Contra lo que es costumbre en FA, casi norma, entre las veinte primeras críticas ordenadas por utilidad once la califican entre 1 y 3, suspensos rotundos, cuatro la aprueban (tres 5 y un 6) y hay 5 notables (cuatro 7 y un 8). Hacen una media de 4'05, claro que para los veintitrés mil votantes largos se queda en un escueto 5'2.
Es muy raro. Lo normal en FA es tener en la parte alta de las valoraciones buenas críticas o por lo menos amables.
Vale, no ha gustado mucho este Éxodo. Pero llama también la atención el desprecio y la burla que rezuman muchas reseñas. Se puede criticar sin menospreciar.
Un respeto para la obra de Ridley que se ha atrevido con grandísimos retos: Imperio romano, Cruzadas, Replicantes y ahora con la Biblia. Precisamente con uno de sus relatos mas impresionantes: Moisés (Bale), el profeta más importante de las tres religiones monoteístas.
De entrada hay que reconocerle la valentía.
Y la maestría para manejar los efectos especiales a la hora de recrear la vida en el antiguo Egipto, alternando planos amplísimos que muestran a la personas como hormigas con otros primerísimos que permiten ver al detalle la cuidadosa ambientación, la riqueza del vestuario, del armamento, de los mecanismos usados para la construcción de las pirámides, de los embalsamamientos, del lujo de la corte del Faraón ...
Se critica ahora el recurso a los efectos cinematográficos logrados mediante técnicas informáticas de las que nada sabemos los profanos. Como si fuera algo malo. Como si fuera algo nuevo en el cine. ¿Cuándo han dejado los técnicos de explotar y de explorar todo aquello que pueda aumentar la espectacularidad en la pantalla? El cine es un espectáculo. Un gran espectáculo.
"Exodus" aborda con bastante éxito una de las grandes historias de la humanidad, la acerca a una generación que apenas la conoce utilizando un lenguaje cinematográfico actual para hacerla más atractiva a los jóvenes.
La importancia del lenguaje. No es extraño que el faraón (Edgerton), cuando Moisés le cuenta su verdadero origen comente "Ni siquiera es una historia interesante. Yo creía que los hebreos eráis buenos narradores".
La importancia también de las imágenes, de lo visual. Ahí están los movimientos de masas del pueblo judío, en la esclavitud como en el lento camino a la Tierra prometida, la espectacularidad de las diez plagas profetizadas ... el paso del mar Rojo por estrecho de Tiran. Sobran comentarios.
En lo negativo la escasa dramatización, la frialdad de la cinta. Falta emoción, sobre todo conociendo el desenlace. Fuera de Moisés el desarrollo de los demás personajes es casi nulo. Faraón y pueblo hebreo incluidos. Todavía menos es de recibo la presencia de ese niño-niñato que transmite a Moisés lo que Dios espera de él: que conduzca a su pueblo a la tierra de sus orígenes, de sus mayores.
No tenemos en cuenta el pésimo doblaje que introduce actualismos impresentables (índices de mortalidad y de natalidad, deporte ...)
Pese a todo, una buena película que no desmerece en absoluto con el resto de la producción ridleiana. No se la pierdan.

Ridley Scott, el amado Ridley, el director de Gladiator, Blade Runner, 1492, El Reino de los Cielos, nos entrega un filme como Exodus.

Partamos de antemano con un par de datos curiosos, primero que Ridley, que suele hacer versiones extendidas de casi todos sus productos, aquí ya de antemano se excede de duración (dos horas y media).

Lo segundo es que la estructura del filme, es similar a la de Gladiator. Tanto en escenas (Turturro en la cama moribundo diciéndole a Bale todo) como las escenas del destierro y similares.

Eso sí, donde Gladiator se apoyaba en imágenes (Máximo viendo los cadáveres incinerados de su familia) aquí pasamos a diálogos y situaciones sin ton ni son, exagerados hasta decir basta (parte de culpa la tiene un Joel Edgerton EXCESIVAMENTE pasado de rosca) y sin ningún tipo de talento.

Que sí, que los extras muy bien, las localizaciones geniales y el trabajo de attrezo y de batallas, pues no luce mal. Pero es que en este caso, el guión es insultante.

Y ya no porque sea malo, por la historia o por cualquier otra cosa (mucho nombre, pero poco actor o actriz inspirado) sino que es el MERO ABURRIMIENTO.

Una hora de diálogos suntuosos, que vienen a decir nada y que sirven para contar otra historia de venganzas.

¿Se imaginan que en el Conde de Montecristo se tiran UNA HORAZA hablando del paso previo a prisión?

Pues eso, que no cuadra. El filme está mal enfocado, actores y actrices pasados de rosca (Mendelsohn, Weaver, todos MEH) y poco interés por realizar algo decente.

Absolutamente nada recomendable. Creo que desde Un Buen Año, no hacía Scott un filme tan malo.

Cuarta adaptación del popular texto religioso, esta vez con un enfoque más realista en lo que cuenta y en el modo de hacerlo, pero sin dejar de lado lo divino y el espectáculo. El reparto está lleno de nombres conocidos que apenas tienen relevancia ya que todo el protagonismo recae en Christian Bale, quien cumple como de costumbre, en contraposición a un torpemente interpretado faraón Ramsés. La impecable dirección de Ridley Scott no compensa un guión lleno de altibajos, cuyo inicio y final se antojan precipitados y vacíos, y que evidencian numerosos cortes de montaje. Una puesta al día del mítico relato que no profundiza en temas relevantes para centrarse en entretener, lo cual consigue con creces.

Más mini críticas en cinedepatio.com.

Señor Scott, solo con mencionar Alien y Blade Runner será bendecido por los amantes del cine. Lamentablemente y por razones que desconozco, sigue usted el ritmo inverso a los grandes vinos. ¿Qué le ha sucedido?

Desde un principio podemos ver el exceso y espectacularidad de unos efectos visuales que solo permiten los grandes presupuestos, algo en lo que por supuesto, no se debe basar un film para ganar metraje. Por otra parte, Bale se queda solo ante la cámara con un irrisorio guión, dejando de lado a un insulso intérprete de Ramsés y otras cortas interpretaciones.
A groso modo, la falta de espíritu tiene como consecuencia que sea recordada únicamente como un simple remake de elevadísimo presupuesto y notables efectos visuales.

Recomendada por ser un “gran” film, pero decepcionante para los que esperen un cambio de rumbo de Scott.

Seguramente cuando pensamos en Moisés, a la mayoría se nos venga a la mente un Charlton Heston abriendo el Mar Rojo en dos en esa película de 1956 (Los diez mandamientos, Cecil B. DeMille). Casi 60 años después, Ridley Scott nos trae su visión de la vida de Moisés, alejado de ese tono religioso y con un protagonista más belicoso que el de Heston, acompañada de un gran reparto y unos efectos especiales acordes a una superproducción de este calibre.
Sin embargo, tengo la misma sensación que cuando vi en el cine otra cinta del mismo director, "El reino de los cielos". Que la película ha sufrido importantes cortes en su metraje lo que se traduce en que ciertos puntos de la historia pierdan coherencia y que en muchos pasajes parezca ir con el piloto automático.

Sigo en el "Spoiler" para no desvelar nada.