La cena de los idiotas
1998 

7.1
51,871
Comedia
Pierre Brochant y sus amigos organizan todos los miércoles una cena que es una especie de apuesta: el que invite al idiota más extraordinario será el ganador. Una noche, Brochant está pletórico: ha encontrado una auténtica joya, un idiota integral. Se trata de François Pignon, un chupatintas del Ministerio de Finanzas con una gran pasion por las construcciones hechas a base de cerillas. Lo que Brochant ignora es que Pignon es un ... [+]
3 de enero de 2007
3 de enero de 2007
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasé un rato divertido viendo ésta película de enredo a la antigua usanza, utilizando como excusa una cena con gente extravagante. Los actores todos muy bien en su papel. El único pero no es sobre la película en sí, sino el doblaje que le ponen a las películas francesas, me parece de menor calidad...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El momento en el que el "idiota" llama haciendose pasar por productor de cine, consiguiendo el contrato para rodar una película sobre el libro (era una excusa), y olvidandose de que tenía que averiguar si se encontraba la mujer en esa casa... es uno de los golpes en los que mas me he reido y sorprendido en mucho tiempo.
9 de enero de 2011
9 de enero de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cena de los idiotas tiene un punto de partida ciertamente curioso: un grupo de engreídos se reúnen para organizar cenas en las que cada uno de ellos lleva al mayor idiota que conozca. El objetivo de este tipo de encuentros está claro: mofarse del personal. Thierry Lhermitte y Jacques Villeret son los protagonistas, el primero interpreta al prepotente Pierre Brochant, mientras que el segundo da vida a François Pignon, el idiota de turno. Pero lo que Brochant desconoce es que el destino le tiene preparado un macabro giro de planes…
Antes de convertirse en producción cinematográfica ya había sido llevada al teatro con un libreto escrito por Francis Veber, quien aquí se ocupa también de la dirección. Una de las grades bazas de la película se encuentra en su guión y, por ende, en sus diálogos, así como en la acertada pareja protagonista. Sin embargo, lo que comienza como una cruel comedia negra pronto deriva en simple comedia de enredo que va perdiendo mordacidad y mala leche conforme avanza su trama. Eso sí, sigue funcionando por los alicientes antes señalados.
Antes de convertirse en producción cinematográfica ya había sido llevada al teatro con un libreto escrito por Francis Veber, quien aquí se ocupa también de la dirección. Una de las grades bazas de la película se encuentra en su guión y, por ende, en sus diálogos, así como en la acertada pareja protagonista. Sin embargo, lo que comienza como una cruel comedia negra pronto deriva en simple comedia de enredo que va perdiendo mordacidad y mala leche conforme avanza su trama. Eso sí, sigue funcionando por los alicientes antes señalados.
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A lo largo de la película vemos como Pignon mete continuamente la pata comprometiendo la integridad de Brochant, pero esto acaba resultando tan reiterativo que el gag final, en el cual Christine (Alexandra Vandernoot) está a punto de regresar con su marido (es decir, Brochant), acaba por no gozar de la comicidad esperada.
6 de junio de 2007
6 de junio de 2007
18 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Les suena la vieja história de una chica fea cuyas "amigas" guapas se ríen de su fealdad hasta que al final se descubre que ella es la más guapa de todas (normalmente cuando se quita las gafas y se suelta el pelo)?
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Pues esta peli es más de lo mismo, otra vez la historia del patito feo pero encarnado en un señor madurito en lugar de en una chiquilla, y en francés. Pero para variar, esta vez los malos no se burlan de la fealdad del prota sinó de su limitada inteligencia, aunque por supuesto se adivina enseguida que puede resultar que al final se descubra mucho más listo que los listos que se reían de él (a parte de que "es tonto pero tiene un corazón", que eso ya lo damos por descontado).
Y, claro, la cosa se huele a la legua: nos presentan al Sr Piñón como el Rey de los Tontos pero seguro que todos ustedes habrán conocido gente más tonta entre sus profesores, jefes o familiares.
Y, hablando de tontos, a los yankis les gustó la peli pero no sabían si doblarla o subtitularla... con lo que la volvieron a rodar de cabo a rabo.
Sin embargo, pese a ser una comedia blandísima, previsible y con mucha moralina, la verdad es que tiene su gracia.
Nota: Un sufi alto.
Y, claro, la cosa se huele a la legua: nos presentan al Sr Piñón como el Rey de los Tontos pero seguro que todos ustedes habrán conocido gente más tonta entre sus profesores, jefes o familiares.
Y, hablando de tontos, a los yankis les gustó la peli pero no sabían si doblarla o subtitularla... con lo que la volvieron a rodar de cabo a rabo.
Sin embargo, pese a ser una comedia blandísima, previsible y con mucha moralina, la verdad es que tiene su gracia.
Nota: Un sufi alto.
2 de octubre de 2007
2 de octubre de 2007
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película fue un éxito sorpresa en los cines españoles hace casi diez años. La historia es original y por momentos realmente divertida, pero no hay para tanto.
Si no me equivoco el guión de La cena de los idiotas adapta una obra de teatro, y eso se nota por los cuatro costados. No se aprecian aportaciones cinematográficas, todo resulta incómodamente teatral.
Otro problema que encuentro, y esto puede ser una manía personal, es que no me agradan ninguno de los dos protagonistas, uno por cretino, y el otro por idiota. Además de la molesta sensación de que quieren que el público se sienta identificado con este último. Yo personalmente no aguantaría a un tipo así ni diez minutos.
Salvados estos problemas, la historia alcanza algunos momentos, que no por demasiado forzados resultan bastante divertidos. Sin ser la gran comedia que algunos dicen que es, mantiene un nivel más que aceptable pese a un conjunto algo irregular.
Los mayores elogios de la película se los llevo el fallecido actor Jacques Villeret. Diría que su trabajo es excelente si no fuera porque hay momentos en los que abusa de ese tono cándido que tiene el personaje. Tanta candidez me acaba cargando.
Si no me equivoco el guión de La cena de los idiotas adapta una obra de teatro, y eso se nota por los cuatro costados. No se aprecian aportaciones cinematográficas, todo resulta incómodamente teatral.
Otro problema que encuentro, y esto puede ser una manía personal, es que no me agradan ninguno de los dos protagonistas, uno por cretino, y el otro por idiota. Además de la molesta sensación de que quieren que el público se sienta identificado con este último. Yo personalmente no aguantaría a un tipo así ni diez minutos.
Salvados estos problemas, la historia alcanza algunos momentos, que no por demasiado forzados resultan bastante divertidos. Sin ser la gran comedia que algunos dicen que es, mantiene un nivel más que aceptable pese a un conjunto algo irregular.
Los mayores elogios de la película se los llevo el fallecido actor Jacques Villeret. Diría que su trabajo es excelente si no fuera porque hay momentos en los que abusa de ese tono cándido que tiene el personaje. Tanta candidez me acaba cargando.
10 de noviembre de 2005
10 de noviembre de 2005
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a la indisimulada crueldad que muestra el guión desde el primer minuto estamos ante una comedia excelente que refleja una de las singulares peculiaridades del ser humano: la aludida crueldad que no impide disfrutar de una película sobresaliente.
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