Blancanieves
7.0
21,655
Drama
Versión libre, de carácter gótico, del popular cuento de los hermanos Grimm, que ha sido ambientada en España durante los años 20. Blancanieves es Carmen, una bella joven con una infancia atormentada por su terrible madrastra Encarna. Huyendo de su pasado, Carmen emprenderá un apasionante viaje acompañada por sus nuevos amigos: una troupe de Enanos Toreros. (FILMAFFINITY)
27 de febrero de 2013
27 de febrero de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La referencia a The Artist es admisible por el corto espacio de tiempo entre obras relevantes dentro de un mismo carácter. La rápida reacción crítica por la tauromaquia en la película también es entendible, pero habríamos de debatir aquí temas que se nos hacen difíciles, excesivamente grandes y fuera de lugar para un análisis cinéfilo. Por eso, en ambos casos, intentaremos sortear las balizas con el único fin de enfocar la mirada sobre lo destacable y analizable de Blancanieves, una obra muda y en blanco y negro del loco Pablo Berger.
Las premisas eran harto complicadas, de difícil digestión y rozaban el surrealismo. Una película en blanco y negro, que se llama Blancanieves porque se basa en el homónimo cuento infantil, donde una traumatizada niña huye, junto a una troupe de enanos toreros, del hogar de su madrastra tras la muerte de su padre. Añadamos que el ambiente costumbrista envuelve a los protagonistas en una acción sin diálogos, muda y, ah, en 2012. ¿Se podría estar más lejos de la aceptación por parte de una productora?
Empecemos. El atractivo y el escepticismo estaban servidos, pero las críticas profesionales la ensalzaban lo suficiente para otorgarle algo de confianza. Macarena García es la nieta de Ángela Molina e hija de Inma Cuesta, quien muere y deja a su pequeña huérfana. Su padre, torero aclamado y venerado, sufre una terrible (tal vez justa) cogida y permanece convaleciente. Apartado el patriarca de las tareas, con la mujer fallecida, Maribel Verdú se hace con el poder de la casa tras embelesar y casarse con el padre de la inocente criatura.
Así, nuestra Blancanieves será maltratada y obligada a los peores oficios por parte de su madrastra. En la huida de un hogar que algún día ha de recuperar, se une a una troupe de enanos toreros que la acogen y llevan de nuevo a los ruedos, donde recordará quién es. El veneno con el que será castigada definirá su destino, lejos de las míticas reproducciones de Disney.
De una factura técnica impecable, Berger se luce en casi todos los ámbitos. Posee una seguridad que aplaca, calma y sosiega. La luz es perfecta, lo que hace del color un accidente contingente. La fotografía, por esa luz y por las localizaciones, atrezzo, acertadísima escenografía y plantel corporal, de infarto. Pero no es sólo un despliegue de calidad es una adaptación de corrosivo acierto.
Una dolorosa historia marcada por las tragedias y las desavenencias entre familias en la que el mal vence por imposición de condiciones. Por mucho que se recupere a los seres queridos, la herida nunca sanará. Y no se le escapa a Berger, pues el guión también es suyo, que en este país las tragedias no son causa ajena, sino atraídas y conformadas por nuestras propias artimañas. Los velos, el ritmo, el luto, los jaleos y la crueldad. La pasión, la envidia, el insulto y el honor. Carácter de cultura que riñe entre gemidos.
El disfrute de la cinta es asegurado. Hora y media amena que pasa como trago dulce debido también a la gran banda sonora que ilumina y colorea los silencios provocados.
Nacida de una historia plana, se tornea y dimensiona para aportar algo nuevo. Lastrada por la disputa entre los dos irreconciliables bandos, abandona la lucha para centrarse en el arte. Y en cuanto a los animales, sólo esperamos que se hiciera como suele ser costumbre, respetando sus vidas y rodando sin necesidad de maldad.
Los premios, merecidos, aunque hubiera estado bien haberse acordado de ella más allá de las fronteras, por lo del disfrute ajeno. Pero ni Verdú está tan bien, ni Macarena es tan mala. Los ojazos de Blancanieves hipnotizan pero, sintiéndolo mucho, me quedo con los pocos segundos en los que hace acto de presencia Josep María Pou. Ese gran hombre posee una atracción magnética que llena la pantalla y sólo lo vemos a él. Una pena que no disfrutara de más minutos.
Así pues, las costumbres de los años 20 junto con la mayor imaginación plasmada en el cine español en muchos años, hacen un conjunto sobresaliente. Tal vez el público se verá limitado, y eso resta universalidad, pero no la hace menor. Es una verdadera obra de arte que nadie debería desechar por prejuicios anómalos al cine. A no ser que puedan verificarse prácticas verdaderamente indignas.
La farándula y el amor despertará en muchos aunque no seamos princesas. Nuestro príncipe se verá subastado, por lo que esperaremos el milagro, como suele suceder. ¿Despertaremos?
Las premisas eran harto complicadas, de difícil digestión y rozaban el surrealismo. Una película en blanco y negro, que se llama Blancanieves porque se basa en el homónimo cuento infantil, donde una traumatizada niña huye, junto a una troupe de enanos toreros, del hogar de su madrastra tras la muerte de su padre. Añadamos que el ambiente costumbrista envuelve a los protagonistas en una acción sin diálogos, muda y, ah, en 2012. ¿Se podría estar más lejos de la aceptación por parte de una productora?
Empecemos. El atractivo y el escepticismo estaban servidos, pero las críticas profesionales la ensalzaban lo suficiente para otorgarle algo de confianza. Macarena García es la nieta de Ángela Molina e hija de Inma Cuesta, quien muere y deja a su pequeña huérfana. Su padre, torero aclamado y venerado, sufre una terrible (tal vez justa) cogida y permanece convaleciente. Apartado el patriarca de las tareas, con la mujer fallecida, Maribel Verdú se hace con el poder de la casa tras embelesar y casarse con el padre de la inocente criatura.
Así, nuestra Blancanieves será maltratada y obligada a los peores oficios por parte de su madrastra. En la huida de un hogar que algún día ha de recuperar, se une a una troupe de enanos toreros que la acogen y llevan de nuevo a los ruedos, donde recordará quién es. El veneno con el que será castigada definirá su destino, lejos de las míticas reproducciones de Disney.
De una factura técnica impecable, Berger se luce en casi todos los ámbitos. Posee una seguridad que aplaca, calma y sosiega. La luz es perfecta, lo que hace del color un accidente contingente. La fotografía, por esa luz y por las localizaciones, atrezzo, acertadísima escenografía y plantel corporal, de infarto. Pero no es sólo un despliegue de calidad es una adaptación de corrosivo acierto.
Una dolorosa historia marcada por las tragedias y las desavenencias entre familias en la que el mal vence por imposición de condiciones. Por mucho que se recupere a los seres queridos, la herida nunca sanará. Y no se le escapa a Berger, pues el guión también es suyo, que en este país las tragedias no son causa ajena, sino atraídas y conformadas por nuestras propias artimañas. Los velos, el ritmo, el luto, los jaleos y la crueldad. La pasión, la envidia, el insulto y el honor. Carácter de cultura que riñe entre gemidos.
El disfrute de la cinta es asegurado. Hora y media amena que pasa como trago dulce debido también a la gran banda sonora que ilumina y colorea los silencios provocados.
Nacida de una historia plana, se tornea y dimensiona para aportar algo nuevo. Lastrada por la disputa entre los dos irreconciliables bandos, abandona la lucha para centrarse en el arte. Y en cuanto a los animales, sólo esperamos que se hiciera como suele ser costumbre, respetando sus vidas y rodando sin necesidad de maldad.
Los premios, merecidos, aunque hubiera estado bien haberse acordado de ella más allá de las fronteras, por lo del disfrute ajeno. Pero ni Verdú está tan bien, ni Macarena es tan mala. Los ojazos de Blancanieves hipnotizan pero, sintiéndolo mucho, me quedo con los pocos segundos en los que hace acto de presencia Josep María Pou. Ese gran hombre posee una atracción magnética que llena la pantalla y sólo lo vemos a él. Una pena que no disfrutara de más minutos.
Así pues, las costumbres de los años 20 junto con la mayor imaginación plasmada en el cine español en muchos años, hacen un conjunto sobresaliente. Tal vez el público se verá limitado, y eso resta universalidad, pero no la hace menor. Es una verdadera obra de arte que nadie debería desechar por prejuicios anómalos al cine. A no ser que puedan verificarse prácticas verdaderamente indignas.
La farándula y el amor despertará en muchos aunque no seamos princesas. Nuestro príncipe se verá subastado, por lo que esperaremos el milagro, como suele suceder. ¿Despertaremos?
4 de marzo de 2013
4 de marzo de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era un toro muy difícil de lidiar. Muda, en blanco y negro y española. Desde luego Pablo Berger le echó bemoles a un proyecto que tenía el 95% de posibilidades de quedarse en eso, un proyecto.
Quizás el éxito de “The Artist” le haya ayudado. O quizás no, porque me pregunto que hubiera sido de esta cinta si se hubiera estrenado antes que la francesa. En cualquier caso como bien apuntó Irene Crespo (Cinemanía), esta es mejor. Esta es una maravilla, una de las mejores películas (no solo española) de los últimos tiempos.
Berger escribe un guión lleno de originalidad y talento. Españoliza el cuento de manera brillante. El capote, el traje de luces, las peinetas y el flamenco hacen que la historia de los hermanos Grimm tenga una belleza y un toque muy particular. Un estilo visual apabullante donde destacan los primeros planos (un verdadero recital) y el fantástico trabajo de peluquería y maquillaje. La fotografía expresionista y con tintes góticos de Kiko de la Rica es impactante. Los decorados están muy trabajados. Por cierto, el carro de los enanitos todo un homenaje a “Freaks” de Tod Brwoning.
Y la cosa no acaba aquí. La música (tan importante en el cine mudo) hace que la película tenga buen ritmo y que en ningún momento nuestra atención se pierda. El tema “No te puedo encontrar” (interpretado por Silvia Pérez Cruz) es arrebatador, puro sentimiento, idóneo para la temática principal. Excepcional también el resto de la música a cargo Alfonso de Villalonga, dando la dosis de clasicismo que la película demandaba.
Viendo todo esto, uno se queda con la sensación de haber visto una película casi perfecta en lo técnico y artístico. Berger y el equipo han trabajado muy duro para captar y transmitir la esencia del cine mudo. Me rindo ante ellos.
La guinda la pone un buen trabajo interpretativo de todo el reparto, fantástico el duelo entre Sofia Oria y la malvada Maribel Verdú. Sin embargo, hay una persona que sobresale. La señorita Macarena García. La ternura y la simpatía de la madrileña rompen la membrana que separa al espectador de la pantalla y nos roba el corazón.
En conclusión, Berger ha reformado un viejo cuento a base de pintura expresionista alemana y decoración andaluza, capaz de deslumbrar al mundo entero. Déjense de prejuicios al cine español, concédanle por una vez el indulto y vean esta obra de arte.
Sígueme en:
www.loqueelcinesellevo.com
www.facebook.com/loqueelcinesellevo
@elcinesellevo
Quizás el éxito de “The Artist” le haya ayudado. O quizás no, porque me pregunto que hubiera sido de esta cinta si se hubiera estrenado antes que la francesa. En cualquier caso como bien apuntó Irene Crespo (Cinemanía), esta es mejor. Esta es una maravilla, una de las mejores películas (no solo española) de los últimos tiempos.
Berger escribe un guión lleno de originalidad y talento. Españoliza el cuento de manera brillante. El capote, el traje de luces, las peinetas y el flamenco hacen que la historia de los hermanos Grimm tenga una belleza y un toque muy particular. Un estilo visual apabullante donde destacan los primeros planos (un verdadero recital) y el fantástico trabajo de peluquería y maquillaje. La fotografía expresionista y con tintes góticos de Kiko de la Rica es impactante. Los decorados están muy trabajados. Por cierto, el carro de los enanitos todo un homenaje a “Freaks” de Tod Brwoning.
Y la cosa no acaba aquí. La música (tan importante en el cine mudo) hace que la película tenga buen ritmo y que en ningún momento nuestra atención se pierda. El tema “No te puedo encontrar” (interpretado por Silvia Pérez Cruz) es arrebatador, puro sentimiento, idóneo para la temática principal. Excepcional también el resto de la música a cargo Alfonso de Villalonga, dando la dosis de clasicismo que la película demandaba.
Viendo todo esto, uno se queda con la sensación de haber visto una película casi perfecta en lo técnico y artístico. Berger y el equipo han trabajado muy duro para captar y transmitir la esencia del cine mudo. Me rindo ante ellos.
La guinda la pone un buen trabajo interpretativo de todo el reparto, fantástico el duelo entre Sofia Oria y la malvada Maribel Verdú. Sin embargo, hay una persona que sobresale. La señorita Macarena García. La ternura y la simpatía de la madrileña rompen la membrana que separa al espectador de la pantalla y nos roba el corazón.
En conclusión, Berger ha reformado un viejo cuento a base de pintura expresionista alemana y decoración andaluza, capaz de deslumbrar al mundo entero. Déjense de prejuicios al cine español, concédanle por una vez el indulto y vean esta obra de arte.
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25 de agosto de 2013
25 de agosto de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Definir en una palabra el filme de Berger seria acomodarse a decir que es un filme bonito, dotada sobretodo de una bella cinematografía maravillosamente adornado por la fotografía de Kiko de la Rica, y una banda sonora emotiva de Alfonso de Villalonga, también debo confesar que escuche tantas maravillas del mismo que al final el filme me quedo debiendo, aunque no me decepciono, los primeros 25 minutos del filme son realmente geniales, Berger toma muy enserio eso de contar una historia con imágenes (tenía que hacerlo con un filme de cine mudo) y recurre a variaciones de planos y movimientos de cámara realmente bien logrados, luego hay cierta pereza técnica, los minutos restantes no se cuentan con tanta viveza técnica y el relato entra en una especie de letargo, aunque el filme nunca llega a ser aburrido, destacar la presencia de Maribel Verdu como la cruel madrastra y las maravillosas secuencias en la plaza de Sevilla. La adaptación del cuento de los hermanos Grim a la historia del filme también es bastante buena, los elementos van calzando poco a poco y todo se junta para que al final el filme se convierta en un cuento cruel, hay que abonar que el hecho de estar basado en el cuento de los hermanos Grimm le quita un poco de sorpresa también, porque algunos eventos se vuelven predecibles, sin embargo Berger los logra narrar con gracia. Blancanieves es un filme visualmente bello, tiene una de las mejores fotografías del año y una historia de fondo que ya todos conocemos pero que no hemos visto de esta forma.
Lo bueno
Los primeros 25 minutos son soberbios, técnicamente exquisitos.
La narrativa es ágil y sencilla, tomando en cuenta que el filme es mudo.
De la Rica logra una de los mejores trabajos en fotografía del año.
Maribel Verdú como villana, todo un agasajo.
Lo malo
La obviedad de la historia que se cuenta de fondo hace que el filme resulte simple en cuestión de propuesta narrativa, algunas veces ya sabemos lo que va pasar sin darle mucha vuelta al asunto.
Lo bueno
Los primeros 25 minutos son soberbios, técnicamente exquisitos.
La narrativa es ágil y sencilla, tomando en cuenta que el filme es mudo.
De la Rica logra una de los mejores trabajos en fotografía del año.
Maribel Verdú como villana, todo un agasajo.
Lo malo
La obviedad de la historia que se cuenta de fondo hace que el filme resulte simple en cuestión de propuesta narrativa, algunas veces ya sabemos lo que va pasar sin darle mucha vuelta al asunto.
12 de octubre de 2014
12 de octubre de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entonces cogieron todos los juguetes, todas las armas, toda la ciencia del lenguaje cinematográfico, y se dispusieron a recrear la nada.
El cine mudo despojado de su poderosa estela y convertido en b/n más intertítulos; lo accidental erigido en razón de ser, lo superficial en soporte del marketing.
De los truños de Vin Diesel tomaron el montaje enfarlopado y a ritmo de metralleta, de ‘El rey león’ a Mufasa, y de la diversidad de tonos del silente, aquellos discursos que trataban al espectador como a un niño de preescolar. (Una animación para indicarnos que a la manzana le han inyectado veneno) Ni siquiera los cuentos infantiles nos consideran tan gilipollas.
Trillado folklore de souvenir para dar personalidad a una trama mil veces vista, mil veces destapada. La imprevista escena final no compensa la nada de los noventa minutos previos, un anuncio de publicidad -como bien decía alguien por aquí- largo y tedioso.
El cine mudo despojado de su poderosa estela y convertido en b/n más intertítulos; lo accidental erigido en razón de ser, lo superficial en soporte del marketing.
De los truños de Vin Diesel tomaron el montaje enfarlopado y a ritmo de metralleta, de ‘El rey león’ a Mufasa, y de la diversidad de tonos del silente, aquellos discursos que trataban al espectador como a un niño de preescolar. (Una animación para indicarnos que a la manzana le han inyectado veneno) Ni siquiera los cuentos infantiles nos consideran tan gilipollas.
Trillado folklore de souvenir para dar personalidad a una trama mil veces vista, mil veces destapada. La imprevista escena final no compensa la nada de los noventa minutos previos, un anuncio de publicidad -como bien decía alguien por aquí- largo y tedioso.
28 de enero de 2013
28 de enero de 2013
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues eso, una gran película. Me sorprendió que me gustara tanto una peli española hablando de un tema tan español como son los toros. La clave es sencilla, tenían dinero y tenían una buena idea, no hace falta más. Las pelis españolas o tienen ideas de mierda con dinero o buenas ideas sin dinero, es agradable ver una en la que se junten ambas cosas.
La fotografía es exquisita, cae de lleno en los años 20. Casi podría decirse que es de esa época. Los sonidos y músicas están muy bien hechos, encajan a la perfección con el momento en el que aparecen.
La madrastra borda su papel, a los pocos minutos ya es un personaje al que odias. El guión es magnífico, se transmite muchísimo con apenas diálogo, todo basado en caras e imágenes. Incluso el final es bueno.
Pues eso, una gran película que demuesta que el cine español puede ser de calidad, eso sí, cuando la idea es buena y hay dinero.
La fotografía es exquisita, cae de lleno en los años 20. Casi podría decirse que es de esa época. Los sonidos y músicas están muy bien hechos, encajan a la perfección con el momento en el que aparecen.
La madrastra borda su papel, a los pocos minutos ya es un personaje al que odias. El guión es magnífico, se transmite muchísimo con apenas diálogo, todo basado en caras e imágenes. Incluso el final es bueno.
Pues eso, una gran película que demuesta que el cine español puede ser de calidad, eso sí, cuando la idea es buena y hay dinero.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final me encanta. Esto es un final abierto y no lo que los gilipollas de Fin dijeron. Final abierto es dar pistas y al final, despistar para que los espectadores elijan. Al final, Blancanieves no se levanta, pero llora. ¿Eso es que está viva o muerta? Me gustó eso, si hubiera despertado se habría alejado demasiado de la realidad, demasiado cuento de hadas. Prefiero la crudeza de que el tío exponga su cadáver para ganar más dinero, ya que la chica le cedió sus derechos.
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