Los miserables
7.2
11,629
Thriller. Drama
El policía Stéphane Ruiz acaba de unirse a la BAC, la Brigada de Lucha contra la Delincuencia de Montfermeil, un suburbio al este de París. Allí conoce a sus nuevos compañeros, Chris y Gwada, dos agentes experimentados en las enormes tensiones que existen entre los distintos grupos organizados que operan por el control del problemático barrio.
7 de marzo de 2020
7 de marzo de 2020
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ladj Ly dirige su primer largometraje de ficción, en un proyecto que no para de cosechar éxitos desde su presentación el pasado mes de Mayo en el Festival de Cannes. En ese escenario tan prestigioso la película ganó el gran premio del jurado, y en nuestro país su estreno tuvo lugar en San Sebastián, en donde la pude ver por primera vez, ya que formó parte de la sección Perlas del Zinemaldia 2019. Además, ha sido la seleccionada por Francia para representarla en los Óscar 2020 y está en el quinteto de nominadas a los Premios EFA en el apartado de mejor película.
El cineasta de origen maliense, nacido en Montfermeil ( integrado en el departamento parisino de Sena-San Denis ), toma como punto de partida el cortometraje del mismo nombre que estuvo nominado en los Premios César de 2018, y que tiene como protagonistas a los mismos policías que en este nuevo proyecto forman parte de la Brigada de Lucha contra la Delincuencia de Montfermeil, para contarnos una historia que muestra la realidad diaria en un lugar que conoce muy bien. El director cuenta en una entrevista que fue víctima de registros policiales, el primero cuando tenía 10 años, y vivía en los suburbios de la capital francesa.
La película se inicia con la llegada de Stéphane Ruiz, un nuevo policía que se tiene que incorporar a la brigada policial que intenta imponer el orden en esa zona tan conflictiva a las afueras de París. Sus métodos de trabajo chocan frontalmente con los de sus otros dos compañeros de trabajo, Gwada y sobre todo Chris, ya que los más veteranos en ese lugar tienes una conducta más radical, y el recién llegado es más partidario de solucionar las cosas de manera más pacífica y con el diálogo. Esos métodos tan opuestos irán poco a poco creando rencillas entre ellos, hasta que terminará explotando en unos pocos días de convivencia (la película se desarrolla en un corto periodo de tiempo).
La película funciona sobre todo por la gran labor en la dirección, por el excelente montaje de las diferentes subtramas y sobre todo de las escenas de acción, y todo ello culmina con un tercio final en donde se suceden unos acontecimientos en donde se hay una gran tensión, y me recordó, guardando las distancias, al desenlace de "Custodia compartida (2017)", otra gran película francesa.
Pero todos esos aspectos positivos citados anteriormente no funcionarían tan bien sin un buen guion, ya que con dos o tres detalles o situaciones nos presenta a todos los implicados en el conflicto, para así poder entender su comportamiento en la segunda mitad.
El reparto no está mal, sin ser el aspecto más destacado de la película, pero al menos no desentonan, y los que interpretan a los policías son Alexis Manenti en el papel de Chris, Djibril Zonga como Gwada y el dos veces nominado a los Premios César, Damien Bonnard, es Stéphane Ruiz.
La película ha sido criticada porque no se posiciona a favor de una de las partes, pese a las experiencias personales del director en el pasado, pero no creo que sea necesario hacerlo de manear directa, sino que de manera acertada se ponen todas las posiciones encima de la mesa, y cada uno puede sacar sus conclusiones sobre la manera de solucionar ese problema tan real en la Francia actual.
Una película fácil de recomendar, ya que puede gustar a los aficionados al cine europeo de calidad, pero también a los más jóvenes que disfrutan con películas de acción, aunque filmadas con toques europeos tienen un ritmo bastante elevado.
LO MEJOR: El montaje y la dirección. La tensión durante la media hora final.
LO PEOR: Cuesta entrar en la parte inicial durante la presentación de los personajes.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
El cineasta de origen maliense, nacido en Montfermeil ( integrado en el departamento parisino de Sena-San Denis ), toma como punto de partida el cortometraje del mismo nombre que estuvo nominado en los Premios César de 2018, y que tiene como protagonistas a los mismos policías que en este nuevo proyecto forman parte de la Brigada de Lucha contra la Delincuencia de Montfermeil, para contarnos una historia que muestra la realidad diaria en un lugar que conoce muy bien. El director cuenta en una entrevista que fue víctima de registros policiales, el primero cuando tenía 10 años, y vivía en los suburbios de la capital francesa.
La película se inicia con la llegada de Stéphane Ruiz, un nuevo policía que se tiene que incorporar a la brigada policial que intenta imponer el orden en esa zona tan conflictiva a las afueras de París. Sus métodos de trabajo chocan frontalmente con los de sus otros dos compañeros de trabajo, Gwada y sobre todo Chris, ya que los más veteranos en ese lugar tienes una conducta más radical, y el recién llegado es más partidario de solucionar las cosas de manera más pacífica y con el diálogo. Esos métodos tan opuestos irán poco a poco creando rencillas entre ellos, hasta que terminará explotando en unos pocos días de convivencia (la película se desarrolla en un corto periodo de tiempo).
La película funciona sobre todo por la gran labor en la dirección, por el excelente montaje de las diferentes subtramas y sobre todo de las escenas de acción, y todo ello culmina con un tercio final en donde se suceden unos acontecimientos en donde se hay una gran tensión, y me recordó, guardando las distancias, al desenlace de "Custodia compartida (2017)", otra gran película francesa.
Pero todos esos aspectos positivos citados anteriormente no funcionarían tan bien sin un buen guion, ya que con dos o tres detalles o situaciones nos presenta a todos los implicados en el conflicto, para así poder entender su comportamiento en la segunda mitad.
El reparto no está mal, sin ser el aspecto más destacado de la película, pero al menos no desentonan, y los que interpretan a los policías son Alexis Manenti en el papel de Chris, Djibril Zonga como Gwada y el dos veces nominado a los Premios César, Damien Bonnard, es Stéphane Ruiz.
La película ha sido criticada porque no se posiciona a favor de una de las partes, pese a las experiencias personales del director en el pasado, pero no creo que sea necesario hacerlo de manear directa, sino que de manera acertada se ponen todas las posiciones encima de la mesa, y cada uno puede sacar sus conclusiones sobre la manera de solucionar ese problema tan real en la Francia actual.
Una película fácil de recomendar, ya que puede gustar a los aficionados al cine europeo de calidad, pero también a los más jóvenes que disfrutan con películas de acción, aunque filmadas con toques europeos tienen un ritmo bastante elevado.
LO MEJOR: El montaje y la dirección. La tensión durante la media hora final.
LO PEOR: Cuesta entrar en la parte inicial durante la presentación de los personajes.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
19 de enero de 2020
19 de enero de 2020
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stéphane Ruiz se incorpora dentro de un grupo de policías destinados a Montfermeil, una zona conflictiva de la periferia de París, y se encuentra con que los métodos de trabajo de sus dos compañeros veteranos arrastran un vicios y unas relaciones fundamentadas en el miedo y la coacción en el límite de una violencia latente que es el origen de una rabia a punto de explosionar. Un incidente con un cachorro de león de un circo itinerante será el detonante de toda la línea argumental que se desarrolla durante un corto periodo de tiempo.
"Los miserables" que se estructura en formato de thriller policíaco con una carga social muy marcada pretende ir mucho más allá de la resolución estricta del caso para adentrarse en las causas profundas y viscerales que puedan ofrecer alguna explicación mínimamente ecuánime a las repetidas explosiones de rabia de este sector de la población marginal y con pocas perspectivas. Una población que en unos minutos iniciales vive un paréntesis de magia colectiva con la victoria del equipo francés que contrastará a continuación con la crudeza del barrio periférico. Acertadamente el planteamiento se aleja de cualquier interpretación paternalista de buenos y malos para mostrar perfectamente el entramado de corruptelas dentro de una red de equilibrios de una fragilidad evidente.
Un buen guión mantiene la tensión en un crescendo bien estructurado, con una dirección notable y una cámara que sigue inquieta los ánimos y el conflicto de los tres protagonistas consiguiendo finalmente ofrecernos un panorama creíble en un contexto de pobreza y desarraigo haciendo hincapié en una idea clara sobre los procedimientos usados para controlar y reprimir estos barrios marginales.
Una propuesta intensa, de una realismo crudo que te atrapa en una trama poderosa y bien resuelta. (7)
>> bit.ly/38AchDR
"Los miserables" que se estructura en formato de thriller policíaco con una carga social muy marcada pretende ir mucho más allá de la resolución estricta del caso para adentrarse en las causas profundas y viscerales que puedan ofrecer alguna explicación mínimamente ecuánime a las repetidas explosiones de rabia de este sector de la población marginal y con pocas perspectivas. Una población que en unos minutos iniciales vive un paréntesis de magia colectiva con la victoria del equipo francés que contrastará a continuación con la crudeza del barrio periférico. Acertadamente el planteamiento se aleja de cualquier interpretación paternalista de buenos y malos para mostrar perfectamente el entramado de corruptelas dentro de una red de equilibrios de una fragilidad evidente.
Un buen guión mantiene la tensión en un crescendo bien estructurado, con una dirección notable y una cámara que sigue inquieta los ánimos y el conflicto de los tres protagonistas consiguiendo finalmente ofrecernos un panorama creíble en un contexto de pobreza y desarraigo haciendo hincapié en una idea clara sobre los procedimientos usados para controlar y reprimir estos barrios marginales.
Una propuesta intensa, de una realismo crudo que te atrapa en una trama poderosa y bien resuelta. (7)
>> bit.ly/38AchDR
9 de marzo de 2020
9 de marzo de 2020
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ladj Ly es un joven director cinematográfico nacido en la Republica de Malí, al sur de Argelia en África, cuyos padres emigraron a Francia cuando él tenía 8 años. Se establecieron en los suburbios de Paris, donde formaron parte de una comunidad en la que prevalecía la religión musulmana. No obstante, el proceso de adaptación no fue ni será fácil. Lengua diferente, tez oscura, vida nómade, falta de recursos, añoranzas son factores condicionantes más allá de las garantías civiles. Un lugar donde, además, la violencia y la marginalidad es un hecho corriente.
En 2009, el joven Ladj Ly fue arrestado y condenado por la justicia francesa a 3 años de prisión por complicidad en un caso de secuestro, cumpliendo su pena en forma correspondiente, Su prontuario también registra otros antecedentes policiales con dos veredictos por delitos menores, uno de ellos en 2011, por filmar un caso de violencia policial al que le agregó sonido con comentarios provocativos, que más tarde publicó en Internet.
Este último caso inspirará y dará lugar a Los Miserables. Ni su título ni la leyenda final son una casualidad. El propio Ladj Ly comenta; “Durante cinco años filmé escenas en mi vecindario. Filmamos a la policía, en lugares donde sucedieron muchas cosas raras. Más tarde hice un video de ello. Ahora filmé esta película.
Con aquel tono documentalista, y un fuerte sentido del cine verdad, debuta en el largometraje filmando “Los Miserables”, una obra maestra del docuficcion. Ladj Ly recrea aquellos sucesos con una fuerza arrolladora, logrando hacer un cine que respira verdad a lo largo de todo su metraje, y que termina alzándose más que con una denuncia contundente, con un alegato en favor de aquellas minorías que por su condición de raza, lengua y religión, son condenadas a vivir miserablemente en barrios marginales, semi controlados por los punteros cuasi políticos de similar identidad, además de la fuerte y permanente presencia de la policía francesa.
Estilísticamente, el film abreva en el documental adquiriendo la forma de un docudrama en el que una situación mínima dispara un serio conflicto entre adolescentes del barrio. La intervención policial generará un escándalo de proporciones mayúsculas. El carácter documentalista con que filma Ladj Ly, además de la reconstrucción minuciosa de los hechos, muestra una verdad incuestionable: la existencia de prejuicios religiosos y raciales que terminan socavando el derecho y la integridad de los extranjeros. Los más jóvenes serán los más afectados.
El cine verdad de Ladj Ly muestra con sutileza primeros planos, hace añicos el montaje fraccionando la película, la cámara se mueve constantemente dándole velocidad a la narración. Con ello obliga al espectador a meterse, prácticamente, en la película misma. Las imágenes que logra son de una fuerza demoledora que uno siente que está allí mismo, donde reina la violencia, el dolor, y el desprecio por la vida, construyendo un fresco donde no acusa ni juzga, solo muestra para que el espectador, en total libertad, saque sus propias conclusiones.
Los Miserables toca la sensibilidad del espectador haciendo recordar otros momentos de obras maestras del cine tales como el final desesperante de Roma Ciudad Abierta (1945) de Roberto Rosselini, o más recientemente, una obra post neorrealista de Ettore Scola que muestra la miseria palpable de un asentamiento romano en Brutos, Feos y Malos (1976), o últimamente, el desprecio por la vida en los campos de concentración que registra El Hijo de Saúl (2016), del húngaro Lászlo Nemes. Todas ellas películas físicas, que se sienten con el cuerpo más allá del intelecto.
En el final, pantalla en negro, aparece un cartel que da total significado al título de la película y sobre todo, a lo visto: “Amigos míos, retened ésto: No hay hierbas malas ni hombres malos. No hay más que malos cultivos”, frase escrita por Victor Hugo en su obra Los Miserables.
Está claro que el film ha terminado y comienzan a caer los créditos finales. Lo cierto es que estamos noqueados, sin reacción nos cuesta levantarnos de la butaca. El film de Ladj Ly es demoledor. Rompe con todos los prejuicios. Es un tremendo llamado de atención no solo a las autoridades que indudablemente tienen que resolver un problema urgente sino también a los espectadores, quienes deberían tomar conciencia de qué manera son parte de ello.
Tanto Los Miserables como Parasito son las dos películas que más premios ganaron durante el 2019. Ambas tienen en común una mirada social profunda que alerta sobre problemas actuales, latentes y dolorosos a los que la política no les está encontrando solución. Por otra parte, no hay forma de permanecer indiferente frente a la película del malí radicado en Francia. Este problema no es solo francés. Lo estamos viviendo.
http://thecharlysmovies.blogspot.com
En 2009, el joven Ladj Ly fue arrestado y condenado por la justicia francesa a 3 años de prisión por complicidad en un caso de secuestro, cumpliendo su pena en forma correspondiente, Su prontuario también registra otros antecedentes policiales con dos veredictos por delitos menores, uno de ellos en 2011, por filmar un caso de violencia policial al que le agregó sonido con comentarios provocativos, que más tarde publicó en Internet.
Este último caso inspirará y dará lugar a Los Miserables. Ni su título ni la leyenda final son una casualidad. El propio Ladj Ly comenta; “Durante cinco años filmé escenas en mi vecindario. Filmamos a la policía, en lugares donde sucedieron muchas cosas raras. Más tarde hice un video de ello. Ahora filmé esta película.
Con aquel tono documentalista, y un fuerte sentido del cine verdad, debuta en el largometraje filmando “Los Miserables”, una obra maestra del docuficcion. Ladj Ly recrea aquellos sucesos con una fuerza arrolladora, logrando hacer un cine que respira verdad a lo largo de todo su metraje, y que termina alzándose más que con una denuncia contundente, con un alegato en favor de aquellas minorías que por su condición de raza, lengua y religión, son condenadas a vivir miserablemente en barrios marginales, semi controlados por los punteros cuasi políticos de similar identidad, además de la fuerte y permanente presencia de la policía francesa.
Estilísticamente, el film abreva en el documental adquiriendo la forma de un docudrama en el que una situación mínima dispara un serio conflicto entre adolescentes del barrio. La intervención policial generará un escándalo de proporciones mayúsculas. El carácter documentalista con que filma Ladj Ly, además de la reconstrucción minuciosa de los hechos, muestra una verdad incuestionable: la existencia de prejuicios religiosos y raciales que terminan socavando el derecho y la integridad de los extranjeros. Los más jóvenes serán los más afectados.
El cine verdad de Ladj Ly muestra con sutileza primeros planos, hace añicos el montaje fraccionando la película, la cámara se mueve constantemente dándole velocidad a la narración. Con ello obliga al espectador a meterse, prácticamente, en la película misma. Las imágenes que logra son de una fuerza demoledora que uno siente que está allí mismo, donde reina la violencia, el dolor, y el desprecio por la vida, construyendo un fresco donde no acusa ni juzga, solo muestra para que el espectador, en total libertad, saque sus propias conclusiones.
Los Miserables toca la sensibilidad del espectador haciendo recordar otros momentos de obras maestras del cine tales como el final desesperante de Roma Ciudad Abierta (1945) de Roberto Rosselini, o más recientemente, una obra post neorrealista de Ettore Scola que muestra la miseria palpable de un asentamiento romano en Brutos, Feos y Malos (1976), o últimamente, el desprecio por la vida en los campos de concentración que registra El Hijo de Saúl (2016), del húngaro Lászlo Nemes. Todas ellas películas físicas, que se sienten con el cuerpo más allá del intelecto.
En el final, pantalla en negro, aparece un cartel que da total significado al título de la película y sobre todo, a lo visto: “Amigos míos, retened ésto: No hay hierbas malas ni hombres malos. No hay más que malos cultivos”, frase escrita por Victor Hugo en su obra Los Miserables.
Está claro que el film ha terminado y comienzan a caer los créditos finales. Lo cierto es que estamos noqueados, sin reacción nos cuesta levantarnos de la butaca. El film de Ladj Ly es demoledor. Rompe con todos los prejuicios. Es un tremendo llamado de atención no solo a las autoridades que indudablemente tienen que resolver un problema urgente sino también a los espectadores, quienes deberían tomar conciencia de qué manera son parte de ello.
Tanto Los Miserables como Parasito son las dos películas que más premios ganaron durante el 2019. Ambas tienen en común una mirada social profunda que alerta sobre problemas actuales, latentes y dolorosos a los que la política no les está encontrando solución. Por otra parte, no hay forma de permanecer indiferente frente a la película del malí radicado en Francia. Este problema no es solo francés. Lo estamos viviendo.
http://thecharlysmovies.blogspot.com
8 de diciembre de 2019
8 de diciembre de 2019
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un momento clave en Les misérables que lo hace merecedor de encabezar este análisis. Hasta aproximadamente la mitad de la película, unos cuantos planos aéreos se cuelan en la pantalla. Planos que pertecenen al drone de un joven que espía a sus vecinos de bloque en Montfermeil, donde el propio Victor Hugo escribió su obra más famosa. La haine, la película más conocida acerca del extrarradio parisino, también contaba con una impresionante secuencia de un plano aéreo. Un vuelo libre, ensoñador que nos mostraba la calma antes de lo que iba a ser, sin andarse con rodeos, un día de mierda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero en Les misérables, en el momento en el que el drone del joven graba a unos policías en un momento comprometido, se desata el caos y la cámara será destruída, el mirón será perseguido. Si La haine se permitía más de una licencia poética para retratar una zona conflictiva. Ladj Ly, director de Les misérables, ha crecido en ese ambiente de continua lucha. El drone destruído subraya la supresión de toda narrativa ficticia. Les misérables es puro realismo. Y en la realidad, cualquier testigo que huye es más peligroso que un joven que tira piedras.
La película empieza con una multitud con banderas ante el Arco del triunfo tras la victoria de Francia en el Mundial de 2018. La película termina con una multitud con palos en las escaleras de un bloque. Los mismos jóvenes, en ambos momentos, con apenas un par de días de diferencia ¿Cómo es esto posible? De eso habla la película.
El barrio es una granada a punto de explotar. Ladj Ly no se limita a contar una historia sino que nos guía a través del escenario. Un nuevo policía en el cuerpo es la excusa para hacer el recorrido de la zona. Las bandas, la organización, los jefes, los límites y la corrupción de las fuerzas del orden. Es un mapa geográfico que se detalla al milímetro para poder comprender qué ocurre cuando una gota colma el vaso.
Una chiquillada. Robar un cachorro de león para fardar en una foto. Este simple hecho podía ser una anécdota de juventud en cualquier pueblo, pero en la cité, el efecto mariposa es irremediable. Tras una serie de tensos enfrentamientos entre habitantes, la policía, al intervenir, empeora el asunto. Es entonces, en esa doble carrera por salvar a un niño y por encontrar a un testigo, que se siembran vientos. Es tras que ese niño sea deformado y humillado, que se recogerán las tempestades.
El final de la película es tan terrible como inverosímil. Un despliegue de violencia por parte de las víctimas que nos horroriza. Cuando en un relato tradicional la venganza supondría la satisfacción de los espectadores, aquí supone todo lo contrario. Una cascada de brutalidad que asciende sin pausa hasta el último segundo. Es entonces cuando una mecha ardiendo se convertirá en el enigma final sobre si la destrucción total tendrá lugar o no. Tanto que el cóctel molotov siga en la mano del niño, siempre habrá un rayo de esperanza. Al igual que las primeras líneas de La haine: Hasta aquí, todo va bien.
hommecinema.blogspot.com
La película empieza con una multitud con banderas ante el Arco del triunfo tras la victoria de Francia en el Mundial de 2018. La película termina con una multitud con palos en las escaleras de un bloque. Los mismos jóvenes, en ambos momentos, con apenas un par de días de diferencia ¿Cómo es esto posible? De eso habla la película.
El barrio es una granada a punto de explotar. Ladj Ly no se limita a contar una historia sino que nos guía a través del escenario. Un nuevo policía en el cuerpo es la excusa para hacer el recorrido de la zona. Las bandas, la organización, los jefes, los límites y la corrupción de las fuerzas del orden. Es un mapa geográfico que se detalla al milímetro para poder comprender qué ocurre cuando una gota colma el vaso.
Una chiquillada. Robar un cachorro de león para fardar en una foto. Este simple hecho podía ser una anécdota de juventud en cualquier pueblo, pero en la cité, el efecto mariposa es irremediable. Tras una serie de tensos enfrentamientos entre habitantes, la policía, al intervenir, empeora el asunto. Es entonces, en esa doble carrera por salvar a un niño y por encontrar a un testigo, que se siembran vientos. Es tras que ese niño sea deformado y humillado, que se recogerán las tempestades.
El final de la película es tan terrible como inverosímil. Un despliegue de violencia por parte de las víctimas que nos horroriza. Cuando en un relato tradicional la venganza supondría la satisfacción de los espectadores, aquí supone todo lo contrario. Una cascada de brutalidad que asciende sin pausa hasta el último segundo. Es entonces cuando una mecha ardiendo se convertirá en el enigma final sobre si la destrucción total tendrá lugar o no. Tanto que el cóctel molotov siga en la mano del niño, siempre habrá un rayo de esperanza. Al igual que las primeras líneas de La haine: Hasta aquí, todo va bien.
hommecinema.blogspot.com
26 de abril de 2022
26 de abril de 2022
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cruce entre la Haine y Training day de escasa imaginación, poco lustre formal y mucha violencia.
Estamos ante una propuesta obvia en sus subrayados pero que termina yendo contra sí misma. La comprensión hacia la inmigración violenta como respuesta a los abusos policiales centran la temática de una película que no puede equipararse en ninguno de sus apartados con la monumental obra de Victor Hugo. La cual es esgrimida por director y guionistas como pretexto y escudo para elaborar su discurso y darle una patina de respeto intelectual que no pocos se han tragado. Todas las referencias a la obra y a su autor de la que copian el título están muy cogida por los pelos como el propio cuerpo de la película y nos hacen temer que la degradación mostrada es verdaderamente honda y preocupante.
De una supuesta Francia integradora y multicultural de la celebración futbolística (como no podía ser de otra manera)pasamos a secuencias de lucha callejera al estilo de "black hawk derribado" sin que la carga de denuncia contra la policia se equilibre ni se vea enriquecida por el intrusismo islamista o la innegable psicopatia violenta de unos niños que nos retrotraen a "Ciudad de Dios"
Un mensaje en imágenes que puede ser pasto del proselitismo tanto entre cierta izquierda francesa, como en filas islamistas o fortalecer al frente Nacional,tal es su vaguedad e indefinición de un clímax mal desarrollado.
No obstante los actores, los escenarios y el tono realista dan buena idea de la descomposición social y espiritual que no remite en Francia.
Estamos ante una propuesta obvia en sus subrayados pero que termina yendo contra sí misma. La comprensión hacia la inmigración violenta como respuesta a los abusos policiales centran la temática de una película que no puede equipararse en ninguno de sus apartados con la monumental obra de Victor Hugo. La cual es esgrimida por director y guionistas como pretexto y escudo para elaborar su discurso y darle una patina de respeto intelectual que no pocos se han tragado. Todas las referencias a la obra y a su autor de la que copian el título están muy cogida por los pelos como el propio cuerpo de la película y nos hacen temer que la degradación mostrada es verdaderamente honda y preocupante.
De una supuesta Francia integradora y multicultural de la celebración futbolística (como no podía ser de otra manera)pasamos a secuencias de lucha callejera al estilo de "black hawk derribado" sin que la carga de denuncia contra la policia se equilibre ni se vea enriquecida por el intrusismo islamista o la innegable psicopatia violenta de unos niños que nos retrotraen a "Ciudad de Dios"
Un mensaje en imágenes que puede ser pasto del proselitismo tanto entre cierta izquierda francesa, como en filas islamistas o fortalecer al frente Nacional,tal es su vaguedad e indefinición de un clímax mal desarrollado.
No obstante los actores, los escenarios y el tono realista dan buena idea de la descomposición social y espiritual que no remite en Francia.
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