Acertado spin-off del personaje más carismático de la saga de X-Men, que se justifica gracias a una sensacional interpretación por parte de Hugh Jackman. En dicha saga se dieron muchos guiños referidos al misteriosos pasado del personaje, de forma que se crea un interés inicial que proporciona mucha expectación. Y de hecho se encuentra a la altura de lo que podíamos esperar, ofreciendo una historia bien construida sobre cómo se convirtió en lo que es. Evidentemente es una versión muy simplista del cómic, pero garantiza un rato palomitero entretenido.

Al enorme papel de Jackman unimos el del villano Victor Creed, que es encarnado por Schreiber y que refleja muy bien a un ser malvado pero no sin escrúpulos, sino que aún conserva la piedad en su interior por su especial relación con Lobezno. Ese conflicto entre los dos es lo más atractivo del film al margen del relato de cómo consigue sus poderes y pierde posteriormente esos recuerdos. El problema que tiene es que los personajes secundarios parecen más bien de relleno, de forma que se introducen muchos sin llegar a definirse con la sola excepción de la esposa de Logan. Y sin embargo podemos disfrutar de cameos de algunos X-Men como Gambito.

Por lo demás, una película de acción que no defrauda a los simpatizantes de las películas de superhéroes aunque quizá sí lo haga a los más puristas del personaje cuyas adaptaciones al cine no terminan de convencerles.

Una vez terminada la trilogía, seguimos ordeñando la vaca y tendremos más partes y aumentando la saga, aunque no tenga ya nada que ver con el principio.

La cuarta entrega de X-Men se centra sobre todo en la historia y en los orígenes de Lobezno, intentando dar un sentido a aquello que vimos en las otras películas, es decir, ampliando el guión con tal de sacar más dinero.

La película se deja ver, pero en mi opinión se ha roto por completo el espíritu de la saga e incluso la acción no corresponde con la historia.

En mi opinión es una película entretenida si se ve en solitario pero vacía si se observa en conjunto.

Era mayo de 2009 si mal no recuerdo y salí de la sala de cine como si hubiera visto la segunda venida del Cristo. Que si peliculón, que si la mejor de los X-Men. Era un adolescente obsesionado con el cine de superhéroes de tal manera que hasta engendros como el Daredevil de Ben Affleck los consideraba buenos. El tiempo ha pasado, ya no estoy tan ciego y los errores se empiezan a ver a medida que pasan los revisionados y uno investiga porque no voy a discutir que no me entero de los fallos de guión y cosas similares en el primer visionado siempre. Esta vez se me ha caído bastante y aunque sigo manteniendo algo de cariño a esta cinta hay que reconocer que entre los Deus Ex Machina que no son pocos los que hay tanto por parte de Sabretooth como de Gambito, personajes desaprovechados, las decisiones del personaje de Stryker o los efectos especiales en algunos momentos resulta alucinante que una película como esta en muchos sitios de internet esté considerada mejor que la mitad del cine de superhéroes actual. Dicho esto, me quedo con las interpretaciones de Hugh Jackman que siempre pone todo su empeño como Lobezno y Liev Schreiber que ha dado un mejor Dientes de sable que el que se mostró en la primera de X-Men y que espero que el actor repita rol en la tercera y última entrega de Lobezno. Por lo demás la fotografía tiene algunos planos geniales, la película tiene buen ritmo, es entretenida, me gusta que la historia sea una tragedia constante y la banda sonora luce en algunos momentos pero sin hacer mucho ruido. Una lástima que todavía no tengamos la película de Lobezno que esté a la altura del personaje mostrado en la saga X-Men y del que sigo pensando que su mejor tratamiento está en X-Men 2 de Bryan Singer. Esos malditos 13 años donde todo me parecía de color de rosa, por un lado era positivo pero lo cierto es que estaba ciego. Pasable.

Estuvo a punto de que se lo cargasen. Aunque el diseño que realizó el dibujante John Romita era muy interesante, aquel bajito canadiense gruñón con garras no parecía encajar en el revival que Marvel dio a los personajes de la Patrulla X. Por fortuna, sobrevivió y no fue sacrificado por los guionistas, convirtiéndose, no solamente en uno de los mejores mutantes jamás creados, sino también en todo un icono de las viñetas.

El salto de Logan con el resto de hombres X vino avalado por B. Singer y, en un ejercicio hábil de casting, la carismática presencia de Hugh Jackman. Aunque el Logan de los cómics no era ningún guaperas, se logró una curiosa fusión de la estampa de galán del actor con la ferocidad de arma-X. Un matrimonio bien avenido que llevó a esta pre-cuela en la saga de X-Men.

Buenas noticias como la aparición de Liev Schreiber daban la ilusión de que esta aventura aparte del guerrero de las garras sería más oscura, violenta y despejaría algunas cuestiones sobre su versión cinematográfica. Tras acabar de ver "Orígenes", uno sabe más o menos lo mismo, y, sin desmerecer el trabajo de Gavin Hood bajo las cámaras, se echa de menos a Singer.

Todo transcurre con relativo interés sin llegar a despegar. De hecho, si Jackman no diera su fuerza a la actuación, la película sería bastante más ardua de ver.

Lo peor que se puede decir para la franquicia es que resulta sumamente prescindible.

Tras un muy buen comienzo con la revelación del personaje y los títulos de crédito con imágenes del protagonista, tenemos una serie de personajes mal presentados (o ni eso), seguido de una concatenación de escenas de acción tan espectaculares como absurdas o demasiado fantásticas (sí, sí, incluso para ser una peli de supers). Pues eso, mucha acción, apenas historia y un gran problema (a mi parecer) que empieza a convertirse en costumbre en este saga: una serie de cambios (donde dije digo ahora digo Diego) no ya de la fuente de la que beben (los magníficos comics de la Marvel) sino de cosas ya contadas por ellos. Ahora corto, ahora quito y ahora pongo. No entiendo el hecho de pillar una franquicia (entre otras cosas porque ya no tengo ideas para contar historias que atraigan a gente a las salas de cine) y cambiar tantas cosas que al final pierde la esencia de lo que "quieres copiar" (sobre todo de los personajes en concreto). Por dios, que desatino el trato que recibe MASACRE (DEADPOOL)... Menos mal que lo han corregido con su última peli.