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Amistad

Drama Una noche del verano de 1839, cincuenta y tres esclavos negros que viajaban a bordo del navio "La Amistad" se amotinaron y tomaron el control del barco frente a las costas de Cuba. Fracasado su intento de regresar a África, fueron detenidos por tropas americanas y se encontraron en un país extraño y a merced de un sistema judicial que les era ajeno. (FILMAFFINITY)
Críticas 58
Críticas ordenadas por utilidad
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6
27 de diciembre de 2008
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la mejor película de Spielberg, de hecho, se hace la mayor parte del metraje excesivamente larga, monótona, plana y tediosa. Pero se salva por las escenas del flasback, desde la captura del protagonista hasta los sufrimientos acaecidos en los dos navíos, escenas sobrecogedoras y emotivas que sólo pueden ser rodadas sin riesgo a equivocarse, por uno de los más grandes como es Steven Spielberg.
Desconozco el año concreto en que se desarrolla la acción, por lo que no puedo arriesgarme a comentar los errores históricos sobre la identidad de la cabeza de la corona española en ese tiempo, pero pese a que la película transmite sin ningún pudor las maravillas del poder judicial en los Estados Unidos frente al analfabetismo gubernativo del “reino de España”, mi orgullo patriótico no se ha visto ofendido por esto, pues todos sabemos que en realidad Spielberg ha sido indulgente con el gobierno de la caprichosa Isabel II, el cual era en realidad, bastante peor a como lo pintan (y ya no digamos el de su padre, Fernando VII, el más ruin monarca que ha tenido la historia de España).
Le sobra al film 40 minutos, y los insufribles cánticos y expresiones repetitivas de los esclavos que como no sabemos lo que dicen, no transmiten nada y resultan cansinas (creo que con todo lo que hablan sin subtitular se podría haber ahorrado 30 minutos de metraje), de ahí que cuando llega la escena estrella de Hopkins defendiendo el caso ante el Tribunal Supremo, allá por los últimos 10 minutos de la película, el espectador medio pese a sus buenas intenciones, haya entrado ya en un profundo sopor en los brazos de Morfeo y no se entere de nada, pero tranquilos, que el discursito en cuestión tampoco es nada del otro mundo, en resumidas cuentas viene a decir que si la Declaración de la Independencia propugna la igualdad y libertad y alguien en ese país defiende la esclavitud de estas personas, deberían empezar por romper la Declaración que une este país. ¡Dios mío! y casi tres horas para escuchar esto, definitivamente me quedo con las disquisiciones jurídico- internacionales que se plantean desde el principio con los acuerdos y tratados internacionales sobre la abolición de la esclavitud suscritos entre España e Inglaterra en 1814, resultan cuanto menos más interesantes que la candorosa demagogia simplista e indocumentada que lleva como moraleja.
3
29 de julio de 2014
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La realización es buena, como siempre.
La banda sonora de John Williams también está bastante bien.
Pero ¿cómo ha podido el famoso genio hacer una película tan aburridísima? Es cierto que el género histórico no es su especialidad, pero eso no es excusa.
No importa que los actores sean grandes estrellas, ni de que trate un tema tan interesante como el de la esclavitud, y un juicio que se llevó a cabo por un cargamento de un barco que venía de África.
Ni siquiera importa que sea del intocable Spielberg.
Lo que importa es que dura 3 eternas horas, que lo único que hacen es hablar (quitando el flashback del esclavo) y que es una de las películas de gran presupuesto que más me ha aburrido en toda mi vida. Y eso que he visto mucho, muchísimo cine.
La primera vez no fui capaz de terminarla. Supuse que había tenido un día tonto y le di una nueva oportunidad, pero lo que conseguí fue aburrirme más todavía.
No se le puede perdonar a este gran cineasta, que aunque se aleje del cine más comercial, haga algo como esto.
Da la sensación de que dura el doble (y 3 horas ya es decir). Solamente por eso, y más con su potencial, ya tengo que decir que es mala y punto. En la balanza pesa mucho más el aburrimiento que produce, que todo lo que pueda tener de buena.
Un título a olvidar en su filmografía.
6
23 de septiembre de 2008
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si después de haber visto esta película me dijeran que es de Steven Spielberg sin yo saberlo seguramente no me lo hubiera creído, no se parece mucho a la mayoría de sus trabajos... Además de que el resultado de esta película está muy por debajo de lo que ha demostrado Spielberg que puede dar. Eso no quiere decir que la película esté mal, está bien pero le falta algo, no llega a cuajar. Es un aceptable drama acerca de la esclavitud, el racismo y todo eso, pero no se porque tienen que estar todo el tiempo preocupándose de cosas como si han nacido en Cuba o en África y no en cosas más importantes y trascendentes. Además, le sobra metraje, se llevan mucho tiempo para contar las cosas, que, por otro lado, resultan algo repetitivas... La película está bien hecha en el aspecto técnico como no podía ser menos, destacando la fotografía. En el aspecto interpretativo destaca Djimon Hounsou, los demás simplemente cumplen, por no mencionar que algunos dejan de aparecer de repente y reaparecen una hora después como si nada... No está mal, pero viendo la temática, los actores y, sobre todo, el director te deja la sensación de que podría haber sido mucho más. Desaprovechada.
5
19 de enero de 2016 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi el día de su estreno de mala gana. La sala repleta, nuestros pies "rozando" la gran pantalla. Al día siguiente apareció el dolor de cervicales, y sinceramente, en el grupo, hicimos chiste de la película, quizás por la incomodidad y por la falta de una mínima credibilidad histórica. Finalmente, tras un revisionado dos semanas atrás, llegué a la conclusión de que Raúl tenía toda la razón. Nuestro " viejo ejxperto" cinéfilo, a la salida soltó "es una falta de respeto a toda una nación, la nuestra, España, en un contexto histórico cargado de rebuscada manipulación. No nos hemos perdido nada. Los "usanos" son muy buenos, y los españoles muy malos, así de simple es el argumento, en una época en la que otros países regentaban el mercado de esclavos, en una época en la que los indios autóctonos habían sufrido el mayor genocidio de la historia norteamericana". Es que Raúl, "el defiende-patrias", cuando se cabrea es tajante.

Revisionado y conclusiones:
Y bien, pues Raúl sigue cargado de razón. Y es una pena, porque Don Esteban Spielberg siempre fue una garantía para disfrutar de buen cine, y lo sigue siendo, evidentemente con excepciones, como esta película concreta regulera de la que podría haber sacado mucho más, muchísimo más, porque la temática, la libertad del hombre, y nada menos que la igualdad (esa ficticia virtud tan usana) la abolición de la esclavitud, son razones de gran peso, tan gloriosas y cargadas de dignidad que, por ellas mismas no precisan de grandilocuentes discursos fuera de lugar, alejados de la fea realidad en un juicio que perseguía otras causas bastante más terrenales, negocio inclusive; la libertad de los amotinados si eran africanos, o la esclavitud si eran descendientes de esclavos. De ahí, del negocio de la esclavitud a la alabanza de la igualdad de los hombres, todo un abismo.

A partir de ahí, mi querido Esteban, te metiste en un berenjenal de fechas y acontecimientos deslocalizados, con medias verdades (la regencia de España, presidentes norteamericanos anacrónicos y disfuncionales con el tema de la esclavitud) y manipulación pura y dura para ampararse en razonamientos tan falsos como lo fueron sus propias consecuencias aplazadas durante décadas, la esclavitud en USA. Quizás por ello te avergüenzas, de no ser fiel a la cruel historia, esa tan diferente de la que tu plasmas, como un imberbe, en esta película que se salva por el buen hacer de Freeman y Hopkins con algunas buenas escenas, y por momentos, también buenos diálogos, sobretodo ese discurso final.

No era necesario mi querido amigo Esteban, no era necesario caer en la sensiblería y la manipulación histórica, o recurrir al recurso floreado de la oratoria libertadora meando fuera del tiesto, porque eso es un insulto, no sólo a la nación española que defiende nuestro excesivo patriótico amigo Raúl, no, sino porque al manipular la historia y los personajes, das a entender que el público es imbécil, intentando lavarla en favor de unos, glorificándola con música celestial. No era necesario hacer gala del alicaído Imperio español tan lúgubre y tan nefasto que en todas sus naciones libres perviven altos porcentajes de indios autóctonos, lo mismito que en norteamérica, verdad?. No era necesario caer en la mentira de un Imperio dirigido por una niña cuando la regencia fue asumida por el general Baldomero Espartero.

¿No te diste cuenta que estabas insultando a la palabra DIGNIDAD, la grandeza de la palabra LIBERTAD (fruto del vencimiento sangrante de la miseria humana) para ponerla al servicio de tus intereses propios?

Mi amigo Raúl, dice, A ver cuando te animas, colega Spielberg, a hacer una digna película que represente ese genocidio, ese robo sistemático y "legal" de Palestina por parte de Israel.

La cagaste Esteban. En otras, sinceramente he disfrutado, pero en esta... LA CAGASTE.

Y no te quejes, amigo Esteban, te pongo un 5 cuando sabes que podrías haber sacado un 8.
4
22 de octubre de 2023 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
284/13(10/10/23) Grimante film de Steven Spielberg y es que no puede gritarnos que lo que vemos es basado en hechos reales y a continuación espetarnos una película grotesca en su manipulación de la realidad. Loable se hagan obras en contra del esclavismo, y por ende en su analogía del racismo nos proyecta al presente, pero no es de recibo nos ‘regalen’ estas historia torticera y maniqueísta. Spielberg dirige, bajo el guion de David Franzoni (“Gladiator”), basándose en los acontecimientos ocurridos en 1839 a bordo del barco de esclavos español La Amistad (con lo que ya partimos de que el título está mal, le falta el artículo), durante los cuales miembros de la tribu mende secuestrados para el comercio de esclavos logran hacerse con el control del barco de sus captores frente a costas de Cuba y la batalla legal internacional que siguió a su captura por parte de los USA, se dirimió si estos negros eran descendientes de esclavos, lo que les convertía según las (hediondas leyes internacionales) en esclavos, o por el contrario nacieron libres en África, y por tanto eran seres libres, nunca se debatió si la esclavitud estaba bien o mal, como Spielberg nos quiere hacer creer. El caso fue finalmente resuelto por la Corte Suprema de Estados Unidos en 1841. Tiene un reparto de lujo con Morgan Freeman, Anthony Hopkins y Matthew McConaughey, junto con Djimon Hounsou en su papel destacado como Cinqué, Pete Postlethwaite, Nigel Hawthorne y el entonces desconocido Chiwetel Ejiofor aparecieron en papeles secundarios.

Spielberg parece querer emularse a sí mismo creando paralelismos entre su exitoso film “La lista de Schindler” (1993), donde se exponía con crudeza el exterminio de judíos por parte de los nazis, y esta, donde se refleja otro acto inhumano de salvajismo como fue la esclavitud de los negros. Para ello comienza con elementos simbólicos, en la cinta de 1993 se inicia con toma en primer plano minimalista como es la luz de una vela, aquí es un clavo que unos dedos ensangrentados tratan de extraer de un madero, en medio de la noche un negro jadeante en medio del sudor, Cinque (Djimon Hounsou), lo saca y con ello vemos estamos en un barco esclavista, este clavo expulsado es el comienzo de la rebelión en el navío en plena tormenta (los negros se deshacen de las cadenas), con un motín sanguinario se hacen con La Amistad, dejando los negros a dos de los esclavistas para que guíen la nave de vuelta a África. Son diez minutos electrizantes de vigor, le siguen unos minutos tensos en que los negros no se sienten engañados por los blancos en su destino. En este tramo tenemos una secuencia surrealista chirriante cuando La Amistad pasa junto a otro barco, de recreo de blancos, donde vemos están en medio de una hedonista fiesta con música de cámara, los de un barco y otro se miran con extrañeza. Luego llegan a una playa y no saben bien donde, están, cerca de ellos pasa un negro en una bici, hasta que finalmente son atrapados por la armada USA. Y con ello comienza el akelarre de insultos a la inteligencia. Ya solo se salva un tremendo flash back en que Cinque narra sus vivencias desde que es atrapado por otra tribu de negros, separado de su familia, para ser vendido a blancos, y con ello recluido en un fuerte africano. Tras lo que es hacinado en un barco (La Amistad) junto a decenas de negros más desnudos, empaquetados cual sacos de fardos en las bodegas, encadenados, a los que se trata peor que a animales, se les alimenta de forma asquerosa, se les maltrata, y en el colmo de la bestialidad lanzan a unos cincuenta encadenados al fondo del océano por que los alimentos no dan para todos, tremendo. También es apreciable el tramo en que el abogado defensor y Morgan Freeman visitan Las Amistad para y este observa con horror la bodega con las cadenas y grilletes.

El resto es nauseabundo en como pintan la situación, que nunca tuvo que ver sobre la libertad o esclavitud, como bien dice McConaughey es todo muy simple, es un problema de propiedad. El caso se trata de si son esclavos o no lo son, no si de si está bien o mal esta lacra, que es en lo que Spielberg pretende tornar el relato. Pero más nauseabundo es pretender hacernos ver que los malos son los españoles por tener esclavos, cuando ellos tenían miles en el sur recogiendo el algodón. Curioso y retorcido es que una película sobre esclavos en 1839 en USA no aparezca un solo esclavo perteneciente a USA, por aquello de que la realidad no estropee mi fétida visión donde los estadounidenses somos los más humanistas del universo universal. Ellos que exterminaron las naciones nativas de Norteamérica dando lecciones de como tratar a los no blancos, venga ya? Entiendo que no se puede medir con el rasero actual las actitudes de hace cienes de años, pero es que Spielberg si hace distinciones, como si ellos hubieran sido los buenos y el resto los malos. Hacía poco más de medio siglo que USA era independiente y en gran parte se lo debió a la ayuda de España, y como pago Spielberg pinta de forma rastrera a España como un imperio regido por una niña caprichosa que gobierna des saltitos en su cama. Cuando además esto era falso, pues quien mandaba era el regente general Baldomero Espartero, pero una vez más, que la verdad no estropee mi artera manipulación. España, como todos los Imperios, tendrá muchos defectos, pero me atrevo a decir que fue el más humanista de todos los que ha habido, solo hay que revisar el testamento de la Reina Católica Isabel de Castilla, o el Derecho Natural propugnado por la escuela de Salamanca en el SXV, origen de los Derechos Humanos, no hay que olvidar que en USA hasta 1965 se mantuvieron en algunos estados las Leyes Jim Crow de segregación racial., o sea que lecciones de humanidad zero por parte de los yankis.

La cinta pervierte la verdad para hacernos ver que lo que vemos es una cosa distinta en pos de un mensaje falso de que se peleaba por la Libertad, ye stop es más falso que un euro de madera, y esto me cabrea... (sigoi en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...…Ver al gran Anthony Hopkins en rol al que aporta carisma y temple es incisivo, grácil, empático, pero no tiene sentido alguno su pomposo ‘épico’ discurso ante la Corte Suprema defendiendo algo que no se juzgaba, no me creo este alegato, los jueces le habrían parado. Es como si para defender a un asesino que ha matado con un cuchillo se hablara de la historia de los cuchillos. Es un sin Dios, los jueces no estaban para decir si la esclavitud era buena o mala, esta se daba por legal, pues la había en los estados sudistas. Como que nos hagan sentir que la guerra civil era latente en USA, y que la sentencia podía acelerarla, cuando nada de esto era relevante para el Sur, era un caso de propiedad entre USA y España, quieren darle una relevancia que no trago. Toman al público por estúpido si pretenden que se traguen este cuento moralista retorcido, cualquiera que sepa un poco de historia le deben dar arcadas de ver este panfleto que quiere darla la vuelta como un calcetín a la verdad.

Hay una sub trama donde se esgrime una Biblia con sus ilustraciones ofrecer paralelismos entre la situación de estos negros y Jesús, me resulta muy cogido por los pelos. En este sentido bíblico me resulta mejor cuando al leguleyo Baldwin se le espeta que Jesús no uso argucias en su juicio final, y este mordazmente contrarréplica: - Sí... pero perdió!; Lo que es el mejor diálogo del film.

Es curioso como Cinqué durante su testimonio dice que en su tribu en África había esclavos, pero entonces el traductor y el letrado defensor pretenden darle un sentido distinto, pues si vemos que estos negros tenían esclavos s ele viene abajo el invento. Dicen lo que dicen, es solo hacer patente que en ese tiempo había esclavitud por todo el planeta. Pero es que para más inri la cinta en su epílogo obvia un detalle crucial que da un sentido crispante, ello por la importancia que se le da como ejemplo de oprimido de Cinqué, cuando te enteras que fue de él realmente (*spoiler)

Djimon Hounsou da una interpretación totémica como el gran líder de los rebelados de La Amistad, una poderosa figura musculada, filmada en el barco al principio en contrapicados contra el infinito cielo, cual Dios de ébano, con más aura su rol que profundidad; Matthew McConaughey sin más en su papel de abogado defensor, le faltan matices; Hay un puñado de actores desaprovechados en papeles de figurantes perchas, como un Morgan Freeman d poner el careto y poco más, Nigel Hawthorne como presidente Martin Van Buren, expuesto como un inseguro cobarde caricaturesco, Stellan Skarsgard como abolicionista que se rebela espurio, Anna Pacquin (única fémina con papel real en el film), como una guiñolesca reina niña Isabel II, Pete Postlethwaite como el fiscal del gobierno que no puede hacer nada contra su rol inane; Solo destaca un poderoso Anthony Hopkins como el viejo John Quincy Adams, teniendo una intensa interrelación con Cinque (ese momento en que le muestra una violetas africanas), su carácter traspasa la pantalla, tipo de apariencia cansada, anciano encorvado, pero con un sentido de la labia refina y puntiaguda, lástima que sea de modo inverosímil y lejos de lo que era realmente, ejemplo de esto es su alegato de 11 minutos ante la Corte Suprema, rimbombante, enardecedor, pero falso.

Spoiler:

*Spielberg no cuenta que Cinqué regresó a su tierra y se convirtió en próspero cazador de esclavo. Esto desmontaría la supuesta glorificación de este líder libertario

La polémica no fue entre España y los norteamericanos, sino con la ley de Connecticut, admitía la esclavitud, y la prohibición del tráfico negrero, había sido decretada por varios países, incluidos los Estados Unidos en 1808 y las potencias de Europa, en el Congreso de Viena en 1815.

Ni juzgo sus valores de producción, es Spielberg y son buenos, es que lo que cuenta es pura bazofia donde parece que los estadounidenses eran los adalides de la libertad humana, tenido esclavizados a miles de negros en el sur, vomitivo. Gloria Ucrania!!!
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