El secreto de sus ojos
2009 

8.1
90,889
Thriller. Intriga. Drama
Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
13 de noviembre de 2009
13 de noviembre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine argentino nos demuestra en los últimos tiempos que tiene mayor capacidad de realizar un cine más completo y “fresco” que el que nos tiene habituado nuestro patrio.
Aunque es una coproducción (sobre todo en el tema económico) su espíritu es argentino en todos los aspectos.
La trama es compacta. Anuda en una misma amalgama una historia de de detectives, judicial, política y de amor, haciendo que el puzle encaja de una forma casi perfecta (aunque perfecto no hay nada y el trama final chirria en intentar alargar la trama).
“Los ojos” a los que remite el título es la clave de las dos historias principales que se entremezclan en el film.
El mismo final, tanto en el plano romántico como en el plano de encontrar al asesino, puede que no convenza a todo el mundo pero es uno de los posibles finales que ayuda al espectador a irse pensando a casa.
Destacar la actuación del siempre eficiente Ricardo Darin y de la menos conocida por estos lares Soledad Villamil pero sobre todos ellos a destacar a Guillermo Francella, el gran descubrimiento de esta película.
Aunque es una coproducción (sobre todo en el tema económico) su espíritu es argentino en todos los aspectos.
La trama es compacta. Anuda en una misma amalgama una historia de de detectives, judicial, política y de amor, haciendo que el puzle encaja de una forma casi perfecta (aunque perfecto no hay nada y el trama final chirria en intentar alargar la trama).
“Los ojos” a los que remite el título es la clave de las dos historias principales que se entremezclan en el film.
El mismo final, tanto en el plano romántico como en el plano de encontrar al asesino, puede que no convenza a todo el mundo pero es uno de los posibles finales que ayuda al espectador a irse pensando a casa.
Destacar la actuación del siempre eficiente Ricardo Darin y de la menos conocida por estos lares Soledad Villamil pero sobre todos ellos a destacar a Guillermo Francella, el gran descubrimiento de esta película.
9 de diciembre de 2009
9 de diciembre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El realizador Juan José Campanella regresa a la gran pantalla tras las magníficas “El hijo de la novia” y “Luna de Avellaneda”, con una personalísima producción de cine negro, interpretada con acierto y holgado talento por el reconocido Ricardo Darín y una deslumbrante Soledad Villaamil.
La cinematografía argentina, capaz de revisitar los géneros y revolucionarlos, transformándolos con su escuela propia, al pasarlos por su tamiz e idiosincrasia, ha conseguido esta vez resucitar con vigor e inusitada originalidad, el género negro al que se recurre en ocasiones con excesiva facilidad para dotar a las películas de cierta comercialidad. Utilizado por autores noveles y consagrados como marco para presentar sus propuestas o como ejercicio de estilo, el policiaco, que no sólo se nutre de tramas detectivescas, sino también jurídicas, o con investigaciones periodísticas, ha sido protagonista de grandes obras del cine independiente como la que nos ocupa.
La película nos introduce en una escena clave del pasado: una dramática despedida en la estación ferroviaria de los personajes protagonistas, arropada con asombrosos efectos visuales que dotan a la escena de un lirismo desgarrador, con una estética pictórica profusa en elementos románticos, de exaltación sentimental, como si el director hubiera decidido capturar así no sólo la impresión del instante, sino también su intensidad.
Los rasgos esbozados terminan por definirse tras un salto en el tiempo que nos sitúa cronológicamente en una época contemporánea, cuando Benjamín Espósito, el espléndido Ricardo Darín, que encarna a un secretario judicial jubilado, investiga un antiguo caso criminal para inspirarse en el argumento de su nueva novela.
Los antihéroes de Campanella llevan a arriesgar incluso sus propias vidas para recuperar el sentido de esa profesión quizás si en un tiempo respetada, ya desprestigiada, manteniendo encendida su antorcha en medio de la oscuridad que envuelve a una selva enmarañada de intereses económicos, favores pagados con ascensos, algo a lo que ya apuntaba el cine negro clásico de los años cuarenta y cincuenta.
La ironía y el humor recorre no sólo la construcción de los personajes, sino los mismos diálogos, la confección del guión, la trama argumental, alcanzando un equilibrio delicado, tan sólo reservado a los grandes directores, capaces de supervisar una pareja labor de dirección artística, puesta en escena y dirección de actores, lo cual aporta una difícil coherencia narrativa al conjunto.
Con esta producción, además, Campanella ha conquistado una cima que parecía tan sólo reservada a las producciones de grandes presupuestos: consigue levantar un cine lleno de ambiciones y de impecable factura, al tiempo que logra profundizar en la grandeza humana, en el sentido de la dignidad del individuo sencillo como respuesta definitiva a los oscuros temores, a nuestros más ocultos interrogantes.
La cinematografía argentina, capaz de revisitar los géneros y revolucionarlos, transformándolos con su escuela propia, al pasarlos por su tamiz e idiosincrasia, ha conseguido esta vez resucitar con vigor e inusitada originalidad, el género negro al que se recurre en ocasiones con excesiva facilidad para dotar a las películas de cierta comercialidad. Utilizado por autores noveles y consagrados como marco para presentar sus propuestas o como ejercicio de estilo, el policiaco, que no sólo se nutre de tramas detectivescas, sino también jurídicas, o con investigaciones periodísticas, ha sido protagonista de grandes obras del cine independiente como la que nos ocupa.
La película nos introduce en una escena clave del pasado: una dramática despedida en la estación ferroviaria de los personajes protagonistas, arropada con asombrosos efectos visuales que dotan a la escena de un lirismo desgarrador, con una estética pictórica profusa en elementos románticos, de exaltación sentimental, como si el director hubiera decidido capturar así no sólo la impresión del instante, sino también su intensidad.
Los rasgos esbozados terminan por definirse tras un salto en el tiempo que nos sitúa cronológicamente en una época contemporánea, cuando Benjamín Espósito, el espléndido Ricardo Darín, que encarna a un secretario judicial jubilado, investiga un antiguo caso criminal para inspirarse en el argumento de su nueva novela.
Los antihéroes de Campanella llevan a arriesgar incluso sus propias vidas para recuperar el sentido de esa profesión quizás si en un tiempo respetada, ya desprestigiada, manteniendo encendida su antorcha en medio de la oscuridad que envuelve a una selva enmarañada de intereses económicos, favores pagados con ascensos, algo a lo que ya apuntaba el cine negro clásico de los años cuarenta y cincuenta.
La ironía y el humor recorre no sólo la construcción de los personajes, sino los mismos diálogos, la confección del guión, la trama argumental, alcanzando un equilibrio delicado, tan sólo reservado a los grandes directores, capaces de supervisar una pareja labor de dirección artística, puesta en escena y dirección de actores, lo cual aporta una difícil coherencia narrativa al conjunto.
Con esta producción, además, Campanella ha conquistado una cima que parecía tan sólo reservada a las producciones de grandes presupuestos: consigue levantar un cine lleno de ambiciones y de impecable factura, al tiempo que logra profundizar en la grandeza humana, en el sentido de la dignidad del individuo sencillo como respuesta definitiva a los oscuros temores, a nuestros más ocultos interrogantes.
21 de enero de 2010
21 de enero de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un viejo instructor de juzgado, Benjamín Espósito, ahora jubilado, decide escribir una novela sobre un caso que le marcó de por vida: “El caso Morales” en el que una joven fue violada y asesinada. Un misterio por resolver que le llevará a adentrarse nuevamente en aquellos días donde la tristeza y la aflicción hilvanaban el día a día de su existencia, y la de buena parte de sus compañeros y amigos.
Campanella recorre con ojo milimétrico una historia cargada de sentimientos contradictorios. Un asesinato por resolver. Un marido desconsolado. Un amor difícil, el de Espósito e Irene, convertido en imposible por una sociedad que se volvía hacia la barbarie. Todos ellos ingredientos en torno a los cuales gravitarán los acontecimientos del film. La intriga por saber quién es el asesino, la atmósfera que envuelve a su persecución, se compaginará con dos historias de amores perdidos. Ambos tristes, dolorosos y amargos. Todo ello acompañado, de manera causal, con un trasfondo nada halagüeño, en el que comenzaba a asomarse un conflicto social que ya daba señales de violencia y desesperación.
‘El secreto de sus ojos‘ es una gran historia. Una historia que conmueve, sentimiento puro. Reflexiona acerca de lo duro que es, en ocasiones, echar la vista atrás. De cómo, si lo haces, llega el momento en el que ya no hay marcha atrás, en el que te hundes en un pozo de tristeza, melancolía y desasosiego sin fondo donde tus recuerdos ya no son más que recuerdos de recuerdos. Sin embargo, pese a la tristeza y desesperación que inundan el film, Campanella guiña un ojo a la vitalidad. Cuando temo se convierte en teamo. Nunca es tarde para mirar hacia adelante. ¿O sí lo es?
En definitiva, una auténtica lección de cine. Un film de altos vuelos, de grandes interpretaciones, de miradas que por sí solas hablan. Obra maestra.
Campanella recorre con ojo milimétrico una historia cargada de sentimientos contradictorios. Un asesinato por resolver. Un marido desconsolado. Un amor difícil, el de Espósito e Irene, convertido en imposible por una sociedad que se volvía hacia la barbarie. Todos ellos ingredientos en torno a los cuales gravitarán los acontecimientos del film. La intriga por saber quién es el asesino, la atmósfera que envuelve a su persecución, se compaginará con dos historias de amores perdidos. Ambos tristes, dolorosos y amargos. Todo ello acompañado, de manera causal, con un trasfondo nada halagüeño, en el que comenzaba a asomarse un conflicto social que ya daba señales de violencia y desesperación.
‘El secreto de sus ojos‘ es una gran historia. Una historia que conmueve, sentimiento puro. Reflexiona acerca de lo duro que es, en ocasiones, echar la vista atrás. De cómo, si lo haces, llega el momento en el que ya no hay marcha atrás, en el que te hundes en un pozo de tristeza, melancolía y desasosiego sin fondo donde tus recuerdos ya no son más que recuerdos de recuerdos. Sin embargo, pese a la tristeza y desesperación que inundan el film, Campanella guiña un ojo a la vitalidad. Cuando temo se convierte en teamo. Nunca es tarde para mirar hacia adelante. ¿O sí lo es?
En definitiva, una auténtica lección de cine. Un film de altos vuelos, de grandes interpretaciones, de miradas que por sí solas hablan. Obra maestra.
20 de febrero de 2010
20 de febrero de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno ve hacía dónde se dirige el cine actualmente, con sus efectos especiales, 3D, etc. se pregunta si ese será el futuro del arte cinematográfico. Sin embargo, viendo películas como "El secreto de sus ojos" te das cuenta que afortunadamente eso no puede ser así. Valoras lo importante que es un buen guión, unas buenas interpretaciones.
Sin menoscabar las nuevas tecnologías, dónde haya pelis como estas que se quite todo lo demás.
Cine con mayúsculas. No se la pierdan.
Sin menoscabar las nuevas tecnologías, dónde haya pelis como estas que se quite todo lo demás.
Cine con mayúsculas. No se la pierdan.
27 de marzo de 2010
27 de marzo de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llego muy tarde a ver esta película argentina... pero nunca es tarde si la dicha es buena (en este caso, muy buena).
Campanella nos ofrece un drama que se sostiene en una intriga criminal con su asesino malvado y su captor antihéroe. La cinta es muy sombría y ciertamente pesimista en la mayor parte de sus momentos... no por ello resulta banal ni despreciable.
Confieso que sigo prefiriendo "El hijo de la novia" como estandarte del cine de Campanella por ser mucho más alegre y positiva (aunque igual de emocionante y bien hecha que esta que nos ocupa). "El secreto de sus ojos" es todo lo contrario, y Campanella se pasa al lado oscuro presentando en la tragedia a personajes sin corazón y alguna que otra escena cruda o impactante.
La verdad es que no sabría por donde empezar a la hora de loar esta obra. El guión es plausible ya que sabe mezclar a la perfección momentos rutinarios (pero siempre cautivadores) de nuestros protagonistas que poco hacen avanzar la trama con una intriga que evoluciona captando nuestra atención e interés a lo largo de casi tres horas. El apartado técnico es meritorio hasta el extremo (vamos, que van "de sobrados" y hacen mil virguerías sin caer en el ridículo cuando lo hacen, ya que todos sus saltos en el tiempo, sus focos alternos, sus juegos con filtros y velocidades de obturación no cansan sino que hacen parecer a la cinta una auténtica obra de arte que evoca sentimientos de forma indescriptible). Y las actuaciones son perfectas: el personaje de Darín me resulta demasiado atractivo en sus miradas llenas de anhelo hacia su amada con la que tiene una gran química, Guillermo Francella está inolvidable con un personaje que se torna de lo más familiar... la verdad es que todos los actores están magníficos (los actores españoles deberían ir todos ahora mismo a Argentina a estudiar interpretación, porque no sé que harán allí pero ellos sí tienen naturalidad y empuje). Y la banda sonora de Federico Jusid dota de una dimensión muy especial a todo relato.
En fin. La recomiendo sin duda, ya que es la combinación de todo (interpretaciones formidables, envoltorio técnico acertado y guión interesante que oculta más de lo que aprenta incluyendo el nivel emocional) lo que hace que esta cinta se saboree muy bien. Tiene momentos de miedo y temor, de lágrimas, de carcajada, de intriga y de belleza sentimental... sus momentos de intensidad su suceden continuamente. Y sobre todo son los ojos... esos ojos que exponen a los personajes queriendo ocultar sus secretos, pero que lo dicen todo con su mirada... dicen tanto...
Lo mejor: ...
Campanella nos ofrece un drama que se sostiene en una intriga criminal con su asesino malvado y su captor antihéroe. La cinta es muy sombría y ciertamente pesimista en la mayor parte de sus momentos... no por ello resulta banal ni despreciable.
Confieso que sigo prefiriendo "El hijo de la novia" como estandarte del cine de Campanella por ser mucho más alegre y positiva (aunque igual de emocionante y bien hecha que esta que nos ocupa). "El secreto de sus ojos" es todo lo contrario, y Campanella se pasa al lado oscuro presentando en la tragedia a personajes sin corazón y alguna que otra escena cruda o impactante.
La verdad es que no sabría por donde empezar a la hora de loar esta obra. El guión es plausible ya que sabe mezclar a la perfección momentos rutinarios (pero siempre cautivadores) de nuestros protagonistas que poco hacen avanzar la trama con una intriga que evoluciona captando nuestra atención e interés a lo largo de casi tres horas. El apartado técnico es meritorio hasta el extremo (vamos, que van "de sobrados" y hacen mil virguerías sin caer en el ridículo cuando lo hacen, ya que todos sus saltos en el tiempo, sus focos alternos, sus juegos con filtros y velocidades de obturación no cansan sino que hacen parecer a la cinta una auténtica obra de arte que evoca sentimientos de forma indescriptible). Y las actuaciones son perfectas: el personaje de Darín me resulta demasiado atractivo en sus miradas llenas de anhelo hacia su amada con la que tiene una gran química, Guillermo Francella está inolvidable con un personaje que se torna de lo más familiar... la verdad es que todos los actores están magníficos (los actores españoles deberían ir todos ahora mismo a Argentina a estudiar interpretación, porque no sé que harán allí pero ellos sí tienen naturalidad y empuje). Y la banda sonora de Federico Jusid dota de una dimensión muy especial a todo relato.
En fin. La recomiendo sin duda, ya que es la combinación de todo (interpretaciones formidables, envoltorio técnico acertado y guión interesante que oculta más de lo que aprenta incluyendo el nivel emocional) lo que hace que esta cinta se saboree muy bien. Tiene momentos de miedo y temor, de lágrimas, de carcajada, de intriga y de belleza sentimental... sus momentos de intensidad su suceden continuamente. Y sobre todo son los ojos... esos ojos que exponen a los personajes queriendo ocultar sus secretos, pero que lo dicen todo con su mirada... dicen tanto...
Lo mejor: ...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... para mí fue el momento de la bronca del jefe a los personajes de Darín y Francella (de carcajada y empatía total). Probablemente la escaramuza de un jefe más divertida que he visto en el cine.
Lo peor: ¡Hombre!, puestos a poner pegas... quizá haya un problema con el maquillaje de Darín para que aparente vejez (a veces se le nota demasiado y hace desconectar), o tal vez su excesivo metraje en los momentos finales ya cansa (por muy buena que sea la peli, parece que se alarga un pelín en su conclusión).
Lo peor: ¡Hombre!, puestos a poner pegas... quizá haya un problema con el maquillaje de Darín para que aparente vejez (a veces se le nota demasiado y hace desconectar), o tal vez su excesivo metraje en los momentos finales ya cansa (por muy buena que sea la peli, parece que se alarga un pelín en su conclusión).
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