La chica que saltaba a través del tiempoAnimación
2006 

Animación
7.1
11,909
Animación. Ciencia ficción. Romance. Drama
El tiempo del instituto es uno de los más entrañables durante la adolescencia. Para la joven Makoto y sus amigos Chiaki y Kosuke es realmente importante pasarlo bien juntos tanto tiempo como puedan, jugando a béisbol después de clase, ya que los tres están a punto de subir de grado y el año que viene quizás no continúen juntos los estudios. Pero un día, Makoto recibe un peculiar don: la capacidad de ir hacia atrás en el tiempo dando ... [+]
24 de marzo de 2011
24 de marzo de 2011
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tíltulo lo dice. La película trata de una chica que en sus días de instituto descubre que puede saltar en el tiempo. Utiliza el don para cosas sin importancia, pero que la hacen feliz. Mientras salta no es consciente del daño que puede hacer, lo que la hace reflexionar y aprender.
Personalmente, puedo decir sin miedo a equivocarme que es una de mis películas favoritas. Ya sea por mi afición al anime, pero sobretodo por el argumento, la frescura y la emotiva banda sonora.
La animación está muy bien, y los personajes también (especial mención a Chiaki, mi favorito).
En un principio la película es optimista, motrando todas las ventajas que tendría viajar en el tiempo, pero a medida que la historia avanza nos muestra también su parte mala. Hace reflexionar. ¿Qué harías con una segunda oportunidad? Porque, ¿quién no ha querido volver atrás para cambiar o repetir cosas? ¿Quién no quiere volver a sus años en el instituto y al verano de la adolescencia? ¿Quién no ha sentido nostalgia? ¿Quién no ha amado?
A mí me han entrado ganas de viajar en el tiempo a pesar de las consecuencias. También he tenido (y sigo teniendo) ganas de mirar al cielo y cantar la canción principal, "Garnet" de Oku Hanako, de la que ya llevo un tiempo enamorada. Expresa perfectamente lo que quiere transmitir la película. El resto de la banda sonora, como ya he dicho, me encanta. Es deliciosamente melancólica.
Una película muy recomendable y con la que, casi sin darme cuenta, he aprendido muchas cosas.
"Que nos hayamos encontrado en la inmesidad del tiempo me ha hecho más fuerte que cualquier otra cosa."
Personalmente, puedo decir sin miedo a equivocarme que es una de mis películas favoritas. Ya sea por mi afición al anime, pero sobretodo por el argumento, la frescura y la emotiva banda sonora.
La animación está muy bien, y los personajes también (especial mención a Chiaki, mi favorito).
En un principio la película es optimista, motrando todas las ventajas que tendría viajar en el tiempo, pero a medida que la historia avanza nos muestra también su parte mala. Hace reflexionar. ¿Qué harías con una segunda oportunidad? Porque, ¿quién no ha querido volver atrás para cambiar o repetir cosas? ¿Quién no quiere volver a sus años en el instituto y al verano de la adolescencia? ¿Quién no ha sentido nostalgia? ¿Quién no ha amado?
A mí me han entrado ganas de viajar en el tiempo a pesar de las consecuencias. También he tenido (y sigo teniendo) ganas de mirar al cielo y cantar la canción principal, "Garnet" de Oku Hanako, de la que ya llevo un tiempo enamorada. Expresa perfectamente lo que quiere transmitir la película. El resto de la banda sonora, como ya he dicho, me encanta. Es deliciosamente melancólica.
Una película muy recomendable y con la que, casi sin darme cuenta, he aprendido muchas cosas.
"Que nos hayamos encontrado en la inmesidad del tiempo me ha hecho más fuerte que cualquier otra cosa."
27 de enero de 2009
27 de enero de 2009
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película trata sobre Makoto quien usará sus poderes para mejorar cosas poco importantes y aprenderá y nosotros junto a ella, que eso puede perjudicar a muchas personas y que jugar con el tiempo es peligroso. Una película magnífica, que te hace pensar y con la que aprendes muchas cosas. Os la recomiendo. Un 10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo único que no me ha gustado es que dejan cosas sin explicar. Sobre todo el final, ¿a dónde se irá ella corriendo? ¿Cómo es que se van a ver? Ese es un gran misterio, entre otras cosas no tan importantes. Quedo claro que se verían, pero no me explico cómo. Parece que a su tía le pasó algo parecido. Si alguien le encuentra sentido, que me lo diga.
8 de mayo de 2011
8 de mayo de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca he sido un especial aficionado al anime, son bastantes las películas del género que me han acabado aburriendo, como la intocable ''Akira'' que a mí me pareció soporífera. Si que reconozco la labor de Mizayaki con ''El viaje de Chihiro'' y ''El Castillo Ambulante'' que son dos auténticos referentes del buen cine, que no sólo cine de animación.
Esta película para mí no llega a la categoría de obra de arte, sin embargo se nos presenta una trama más que interesante en donde la protagonista, Makoto, descubre que tiene la capacidad de realizar saltos en el tiempo. El guión no decae ni un minuto, tiene momentos de paz, de drama, comedia, incluso con alguna historia romántica entrelazada. La banda sonora acompaña a la película enterneciéndola. Mención especial a la calidad del dibujo, se nota que ha llevado muchas horas de trabajo.
En definitiva, especialmente recomendable a los adeptos al género. Y más que recomendable para cualquier cinéfilo.
Esta película para mí no llega a la categoría de obra de arte, sin embargo se nos presenta una trama más que interesante en donde la protagonista, Makoto, descubre que tiene la capacidad de realizar saltos en el tiempo. El guión no decae ni un minuto, tiene momentos de paz, de drama, comedia, incluso con alguna historia romántica entrelazada. La banda sonora acompaña a la película enterneciéndola. Mención especial a la calidad del dibujo, se nota que ha llevado muchas horas de trabajo.
En definitiva, especialmente recomendable a los adeptos al género. Y más que recomendable para cualquier cinéfilo.
21 de febrero de 2015
21 de febrero de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ojalá abundaran las segundas oportunidades.
Volver a sorprenderse, volver a ser quienes fuimos, volver a las tardes sin preocupaciones, a juntarnos tras las clases, volver a correr tras llegar tarde, recorrer en bici todas las calles que nos vieron crecer, volver a una existencia que se nos escapa.
En definitiva, volver.
'La Chica que Saltaba en el Tiempo', más allá de sus costuras de ficción, habla de un miedo tangible y real, uno que todos tenemos que afrontar en algún momento: crecer.
Con sus decisiones, con sus cambios, y aún más importante, con sus dolorosas renuncias. Está en nuestra naturaleza elegir y tratar de aceptar las consecuencias, pero desgraciadamente no está el poder adaptarnos cómodamente a aquello que hemos elegido.
Makoto es una adolescente llena de inseguridades y fallas, pero cuya cómoda vida transcurre sin demasiados sobresaltos, pues es la vida de alguien que todavía no ha sentido necesidad de asomarse a la vida.
Cuando consigue la habilidad de saltar en el tiempo al principio lo vive como un extra, un comodín que la permite comerse el flan que no la dejaron, llegar pronto a clase, dormir más... el típico pensamiento de quien vive el ahora y no se preocupa por un futuro que, en el momento, se antoja muy lejano.
Sin embargo, se hace fuerte la frase "un gran poder conlleva una gran responsabilidad" cuando se ve golpeada por un suceso inesperado y ella, por todos los medios posibles, trata de cambiar que una sencilla pero común frase de la adolescencia no ponga patas arriba su mundo.
Es, de hecho, paradójico que cuánto más intente ella cambiar, más impredecible se convierte su odisea y menos pistas tiene de qué debería hacer. Makoto no se da cuenta: el problema no es externo, es, sobre todo, interno.
Chiaki, su mejor amigo, pone patas arriba su mundo, primero de manera sencilla, y después a una escala que ni el espectador puede imaginar.
Pero si algo se deduce de sus palabras es: date tiempo. El tiempo no espera a nadie, es cierto (la amenazadora y sin embargo plena de comprensión frase escrita en la pizarra) pero tampoco debería correr por nadie. Ser capaz de apreciar lo bueno que viene, y disfrutarlo, sin saber si acabará o nunca será, es de las pocas cosas que merecen la pena.
Al final, tras la transformación de Makoto, en realidad queda poca duda de que ha aprendido algo que todos aprendemos tarde o temprano.
A saber dejar las cosas pasar, a no agobiarse por el presente si no esperar lo mejor de él para el futuro.
¿La lección? Algo tan sencillo (y a la vez no) que se llama "madurar".
Volver a sorprenderse, volver a ser quienes fuimos, volver a las tardes sin preocupaciones, a juntarnos tras las clases, volver a correr tras llegar tarde, recorrer en bici todas las calles que nos vieron crecer, volver a una existencia que se nos escapa.
En definitiva, volver.
'La Chica que Saltaba en el Tiempo', más allá de sus costuras de ficción, habla de un miedo tangible y real, uno que todos tenemos que afrontar en algún momento: crecer.
Con sus decisiones, con sus cambios, y aún más importante, con sus dolorosas renuncias. Está en nuestra naturaleza elegir y tratar de aceptar las consecuencias, pero desgraciadamente no está el poder adaptarnos cómodamente a aquello que hemos elegido.
Makoto es una adolescente llena de inseguridades y fallas, pero cuya cómoda vida transcurre sin demasiados sobresaltos, pues es la vida de alguien que todavía no ha sentido necesidad de asomarse a la vida.
Cuando consigue la habilidad de saltar en el tiempo al principio lo vive como un extra, un comodín que la permite comerse el flan que no la dejaron, llegar pronto a clase, dormir más... el típico pensamiento de quien vive el ahora y no se preocupa por un futuro que, en el momento, se antoja muy lejano.
Sin embargo, se hace fuerte la frase "un gran poder conlleva una gran responsabilidad" cuando se ve golpeada por un suceso inesperado y ella, por todos los medios posibles, trata de cambiar que una sencilla pero común frase de la adolescencia no ponga patas arriba su mundo.
Es, de hecho, paradójico que cuánto más intente ella cambiar, más impredecible se convierte su odisea y menos pistas tiene de qué debería hacer. Makoto no se da cuenta: el problema no es externo, es, sobre todo, interno.
Chiaki, su mejor amigo, pone patas arriba su mundo, primero de manera sencilla, y después a una escala que ni el espectador puede imaginar.
Pero si algo se deduce de sus palabras es: date tiempo. El tiempo no espera a nadie, es cierto (la amenazadora y sin embargo plena de comprensión frase escrita en la pizarra) pero tampoco debería correr por nadie. Ser capaz de apreciar lo bueno que viene, y disfrutarlo, sin saber si acabará o nunca será, es de las pocas cosas que merecen la pena.
Al final, tras la transformación de Makoto, en realidad queda poca duda de que ha aprendido algo que todos aprendemos tarde o temprano.
A saber dejar las cosas pasar, a no agobiarse por el presente si no esperar lo mejor de él para el futuro.
¿La lección? Algo tan sencillo (y a la vez no) que se llama "madurar".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sin duda es interesante la semejanza entre la historia de Makoto y de su tía... pero no deja de ser un precioso detalle en una historia que, si algo se le da bien, son los detalles preciosos.
21 de abril de 2011
21 de abril de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de animación que trata de contar una historia de amor adolescente usando como excusa los viajes en el tiempo. En un Japón pre desastre nuclear, Makoto es una chica que habitualmente sufre accidentes y adquiere sin saberlo, la habilidad de saltar en el tiempo.
Se da cuenta de su habilidad al “saltarse” su propia muerte. Esto desencadena una serie de eventos que la rodean y es interesante ver como cada pequeño cambio afectan a su entorno inmediato.
Me sorprendí al verme interesado en la evolución de los personajes animados, es decir, un personaje de caricatura que va adquiriendo profundidad a medida que avanza la trama y que se va pintando a sí mismo con cada detalle. Algo que a veces, ni las personas de carne y hueso logran hacer en las películas con actores reales.
Hay imágenes muy vívidas y coloridas, instantáneas de momentos que se alargan para mostrar su belleza a cada segundo. Gotas de agua que avanzan muy lentamente, el crecimiento de una nube de tormenta, el parpadeo de una señal de tránsito, cosas mundanas, simples que se ralentizan para llamar la atención que normalmente no prestamos.
Lo más llamativo es lo tensa de algunas situaciones, inevitables y por evitar que se repiten en el tiempo pero que no se sabe el resultado. La banda de sonido es excelente, acompaña y da sentido a cada situación y ayuda a formar a cada personaje, uno de los aspectos para resaltar de la película, sin dudarlo. Otro y aunque parezca mentira es la fotografía: paisajes urbanos, cuadros que pintan a una ciudad japonesa de una belleza especial, calles, barrios, parques, horizontes de edificios, reflejos de agua a lo largo de la película que también ayudan a vestir de normalidad a personas que en realidad no existen.
Teniendo en cuenta que no deja de ser un producto de animación la historia te atrapa sin que te des cuenta y resulta entretenida de ver.
Se da cuenta de su habilidad al “saltarse” su propia muerte. Esto desencadena una serie de eventos que la rodean y es interesante ver como cada pequeño cambio afectan a su entorno inmediato.
Me sorprendí al verme interesado en la evolución de los personajes animados, es decir, un personaje de caricatura que va adquiriendo profundidad a medida que avanza la trama y que se va pintando a sí mismo con cada detalle. Algo que a veces, ni las personas de carne y hueso logran hacer en las películas con actores reales.
Hay imágenes muy vívidas y coloridas, instantáneas de momentos que se alargan para mostrar su belleza a cada segundo. Gotas de agua que avanzan muy lentamente, el crecimiento de una nube de tormenta, el parpadeo de una señal de tránsito, cosas mundanas, simples que se ralentizan para llamar la atención que normalmente no prestamos.
Lo más llamativo es lo tensa de algunas situaciones, inevitables y por evitar que se repiten en el tiempo pero que no se sabe el resultado. La banda de sonido es excelente, acompaña y da sentido a cada situación y ayuda a formar a cada personaje, uno de los aspectos para resaltar de la película, sin dudarlo. Otro y aunque parezca mentira es la fotografía: paisajes urbanos, cuadros que pintan a una ciudad japonesa de una belleza especial, calles, barrios, parques, horizontes de edificios, reflejos de agua a lo largo de la película que también ayudan a vestir de normalidad a personas que en realidad no existen.
Teniendo en cuenta que no deja de ser un producto de animación la historia te atrapa sin que te des cuenta y resulta entretenida de ver.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here