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Wolfwalkers: Espíritu de loboAnimación

Wolfwalkers: Espíritu de lobo
7.6
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Animación. Fantástico. Aventuras La joven Robyn viaja a Irlanda con su padre para participar en una cacería de lobos. Todo se complica cuando conoce a Mebh, una niña misteriosa que vive en el bosque y de la que dicen que por las noches, junto a su tribu nómada, se transforma en lobo.
Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
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7
14 de febrero de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algo duele del cine de animación, y bendito dolor, son los muchos años que hay que esperar para que lleguen las películas. Tenemos la suerte de poder contar aún con unos pocos maestros del cine de animación tradicional en dos dimensiones, cuyas obras son tan cuidadas y minuciosas que su confección precisa de tres o cuatro años en ocasiones para sacarlas adelante (si no cuentas con enormes medios o ejércitos de animadores a tu disposición, como Pixar y demás grandes estudios de animación, estrenar una película de primer nivel de animación cada año es tarea imposible). Henry Selick, Wes Anderson o demás creadores que han probado con el Stop-Motion necesitan de una inversión temporal y de una dedicación inabarcable, así como Miyazaki y demás animadores del Studio Ghibli. Hoy, al fin, podemos escribir en la web del último y esperado trabajo del que no sería descabellado calificar como el Miyazaki europeo, si bien ha hecho méritos de sobra para ser considerado como su propia fuerza cinematográfica. Hablo, como habréis intuido algunos, del gran Tomm Moore, maestro irlandés cabeza de lanza del estudio celta Cartoon Saloon. Tras las excelentes El secreto del libro de Kells y La canción del mar, se estrena en Apple Tv la tercera película de esta suerte de trilogía mitológica: Wolfwalkers. Una película que era fácilmente uno de mis títulos más esperados del año, y que nos llegó en diciembre como bienvenido regalo de navidad. Y me congratulo de afirmar que se trata de una estupenda película, que bien merece la pena para grandes y pequeños. Una aventura mágica de algunos clichés y fórmulas del cine familiar, pero ejecutado con una sensibilidad y fuerza arrolladoras. Una perla de suculenta creatividad a la hora de animar.

Nos encontramos en la Irlanda de 1650. La amurallada y menesterosa Kilkenny, bajo el férreo yugo del despiadado Lord Cromwell, mantiene una lucha sin cuartel para liberar el bosque que les rodea de una fiera manada de lobos. La rebelde Robyn desea investigar los misterios animales del bosque y huir de las obligaciones mundanas que le asigna su cazador padre. Su mundo, y la triste calma de la ciudad se trastocará por completo al entablar amistad con Mebh, una desatada muchacha que lidera a la manada gracias a sus habilidades mágicas en tanto Wolfwalker. Una fábula ecologista de amistad entre niñas de dos mundos enfrentadas, una oda al poder ancestral del mundo natural y a las posibilidades mitológicas de la figura del lobo como uno en sintonía con el hombre. Una historia de derrota del odio y de las diferencias y de la búsqueda de la armonía entre progreso y entorno por una coexistencia mejor cuyo mensaje se mantendrá siempre vigente. Una delicia celta de superación ambientada en un contexto histórico y cultural de suma riqueza. Una película de entrañables personajes y, como cabía esperar, excelente banda sonora de Bruno Coulais. Pero lo que sin duda eleva esta película es su extraordinaria animación. No ya sólo por la estética de los trazos, que brilla con luz propia en el diseño de los fondos planos en las imágenes generales de la ciudad o del bosque, sino por la desbordante energía y pulso de la acción y la creatividad con la que se construyen los encuadres: exhibe una plétora de pantallas partidas o cambios de relación de aspecto, utiliza reflejos en las batallas, aprovecha los colores del fuego o el rastro de un aura por la noche como si de una vista de infrarrojos se tratase. En suma, una aventura medieval de espectacularidad e intensidad permanente que crece en dramatismo conforme avanza.

En comparación con las dos obras previas de Moore, el argumento de esta no tiene su capacidad de sorpresa. Es más, incluso podría parecer una especie de remake suave de El secreto del libro de Kells, una versión sofisticada de aquella. El desarrollo de la trama sigue algunos clichés y estereotipos, con malos maniqueos, situaciones melifluas, momentos de exceso plañidero e instancias emocionalmente rupturistas o dramáticas que siguen esquemas demasiado mascados, tan molestos en películas de Disney o Pixar. Pero no seamos cínicos, el frondoso torrente de excelencia audiovisual con el que el filme nos deleita de manera ininterrumpida y su elevado valor artesanal son suficientes para que miremos hacia otro lado en lo que respecta a estas flaquezas.

Concienciada, intensa y de extremo lirismo, Wolfwalkers no nos sorprende ni desafía pero nos emociona con intensidad en un viaje de extrema artesanía y saber hacer.
8
11 de enero de 2021 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
09/09(09/01/21) Precioso y delicioso film de animación dirigido por Tomm Moore (co-fundador del estudio de animación Cartoon Saloon con sede en Kilkenny, precisamente la ciudad protagonista de la cinta) y el debutante en la materia Ross Stewart, tercera entrega de la "Trilogía del folclore irlandés" de Moore, después de sus películas anteriores “The Secret of Kells” (2009) y “Song of the Sea” (2014), amabas nominadas al Oscar a Mejor Film de Animación. Ello adaptando un guión de Will Collins (“Song of the sea”) basándose en una historia creada por los directores Moore y Stewart, en lo que es una fábula original con tintes de aventura y fantasía folk, anclada en la historia de Irlanda, concretamente en la invasión inglesa comandada por Oliver Cromwell entre 1640 y 1650, donde el bosque atacado por el Lord Protector (eufemismo del icónico Cromwell) es en realidad una alegoría del alma irlandesa, los lobos son la tradición mística del pueblo Irish, de hecho se considera a Cromwell el instigador de que la isla ya no tenga a este noble animal, en lo que claramente es un alegato en favor de la independencia Irish, asociando sutilmente la destrucción medioambiental a la ocupación colonialista, en pos del mantra del Lord Protector “Lo que no puede ser domesticado, debe ser destruido”. Teniendo varios sub textos como es el empoderamiento femenino, la amistad, el colonialismo que conlleva la anulación de la identidad, la comunión del humano con la naturaleza, la comprensión de lo diferente, sobre el despertar a la madurez, sobre las complicadas relaciones padres-hij@s, ello en un relato que parece una mezcla de “Como entrenar a tu dragón” “Pocahontas” y “Avatar” (la idea de dejar los cuerpos inertes para erigirse en otra forma), en cómo debemos intentar comprender a los que suponemos hostiles, ello adentrándonos en el mundo de los mitos y leyendas. Historia que mezcla con equilibrio el drama, la acción, la magia, el lirismo visual, haciéndote emocionar con unos personajes con los que empatizas, ello con rasgos de oscuridad tenebrosa.

En 1650 Irlanda , los residentes de la ciudad de Kilkenny están trabajando para limpiar los bosques cercanos para la agricultura bajo las órdenes del autorizado Lord Protector Oliver Cromwell (voz original de Simon McBurney), poniéndolos en desacuerdo con una manada de lobos que viven allí. El cazador inglés Bill Goodfellowe (v.o. Sean Bean), con su joven rebelde hija Robyn (Honor Kneafsey), ha sido convocado a Kilkenny por el Lord Protector para exterminar a los lobos, para detener su interferencia con el trabajo de los leñadores. Al no gustarle la naturaleza confinada de Kilkenny y querer ayudar a Bill, Robyn se escapa de la ciudad un día para seguirlo con su halcón mascota, Merlyn. Después de disparar accidentalmente a Merlyn con su ballesta mientras intentaba matar a un lobo que atacaba a un pastor y su rebaño, Robyn observa cómo una misteriosa niña, Mebh (Eva Whittaker), lleva a Merlyn adentrándose al bosque con los lobos en retirada.

Ya desde el inicio se marca el tono sombrío y a la vez hermoso del relato, con ese bosque lóbrego, cerrado de vegetación con una manada lobos aparentemente aterradores de dientes afilados, donde los humanos son en realidad los depredadores con sus aviesas hachas, y en medio del asedio de estas fieras a un leñador aparece un wolfwalker que salva al hombre y dirige a la manada al interior del bosque.

Habiendo una fascinante miscelánea entre la ágil y trepidante narración y una extraordinaria animación influenciada por pinturas medievales, a contracorriente de la del ordenador que ha puesto en solfa Pixar, esta se apoya en un tradicionalismo imperfecto el que hace gala pareciendo un cuento de ilustraciones, precioso en su estética 2D, cuidados al detalle, cautivadores en sus formas, con estilo de acuarelas, se recrea en lo artesanal, dotando de una expresividad fabulosa a los personajes, y haciendo de la dualidad de escenarios todo un prodigio dramático, con esa rigidez de líneas rectas y cuasi-planas de la ciudad amurallada, con sus edificios acabados en puntiagudos techos, ello en colores apagados sin vida, pudiendo estar influenciado por la pintura de Pieter Brueghel, frente al mundo del bosque, rebosantes de color (sobre todo el verde, rojos y dorados) y vida, con vegetación cerrada, cascadas, animales, con sus formas caóticas y circulares, con muchas escenas que forman espirales cuasi-hipnóticas. Además está el recurso de la pantalla dividida para potenciar la tensión dramática. Los personajes se mueven con fluidez natural por las escenas, en sinergia con los bellos decorados en los que se funden de modo sibarita. Siendo llamativo el recurso visual de la transformación del wolfwalker cual haz de luz brillante, donde el punto de vista subjetivo del lobo resulta muy atractivo visualmente.

Y todo esto adornado por la epidérmica y electrizante música de los colaboradores habituales el galo Bruno Coulais y el grupo folk irlandés Kíla, con el añadido de la cantautora noruega Aurora, con una nueva versión de su sencillo ya publicado "Running with the Wolves", que suena de forma conmovedora en el paseo de las dos wolfwalkers por el bosque, un entusiasta recorrido travieso evocador.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La niña wolfwalker Mebh MacTire es el espíritu indomable irlandés, un ser místico que vive en armonía con la naturaleza, una joven con melena rojiza y grandes ojos muy expresivos, impetuosa, extrovertida, intrépida, valiente, que tiene un entrañable amor por su madre, Molly (v.o. Maria Doyle Kennedy); Robyn es una niña con mucho de la rebeldía de la protagonista Merida de “Brave” (2012), que traba una disfuncional amistad con Mebh, que le hará replantearse su mundo y la realidad que le han querido hacer ver por otra distinta, pues la verdad nunca es absoluta. Es una joven epítome también de la cosificación femenina a lo largo de la historia, en este caso pro ser fémina debe aprender a trabajar en la cocina, ello visto en unas escenas visualmente poderosas en el modo de emitir su soledad en medio de un escenario cuasi de terror en ese palacio. Tiene grandes momentos de coraje como cuando en medio de la muchedumbre aparece para exigir desafiante que no sacrifiquen a una loba, o cuando monta en el animal cual amazona majestuosa para huir, o cuando intenta ‘sanar’ a la madre de Mebh en comunión con su amiga. Resultando para ella la historia una evolución iniciática, donde se hará mayor, ello también madurado mediante su relación con su padre. Donde el film con incisivo tino proyecta como seres con dudas, con temores, humanos, lejos de perfectas figuras infalibles. El padre Bill Goodfellowe es otro de los personajes con evolución, de los que aprende por el camino, y lo hace de modo creíble; Frente a estos está la figura del villano Lord Protector, temible en su figura casi siempre tomada en contrapicado que lo eleva cuasi de modo demoniaco en su portentos físico, surgiendo entre sombras, tipo anclado en el puritanismo inglés, epítome de los colonizadores en Irlanda, con frases lapidarias, y que además el guión sorprendentemente da una conclusión brillante, lejos de la caricaturización, le aporta nobleza (spoiler).

Spoiler:

El final que el guión da al Lord Protector, es original y sin caer lo fácil, otorgándole dignidad. En la gruta coronada por una gran cascada, donde los riscos en plano general asemejan a las fauces de un lobo, allí Lord Protector, tras una épica batalla es sujetado por el avatar de Bill al borde de un risco para que no caiga y este no quiere ser salvado por un ‘traidor’ (sutilmente pasado al bando irlandés), y mientras dice: “En tus brazos, mi señor encomiendo mi alma” y prefiere dejarse caer soltándose la armadura, y lo vemos en cai´da libre al vací con fondo en los mencionados riscos donde cae el agua de la catarata.

Tras lo que se da un emocionante abrazo entre Robyn y su padre-lobo. Ella entonces decide ir a ayudar a su amiga Mebh a revivir a la madre de esta con el amor, esto sustentado por los aullidos del séquito de lobos, al que ayuda Bill, tras lo que en una bella estampa se reanima con las dos niñas en sus brazos, ello en medio de una lluvia dramática. La acción pasa a los lugareños de Kilkenny que observan el bosque que ardía y ahora se apaga por el agua celestial, y adornado sensorialmente por los aullidos lobeznos. Tras ello el epílogo, vemos una careta donde viajan la madre de Mebh y Bill abrazador cariñosamente, Robyn y Mebh se acuestan a dormir en el interior del transporte, ello abrigándolas cariñosamente Bill, tras lo que vemos a sus avatares lobos salir para jugar con los lobos por el camino que atraviesa la carreta por el bosque; Como defectillo resulta un tanto metido con calzador el romance exprés de la madre de Mebh y Bill.

Notable film de animación de los que conmueve y entretiene. Fuerza y honor!!!
8
11 de enero de 2021 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tomm Moore, siempre en mi equipo. Los escenarios de "Wolfwalkers" son una maravilla, con alucinantes juegos de perspectiva que apuntan a la herencia pictórica pre-renacentista, a lo que se suma un inteligente uso de la pantalla partida para agilizar la narración al contar varias situaciones que transcurren en paralelo o para mostrar la evolución de una misma escena sin la necesidad de mover la cámara o de recrear cada instante en su totalidad cuando mostrar solo un fragmento del mismo es suficiente. Pero lo más llamativo transcurre cuando los escenarios mutan en abstracción expresionista durante las escenas más intensas, momentos donde Moore y Stewart alcanzan la gloria animadora.

Eso sí, no puedo evitar tener la sensación de que en el estudio Cartoon Saloon empiezan a repetir (explotar) la fórmula estética que los ha llevado al éxito. La película es tierna, vibrante y bellísima, unos aspectos que se transmiten a través de un preciso uso de la animación, pero la mismo tiempo, a pesar del gran esmero y el inmenso trabajo que hay detrás de "Wolfwalkers", da la impresión de que no hubiera pasado absolutamente nada si esta película nunca se hubiera producido.
10
5 de marzo de 2021 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde Irlanda nos llega un "pequeño regalo" para recuperar la fe y mantener la esperanza de que vendrán días mejores, porque precisamente salió en uno de los años mas difíciles para toda la humanidad. Una película animada preciosa, que cumple a la perfección como una película de entretenimiento y como una auténtica obra de arte en movimiento, ambas en perfecto equilibrio, Y eso es algo al alcance de muy pocos estudios.

La historia escrita por Tomm Moore y Will Collins es de humilde sencillez pero encierra un evidente mensaje (y universal) sobre el respeto que le debemos hacia los seres que nos rodean, también es una acertada y sutil crítica contra los grupos de poder y la intolerancia teológica, además es un bello un canto de amistad y de paso se da tiempo de incluir en sus protagonistas el verdadero sentido del empoderamiento femenino y el real significado de la libertad de expresión, en medio de un ambiente hostil y adverso.

Pero si además de contar con una historia interesante, se cuenta con una producción (de nuevo) completamente artesanal que lo envuelve en un fascinante acabado visual, lleno de impresionantes texturas, colores, formas y composiciones, teniendo como resultado una experiencia sensorial espectacular, única que tal como lo manifiesta un personaje en determinada escena, literalmente "se puede ver con el olfato". Un deleite total, puedes sentir una mágica recepción en los cinco sentidos de principio a fin. Una sensación similar solo la había sentido con algunas obras del estudio "Ghibli". Así de contundente es esta película.

En las voces originales podemos escuchar a las talentosas Honor Kneafsey y Eva Whittaker dando voz a las dos protagonistas "Robyn" y "Mebh" respectivamente. Tambien podemos escuchar las voces de reconocidos actores como Sean Bean (tranquilos nadie lo mata) Simon McBurney, Tommy Tiernan y Maria Doyle Kennedy.

Increíble titulo, más que recomendable, yo me atrevo a decir que hasta de visionado obligatorio.
9
14 de agosto de 2021 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me conmovió primeramente por la animación. En una época que solo hacen pelis de animación en 3D, esto llama mucho mi atención. El dibujo es super cuidado, estilo geométrico orgánico. Cada plano casi parece un cuadro, donde todo está medido con mucha atención. La historia me ha gustado pero quizás está enfocado para un público infantil que adulto.
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