Relatos salvajes
2014 

7.7
70,027
19 de octubre de 2014
19 de octubre de 2014
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se abre el telón.
Aparecen en escena seis relatos completamente diferentes, enmarcados en un fondo común: la venganza. Seis historias que buscan conseguir un cierto paralelismo con la realidad actual, tanto cómica como social. La elección de actores y de reparto queda relegada a un segundo plano por la enormidad del guión que cada historia presenta. El primer cortometraje es toda una sorpresa, con un punto más cómico que sangriento, que el director, Damián Szifrón, utiliza como anticipo para presentar el resto de su catálogo más satírico y dramático.
La sensación que deja "Relatos salvajes" al salir del cine es placentera. Queda uno inconforme con la corta duración de cada historia y, a la vez, aplaude al director por llevar a cabo de una manera tan soberbia semejantes joyas del cine actual en un tiempo tan reducido. Es una inconformidad, por tanto, que se disfruta. Que diferencia una buena película de otra que no lo es tanto. El planteamiento de cada argumento y la existencia de seis guiones completamente redondos, sin fisuras, es lo que más llama la atención. El primero de ellos traslada una tragicomedia a lo más alto para introducir al espectador a un no parar de diálogos inteligentes, escenas que cautivan y estremecen y finales que contentan. El último de esos guiones presenta una boda, de la que se sirve Szifrón para terminar su coloquio cinematográfico de la manera más irónica posible (no desvelo el final de la película con esto que acabo de decir, tranquilos/as). Todo está medido. Cada historia está planteada para que, de manera independiente, conecte el resto de tramas y éstas se vinculen en aquello que ya hemos dicho que predomina durante toda la película: la venganza inexplicable y la absurdez del ser humano ante situaciones límites.
Al más puro estilo Breaking Bad, en lo técnico también hay un notable uso de cámaras en lugares inéditos. Además, Damián demuestra que es capaz de hacer cosas verdaderamente interesantes con la cámara cuando se trata de jugar con el espectador y hacerle reflexionar sobre su propia existencia, sobre su propio comportamiento y, ante todo, sobre su propia inteligencia. En la película apenas aparecen nombres; lo que importa es el contenido, lo que se cuenta.
Se cierra el telón.
Y te marchas a casa con la sensación de haber visto seis pequeñas películas que se recordarán en mucho tiempo.
Aparecen en escena seis relatos completamente diferentes, enmarcados en un fondo común: la venganza. Seis historias que buscan conseguir un cierto paralelismo con la realidad actual, tanto cómica como social. La elección de actores y de reparto queda relegada a un segundo plano por la enormidad del guión que cada historia presenta. El primer cortometraje es toda una sorpresa, con un punto más cómico que sangriento, que el director, Damián Szifrón, utiliza como anticipo para presentar el resto de su catálogo más satírico y dramático.
La sensación que deja "Relatos salvajes" al salir del cine es placentera. Queda uno inconforme con la corta duración de cada historia y, a la vez, aplaude al director por llevar a cabo de una manera tan soberbia semejantes joyas del cine actual en un tiempo tan reducido. Es una inconformidad, por tanto, que se disfruta. Que diferencia una buena película de otra que no lo es tanto. El planteamiento de cada argumento y la existencia de seis guiones completamente redondos, sin fisuras, es lo que más llama la atención. El primero de ellos traslada una tragicomedia a lo más alto para introducir al espectador a un no parar de diálogos inteligentes, escenas que cautivan y estremecen y finales que contentan. El último de esos guiones presenta una boda, de la que se sirve Szifrón para terminar su coloquio cinematográfico de la manera más irónica posible (no desvelo el final de la película con esto que acabo de decir, tranquilos/as). Todo está medido. Cada historia está planteada para que, de manera independiente, conecte el resto de tramas y éstas se vinculen en aquello que ya hemos dicho que predomina durante toda la película: la venganza inexplicable y la absurdez del ser humano ante situaciones límites.
Al más puro estilo Breaking Bad, en lo técnico también hay un notable uso de cámaras en lugares inéditos. Además, Damián demuestra que es capaz de hacer cosas verdaderamente interesantes con la cámara cuando se trata de jugar con el espectador y hacerle reflexionar sobre su propia existencia, sobre su propio comportamiento y, ante todo, sobre su propia inteligencia. En la película apenas aparecen nombres; lo que importa es el contenido, lo que se cuenta.
Se cierra el telón.
Y te marchas a casa con la sensación de haber visto seis pequeñas películas que se recordarán en mucho tiempo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Mi historia favorita, sin duda, es la tercera. Es absurda, es sangrienta, es violenta, es inexplicable. Es humana.
Tiene un guión redondo, perfecto, de principio a fin. Se sirve de tópicos y destroza otros, pues ninguno de los dos conductores sale ganando. Mezcla la violencia más visual con la comedia más negra. El espectador sufre viendo a los dos personajes mutilarse mutuamente sin conocer apenas sus nombres, su identidad, a dónde iban o si ya se conocían de antes. Sufre porque es una historia cotidiana, real, que podría sucedernos a cualquiera de nosotros en cualquier momento. Y el espectador lo sabe, y hace aumentar su sufrimiento cuando descubre que él también podría reaccionar así. O no. Quién sabe.
Es la duda lo que le deja con las ganas de saber más y, a la vez, termina más que satisfecho cuando empieza la siguiente historia.
Ya lo digo. Perfecto. Un 10 como una casa.
Tiene un guión redondo, perfecto, de principio a fin. Se sirve de tópicos y destroza otros, pues ninguno de los dos conductores sale ganando. Mezcla la violencia más visual con la comedia más negra. El espectador sufre viendo a los dos personajes mutilarse mutuamente sin conocer apenas sus nombres, su identidad, a dónde iban o si ya se conocían de antes. Sufre porque es una historia cotidiana, real, que podría sucedernos a cualquiera de nosotros en cualquier momento. Y el espectador lo sabe, y hace aumentar su sufrimiento cuando descubre que él también podría reaccionar así. O no. Quién sabe.
Es la duda lo que le deja con las ganas de saber más y, a la vez, termina más que satisfecho cuando empieza la siguiente historia.
Ya lo digo. Perfecto. Un 10 como una casa.
19 de octubre de 2014
19 de octubre de 2014
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién no ha deseado dar su merecido a alguien, de verdad, sin burocracia o buenas formas? Desde quien nos ha hecho pasar un pequeño mal rato al que consiguió amargarnos la existencia ese anhelo de desquite es el nexo que une a estos seis relatos.
La clave de las historias es su enfoque humorístico y transgresor. Mezcla esperpento, surrealismo, suspense, tragicomedia y un toque de violencia que se intensificarán más o menos según la trama. En algunos casos la venganza de los protagonistas se centra en aspectos sentimentales y en otras la sátira es una demoledora crítica social, que abarca desde la indefensión administrativa en la que se encuentra cualquier ciudadanito de a pie hasta por contra, el privilegio de determinadas clases sociales.
Muy bien narrada, entretenidísima, hasta se hace corta. Quién da más.
La clave de las historias es su enfoque humorístico y transgresor. Mezcla esperpento, surrealismo, suspense, tragicomedia y un toque de violencia que se intensificarán más o menos según la trama. En algunos casos la venganza de los protagonistas se centra en aspectos sentimentales y en otras la sátira es una demoledora crítica social, que abarca desde la indefensión administrativa en la que se encuentra cualquier ciudadanito de a pie hasta por contra, el privilegio de determinadas clases sociales.
Muy bien narrada, entretenidísima, hasta se hace corta. Quién da más.
26 de agosto de 2014
26 de agosto de 2014
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy fui a verla después de meses de espera y fui con gran expectativa a la sala para ver si la película de la que tanto se hablaba aquí en Perú era tan buena como decían... Y tenían razón.
Seis historias independientes solo en forma que retratan lo que hace el ser humano cuando cruza esa delgada línea entre el comportamiento socialmente aceptado y el salvajismo innato que nos caracteriza ¿Los resultados? El título de mi crítica lo explica todo, es más, si Tagore viera la película seguro ratificaría lo dicho.
El dominio del humor negro de Szifrón nos hace desternillar de risa para luego mirarnos unos a otros y pensar: "¿Realmente alguien podría hacer eso?". Generalmente digo que nadie puede emitir tales juicios de forma aislada pero, conociéndome y habiendo leído el comportamiento de las personas en diversas fuentes, creo que reaccionaría muy parecido a muchos de los personajes ¿Quizás más a "Bombita"? No lo sé. Unas notables interpretaciones hacen que uno realmente se ponga en la piel de los personajes y que hace creer que, efectivamente, han perdido la razón.
Resumiendo, que es gerundio, es imperdible para todo aquel que quiera burlarse de uno mismo o de la condición humana. Cada uno de los relatos pasa volando y cuando menos te das cuenta ya estás en la de la boda a punto de soltar la carcajada más extraña de tu vida.
Seis historias independientes solo en forma que retratan lo que hace el ser humano cuando cruza esa delgada línea entre el comportamiento socialmente aceptado y el salvajismo innato que nos caracteriza ¿Los resultados? El título de mi crítica lo explica todo, es más, si Tagore viera la película seguro ratificaría lo dicho.
El dominio del humor negro de Szifrón nos hace desternillar de risa para luego mirarnos unos a otros y pensar: "¿Realmente alguien podría hacer eso?". Generalmente digo que nadie puede emitir tales juicios de forma aislada pero, conociéndome y habiendo leído el comportamiento de las personas en diversas fuentes, creo que reaccionaría muy parecido a muchos de los personajes ¿Quizás más a "Bombita"? No lo sé. Unas notables interpretaciones hacen que uno realmente se ponga en la piel de los personajes y que hace creer que, efectivamente, han perdido la razón.
Resumiendo, que es gerundio, es imperdible para todo aquel que quiera burlarse de uno mismo o de la condición humana. Cada uno de los relatos pasa volando y cuando menos te das cuenta ya estás en la de la boda a punto de soltar la carcajada más extraña de tu vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si tuviera que calificar del 1 al 10 cada historia podría decir que
La del avión: 7/10. Excelente forma de abrir la película.
La del restaurante: 8/10. El gran rato que me hizo pasar la interpretación de Rita Cortese como una cocinera sin escrúpulos.
La del auto: 10/10. La más dinámica, la que me hizo empatizar con el personaje cuando se arma una bronca explosiva.
Bombita: 10/10. ¿Quién no ha tenido ganas de hacer algo contra el sistema por todas las trabas que nos pone y de las cuales no podemos quejarnos? Soberbio Darín (como siempre)
La del accidente: 6/10. La más flojita (al menos para mí). Tanta tensión (bien hecha, debo decir) para que se resuelva de esa manera, creo que pudo terminar mejor.
La de la boda: 9/10. Erica Rivas haciendo que me plantee la idea si de casarme realmente es una buena idea. Además el final es de lo que más me ha descuadrado pero no deja de ser extrañamente gracioso.
Ah y por cierto, el tráfico de Lima es un asco #AyudameBombita
La del avión: 7/10. Excelente forma de abrir la película.
La del restaurante: 8/10. El gran rato que me hizo pasar la interpretación de Rita Cortese como una cocinera sin escrúpulos.
La del auto: 10/10. La más dinámica, la que me hizo empatizar con el personaje cuando se arma una bronca explosiva.
Bombita: 10/10. ¿Quién no ha tenido ganas de hacer algo contra el sistema por todas las trabas que nos pone y de las cuales no podemos quejarnos? Soberbio Darín (como siempre)
La del accidente: 6/10. La más flojita (al menos para mí). Tanta tensión (bien hecha, debo decir) para que se resuelva de esa manera, creo que pudo terminar mejor.
La de la boda: 9/10. Erica Rivas haciendo que me plantee la idea si de casarme realmente es una buena idea. Además el final es de lo que más me ha descuadrado pero no deja de ser extrañamente gracioso.
Ah y por cierto, el tráfico de Lima es un asco #AyudameBombita
22 de octubre de 2014
22 de octubre de 2014
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producida por "El Deseo", Pedro Almodóvar y su hermano Agustín, comenzamos con una fantáaaaastica banda sonora, obra de Gustavo Santaolalla (músico y compositor argentino, ganador de sendos Oscar a la mejor banda sonora por "Babel" y "Brokeback Mountain"), que acompaña a unas preciosas fotografías de animales. Fíjense muy bien en ellas porque son un delicioso aperitivo de lo que veremos mas adelante: imágenes de lobos, leopardos, hienas y otros depredadores que, con sus miradas inteligentes y sus afiladas garras y colmillos, acechan a incautas ovejas, gacelas y otras fuentes de proteínas, prestos a devorarlas.
Aunque nunca hayamos sido agredidos físicamente, ni atracados por un ladrón, no es necesario que medie un delito para que nos resulte conocido el papel de víctima. A menudo nos vemos envueltos en situaciones que, por cotidianas, asumimos y soportamos de manera más o menos estoica o indignada dependiendo del día que tengamos. Pero... ¿qué pasaría si en una de esas ocasiones, hartos de sentirnos sometidos, renegamos del papel de sumisos y reivindicamos el control de la situación? De eso va la vaina.
Seis relatos geniales, inesperados y muy bestias.
Inspirada en "Cuentos asombrosos", serie de TV de los ochenta creada y producida por Steven Spielberg, "Relatos salvajes" (premio del público a la mejor película europea en la 62 edición del Festival de Cine de San Sebastián) narra unas historias en las que los agresores, asesinos o terroristas, no han sido etiquetados como tales por el sistema. En cuanto a las victimas, no son únicamente personas sino estructuras e instituciones: la sociedad en su conjunto.
No se trata del tipo de cuento que termina con un colorín colorado que te invita a conciliar el sueño, sino de unas historias para no dormir, verdaderamente brutales, que inducen, por las barbaridades que narran y cómo las narran, tanto a la risa como al horror o al asco. Son tan tremendas como sorprendentes y cercanas porque, ya me lo dirán cuando las vean, con más de una nos sentiremos identificados aunque no nos atrevamos a reconocerlo en voz alta:
1. Pasternak: a todos aquellos que te han jodido la vida. ¡Atracón de risa inicial!
2. Las ratas: el que la hace la paga. ¡Ten cuidado con lo que deseas!
3. El más fuerte: genuinos machos al volante. ¡Geniales Leonardo Sbaraglia y su partenaire! No se pierdan la melodía "Corazón de fuego". MI FAVORITA. ¡Es la caña!
4. Bombita: la lucha, en solitario, contra la jaula de hierro de Max Weber. ¡Un héroe nacional!
5. La propuesta: justicia universal, o no. ¡Por algo se dice que la justicia es ciega!
6. Hasta que la muerte nos separe: para terminar nada mejor que una celebración familiar. ¡Una boda de cuento!
Intriga, violencia y comedia. ¡Hacia tiempo que no me reía tanto en el cine! Esta película es muy divertida pero, se lo advierto, se trata de humor macabro, o negro como prefieran llamarlo, no apto para todos los paladares.
El director nos muestra como basta un segundo, el tiempo que se tarda en tomar una mala decisión, para cruzar la línea que separa el orden del caos. Perder el control y dejarse arrastrar por el vértigo y el placer que ello conlleva; comprobar que, efectivamente, la venganza es un plato que se sirve frío y se come despacio.
Damián Szifrón emprende una cruzada contra los tiranos, los que se creen superiores a los demás, los macarras abusones, el sistema, los ricos y los finales felices. ¡No deja títere con cabeza!
La película es cruel, maliciosa, brutalmente divertida y esconde una original y demoledora carga de critica social.
¡Sencillamente brillante!
¡Tiembla Tarantino!
Aunque nunca hayamos sido agredidos físicamente, ni atracados por un ladrón, no es necesario que medie un delito para que nos resulte conocido el papel de víctima. A menudo nos vemos envueltos en situaciones que, por cotidianas, asumimos y soportamos de manera más o menos estoica o indignada dependiendo del día que tengamos. Pero... ¿qué pasaría si en una de esas ocasiones, hartos de sentirnos sometidos, renegamos del papel de sumisos y reivindicamos el control de la situación? De eso va la vaina.
Seis relatos geniales, inesperados y muy bestias.
Inspirada en "Cuentos asombrosos", serie de TV de los ochenta creada y producida por Steven Spielberg, "Relatos salvajes" (premio del público a la mejor película europea en la 62 edición del Festival de Cine de San Sebastián) narra unas historias en las que los agresores, asesinos o terroristas, no han sido etiquetados como tales por el sistema. En cuanto a las victimas, no son únicamente personas sino estructuras e instituciones: la sociedad en su conjunto.
No se trata del tipo de cuento que termina con un colorín colorado que te invita a conciliar el sueño, sino de unas historias para no dormir, verdaderamente brutales, que inducen, por las barbaridades que narran y cómo las narran, tanto a la risa como al horror o al asco. Son tan tremendas como sorprendentes y cercanas porque, ya me lo dirán cuando las vean, con más de una nos sentiremos identificados aunque no nos atrevamos a reconocerlo en voz alta:
1. Pasternak: a todos aquellos que te han jodido la vida. ¡Atracón de risa inicial!
2. Las ratas: el que la hace la paga. ¡Ten cuidado con lo que deseas!
3. El más fuerte: genuinos machos al volante. ¡Geniales Leonardo Sbaraglia y su partenaire! No se pierdan la melodía "Corazón de fuego". MI FAVORITA. ¡Es la caña!
4. Bombita: la lucha, en solitario, contra la jaula de hierro de Max Weber. ¡Un héroe nacional!
5. La propuesta: justicia universal, o no. ¡Por algo se dice que la justicia es ciega!
6. Hasta que la muerte nos separe: para terminar nada mejor que una celebración familiar. ¡Una boda de cuento!
Intriga, violencia y comedia. ¡Hacia tiempo que no me reía tanto en el cine! Esta película es muy divertida pero, se lo advierto, se trata de humor macabro, o negro como prefieran llamarlo, no apto para todos los paladares.
El director nos muestra como basta un segundo, el tiempo que se tarda en tomar una mala decisión, para cruzar la línea que separa el orden del caos. Perder el control y dejarse arrastrar por el vértigo y el placer que ello conlleva; comprobar que, efectivamente, la venganza es un plato que se sirve frío y se come despacio.
Damián Szifrón emprende una cruzada contra los tiranos, los que se creen superiores a los demás, los macarras abusones, el sistema, los ricos y los finales felices. ¡No deja títere con cabeza!
La película es cruel, maliciosa, brutalmente divertida y esconde una original y demoledora carga de critica social.
¡Sencillamente brillante!
¡Tiembla Tarantino!
16 de octubre de 2014
16 de octubre de 2014
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hilarante y brutal, bárbara,salvaje y gamberra. A Tarantino seguro que le encantaría haberla firmado. 6 breves narraciones sin otra conexión que la temática: la venganza y la liberación de adrenalina en situaciones límites en las que el individuo estalla, todo ello tratado con un humor terapeútico que amortigua la violencia social subyacente.
El mejor episodio a mi modo de ver es el tercero, en el que interviene Leonardo Sbaraglia: dos conductores se enzarzan en una esperpéntica vorágine de ira y brutalidad; delirante violencia extrema magistralmente filmada. El resto de los cortos tienen también un gran nivel, desde el prólogo humorístico hasta la catarsis de la boda del último. Por poner un pero, esta última historia se alarga demasiado.
El conjunto constituye una obra divertida, inteligente, está muy bien filmada, mantiene la tensión y los actores están a un nivel supremo. Tras la enorme descarga de adrenalina que te provoca,sales purificado.
Seguro que será un gran éxito de taquilla.
El mejor episodio a mi modo de ver es el tercero, en el que interviene Leonardo Sbaraglia: dos conductores se enzarzan en una esperpéntica vorágine de ira y brutalidad; delirante violencia extrema magistralmente filmada. El resto de los cortos tienen también un gran nivel, desde el prólogo humorístico hasta la catarsis de la boda del último. Por poner un pero, esta última historia se alarga demasiado.
El conjunto constituye una obra divertida, inteligente, está muy bien filmada, mantiene la tensión y los actores están a un nivel supremo. Tras la enorme descarga de adrenalina que te provoca,sales purificado.
Seguro que será un gran éxito de taquilla.
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