Gracias a su corta duración me permití el lujo de verlo de las dos formas, doblada en español y en versión original. Con la primera me gusto mucho el cuento que imagina el extraño Tim Burton, pero todos sabemos que el cine de Burton es oscuro y extraño, obsesionado con el terror clásico.
No soy un gran fan de este director, solo algunos de sus films me gustaron, otros personalmente me parecen bastante mejorables y olvidables “El Planeta de los simios” entre ellos, pero aquí demuestra una gran calidad, no en sus dibujos, siempre alargados cual sombra, si en su dialogo.
En versión original el gran Vincent Price hace esas rimas geniales con esa voz profunda que le caracteriza y esa genial narración hace mejorar sustancialmente el corto que está muy entretenido y parece ser la misma infancia de Burton.

Después de ver este curioso corto. solo me ha quedado una pregunta en mente:
¿ Podría ser Vincent, Tim Burton de pequeño ?
El corto hace una clara referencia a las aspiraciones del joven que quiere ser como Vincent Price cosa que choca de frente con la forma de ser de Tim Burton y su brillante carrera.
Está todo muy bien hecho y el stop motion muy logrado.
La ambientación oscura y romántica muy "Made in Tim Burton".
Lo único que quizás en color habría estado mejor pero solo es una observación aparte en general el corto me ha gustado bastante.

Este corto es especial dice mucho en poco tiempo, el corto no se queda corto.

Ante todo intentaré ser fiel al título de mi crítica intentando explicarme con la máxima brevedad posible:

Para empezar, no tengo dudas en afirmar que este es el mejor cortrometraje que he visto nunca (seguido por el maravilloso y sombrío "More", otra genialidad).

Con solamente seis minutos, Tim Burton y su prematura mano de sublime director parieron este oscuro y bellísimo cortometraje, que precedería a su forma de dirigir, al igual que a sus preferencias respecto al material con el que trabajaría en un futuro. Ya de jovencito, tenía un potencial increíble, "Vincent" es una preciosa obra, llena de desesperación y pesimismo, muy sombrío pero increíblemente bonito.

"Vincent" nos cuenta la historia de un niño de siete años que, a pesar de que aparentemente es un niño dócil y de buenas maneras, debajo de él se esconde una capa donde imagina lo que de verdad le gustaría ser: Vincent Price. A partir de ahí nos sumimos en un mar de confusión y tristeza del que no podemos escapar. Y eso en apenas seis minutos.

Sin duda, "Vincent" no sería lo mismo si no hubiera sido creado mediante "Stop Motion", eso es lo que le da ese toque irreal, oscuro, comparado acertadísimamente al expresionismo alemán, del que sin duda Burton se inspiró. Hay que reconocer que, al menos a mí, me conmocionó mucho la primera vez que lo vi, y sigue haciéndolo cada vez que lo veo, por eso me parece tan increíblemente bueno, porque nunca me canso de verlo y siempre lo disfruto por igual (o incluso más, pero nunca menos).

Solo me queda esperar a que Tim Burton tenga una larga y prospera vida y que siga maravillandonos a todos hasta el día de su muerte, ese día, lloraré.

"Y mi alma, de esa sombra
que allí flota fantasmal,
no se alzará... Nunca más"

Uno de los primeros trabajos de Tim Burton fue este cortometraje de animación en que su diseño y escenario ya trazaban la clase de camino abrupto que iba a tomar, en una declaración de principios del futuro creador de joyas como “Bitelchus” (1988) y “Sleepy Hollow” (1999).

“Vincent” puede definirse como una quijotesca, amarga y grotesca alucinación en clave de humor negro alrededor del inframundo en que sueña vivir nuestro pequeño protagonista que anhela ser un nuevo Vincent Price (el corto está narrado con la voz del célebre actor).

El chico no juega como los chavales de su edad. No se mueve de su casa que considera su Mansión Usher para dar rienda a sus más grotescas fantasías. Si lo hace en el exterior , no se mueve del jardín, usando la parcela como lugar ideal para sus entierros y desentierros imaginarios.

Una joya imprescindible para fans del director y que bien merecería extenderla en un largometraje.

Bonito cortometraje animado por medio de la técnica de “stop-motion”, la misma usada por el director para realizar “El Extraño Mundo de Jack” y “El Cadáver de la Novia”, entre otras. Según tengo entendido, fue uno de los primero trabajos de Burton antes de consagrarse como el director que conocemos en la actualidad. En el cortometraje se nos presenta a Vincent Maloy, un niño de siete años de personalidad tierna e inocente pero que, en realidad, quisiera asumir un estilo de vida muy diferente, uno semejante al de su ídolo Vincent Price (célebre actor de películas de terror en la década de los sesentas) a la vez que se encuentra profundamente inspirado por la obra de Edgar Allan Poe.

Puede realizarse una larga lista de aciertos en este corto, pero me gustaría centrarme en uno muy especial. La desesperante contradicción interna que la mayoría de seres humanos vivimos en la cotidianidad que nos obliga a aparentar ante los demás una imagen completamente extraña a lo que sentimos en lo más interno de nuestro ser y nuestra conciencia. El lector puede vanagloriarse diciendo: “yo soy lo que soy gústele a quien le guste”, pero carajo, parafraseando las ideas de un conocidísimo personaje: el que nunca haya aparentando lo que no siente en algún momento de su vida, que tire la primera piedra. Personalmente creo que es la mayor virtud de esta animación, desenmascarar la careta y la farsa que obligadamente llevamos en nuestra inverosímil existencia.