Tranquilos. La película no va de un escritor que tiene miedo a todo. Miedo a querer, miedo a gustar, miedo a amar, miedo a saber escribir, miedo a vivir... Campanella tiene pulso, tiene gusto, sabe elegir la escena y empatiza con nuestros sentimientos todo lo que quiere. Tiene además un plantel de actores con los que ha debido empatizar más aún que con los espectadores que lo seguimos embelesados, porque transmiten pasión y dolor en cada gesto y cada palabra.

Amarga... como tantos momentos en la vida de todos. Retrato de errores, de traiciones, de putadas... Tal vez muy buenista con la amistad, aunque cada uno cuenta la película como le fué, y eso esta bien. Muy bien. Es de un amargor íntimo. Bien contado. Saboreado con tiempo. Con regusto.

Tranquilos que la película no va de miedos... os sí... Al final, para los que no han dado con el tema, el protagonistra, desesperanzado, se confiesa. Pero es sutil. Incluso el desenlace final cierra un bucle de esperanza amarga... de gran belleza, por otro lado.

Una película más que notable. Notable amargo, como la vida.

Juan José Campanella, realizó esta película antes que su exitosa "El Hijo de la Novia"". Por fortuna, el éxito aquel nos trajo esta obra necesaria para que los que estamos lejos, al menos físicamente, entendamos algo mejor la Argentina del "corralito" y la debacle económica.
Este largo y caudaloso río de amores, desamores, esperanza, desesperación, amistad, traición, vida y muerte; contaminado y ennegrecido por arroyos de corrupción política y financiera, es el mismo en que se bañan nuestros protagonistas a lo largo de 20 años de historia. Tal vez sea también uno de los muchos ríos que han desembocado en ese mar de aguas fecales en que chapotean los argentinos y los amores náufragos.
Sólo la lluvia podrá limpiar; y si hay suerte, cuando hayan roto con furia los torrentes, podremos, ellos y nosotros, agarrarnos a una tabla salvadora o alzarnos sobre la cresta de una ola para poder respirar.

Me quedé sin palabras cuando vi esta maravillosa película argentina. Las lágrimas rodaban por mi cara y yo no podía hacer nada por detenerlas. Instantáneamente se convirtió en una de mis películas predilectas.
Todo en ella son virtudes, empezando por la maravillosa historia principal, un amor verdadero y real que perdura a lo largo de los años, y siguiendo por las actuaciones de dos talentos descomunales como son Ricardo Darín (¿este hombre ganará un Oscar algún día?) y Soledad Villamil, una actriz como ella no abundan en el mundo. Si acaso un escalón por encima Meryl Streep y a la misma altura que Kate Winslet.
Entre ellos se crea una atmósfera inmejorable, una química insuperable que volvió a quedar revocada 10 años después en "El secreto de sus ojos".
Gracias señor Campanella por brindarnos estas joyas, espero que siga haciéndolo a lo largo de muchos años.

Mi nota: 10

Una de las películas que mejor reflejan una relación de pareja, sencilla pero verdadera. Un guión inteligente y emotivo, donde te transporta a unos años difíciles de la historia de Argentina, y en definitiva a la realidad de las personas corrientes todo ello con mucho humor.

Últimamente olvido casi todas las películas que veo veinticuatro horas después de salir del cine (cuando no inmediatemente). Por eso me sorprendí cuando el otro día, después de ver El secreto de sus ojos, me puse a recordar cada escena de esta película. En su día no me pareció tan buena, pero compruebo que ha ganado mucho con el paso del tiempo. Buen cine, buena literatura, Cortázar, política, miserias, amor, lluvia...