Solo ante el peligro es una combinación de acción, un argumento único y una caracterización ambiental sensacional marcada por un elenco de gala, con un inmaculado Gary Cooper. Este último desarrolla y encarna soberanamente un sheriff solitario, abandonado y rechazado que deberá afrontar sus principios y dificultades. La banda sonora -también galardonada con un premio de la Academia- es precisa, oportuna y perfecta. Una referencia del western, una referencia del cine.

No pasa de moda. Un clásico.

Te quedas embobado ante la desesperación del reloj avanzando y de la belleza desmesurada de Grace Kelly en su primera película. Aunque se nota demasiado la enorme diferencia de edad de los actores en la película, 28 años en la vida real. Es claramente un error de casting, podría ser perfectamente su padre.

La fotografía preciosa en blanco y negro hace muy agradable ver la película.

Por otro lado el tema principal de la música se hace machacón a lo largo de todo el metraje; le da un aire antiguo de bajo presupuesto, es como si hubieran compuesto solo esa pieza y hubiera que repetirla porque no hay otra.

El Far West vivía a golpe de gatillo, con vaqueros pendencieros, borrachos, jugadores taimados y delincuentes había un margen muy estrecho para alcanzar la paz y el orden.

Fred Zinnemann consiguió en su obra pulir un brillante mas para el joyero de las mejores producciones cinematográficas, con una puesta en escena impecable, unos primeros planos maravillosos, una calidad de imagen excelente y un control sublime de los tiempos de la proyección.

La tensa espera, un reloj cuyas manecillas cortaban el aire como navajas, el valor de un hombre ante el miedo de todos los demás conforman una película especial, ese western mítico en el que Gary Cooper representa a la perfección el valor, el sentido del deber y el empeño de la palabra dada, esa que envuelta sin adornos resuena firme entre el honor y la dignidad.

Una obra maestra que siempre el tiempo recordará.

Me esperaba encontrar una de las obras magnas del western, pero no ha sido así. Es una buen western de suspense, pero nada más. Me recuerda a Tren de las 3:10 a Yuma, pero no logra la misma intensidad en los protagonistas ni mucho menos. Esto se debe a que el villano sólo aparece en la parte final, cuando baja del tren.

Puntos positivos: la actuación del gran Gary Cooper y la crítica social del mensaje.

Hay que reconocer que estamos ante un Western original. Con un Gary Cooper al borde de la jubilación, tan al borde que se jubila esa noche, pero que ya por la mañana deja el cargo con permiso municipal pues se va de luna de miel con la cuáquera Grace Kelly. (Afortunado).

Para su desgracia llega una banda de conocidos forajidos a su pueblo, y es que esperan la llegada de su líder en el tren de las 12. Con la poca oculta intención de darle plomo a nuestro sheriff en cuanto ponga pie a tierra el jefe. Y Gary que es un sheriff que se viste por los pies dice que no, que la jubilación puede esperar y que él no es de esos funcionarios que fichan la salida una hora antes el viernes, ni aunque sea por casarse y evitar dejar viuda en el mismo día a la bella Grace.

Y ahí está la película, con el bueno de Gary Cooper pidiendo ayuda por el pueblo para el inevitable duelo en el corral de turno, pero no todo el funcionariado es tan ejemplar como Gary y, sorpresa, le van dejando solo ante el futuro y potencial peligro. Hasta la mujer se le rebota un poquito, normal, que hay una luna de miel y una tienda de ultramarinos esperando en destino.

La película está muy bien rodada y las actuaciones son muy buenas. Pero no ha sido una película que me emocione, digamos que no es el guion más dinámico de la historia del cine, y eso le pesa a la película haciéndola larga para lo cortita que es. Al bueno de Wayne parece que le indignó sobre manera presentar a un sheriff pedigüeño y "cobarde". La verdad es que es algo injusta esa opinión, y es que el bueno de Gary Cooper es un hombre de honor, de los de antes, un buen hombre y decente. Pero también no demasiado emocionante.