El peregrinoMediometraje
7.2
2,175
19 de diciembre de 2012
19 de diciembre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Condenado a vagar, a trapichear, a robar besos. Dotado del instinto de la supervivencia y del arte de la improvisación. Con eternos zapatos rotos, pies ligeros y una cintura digna de un peso minimosca. Sin fortuna, pero con la suerte que el destino guarda a los menos exigentes. Es Charlot, el peregrino, el hombre que nos hace reír y llorar, el que se hace querer en la distancia, el que a veces ronronea bajo nuestra ventana, el pícaro, el que corre delante de los trenes de vapor, el que es incapaz de robar (si acaso sisar), el que nos inspira gran ternura....; pero al que ni siquiera dejaríamos pasear nuestro perro, porque algo siempre le sale mal. De ahí la condena a errar solo bajo las estrellas.
No obstante se avecinan malos tiempos, y tal vez pronto nos encontremos juntos bajo algún puente compartiendo lumbre y raspas de sardina, entonces él volverá a ser el más importante.
No obstante se avecinan malos tiempos, y tal vez pronto nos encontremos juntos bajo algún puente compartiendo lumbre y raspas de sardina, entonces él volverá a ser el más importante.
13 de diciembre de 2009
13 de diciembre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra película con el sello propio de Chaplin, con sus indiscutiblemente graciosas escenas contadas con humildad para el entretenimiento puro y duro, sin olvidar que siempre llevan una delicadeza de buenos sentimientos hacia la humanidad, en este caso un delicuente convertido en cura en una historia que no tiene tanto nivel poético ni social o sentimental como otras, pero que seguro sirve para disfrutar de un pequeño rato para evadirse y para disfrutar de una genial banda sonora que lógicamente tiene mayor peso en el cine mudo, al igual que todo un arsenal de lenguaje corporal que hacen de Chaplin un cineasta único.
7 de noviembre de 2020
7 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producción divertida, ligera y dinámica en la que una ve más C. Chaplin hace gala de sus conocimientos de todas las facetas del cine, tanto en la vertiente industrial como artística.
Posee momentos de alta comicidad y un sentido del humor coherente en que las escenas se suceden con agilidad.
No faltan los consabidos golpes y despropósitos argumentales -tan del gusto del público de la época- pero hay que reconocer que su dosificación no tiende a lo exagerado.
Por lo que respecta al estilo narrativo sus hechuras resultan apropiados y los intertítulos son sencillos y suficientes pero la exigencia de la palabra era una demanda que apenas podía posponerse cuando el siglo XX estaba a punto de consumir su cuarta parte.
Posee momentos de alta comicidad y un sentido del humor coherente en que las escenas se suceden con agilidad.
No faltan los consabidos golpes y despropósitos argumentales -tan del gusto del público de la época- pero hay que reconocer que su dosificación no tiende a lo exagerado.
Por lo que respecta al estilo narrativo sus hechuras resultan apropiados y los intertítulos son sencillos y suficientes pero la exigencia de la palabra era una demanda que apenas podía posponerse cuando el siglo XX estaba a punto de consumir su cuarta parte.
17 de enero de 2021
17 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos años antes, había realizado " El chico " 1921'. Ahora cumplirá 100 años. Un siglo. Y cuán fresca se conserva.
" El peregrino ". Es un mediometraje. Dónde las situaciones se suceden a ritmo de gangs, música desenfrenada.
Su hermano Sydney Chaplin. Interpreta 3 papeles en la historia.
Por elegir dos escenas. Digo, la parte de la iglesia. Con esas ocurrencias imaginativas charlotescas.
La del pastel, sombrero y el niño maleducado, dando bofetones impunemente.
El final es creativo y abierto.
En suma una delicia. Sin ser de lo más destacado de Chaplin. Lleva su encanto inconfundible.
Ese mismo año 1923'. Rodaría " Una mujer de París ". Con Edna Purviance. También, en el papel principal femenino.
Cambiando de registro. Adentrándose en el drama. Desconocido como excelente largometraje.
" El peregrino ". Es un mediometraje. Dónde las situaciones se suceden a ritmo de gangs, música desenfrenada.
Su hermano Sydney Chaplin. Interpreta 3 papeles en la historia.
Por elegir dos escenas. Digo, la parte de la iglesia. Con esas ocurrencias imaginativas charlotescas.
La del pastel, sombrero y el niño maleducado, dando bofetones impunemente.
El final es creativo y abierto.
En suma una delicia. Sin ser de lo más destacado de Chaplin. Lleva su encanto inconfundible.
Ese mismo año 1923'. Rodaría " Una mujer de París ". Con Edna Purviance. También, en el papel principal femenino.
Cambiando de registro. Adentrándose en el drama. Desconocido como excelente largometraje.
22 de octubre de 2022
22 de octubre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
339/16(16/10/22) Divertido mediometraje silente escrito, dirigido y protagonizado hace 99 años por el Icono del Séptimo Arte Charles Chaplin en su último trabajo para la First National Film Company, a partir de aquí trabajaría en sus propias producciones y ya solo con largometrajes. La película marca la última vez que Edna Purviance coprotagonizó con Chaplin, también protagonizó “A Woman of Paris” (1923) de Chaplin, en la que Chaplin tuvo un breve cameo. Cuando la película se estrenó en USA, fue violentamente criticada por las ligas religiosas, el estado de Pensilvania prohibió su distribución por “haber ridiculizado a los ministros de la sagrada religión", generando una campaña de calumnias liderada por el multimillonario William Randolph Hearst (el alter ego de Ciudadano Kane). Siendo una obra singular en el sentido de que Chaplin no juega aquí a su mítico vagabundo. Su personaje es un convicto fugitivo disfrazado con atuendo clerical, jugando con el azar de que al tomar un tren elegido a ciegas es a Devil's Gulch-Texas, donde oh, sorpresa! Esperan la llegada de un sacerdote.
Esto da para un buen reguero de gags visuales muy creativos, aunque le cuesta arrancar, con un inicio un tanto titubeante. Siendo de lo mejor cuando hace la pantomima fulgente de contar a su ‘congregación parroquial’ la historia de David vs Goliat, toda una lección de mímica, adornada por los asombrados rostros de sus espectadores, sobre todo porque altera sensiblemente los elementos del relato bíblico, provocando el entusiasmo turbador de un niño entre el público. Por este tratamiento de la religión (la cristiana) es por lo que se atacó a Chaplin (hace chanzas de los ritos eclesiásticos), caricaturizando el fervor beato, haciendo chufas de los rituales, del fanatismo, al puritanismo (esa pareja que al inicio planea escaparse del hogar para casarse y que el padre de ella los persigue por la estación), ello con mordacidad e ingenio. Jugando con las falsas identidades, los equívocos, el slapstick, la farsa, trasladándonos un chute de vitalismo efervescente, ello sin caer en lo azucarado sentimentaloides de muchas cintas chaplinescas. Para desembocar en un final inteligente y abierto.
Todo va medio-bien para Chaplin hasta que aparece (Charles Reissner) su antiguo compañero de celda (menuda casualidad!), para no destaparse Chaplin finge que es su antiguo compañero de universidad, pero este tiene su sentido del deber muy marcado en el gusto por lo ajeno, y el dinero de una hipoteca (el puritanismo religioso-católico hace no se puede cobrar en Sábado) dará juego para ambos ex convictos.
Tendremos otro gran tramo durante un ágape, allí aparece un demasiado travieso y violento niño (Dean Reisner) que comienza a pegar y a meterse de forma muy molesta con Chaplin y su compañero ‘universitario’, una mosca cojonera irritante, describir su comportamiento se quedaría corto; También tenemos (con culpa del niñito) como un bombín pasa a ser una tarta que aderezan (por accidente) de forma muy decorativa, regándola con todo tipo de adimentos dulces, dan ganas de comérselo; Mpara desembocar en un rush final trepidante, con mucho ingenio, donde las ansias de redención del fugado derivan en tener que inmiscuirse en un gran robo. Para acabar en un epílogo que nunca en la era Código Hayes de censura hubieran permitido (spoiler).
El supuesto romance entre Chaplin y actriz fetiche de entonces Edna Purviance, resulta bastante frio, se debe intuir, y es que la barrera del personaje fingido de Chaplin de un reverendo es una barrera.
La puesta en escena es bastante plana, típica del cine mudo con sus aparatosas cámaras, con estas muy estáticas, dejando que la acción fluya ante ellas, ello con el DP habitual de Chaplin, Roland Toteroth.
Charles Chaplin vuelve a enfundarse en uno de sus papeles de pícaro que intenta sobrevivir, en este caso intentando no le atrape la ley por estar fugado de prisión, aportando su vis vitalista, su talento físico, su gracia para la pantomima. En este caso en un rol que debe evolucionar para redimirse de sus ‘pecados’.
Entre el elenco destaca el hermano mayor de Charles Chaplin, Sydney Chaplin, que tiene nada menos que tres papeles en el film, primero como el hombre que intenta fugarse con su novia, el maquinista del tren y el padre del niño violento; Charles Reisner da vida al ex compañero de celda de Chaplin, posterior director de cine; Dean Reisner como el niño travieso, hijo de Charles Reissner, luego se convirtió en director y guionista, en 1949 obtuvo el Oscar por dirigir “Bill and Coo” (1948), largometraje con un elenco de pájaros reales, disfrazados de humanos, actuando en el set de filmación más pequeño del mundo. Posteriormente participó en el guion de varios films de Clint Eastwood, como “Play Misty for Me” y el original “Dirty Harry”. Escribió el guion de la exitosa serie televisiva “Hombre Rico, Hombre Pobre”. En 1979, escribió un borrador inicial del guión de “El Padrino III”, pero su guión fue descartado cuando Francis Ford Coppola y Mario Puzo acordaron colaborar en una tercera entrega de la serie; Tenemos como sheriff al actor fetiche de Chaplin, Henry Bergman, normalmente haciendo de villanos gracias a su enorme físico, cumple aquí con su cometido de asustar a Chaplin. En 1916, Bergman comenzó a trabajar con Charlie Chaplin y actuó en numerosos de sus films. Durante el resto de su carrera, Bergman continuó ayudando a Chaplin, trabajando como asistente. Trabajó en varias películas de Chaplin como La quimera del oro, “The Immigrant” y “The Circus”. La última actuación de Bergman en el cine fue en Tiempos modernos como dueño de un restaurante, y su último trabajo detrás de la cámara fue en El gran dictador, en 1940; Como el sheriff de buen corazón tenemos a Tom Murray, en un poco visto en el cine de Chaplin, agente de la ley comprensivo. Murray fue miembro de grupos de música country Hillbilly a principios de los años 30.
Esto da para un buen reguero de gags visuales muy creativos, aunque le cuesta arrancar, con un inicio un tanto titubeante. Siendo de lo mejor cuando hace la pantomima fulgente de contar a su ‘congregación parroquial’ la historia de David vs Goliat, toda una lección de mímica, adornada por los asombrados rostros de sus espectadores, sobre todo porque altera sensiblemente los elementos del relato bíblico, provocando el entusiasmo turbador de un niño entre el público. Por este tratamiento de la religión (la cristiana) es por lo que se atacó a Chaplin (hace chanzas de los ritos eclesiásticos), caricaturizando el fervor beato, haciendo chufas de los rituales, del fanatismo, al puritanismo (esa pareja que al inicio planea escaparse del hogar para casarse y que el padre de ella los persigue por la estación), ello con mordacidad e ingenio. Jugando con las falsas identidades, los equívocos, el slapstick, la farsa, trasladándonos un chute de vitalismo efervescente, ello sin caer en lo azucarado sentimentaloides de muchas cintas chaplinescas. Para desembocar en un final inteligente y abierto.
Todo va medio-bien para Chaplin hasta que aparece (Charles Reissner) su antiguo compañero de celda (menuda casualidad!), para no destaparse Chaplin finge que es su antiguo compañero de universidad, pero este tiene su sentido del deber muy marcado en el gusto por lo ajeno, y el dinero de una hipoteca (el puritanismo religioso-católico hace no se puede cobrar en Sábado) dará juego para ambos ex convictos.
Tendremos otro gran tramo durante un ágape, allí aparece un demasiado travieso y violento niño (Dean Reisner) que comienza a pegar y a meterse de forma muy molesta con Chaplin y su compañero ‘universitario’, una mosca cojonera irritante, describir su comportamiento se quedaría corto; También tenemos (con culpa del niñito) como un bombín pasa a ser una tarta que aderezan (por accidente) de forma muy decorativa, regándola con todo tipo de adimentos dulces, dan ganas de comérselo; Mpara desembocar en un rush final trepidante, con mucho ingenio, donde las ansias de redención del fugado derivan en tener que inmiscuirse en un gran robo. Para acabar en un epílogo que nunca en la era Código Hayes de censura hubieran permitido (spoiler).
El supuesto romance entre Chaplin y actriz fetiche de entonces Edna Purviance, resulta bastante frio, se debe intuir, y es que la barrera del personaje fingido de Chaplin de un reverendo es una barrera.
La puesta en escena es bastante plana, típica del cine mudo con sus aparatosas cámaras, con estas muy estáticas, dejando que la acción fluya ante ellas, ello con el DP habitual de Chaplin, Roland Toteroth.
Charles Chaplin vuelve a enfundarse en uno de sus papeles de pícaro que intenta sobrevivir, en este caso intentando no le atrape la ley por estar fugado de prisión, aportando su vis vitalista, su talento físico, su gracia para la pantomima. En este caso en un rol que debe evolucionar para redimirse de sus ‘pecados’.
Entre el elenco destaca el hermano mayor de Charles Chaplin, Sydney Chaplin, que tiene nada menos que tres papeles en el film, primero como el hombre que intenta fugarse con su novia, el maquinista del tren y el padre del niño violento; Charles Reisner da vida al ex compañero de celda de Chaplin, posterior director de cine; Dean Reisner como el niño travieso, hijo de Charles Reissner, luego se convirtió en director y guionista, en 1949 obtuvo el Oscar por dirigir “Bill and Coo” (1948), largometraje con un elenco de pájaros reales, disfrazados de humanos, actuando en el set de filmación más pequeño del mundo. Posteriormente participó en el guion de varios films de Clint Eastwood, como “Play Misty for Me” y el original “Dirty Harry”. Escribió el guion de la exitosa serie televisiva “Hombre Rico, Hombre Pobre”. En 1979, escribió un borrador inicial del guión de “El Padrino III”, pero su guión fue descartado cuando Francis Ford Coppola y Mario Puzo acordaron colaborar en una tercera entrega de la serie; Tenemos como sheriff al actor fetiche de Chaplin, Henry Bergman, normalmente haciendo de villanos gracias a su enorme físico, cumple aquí con su cometido de asustar a Chaplin. En 1916, Bergman comenzó a trabajar con Charlie Chaplin y actuó en numerosos de sus films. Durante el resto de su carrera, Bergman continuó ayudando a Chaplin, trabajando como asistente. Trabajó en varias películas de Chaplin como La quimera del oro, “The Immigrant” y “The Circus”. La última actuación de Bergman en el cine fue en Tiempos modernos como dueño de un restaurante, y su último trabajo detrás de la cámara fue en El gran dictador, en 1940; Como el sheriff de buen corazón tenemos a Tom Murray, en un poco visto en el cine de Chaplin, agente de la ley comprensivo. Murray fue miembro de grupos de música country Hillbilly a principios de los años 30.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Rush final: Tras una noche toledana, en un juego del gato y el ratón entre Chaplin intentando proteger el dinero y su ‘amigo’ intentando sustraerlo, con diferentes estrategias, hasta acabar en una pelea, donde Chaplin acaba KO. Tras recuperarse, la dueña del dinero se ha dado cuenta de que le han robado. Chaplin promete a la anciana recuperar su plata. El ladrón se dirige a un casino. Allí una banda entra a atracar el local y a los clientes. A pesar del atraco en curso, Chaplin logra recuperar el dinero haciéndose pasar ante los clientes de espaldas por un ladrón, ante la perplejidad de los mismos. Entre medias el sheriff se ha enterado de que Chaplin (su rol) no es el Peregrino, si no un fugitivo de la ley. Cuando va a detenerlo, este ha llegado antes a entregar el dinero a Edna Purviance (la hija de la dueña del dinero robado). Tras lo que es detenido por el sheriff, la señorita Brown sale en su defensa y revela lo que ha hecho. Como resultado, el sheriff lleva a su prisionero a la frontera y le ordena que le recoja unas flores en tierra mexicana. Sin entender la indirecta, Chaplin regresa. El sheriff tiene que echarlo a patadas de la jurisdicción estadounidense antes de que reconozca el acto de bondad del representante de la ley. Sin embargo, su disfrute de la paz de una nueva tierra resulta ser de corta duración; varios hombres armados salen de la maleza y comienzan a dispararse unos a otros. El peregrino asustado se aleja apresuradamente, cruzando la frontera mientras reflexiona sobre sus opciones.
Marion Davies aparece sin acreditar como miembro de la congregación; En las escenas en las que un niño pequeño debe abofetear a Chaplin, el director persuade al niño para que lo haga abofeteando a Syd repetidamente para mostrar lo divertido que es.
Me queda un mediometraje festivo y ágil, aunque sin ser de los mejores trabajos de Chaplin. Gloria Ucrania!!!
Marion Davies aparece sin acreditar como miembro de la congregación; En las escenas en las que un niño pequeño debe abofetear a Chaplin, el director persuade al niño para que lo haga abofeteando a Syd repetidamente para mostrar lo divertido que es.
Me queda un mediometraje festivo y ágil, aunque sin ser de los mejores trabajos de Chaplin. Gloria Ucrania!!!
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