Oppenheimer
7.4
45,126
Drama. Thriller
En tiempos de guerra, el brillante físico estadounidense Julius Robert Oppenheimer, al frente del 'Proyecto Manhattan', lidera los ensayos nucleares para construir la bomba atómica para su país. Impactado por su poder destructivo, Oppenheimer se cuestiona las consecuencias morales de su creación. Desde entonces y el resto de su vida, se opondría firmemente al uso de armas nucleares. (FILMAFFINITY)
23 de julio de 2023
23 de julio de 2023
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las iglesias de culto cinéfilo a los grandes realizadores, suelen proliferar cada determinado tiempo, para avisar al resto de los mortales de la existencia de un talento destacado, que generalmente, suele estar bastantes pasos por delante de sus coetáneos, protegidos tanto por crítica y público, en esa extraña comunión que solo a veces se produce en el universo fílmico.
En este punto, a Christopher Nolan le apetece mucho seguir la estela de los grandes maestros de la historia del celuloide, y es justo ahí, donde la comparación con Stanley Kubrick parece inevitable, porque si bien 'Interestelar' (2014), se podía considerar el último vértice de la trilogía mas culta de la Ciencia Ficción, compuesta por 'Solaris' (1972), y '2001: Odisea en el Espacio' (1968), la cinta que nos ocupa parece un guiño a otra de las obras mas controvertidas del universo kubrickiano, '¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú' (Dr. Strangelove, or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb'), estrenada en 1964, aún en plena psicosis nuclear, y provista una enorme carga satírica.
Poco de sátira hay en 'Oppenheimer', biopic del padre de la bomba atómica, insertada como espectro del famoso Proyecto Manhattan, acontecido en los prolegómenos de la II Guerra Mundial, y cuyos efectos de destrucción casi sobrenatural, despierta las dudas morales y existenciales, añadiendo carga política a un relato, que establece una estrecha relación entre la ciencia, el gobierno, y los medios de comunicación, definidos por el propio realizador como una alianza profana.
Las constantes de Nolan como autor, tales como el análisis del tiempo, la ambigüedad moral, o ese esfuerzo porque su mensaje llegue al público sin renunciar nunca a lo solemne, se mantienen intactas, mientras se defienden conceptos de física cuántica, con un particular respeto a esa comunidad científica de la época, tan plagada de talentos, configuran al film como un trabajo relevante, que portan las grandes obras dotadas de incuestionable capacidad cinematográfica.
Midiendo con enorme ingenio, la caligrafía narrativa con la visual, el realizador vuelve a contar con un Ludwig Göransson en estado de gracia, con una partitura adecuada y constante, bien apoyada en una apabullante labor de sonido, y en un trabajo de fotografía de otro habitual, Hoyte van Hoytema, el encargado de prender la llama nuclear en lo visual, esa que cautiva y aterra a partes iguales, mientras deambula con suficiencia técnica entre el glorioso blanco y negro y el color.
Al igual que ocurría en la mencionada Interestellar, Nolan sigue persiguiendo un relato íntimo de los personajes, los cuales dibuja, desde su propio guión adaptado, con enorme sutileza y minuciosidad, apoyado en un reparto complice y muy bien escogido, donde transita una cascada kilométrica de reconocidos actores, en su mayoría desde el plano secundario, pero aportando su granito de arena para que la historia fluya y gane credibilidad, con especial atención a Robert Downey Jr, Matt Damon, y Florence Pugh, impecables es sus respectivos roles.
En la cima, un Cillian Murphy al que se le debía una protagonista de este nivel, resultando bastante justo que como uno de los actores fetiche de Nolan, haya sido el realizador el que le de a su compatriota el salto definitivo a su carrera, en el momento ideal de madurez, para tomar prestada el alma de Oppenheimer, su inteligencia y delicadeza, sin forzar ningún exceso, capturando la mirada contemplativa tan distraída, como centrada hacia la pura genialidad.
Finalmente, los fieles del culto nolanista siguen de enhorabuena, 'Oppenheimer' es de ese tipo de obras que todo cinéfilo debe ver, pese a que sus 180 minutos de duración se puedan hacer bola en algún segmento, su relato es más que pertinente en los tiempos que nos han tocado vivir, donde muchos de los errores del pasado parecen repetirse sin remedio, seguramente por aquello de tropezar mil veces con la misma piedra, mientras el Momento Prometeo, ese pensamiento apocalíptico que según el realizador británico, ha infectado a todas y cada una de las generaciones de la humanidad, toma la forma brillante de absoluta amenaza, un instante cegador, en el que la humanidad tuvo de la verdadera capacidad de acabar consigo misma, algo que cambió el mundo para siempre.
<Lee ésta crítica, y muchas más, en fusionfreakweb.blogspot.com >
En este punto, a Christopher Nolan le apetece mucho seguir la estela de los grandes maestros de la historia del celuloide, y es justo ahí, donde la comparación con Stanley Kubrick parece inevitable, porque si bien 'Interestelar' (2014), se podía considerar el último vértice de la trilogía mas culta de la Ciencia Ficción, compuesta por 'Solaris' (1972), y '2001: Odisea en el Espacio' (1968), la cinta que nos ocupa parece un guiño a otra de las obras mas controvertidas del universo kubrickiano, '¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú' (Dr. Strangelove, or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb'), estrenada en 1964, aún en plena psicosis nuclear, y provista una enorme carga satírica.
Poco de sátira hay en 'Oppenheimer', biopic del padre de la bomba atómica, insertada como espectro del famoso Proyecto Manhattan, acontecido en los prolegómenos de la II Guerra Mundial, y cuyos efectos de destrucción casi sobrenatural, despierta las dudas morales y existenciales, añadiendo carga política a un relato, que establece una estrecha relación entre la ciencia, el gobierno, y los medios de comunicación, definidos por el propio realizador como una alianza profana.
Las constantes de Nolan como autor, tales como el análisis del tiempo, la ambigüedad moral, o ese esfuerzo porque su mensaje llegue al público sin renunciar nunca a lo solemne, se mantienen intactas, mientras se defienden conceptos de física cuántica, con un particular respeto a esa comunidad científica de la época, tan plagada de talentos, configuran al film como un trabajo relevante, que portan las grandes obras dotadas de incuestionable capacidad cinematográfica.
Midiendo con enorme ingenio, la caligrafía narrativa con la visual, el realizador vuelve a contar con un Ludwig Göransson en estado de gracia, con una partitura adecuada y constante, bien apoyada en una apabullante labor de sonido, y en un trabajo de fotografía de otro habitual, Hoyte van Hoytema, el encargado de prender la llama nuclear en lo visual, esa que cautiva y aterra a partes iguales, mientras deambula con suficiencia técnica entre el glorioso blanco y negro y el color.
Al igual que ocurría en la mencionada Interestellar, Nolan sigue persiguiendo un relato íntimo de los personajes, los cuales dibuja, desde su propio guión adaptado, con enorme sutileza y minuciosidad, apoyado en un reparto complice y muy bien escogido, donde transita una cascada kilométrica de reconocidos actores, en su mayoría desde el plano secundario, pero aportando su granito de arena para que la historia fluya y gane credibilidad, con especial atención a Robert Downey Jr, Matt Damon, y Florence Pugh, impecables es sus respectivos roles.
En la cima, un Cillian Murphy al que se le debía una protagonista de este nivel, resultando bastante justo que como uno de los actores fetiche de Nolan, haya sido el realizador el que le de a su compatriota el salto definitivo a su carrera, en el momento ideal de madurez, para tomar prestada el alma de Oppenheimer, su inteligencia y delicadeza, sin forzar ningún exceso, capturando la mirada contemplativa tan distraída, como centrada hacia la pura genialidad.
Finalmente, los fieles del culto nolanista siguen de enhorabuena, 'Oppenheimer' es de ese tipo de obras que todo cinéfilo debe ver, pese a que sus 180 minutos de duración se puedan hacer bola en algún segmento, su relato es más que pertinente en los tiempos que nos han tocado vivir, donde muchos de los errores del pasado parecen repetirse sin remedio, seguramente por aquello de tropezar mil veces con la misma piedra, mientras el Momento Prometeo, ese pensamiento apocalíptico que según el realizador británico, ha infectado a todas y cada una de las generaciones de la humanidad, toma la forma brillante de absoluta amenaza, un instante cegador, en el que la humanidad tuvo de la verdadera capacidad de acabar consigo misma, algo que cambió el mundo para siempre.
<Lee ésta crítica, y muchas más, en fusionfreakweb.blogspot.com >
31 de julio de 2023
31 de julio de 2023
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peliculón de más de 3 horas para ver en la gran pantalla, lo que posiblemente sea el culmen de la carrera de Christopher Nolan y una de las mejores películas de esta década.
Pese a haberme fascinado más "Interstellar", se le pueden poner pocos peros a su último trabajo. Guion menos complejo que en anteriores ocasiones y más real, al tratarse de un biopic del creador de la bomba atómica.
Sólo se me hace algo pesada después de acabar la parte de la fase de pruebas, pero es cierto que la última media hora es frenética. Y a todo esto, dónde está Michael Caine?
Brillante papel de Cillian Murphy, que en esta película me recuerda mucho a Benedict Cumberbatch. Siento cierto parecido entre los dos actores, a ambos les pegan este tipo de personajes.
Pese a haberme fascinado más "Interstellar", se le pueden poner pocos peros a su último trabajo. Guion menos complejo que en anteriores ocasiones y más real, al tratarse de un biopic del creador de la bomba atómica.
Sólo se me hace algo pesada después de acabar la parte de la fase de pruebas, pero es cierto que la última media hora es frenética. Y a todo esto, dónde está Michael Caine?
Brillante papel de Cillian Murphy, que en esta película me recuerda mucho a Benedict Cumberbatch. Siento cierto parecido entre los dos actores, a ambos les pegan este tipo de personajes.
5 de agosto de 2023
5 de agosto de 2023
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda guerra mundial, el físico Julius Robert Oppenheimer (Cillian Murphy) dentro del Proyecto Manhattan, crea ensayos nucleares para construir la bomba para EEUU. Una vez ve creada reflexiona sobre su creación y desde entonces su vida dependerá del uso de armas nucleares.
NUESTRO GALACTUS
Wow, quién iba a decir en aquella época, los 40, que ya tendríamos creado el arma más letal y destructora cómo ha sido la bomba atómica, creada por J. Robert Oppenheimer, un físico neoyorquino de 1904 de orígen judío. No sé cómo vivió esa experiencia el ser humano pero en la sala del cine la he vivido cómo si fuera real con los temblores de las butacas. Además de que me tocó reservarlas en la 2a fila. Con los pelos de punta hasta el final.
Christopher Nolan regresa a las pantallas después de Tenet para demostrar una vez más que puede hacer lo que quiera, contándonos en este caso la biografía de Oppie (Cillian Murphy) y el monstruo que creó con el Proyecto Manhattan, lanzado en Hiroshima y Nagasaki en nombre de Harry Truman (Gary Oldman, el James Gordon de El Caballero Oscuro, obras maestras de nuestro Nolan), 33o presidente de EEUU, que acabó con la guerra en 1945.
TRES HORAS, PERO NOLAN HACE QUE NO QUIERA MIRAR EL RELOJ.
Sonará muy típico, pero es uno de mis directores favoritos hasta el momento, aunque aún me falta mucho director por descubrir, pero me hace sentir algo diferente a los demás, es tán perfeccionista con cada segundo de la trama. Sus historias me fascinan, crea de ellas una paradoja y las vuelve lo más intimista posible. Nos hace pensar, reflexionar. Tratar temas que en nuestro día a día no cobran vida. Le puede salir mejor o peor pero su huella no desaparece y le reconocemos.
No quiero estropear la película con mis palabras. Pero cada vez que la veo me emociono más. Nolan no solo nos trae una película histórica cuyo tiempo no abruma porque está perfectamente narrada. Es una reflexión de lo más profunda sobre la moralidad de la ciencia y la condición humana añadiendo una banda sonora excelente que te hace ver las mismas visiones que tiene Robert, son increíbles. Al salir del cine guardé instantáneamente la banda sonora en mi playlist.
Y por si fuera poco, también tenemos el lujo de presenciar actuaciones merecedoras de Oscar y merecidas de Cillian (Oppenheimer) y Robert Downey JR (Lewis Strauss), sólo estos dos pueden protagonizar a estos grandes personajes que te obligan a adentrarte en ellos entendiendo todos sus puntos débiles y fuertes, los hacen creíbles y conmovedores. Aunque los personajes femeninos no hayan tenido tanto papel en esta, tenemos a una Emily Blunt (Kitty Oppenheimer) poderosa, con unas reacciones faciales y frases fuertes, con gusto de presenciar. Lo mismo opino de la encantadora Florence Pugh (Jean Tatlock) que me ha hecho la historia más amena cuando ella aparecía. Pocos momentos pero fabulosos.
En general, el reparto es brutal, hay intérpretes que no han tenido tanto protagonismo pero se nota que tienen que estar ahí: Rami Malek (David L. Hill), me encanta este hombre, Josh Peck (Kenneth Bainbridge), David Dastmalchian, Dane DeHaan (Kenneth Nichols). Y el gran Tom Conti interpretando al físico Albert Einstein, y muchos más.
Más películas así necesitamos en el cine y presenciarlas con inquietud, que te lancen esas sensaciones cómo hace esta historia, que hoy en día poca gente experimenta, a veces por obligación social. Y se agradece, incluso emociona. Que bonito es el cine. Y cómo lo echo de menos cada vez que salgo de él.
RICARDO VALERO, JULIO 2023, ESPAÑA.
NUESTRO GALACTUS
Wow, quién iba a decir en aquella época, los 40, que ya tendríamos creado el arma más letal y destructora cómo ha sido la bomba atómica, creada por J. Robert Oppenheimer, un físico neoyorquino de 1904 de orígen judío. No sé cómo vivió esa experiencia el ser humano pero en la sala del cine la he vivido cómo si fuera real con los temblores de las butacas. Además de que me tocó reservarlas en la 2a fila. Con los pelos de punta hasta el final.
Christopher Nolan regresa a las pantallas después de Tenet para demostrar una vez más que puede hacer lo que quiera, contándonos en este caso la biografía de Oppie (Cillian Murphy) y el monstruo que creó con el Proyecto Manhattan, lanzado en Hiroshima y Nagasaki en nombre de Harry Truman (Gary Oldman, el James Gordon de El Caballero Oscuro, obras maestras de nuestro Nolan), 33o presidente de EEUU, que acabó con la guerra en 1945.
TRES HORAS, PERO NOLAN HACE QUE NO QUIERA MIRAR EL RELOJ.
Sonará muy típico, pero es uno de mis directores favoritos hasta el momento, aunque aún me falta mucho director por descubrir, pero me hace sentir algo diferente a los demás, es tán perfeccionista con cada segundo de la trama. Sus historias me fascinan, crea de ellas una paradoja y las vuelve lo más intimista posible. Nos hace pensar, reflexionar. Tratar temas que en nuestro día a día no cobran vida. Le puede salir mejor o peor pero su huella no desaparece y le reconocemos.
No quiero estropear la película con mis palabras. Pero cada vez que la veo me emociono más. Nolan no solo nos trae una película histórica cuyo tiempo no abruma porque está perfectamente narrada. Es una reflexión de lo más profunda sobre la moralidad de la ciencia y la condición humana añadiendo una banda sonora excelente que te hace ver las mismas visiones que tiene Robert, son increíbles. Al salir del cine guardé instantáneamente la banda sonora en mi playlist.
Y por si fuera poco, también tenemos el lujo de presenciar actuaciones merecedoras de Oscar y merecidas de Cillian (Oppenheimer) y Robert Downey JR (Lewis Strauss), sólo estos dos pueden protagonizar a estos grandes personajes que te obligan a adentrarte en ellos entendiendo todos sus puntos débiles y fuertes, los hacen creíbles y conmovedores. Aunque los personajes femeninos no hayan tenido tanto papel en esta, tenemos a una Emily Blunt (Kitty Oppenheimer) poderosa, con unas reacciones faciales y frases fuertes, con gusto de presenciar. Lo mismo opino de la encantadora Florence Pugh (Jean Tatlock) que me ha hecho la historia más amena cuando ella aparecía. Pocos momentos pero fabulosos.
En general, el reparto es brutal, hay intérpretes que no han tenido tanto protagonismo pero se nota que tienen que estar ahí: Rami Malek (David L. Hill), me encanta este hombre, Josh Peck (Kenneth Bainbridge), David Dastmalchian, Dane DeHaan (Kenneth Nichols). Y el gran Tom Conti interpretando al físico Albert Einstein, y muchos más.
Más películas así necesitamos en el cine y presenciarlas con inquietud, que te lancen esas sensaciones cómo hace esta historia, que hoy en día poca gente experimenta, a veces por obligación social. Y se agradece, incluso emociona. Que bonito es el cine. Y cómo lo echo de menos cada vez que salgo de él.
RICARDO VALERO, JULIO 2023, ESPAÑA.
6 de agosto de 2023
6 de agosto de 2023
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine, teatro o documental. Yo creo que se encuadra en un documental de ficción. Por lo que he podido encontrar los personajes son reales, así como la historia central. No se busca la estética, sino que la técnica cinematográfica se centra en mostrar el relato de una manera comprensible al espectador
Argumento. Se relata el proceso que tuvo lugar contra Oppenheimer a cuenta de determinar el grado de seguridad nacional en tiempos de la caja de brujas en USA. Durante el proceso se enumeran la participación de Oppenheimer en el desarrollo de la bomba atómica y su resistencia a producir la bomba de fusión o bomba de hidrógeno.
Lo que más me gusto de la película. Ninguna escena me llegó a emocionar, si bien te refleja el temor que existía a que la Alemania nazi pudiera desarrollar la bomba atómica en primer lugar y las devastadoras consecuencias que este hecho podría tener.
Lo que menos me gustó. El escaso interés que la película demuestra ante los dilemas a los que se enfrentaron los físicos que trabajaban en el proyecto cuando la Alemania nazi fue derrotada y el proyecto viró a su uso en la guerra con Japón. El centrar la película en Oppenheimer tuvo el reconocimiento que debía por parte del gobierno americano en lugar del dilema del uso del arma sobre población civil en dos ciudades de Japón.
La escena que me quedó en la retina. Los aplausos de una sala abarrotada en el discurso de Oppenheimer tras la detonación exitosa de la bomba. Como la consecución de un objetivo por el que se ha trabajado borra el horror de los muertos en Japón, las consecuencias de ese trabajo. Evoca los éxitos del verdugo del "Vizconde demediado" de Italo Calvino o los aplausos tras la votación en el parlamento español en relación a la guerra de Irak.
Conclusión. Es una película que me ha decepcionado. Destaca lo que a mi parecer son los aspectos menos relevantes del proyecto Manhattan (la oscilación en el reconocimiento del gobierno americano a Oppenheimer), o la envidia y afán de revancha que provoca un comentario de Oppenheimer en uno de los personajes. Una película que pasa de puntillas sobre el dilema del desarrollo y uso de la bomba atómica tras la derrota de la Alemania nazi o la escalada militar o la política de disuasión nuclear.
Argumento. Se relata el proceso que tuvo lugar contra Oppenheimer a cuenta de determinar el grado de seguridad nacional en tiempos de la caja de brujas en USA. Durante el proceso se enumeran la participación de Oppenheimer en el desarrollo de la bomba atómica y su resistencia a producir la bomba de fusión o bomba de hidrógeno.
Lo que más me gusto de la película. Ninguna escena me llegó a emocionar, si bien te refleja el temor que existía a que la Alemania nazi pudiera desarrollar la bomba atómica en primer lugar y las devastadoras consecuencias que este hecho podría tener.
Lo que menos me gustó. El escaso interés que la película demuestra ante los dilemas a los que se enfrentaron los físicos que trabajaban en el proyecto cuando la Alemania nazi fue derrotada y el proyecto viró a su uso en la guerra con Japón. El centrar la película en Oppenheimer tuvo el reconocimiento que debía por parte del gobierno americano en lugar del dilema del uso del arma sobre población civil en dos ciudades de Japón.
La escena que me quedó en la retina. Los aplausos de una sala abarrotada en el discurso de Oppenheimer tras la detonación exitosa de la bomba. Como la consecución de un objetivo por el que se ha trabajado borra el horror de los muertos en Japón, las consecuencias de ese trabajo. Evoca los éxitos del verdugo del "Vizconde demediado" de Italo Calvino o los aplausos tras la votación en el parlamento español en relación a la guerra de Irak.
Conclusión. Es una película que me ha decepcionado. Destaca lo que a mi parecer son los aspectos menos relevantes del proyecto Manhattan (la oscilación en el reconocimiento del gobierno americano a Oppenheimer), o la envidia y afán de revancha que provoca un comentario de Oppenheimer en uno de los personajes. Una película que pasa de puntillas sobre el dilema del desarrollo y uso de la bomba atómica tras la derrota de la Alemania nazi o la escalada militar o la política de disuasión nuclear.
21 de agosto de 2023
21 de agosto de 2023
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si podía existir un director en la actualidad de Hollywood capaz de crear una epopeya tan grande como lo que significa Oppenheimer, ese sin ninguna duda es Christopher Nolan. Un director tan extraordinario como determinado en lo que hace que no es de extrañar tamaña grandeza que ha logrado con una de las mejores películas de 2023 y seguramente la mejor película de su filmografía.
Un biopic que se va construyendo de manera inteligente por un guion agudo, pensante, cautivador y altamente tensional a medida que vamos entrando en el corazón de una película que se plantea derechamente como el mejor juego político escrito en el último tiempo. Nolan esconde tras un thriller contundente una película que juega al engaño como un virtuoso político que pretende posicionar su nombre por sobretodos a su alrededor. Detrás de la creación de la bomba atómica se encuentra una historia audaz que sabe marcar el ritmo y los tiempos ante dos grandes personajes que juegan a posicionar su nombre como el gran héroe de la función.
Para ello, el director cuenta con el mejor Cillian Murphy de su carrera, el cual entrega lo que para mí es la demostración de un actor que ha tocado el olimpo y que se consagra definitivamente como el extraordinario actor que es. La interpretación de Julius Robert Oppenheimer es contundente, sincera, auténtica e imborrable que posiciona al actor como el gran candidato a recibir todo el reconocimiento posible en la temporada de premios. No tan solo él lo merece, Robert Downey Jr. deja como precedente que es un tremendo actor y que puede hacer de todo en el cine y no lo podrás cuestionar; así como un reparto que por muy pequeña que sea su presencia nadie desentona como una Florence Pugh que francamente es alucinante y eso que solo la disfrutamos una pequeña parte dentro de toda esta epopeya.
Ludwig Göransson simplemente ha creado los acordes perfectos para acompañar la mente de Nolan con una BSO que no defrauda en absoluto y en la que te permites sentir las emociones con que baña cada escena posible. Lo mismo uno puede decir de Hoyte van Hoytema con su fotografía de ensueño y con tamaño desafío con el que debe lidiar de color a blanco y negro.
Lo que ha conseguido Nolan es volver a recordar las antiguas epopeyas de antaño que se puede resumir en una película hecha por adultos para adultos, pero realizada con toda la amplitud y majestuosidad de aquellas películas hechas para niños y adolescentes. Una película tan pensada y dedicada con la que el director demuestra toda su experiencia a lo que realmente le apasiona que es el cine.
Oppenheimer es una película imperfecta que tiene sus momentos en donde podrá gustar menos y algunas decisiones que no terminan de cerrar por completo. Eso solo hace que estemos en presencia de una película extraordinaria que se posiciona hasta la fecha como esa película de autor supuesta como un gran blockbuster, pero que nunca suelta la sangre personal de su propio autor.
Un biopic que se va construyendo de manera inteligente por un guion agudo, pensante, cautivador y altamente tensional a medida que vamos entrando en el corazón de una película que se plantea derechamente como el mejor juego político escrito en el último tiempo. Nolan esconde tras un thriller contundente una película que juega al engaño como un virtuoso político que pretende posicionar su nombre por sobretodos a su alrededor. Detrás de la creación de la bomba atómica se encuentra una historia audaz que sabe marcar el ritmo y los tiempos ante dos grandes personajes que juegan a posicionar su nombre como el gran héroe de la función.
Para ello, el director cuenta con el mejor Cillian Murphy de su carrera, el cual entrega lo que para mí es la demostración de un actor que ha tocado el olimpo y que se consagra definitivamente como el extraordinario actor que es. La interpretación de Julius Robert Oppenheimer es contundente, sincera, auténtica e imborrable que posiciona al actor como el gran candidato a recibir todo el reconocimiento posible en la temporada de premios. No tan solo él lo merece, Robert Downey Jr. deja como precedente que es un tremendo actor y que puede hacer de todo en el cine y no lo podrás cuestionar; así como un reparto que por muy pequeña que sea su presencia nadie desentona como una Florence Pugh que francamente es alucinante y eso que solo la disfrutamos una pequeña parte dentro de toda esta epopeya.
Ludwig Göransson simplemente ha creado los acordes perfectos para acompañar la mente de Nolan con una BSO que no defrauda en absoluto y en la que te permites sentir las emociones con que baña cada escena posible. Lo mismo uno puede decir de Hoyte van Hoytema con su fotografía de ensueño y con tamaño desafío con el que debe lidiar de color a blanco y negro.
Lo que ha conseguido Nolan es volver a recordar las antiguas epopeyas de antaño que se puede resumir en una película hecha por adultos para adultos, pero realizada con toda la amplitud y majestuosidad de aquellas películas hechas para niños y adolescentes. Una película tan pensada y dedicada con la que el director demuestra toda su experiencia a lo que realmente le apasiona que es el cine.
Oppenheimer es una película imperfecta que tiene sus momentos en donde podrá gustar menos y algunas decisiones que no terminan de cerrar por completo. Eso solo hace que estemos en presencia de una película extraordinaria que se posiciona hasta la fecha como esa película de autor supuesta como un gran blockbuster, pero que nunca suelta la sangre personal de su propio autor.
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