Cielo amarillo
7.4
2,582
10 de julio de 2007
10 de julio de 2007
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cielo amarillo es uno de los menos valorados y reconocidos grandes del western.
Se trata de una película que podemos catalogar entre las que introducen una reflexión moral sobre la redención (horizontes lejanos sería otro ejemplo), y en ese sentido:¿que mejor espacio que el descrito por Wellman, que traza un auténtico apocalípsis en un territorio infernal, cuasi subreal, en cualquier caso, no humano?.
C.A. es una auténtica parábola con componentes extraordinariamente metafóricos, no es una excepción sobre todo entre los directores de origen europeo que dirigieron algún western (Lang, Siodmak, etc...), la utilización de los parámetros del western para resaltar una historia que podría haberse explicitado en forma de cine negro.
La fotografía es extraordinaria, la puesta en escena es formidable la persecución inicial es absolutamente maravillosa y la travesía del desierto también. Las interpretaciones son magníficas, sobre todo la de Widmark, pero también la de Peck y la Baxter. Los diálogos son precisos y la música más que solvente.
De visión necesaria.
Se trata de una película que podemos catalogar entre las que introducen una reflexión moral sobre la redención (horizontes lejanos sería otro ejemplo), y en ese sentido:¿que mejor espacio que el descrito por Wellman, que traza un auténtico apocalípsis en un territorio infernal, cuasi subreal, en cualquier caso, no humano?.
C.A. es una auténtica parábola con componentes extraordinariamente metafóricos, no es una excepción sobre todo entre los directores de origen europeo que dirigieron algún western (Lang, Siodmak, etc...), la utilización de los parámetros del western para resaltar una historia que podría haberse explicitado en forma de cine negro.
La fotografía es extraordinaria, la puesta en escena es formidable la persecución inicial es absolutamente maravillosa y la travesía del desierto también. Las interpretaciones son magníficas, sobre todo la de Widmark, pero también la de Peck y la Baxter. Los diálogos son precisos y la música más que solvente.
De visión necesaria.
27 de agosto de 2020
27 de agosto de 2020
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película magnífica por William A. Wellman, con gran guion escrito por Lamar Trotti, que adapta la novela de Riley “Yelow Sky” e inspirada en la celebérrima “la Tempestad” de William Shakespeare. Un guion premiado en 1949 como mejor libreto por parte del Sindicato de Guionistas (WGA).
Excelente música épica de Alfred Newman con una canción tradicional y gran fotografía (B&N) de Joseph MacDonald, rica en recursos y que sabe hacer uso de claroscuros tenebristas de gran potencia.
Se desarrolla la acción en 1867, poco después de la Guerra Civil, en una localidad fronteriza de Arizona y en un pueblo de buscadores de oro abandonado llamado Yellow Sky (de ahí el título). Siete bandidos, antiguos militares unionistas, liderados por James "Stretch" Dawson (Gregory Peck) se asientan en el lugar con la intención de sacar partido de la vieja mina.
Película donde se masca el polvo del desierto, un lugar inhóspito que precipita pasiones, celos, egoísmo, venganza y ambiciones sin límite. Ambientes oscuros, tórridos, densos, opresivos con un largo rosario de crímenes entre malhechores, intentos de forzar a la joven protagonista, y un duelo de los grandes del género.
Relato poderoso, dramático, violento, y un western muy particular que contiene los ingredientes del género: indios peligrosos, tiroteos y refriegas, puñetazos, Saloon, proscritos y duelos al sol.
Destaca en el reparto un Gregory Peck que llena pantalla. Maravillosa Anne Baxter que encarna a la joven Constance Mae "Mike", mujer que viste de hombre, diestra con las armas, que sabe dar golpes y a la vez está investida de una gran carga de erotismo, sensualidad y feminidad. Brillantes el gran Richard Widmark, Robert Arthur o Harry Morgan. Un reparto y unas interpretaciones que son base en la calidad del film.
Pero ¿quién es Constance Mae? Mujer enfundada en su traje masculino, con su pistola siempre preparada, vive con su abuelo buscador de oro, los únicos habitantes del lugar. Los recién llegados, ven la posibilidad de hacerse con el filón de oro que abuelo y nieta intentan encontrar en aquella destruida población.
Pero ¿qué más? Contance encarna sensualidad y el deseo, lo cual se ve cuando el jefe del grupo, James (Peck), mientras los otros duermen se acerca a la casa de la muchacha. La muchacha revolver a la mano y James que le dice: «si se arreglara un poco casi parecería una mujer». Tiene lugar una lucha de dominio entre ambos, él sobre ella, él le da un beso al que se resiste. Después de seguir el forcejeo le da un segundo beso al que ya no se resiste. Ambos momentos Wellman los resuelve mostrando la reacción de la mujer en un primer plano sobre ella. Si en el primero hay rechazo, en el segundo no lo hay…
Antológico duelo final en el cual poco a poco se va descubriendo el desenlace del duelo: la ruleta parándose, el oro cayendo de una bolsa, el pie de uno de los muertos, la respiración del protagonista... “todo acaba con una brillante elipsis que conduce a un final que sirve como contrapunto al inicio” (Bellido).
Filme superlativo que señala, una de las cimas del western moderno. Verla es recibir una lección de cine. Disfrutar de un conjunto de rara perfección. Comprobar, en definitiva, las mil caras que posee el cine del oeste.
Excelente música épica de Alfred Newman con una canción tradicional y gran fotografía (B&N) de Joseph MacDonald, rica en recursos y que sabe hacer uso de claroscuros tenebristas de gran potencia.
Se desarrolla la acción en 1867, poco después de la Guerra Civil, en una localidad fronteriza de Arizona y en un pueblo de buscadores de oro abandonado llamado Yellow Sky (de ahí el título). Siete bandidos, antiguos militares unionistas, liderados por James "Stretch" Dawson (Gregory Peck) se asientan en el lugar con la intención de sacar partido de la vieja mina.
Película donde se masca el polvo del desierto, un lugar inhóspito que precipita pasiones, celos, egoísmo, venganza y ambiciones sin límite. Ambientes oscuros, tórridos, densos, opresivos con un largo rosario de crímenes entre malhechores, intentos de forzar a la joven protagonista, y un duelo de los grandes del género.
Relato poderoso, dramático, violento, y un western muy particular que contiene los ingredientes del género: indios peligrosos, tiroteos y refriegas, puñetazos, Saloon, proscritos y duelos al sol.
Destaca en el reparto un Gregory Peck que llena pantalla. Maravillosa Anne Baxter que encarna a la joven Constance Mae "Mike", mujer que viste de hombre, diestra con las armas, que sabe dar golpes y a la vez está investida de una gran carga de erotismo, sensualidad y feminidad. Brillantes el gran Richard Widmark, Robert Arthur o Harry Morgan. Un reparto y unas interpretaciones que son base en la calidad del film.
Pero ¿quién es Constance Mae? Mujer enfundada en su traje masculino, con su pistola siempre preparada, vive con su abuelo buscador de oro, los únicos habitantes del lugar. Los recién llegados, ven la posibilidad de hacerse con el filón de oro que abuelo y nieta intentan encontrar en aquella destruida población.
Pero ¿qué más? Contance encarna sensualidad y el deseo, lo cual se ve cuando el jefe del grupo, James (Peck), mientras los otros duermen se acerca a la casa de la muchacha. La muchacha revolver a la mano y James que le dice: «si se arreglara un poco casi parecería una mujer». Tiene lugar una lucha de dominio entre ambos, él sobre ella, él le da un beso al que se resiste. Después de seguir el forcejeo le da un segundo beso al que ya no se resiste. Ambos momentos Wellman los resuelve mostrando la reacción de la mujer en un primer plano sobre ella. Si en el primero hay rechazo, en el segundo no lo hay…
Antológico duelo final en el cual poco a poco se va descubriendo el desenlace del duelo: la ruleta parándose, el oro cayendo de una bolsa, el pie de uno de los muertos, la respiración del protagonista... “todo acaba con una brillante elipsis que conduce a un final que sirve como contrapunto al inicio” (Bellido).
Filme superlativo que señala, una de las cimas del western moderno. Verla es recibir una lección de cine. Disfrutar de un conjunto de rara perfección. Comprobar, en definitiva, las mil caras que posee el cine del oeste.
4 de abril de 2009
4 de abril de 2009
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siguiente western de Wellman después del estupendo "Incidente en Ox-Bow".
Empieza igual. Unos forasteros llegan a un poblado, entran en la cantina y piden lo que hay: whisky. Pero a partir de ahí, la cosa cambia.
Una persecución a caballo de las mejores vistas lleva a nuestra banda a uno de esos desiertos imposibles. Y si lo atraviesan llegarán a un terremoto tremendo: la vaquera con más carácter de todo el wester: Anne Baxter. Se come la película ella solita. Gregory Peck da el pego, y Richard Widmark como siempre hace de secundario de lujo.
Buen western que huye de tópicos, con buena carga dramática, y con dos atracos a un banco muy peculiares: uno sin sacar el arma, y otro sí.
Empieza igual. Unos forasteros llegan a un poblado, entran en la cantina y piden lo que hay: whisky. Pero a partir de ahí, la cosa cambia.
Una persecución a caballo de las mejores vistas lleva a nuestra banda a uno de esos desiertos imposibles. Y si lo atraviesan llegarán a un terremoto tremendo: la vaquera con más carácter de todo el wester: Anne Baxter. Se come la película ella solita. Gregory Peck da el pego, y Richard Widmark como siempre hace de secundario de lujo.
Buen western que huye de tópicos, con buena carga dramática, y con dos atracos a un banco muy peculiares: uno sin sacar el arma, y otro sí.
4 de octubre de 2012
4 de octubre de 2012
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que tiene todo lo que le puede gustar a un seguidor del género, aunque tal y como veo yo las cosas el resultado final, exitoso o no, depende de la manera en que esos elementos se colocan (cuándo, en qué manera) y eso no es una cuestión de la historia que se cuenta, es más bien virtud o defecto del que firma la película. Por trayectoria, no sólo por este "Cielo amarillo", William A. Wellman merecería mayor atención, es un director injustamente apartado a un segundo plano cuyo reconocimiento, por lo que sé, no es el que merece.
El sabor clásico viene dado por ese desierto terrorífico, por los tiros que se dan, no porque sí, hay unas causas que constituyen la esencia del film, hablo de la avaricia, de la mala leche por un lado y las buenas intenciones por otro. Cuando los atracadores se ven abocados irremediablemente a adentrarse en el desierto, apenas ha pasado una mínima parte del total del metraje y se encuentran en un pueblo abandonado, es cuando se nota el peso de lo clásico, cuando la esencia de lo que buscamos cuando nos ponemos una del oeste aparece en nuestras narices. Un impecable Gregory Peck a un lado, Widmarck y sus intenciones, el polvo, el whisky, los caballos sedientos, un par de leches por ahí, la buscona Anne Baxter insinuándose, el oro y... el desenlace justo y necesario.
Y para mí, un verdadero placer encontrarme de tanto en tanto con cosas así. Puede que cerrar el círculo con la vuelta al banco no sea la mejor de las ideas, igual que la aparición de los indios, aunque narrativamente necesaria. Eso ya son cuestiones de gustos, pero lo incuestionable es que "Cielo amarillo" destila calidad, cine clásico que vería una vez tras otra. Yo me hincho con películas así y me quedo tan ancho.
El sabor clásico viene dado por ese desierto terrorífico, por los tiros que se dan, no porque sí, hay unas causas que constituyen la esencia del film, hablo de la avaricia, de la mala leche por un lado y las buenas intenciones por otro. Cuando los atracadores se ven abocados irremediablemente a adentrarse en el desierto, apenas ha pasado una mínima parte del total del metraje y se encuentran en un pueblo abandonado, es cuando se nota el peso de lo clásico, cuando la esencia de lo que buscamos cuando nos ponemos una del oeste aparece en nuestras narices. Un impecable Gregory Peck a un lado, Widmarck y sus intenciones, el polvo, el whisky, los caballos sedientos, un par de leches por ahí, la buscona Anne Baxter insinuándose, el oro y... el desenlace justo y necesario.
Y para mí, un verdadero placer encontrarme de tanto en tanto con cosas así. Puede que cerrar el círculo con la vuelta al banco no sea la mejor de las ideas, igual que la aparición de los indios, aunque narrativamente necesaria. Eso ya son cuestiones de gustos, pero lo incuestionable es que "Cielo amarillo" destila calidad, cine clásico que vería una vez tras otra. Yo me hincho con películas así y me quedo tan ancho.
16 de mayo de 2020
16 de mayo de 2020
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupendo western de alto contenido psicológico ( creo que son los que más me gustan), donde nos relatan las andanzas de un grupo de forajidos y la desarraigada vida que llevan.
La peli comienza con el último atraco que perpetran en un banco de una ciudad y la posterior huida con el ejército pisándoles los talones.
No tendrán más remedio que adentrarse en un terrorífico desierto de sal para disuadir a sus perseguidores de darles caza y ahí el espectador comienza a ser parte de ese grupo y a sentir, bajo ese sol abrasador, la profunda soledad y mala vida que llevan estos hombres.
Consiguen cruzarlo de mala manera, pero sólo para descubrir que el poblado que les espera al otro lado, es una ciudad fantasma.
Por eso cuando se den cuenta que sus dos únicos habitantes son una muchacha ( Anne Baxter) y su abuelo, sospecharán que algo muy valioso ocultan y todos tendrán una razón para aprovechar la situación.
No es un western al uso. No hay ningún conflicto exterior, los problemas empezarán a surgir entre ellos y cada personaje, tiene una personalidad y una motivación muy diferenciada.
Tampoco hay ningún personaje entre los bandidos especialmente positivo, ni siquiera Peck que, aunque luego irá evolucionando, de primeras no duda también en aprovecharse de la situación.
La codicia y el sexo irá posicionando a estos hombres resquebrajando su, aparente, unidad inicial que culminará en enfrentamiento.
No he mencionado a Widmarck. El detonante del conflicto, excelente también, no hace falta decirlo. La verdad, es que todos están excelentes en sus papeles.
La película resulta claustrofóbica y agobiante. Primero, en ese cegador desierto y, luego, en ese derruido pueblo abandonado, escenario de la mayor parte del drama. Nada o muy poco, sucede al aire libre. Los conflictos de los personajes son internos y Wellman, en consecuencia, también los dirime en espacios interiores.
Ocho personajes. Todos importantes con un determinado papel. Muy, muy buena película.
La secuencia final me encanta. Un toque de humor después del agobio que hemos estado sintiendo.
Wellman era otro maestro, no cabe duda.
La peli comienza con el último atraco que perpetran en un banco de una ciudad y la posterior huida con el ejército pisándoles los talones.
No tendrán más remedio que adentrarse en un terrorífico desierto de sal para disuadir a sus perseguidores de darles caza y ahí el espectador comienza a ser parte de ese grupo y a sentir, bajo ese sol abrasador, la profunda soledad y mala vida que llevan estos hombres.
Consiguen cruzarlo de mala manera, pero sólo para descubrir que el poblado que les espera al otro lado, es una ciudad fantasma.
Por eso cuando se den cuenta que sus dos únicos habitantes son una muchacha ( Anne Baxter) y su abuelo, sospecharán que algo muy valioso ocultan y todos tendrán una razón para aprovechar la situación.
No es un western al uso. No hay ningún conflicto exterior, los problemas empezarán a surgir entre ellos y cada personaje, tiene una personalidad y una motivación muy diferenciada.
Tampoco hay ningún personaje entre los bandidos especialmente positivo, ni siquiera Peck que, aunque luego irá evolucionando, de primeras no duda también en aprovecharse de la situación.
La codicia y el sexo irá posicionando a estos hombres resquebrajando su, aparente, unidad inicial que culminará en enfrentamiento.
No he mencionado a Widmarck. El detonante del conflicto, excelente también, no hace falta decirlo. La verdad, es que todos están excelentes en sus papeles.
La película resulta claustrofóbica y agobiante. Primero, en ese cegador desierto y, luego, en ese derruido pueblo abandonado, escenario de la mayor parte del drama. Nada o muy poco, sucede al aire libre. Los conflictos de los personajes son internos y Wellman, en consecuencia, también los dirime en espacios interiores.
Ocho personajes. Todos importantes con un determinado papel. Muy, muy buena película.
La secuencia final me encanta. Un toque de humor después del agobio que hemos estado sintiendo.
Wellman era otro maestro, no cabe duda.
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