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Ellas hablan

Drama En 2010, las mujeres que integran una colonia religiosa tratan de reconciliarse con la fe tras haber sufrido una serie de agresiones sexuales. (FILMAFFINITY)
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Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
6 de marzo de 2023
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un filme necesario que sienta una reflexión sobre el abuso a un grupo de mujeres en una región rural. Muchos (a) pueden decir que eso ya no pasa, y no pueden estar más equivocados (a) con el dato, los abusos y la violencia de género es un día a día para muchas familias, que naturalizan el abuso por miedo o costumbre. Por eso Women Talking es un filme necesario, en una puesta en escena vemos el debate y posiciones de una manera inteligente y discursiva, las diferentes emociones fluyen en su excelso cast (gran ensamble actoral) y de verdad que cada cosa que sale de las bocas de sus personajes es de poner atención. A nivel técnico no me gusta mucho el acabado de la colonización, creo que era innecesario reforzar fotográficamente lo que a nivel de texto está bien expuesto, y aunque Polley hace una dirección correcta, me hubiera gustado un enfoque más creativo a nivel técnico. Son cosas menores a la par del poder de lo que se habla en escena, de esa indagación directa y radical sobre la fe, las conductas permisivas de crianza y por supuesto todo el modelo patriarcal que critica.

8/10

Opinión Final: Emotiva y poética sororidad. Cada palabra que sale de cada personaje de este filme merece ser cuidadosamente escuchada. Ellas hablan y nosotros (a) escuchamos.
CINELOCURA
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26 de marzo de 2023
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una colonia de más de 1.500.000 fieles menonitas pueblan nuestro planeta manteniéndose leales a ese atávico discurso que sigue anclado en el pasado, en ese punto exacto en el que hace 500 años el ex sacerdote católico y reformador protestante Menno Simons dictó sus extrañas y rígidas normas.
La escritora canadiense Miriam Toews – de ascendencia menonita, comunidad que abandonó de forma voluntaria a los 18 años- se inspiró en hechos reales para escribir su novela “Ellas hablan” en la que narra la tragedia acontecida, entre 2005 y 2009, en una hacienda boliviana en la que mujeres y niñas fueron ultrajadas y violadas a manos de hombres de su propia colonia: tíos, hermanos o vecinos que habían administrado anestésico para animales a sus víctimas para dejarlas inconscientes y así poder violarlas. Tras apenas 2 días de prisión podían volver a casa, por lo que las mujeres tenían que decidir si quedarse y luchar o irse muy lejos.
La actriz y directora Sarah Polley (protagonista de dos de las películas que más me han conmovido a lo largo de mi vida: “Mi vida sin mí” y “La vida secreta de las palabras”, de la cineasta Isabel Coixet) impresionada por la historia dirige “Ellas hablan”, su cuarto largometraje.
Con estructura de obra de teatro y colores muy oscuros, que subrayan el angustioso e intolerante ambiente de la cinta, "Ellas hablan" transcurre en la parte alta de un granero con actrices de la talla de Rooney Mara o Claire Foy, junto al actor Ben Whishaw, único apoyo masculino para las damnificadas.
carmen
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25 de febrero de 2023
18 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una conversación en bucle sobre un único tema, sin que nada suceda para que avancemos en alguna dirección. Es reiterativa, maniquea, poco aguda y baja poco a la realidad práctica.
La religión sólo sirve, a mi entender, para colar frases a lo Paulo Coelho y tirar de himnos conmovedores llegado el caso. Vamos, que se ha elegido una comunidad cerrada como exponente máximo de una sociedad patriarcal para que trabajar con dos colectivos muy diferenciados, mujeres y hombres, fuera más sencillo, Y como este tipo de comunidades son religiosas, pues es lo que hay, pero sin trascendencia intelectual ni espiritual alguna, todo muy básico.
Me ha parecido entender que plantea la historia como un sueño (un acto de imaginación femenina, lo llama) , y si es así, acierta por lo deslavazado del discurso y la poca verosimilitud de lo que ocurre. Me da pereza ponerme a explicar por qué me resulta tan tediosa, pero por resumir por lo plana y previsible, y por lo poco ventilada.
Lo carga todo al patriarcado o al machismo en lugar de reflexionar sobre el hecho de que al tratarse de una comunidad tan cerrada "puede" que la evolución de los acontecimientos obedezca más a lo segundo que a lo primero, porque desde luego está claro que fuera de la comunidad hay vida, y resulta que hay otros modelos de comunidad en los que los agresores son juzgados y condenados (por hombres, para más inri, como los que los detienen y los jueces).
En fin, muy a la moda. Yo creo que ponerle un tres debe de ser hasta de mal gusto.
Y soy superfan de Sara Polley, aunque a lo mejor sin fundamento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ChusCo
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22 de mayo de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sus diálogos son su fuerte. El tema es terrible: mujeres violadas y subyugadas por un patriarcalismo agresivo en pleno siglo XXI. Sectas que en nombre de Dios se convierten en Infiernos: 1. Aceptar el Infierno; 2 Pelear contra el Diablo; y 3. Huir. Aquí: huyen.

La melancolía es el protagonista desde un dolor sucio. No hay forma de poetizar el horror. Y Dios siempre es interpelado porque nadie se libra del pecado impunemente y la salvación no pasa por la fe sino por huir de los enemigos a los que se no les puede ganar.

El pensamiento de las sectas es el pensamiento de los cautivos. Y éstas mujeres se saben prisioneras de un destino impuesto por la ilusión de un Dios cuyo mensaje la realidad contradice. Y ante esto procede una rebelión desde la confusión de los medios y el dolor de las heridas.

Las actuaciones son sutiles y los diálogos una catedral dialéctica donde la razón claudica ante la sin razón. Buscamos respuestas dónde sabemos que no las hay y que el camino es sinuoso e incierto. La valentía es básicamente un hacer: tomar decisiones.

"Ellas hablan" porque es la única forma humana de comunicar una rebelión desde la más grande agresión. Ya todos sabemos que la mujer es la parte débil y más agredida de la historia que inició Adán y Eva. Y que Eva ha buscado por todos los medios a su alcance de parar ésta injusticia milenaria. Esta película, de sensibilidad femenina, es un testimonio más de los condicionamientos biológicos y culturales hechos por el hombre para subyugar a la mujer a lo largo de la Historia. Incluso, esto está más vigente que nunca, muy especialmente en las sociedades rurales, atrasadas y pobres de todos los confines de la Tierra.
bucefalo
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17 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sarah Polley es una actriz interesante (“Mi vida sin mí” de Isabel Coixet) y una directora de cine correcta con alguna película interesante como “Lejos de ella” (2006). “Ellas hablan” me deja cierta sensación de oportunidad perdida. No porque sea un mal film, que desde luego que no lo es, sino porque sus intenciones son tan loables y la temática que baraja es tan necesaria y certera que… acaba sabiendo a demasiados a poco y a demasiados lugares comunes excesivamente reiterados y subrayados a lo largo del film.

Potente en su apuesta visual, con una fotografía decolorada y muy rural de Luc Montpellier, Sarah Polley firma también el guión de la cinta adaptando la novela de Miriam Toews para contarnos una historia de rebelión y sororidad femenina que debería hacernos vibrar, pero que finalmente no lo acaba consiguiendo. El relato nos sitúa en una colonia perdida en mitad de un inmenso campo donde, quienes la habitan, profesan algún tipo de fundamentalismo religioso tipo amish, alejados de cualquier tecnología moderna, viviendo según unas pautas ancestrales y dentro de un férreo patriarcado donde a las mujeres se las mantiene analfabetas de por vida, sólo están al servicio de sus maridos e hijos y además se ven obligadas a soportar todo tipo de vejaciones y agresiones sexuales que siempre quedan impunes.

Ante tamaña tesitura inhumana, la película se desarrolla íntegramente casi en el único espacio de un granero donde se produce una asamblea de las mujeres para decidir qué opción tomar: seguir como están sin hacer nada, quedarse en la colonia y responder con violencia, o bien irse y dejar a los hombres y su irrespirable patriarcado atrás. A lo largo de su metraje, cada una de ellas irá rebelando sus ideas al respecto y con ellas su personalidad.

Sobre el papel, la idea resulta colosal y sin embargo nunca acaba de emocionar ni logra trascender en mi mente ni en mi corazón. A pesar del festival interpretativo de algunas de las mejores actrices que existen en el cine contemporáneo: desde una siempre fascinante y a la que idolatro Rooney Mara hasta la portentosa Jessie Buckley, pasando por una magnífica Claire Foy o la diosa Frances McDormand en un papel demasiado secundario para lo que ella derrocha.

Tampoco la magnífica música original de Hildur Guonadóttir, probablemente lo mejor de la cinta, eleva los momentos de tensión hasta encogernos el corazón, como no lo hacen algunas de las sabias y certeras reflexiones que se van ofreciendo a lo largo de su metraje, quizás excesivo para lo que había que contar en sus 104 minutos.
Sergio Berbel
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