Una curiosa mezcla de thriller con la sci-fi más pura y dura que le propició a Cameron un reconocimiento por parte de los fans del fantástico.
El film cuenta con lujosas escenas de acción tipo años 80 (violencia por todos lados) y cuenta con un reparo bastante decente en el que destaca Arnold Schwarzenegger haciendo de malo.
Recomendada.

James Cameron, Piraña II: los vampiros del mar a parte, ha tenido, desde sus inicios como cineasta, la clave del éxito. Esa que funciona con 500 millones de dólares o con los pocos (en comparación) que se necesitarían para realizar con inteligencia Terminator.

¿Y es que como no va a triunfar una película sobre un robot supercachas y molón que se lía a tiros para cargarse a una tía? (Ya no te cuento si resulta que el robot es bueno, hace amistad con un adolescente rebelde y la película no escatima en gastos).
¿Cómo no va a triunfar si el robot tiene vocación de icono del cine de acción? ¿Cómo no va a triunfar si no da respiro? ¿Si, a pesar de sus escasos medios, estos bastan para crear espectaculares secuencias? ¿Cómo coño no va a triunfar si se ve de buenísima gana en menos de dos horas que parecen una, por lo entretenido, y si no hace falta darle vueltas a lo visto, sólo disfrutarlo?

Pues ya está todo dicho. Su banda sonora, por muy a tecnomosca cojonera que pueda sonar, no va a eclipsar a lo que es una película hecha para el éxito. Y cuando hablo de éxito, no hablo de una recaudación monstruosa y una nota media que da risa, hablo de un éxito de verdad, de una aceptación mayoritaria más que comprensible.

Terminator es Arnold Schwarzenegger, y Arnold Schwarzenegger es terminator, un robot despiadado, una máquina asesina perfecta (sino veanlo como gobernador); un clásico del género, acción trepidante, un futuro incierto y amenazado, más una Linda Hamilton increible.

Conserva su incalculable encanto.

Sobria, oscura, siniestra... una maravilla, pese a su retorcido guión, para mi gusto con una vuelta de tuerca y alguna copa de más.

Linda Hamilton está espléndida y Buyo, habitualmente inoperante, asume su rol con bastante solvencia.

Grande.

Arnold Schwarzenegger, en su primer gran papel, y James Cameron se dan la mano en este entretenimiento muy bien urdido, que ha pasado por méritos propios a la historia del cine de referencia actual, y que ofrece un guión sólido, con algunos de los momentos más famosos del cine.

Muy recomendable.