
Los O´Connell son una familia rica de Londres ahora, ella tiene en el museo arqueológico el trabajo que siempre soñó y un hijo, Alex, el cual es lo mejor de esta segunda película, o por lo menos yo me lo pasé pipa viendo todas sus escenas de niño listillo pero miedoso.
Brendan Fraser brilla con luz propia sobre Rachel Weisz por primera vez, y es que se ha hecho dueño de esta trilogía absolutamente, desde que Rachel Weisz no estuviera en la tercera película y el plomo de María Bello la sustituyera.
Cómo no aquí está el gran error: traer de vuelta a Imhotep de nuevo, con una historia bananera en la que tiene que vérselas no sé por qué con el rey Escorpión. A su lado tiene a Ank-su-Namun resucitada ella misma porque no tiene lógica. Todos los efectos son muy buenos, más acabados que en la uno si tenemos en cuenta que han pasado dos años desde que se rodara.
Jonathan Carnahan sigue a pleno rendimiento en un papel que parece de relleno pero que no lo es, sino muy importante. Arnold Vosloo está exagerado en esta parte, y en toda la película. No parece el Imhotep de siempre, y es que el niño lo eclipsa, el nuevo rey Escorpión lo eclipsa, su novia revivida lo hace predecible y aburrido.
Momias y más momias, la trama se va diluyendo dentro de las vendas.
Amores bananeros, lágrimas de cocodrilo, modas ya pasadas y un gran vació de verosmilitud es lo que puebla en esta segunda película, que no está ni artisticamente más cerca de la primera película. Las interpretaciones son buenas pero el producto ya empieza a cansar.
No funciona la historia absurda del pasado ni su vinculación con un presente en el que ir en globo dirigible es lo más interesante que les ha pasado: todo lo que hacen ya lo han hecho. No hay un personaje que resalte, no hay nadie. Ese es el problema. Solo extras costosos y aburridos que convierten al protagonista en un blanco.
29 de mayo de 2013
29 de mayo de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era comprensible que quisieran aprovecharse del tirón. Cualquiera en su situación hubiera hecho lo mismo que se hizo con The Mummy, una secuela para seguir sacando billetes con la misma avaricia que el personaje de John Hannah. No podemos juzgar a The Mummy Returns por ser en el fondo un sacacuartos, debemos juzgarla por la película que es.
Y en ese aspecto, The Mummy Returns tiene dos partes tan diferenciadas que no es muy raro odiar una y amar la otra. Me aburrió mucho todo lo que ocurre en Londres, aunque a la misma vez se ve necesario para no ver The Mummy Returns casi como un remake de la anterior. La película se hace larga hasta que llegan a lo que verdaderamente importa, y es entonces cuando empieza un clímax tan largo como bien llevado que hace que haber sobrevivido a todo lo anterior haya merecido la pena. Esa última media hora es la verdadera razón de ver The Mummy Returns, y es tan difícilmente mejorable que gracias a ello alcanza un nivel similar al de la primera parte.
Un nuevo personaje maracará la película. La aparición de Freddie Boath es de esos extraños casos donde no acabas hasta las narices de un niño en la gran pantalla. Lo que ganamos por ahí lo perdemos por otro sitio, y es que es inaguantable el manoseo y el baboseo que se traen Brendan Fraser y Rachel Weisz durante toda la película. Llama la atención que en una película con aires más cómicos que la primera Brendan Fraser no sea más explotado en ese aspecto. Rachel Weisz empeora todavía más con respecto a la primera parte, y Arnold Vosloo sigue igual de desangelado.
Espectáculo gozable como digo en su última parte, todo un nuevo ejemplo de cine de aventuras. Stephen Sommers salva el pellejo en el último momento a pesar del aburrimiento inicial.
Y en ese aspecto, The Mummy Returns tiene dos partes tan diferenciadas que no es muy raro odiar una y amar la otra. Me aburrió mucho todo lo que ocurre en Londres, aunque a la misma vez se ve necesario para no ver The Mummy Returns casi como un remake de la anterior. La película se hace larga hasta que llegan a lo que verdaderamente importa, y es entonces cuando empieza un clímax tan largo como bien llevado que hace que haber sobrevivido a todo lo anterior haya merecido la pena. Esa última media hora es la verdadera razón de ver The Mummy Returns, y es tan difícilmente mejorable que gracias a ello alcanza un nivel similar al de la primera parte.
Un nuevo personaje maracará la película. La aparición de Freddie Boath es de esos extraños casos donde no acabas hasta las narices de un niño en la gran pantalla. Lo que ganamos por ahí lo perdemos por otro sitio, y es que es inaguantable el manoseo y el baboseo que se traen Brendan Fraser y Rachel Weisz durante toda la película. Llama la atención que en una película con aires más cómicos que la primera Brendan Fraser no sea más explotado en ese aspecto. Rachel Weisz empeora todavía más con respecto a la primera parte, y Arnold Vosloo sigue igual de desangelado.
Espectáculo gozable como digo en su última parte, todo un nuevo ejemplo de cine de aventuras. Stephen Sommers salva el pellejo en el último momento a pesar del aburrimiento inicial.
14 de marzo de 2020
14 de marzo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente no sea la primera ocasión- ni tampoco la última- en que un autor -sí, le he llamado autor- de la industria del entretenimiento alcance su techo creativo con la que aún considero su mejor obra. Y no es que un par de años atrás 'La momia' (1998, Stephen Sommers) dejara el listón bajo: lo digo por el innegable descaro con el que en 'The mummy returns' Sommers se acoge, de forma tan intencional como eficaz, a la regla adscrita de que la continuación de un blockbuster debe corregir los errores previos -no depilarle las cejas a Rachel Weisz, y no reducir a una actriz de su carácter al cliché de damisela en apuros- y explotar más si cabe algunos de sus aciertos, como reforzar el alivio cómico de un inconmensurable John Hannah, enfatizar la excepcional BSO de Jerry Goldsmith con otra fanfárrica partitura a cargo de Alan Silvestri o aparcar de forma definitiva el terror para centrarte de pleno en la aventura. Lo suficiente como para que a fecha de hoy, y pese a haber sido olvidado por la industria, el de Stephen Sommers continúe siendo el nombre que más me gustaría que sonara para la inminente -si el coronavirus lo consiente, claro- quinta película de Indiana Jones en la que, por primera vez, Steven Spielberg ya no será el que dirija a Harrison Ford. Por desgracia no parece que su carrera -al igual que sucede con las de Brendan Fraser o Arnold Vosloo- vaya a levantar cabeza en un futuro próximo.
Por ponerle una única pega, convendría mencionar que 'El regreso de la Momia' (2001, Stephen Sommers) carga con un prólogo mucho menos lúcido y vibrante que el de la cinta que la precede y que, dicho sea de paso, únicamente sirvió para que el wrestler Dwayne 'The Rock' Johnson tuviera la oportunidad de poner la primera piedra para convertirse en una futura estrella de Hollywood.
Por ponerle una única pega, convendría mencionar que 'El regreso de la Momia' (2001, Stephen Sommers) carga con un prólogo mucho menos lúcido y vibrante que el de la cinta que la precede y que, dicho sea de paso, únicamente sirvió para que el wrestler Dwayne 'The Rock' Johnson tuviera la oportunidad de poner la primera piedra para convertirse en una futura estrella de Hollywood.
9 de septiembre de 2006
9 de septiembre de 2006
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es lo de siempre, tíos fuertes y buenos.Y tíos fuertes y malos.
Tiene un argmento muy cogido por los pelos. Con una base histórica que deja muchísimo que desear. Prácticamente nada de lo dicen es real. Ni siquiera los monumentos que aparecen en la película. Pues en Egipto sí hubo un rey escorpión, pero mucho antes de la construccón de las pirámides. Los monumentos que parecen están fuera de la línea cronológica de lo que la historia dictaría.
Deja mucho que desear esta película. Es la típica película de ficción americana que nos intentan vender como de las mejores y nada mas lejos de la realidad.
Si tener buenos efectos especiales significa que una película sea buenísima, entonces la mayoría de las de hoy en día serían excelentes. Pero me opongo totalmente a eso.
Tiene un argmento muy cogido por los pelos. Con una base histórica que deja muchísimo que desear. Prácticamente nada de lo dicen es real. Ni siquiera los monumentos que aparecen en la película. Pues en Egipto sí hubo un rey escorpión, pero mucho antes de la construccón de las pirámides. Los monumentos que parecen están fuera de la línea cronológica de lo que la historia dictaría.
Deja mucho que desear esta película. Es la típica película de ficción americana que nos intentan vender como de las mejores y nada mas lejos de la realidad.
Si tener buenos efectos especiales significa que una película sea buenísima, entonces la mayoría de las de hoy en día serían excelentes. Pero me opongo totalmente a eso.
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