Suzhou River
7.1
1,553
Romance. Drama
Mardar es un joven mensajero que va por la ciudad con su moto repartiendo paquetes. Conoce bien la ciudad y parte de su éxito en el negocio es que nunca hace preguntas. Un día un contrabandista de alcohol le pide que lleve a su hija de 16 años, Moudan, a casa de su tía. En el trayecto, ambos se sienten atraídos...
24 de febrero de 2024
24 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es una historia original y la cámara está constantemente temblando. Con esas dos cuestiones claras en mi mente debería suspender "Suzhou River", pero hay algo que me ha acabado atrayendo que me acerca a la poesía, no se trata de una historia vulgar mil veces vista y a pasar página. Lo del temblor de cámara es imperdonable, eso es indefendible. No obstante me apetece defender el cine chino cuando quien anda detrás de la cámara se queja por la falta de libertad, o mejor dicho, la aplastante maquinaria de la censura constante. Que sí, tú puedes filmar lo que quieras que luego te lo vamos a negar todo. Tanto en China como en cualquier otro país que aplaste ideas, que limite al creador. Así que mi simpatía contrasta con todo, incluso con la realidad objetiva del contenido de esta película.... Porque explicado punto a punto, coma a coma, la historia es poca cosa...
Sin embargo algo de química aparece, esa magia del cine, en este caso un empujón que nos acerca a la poesía, con esa voz en off, idas y venidas en moto y una estética que nos acerca a lo feo, a las bombillas colgadas en un cable, a los callejones sucios y esos garitos en los que ningún occidental sentaría su culo ni un segundo... Y el río, evidentemente, testigo y protagonista, que engulle a quien hace falta, convirtiéndola en sirena, ahogando a quien sea... No niego que la poesía superó el mareo que produce tanto temblor de cámara, tanta primera persona, tanto tabaquismo y espacios sucios... Un cinco, no más...
Sin embargo algo de química aparece, esa magia del cine, en este caso un empujón que nos acerca a la poesía, con esa voz en off, idas y venidas en moto y una estética que nos acerca a lo feo, a las bombillas colgadas en un cable, a los callejones sucios y esos garitos en los que ningún occidental sentaría su culo ni un segundo... Y el río, evidentemente, testigo y protagonista, que engulle a quien hace falta, convirtiéndola en sirena, ahogando a quien sea... No niego que la poesía superó el mareo que produce tanto temblor de cámara, tanta primera persona, tanto tabaquismo y espacios sucios... Un cinco, no más...
22 de septiembre de 2024
22 de septiembre de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
23 años después de su estreno y con la restauración al 4K la cinta del director chino Lou Ye vuelve para narrarnos las historias de encuentros y desencuentros que se dan lugar en el sucio y bullicioso río Suzhou, testigo indirecto de nacimientos, muertes, alianzas improbables y despedidas de amantes condenados a separarse antes de tiempo.
Aunque la cinta puede recordar a algunas obras similares del mismísimo Wong Kar-wai, lo cierto es que a mí en la forma de rodar y la fascinación que la cámara demuestra por la protagonista femenina encarnada por la bella actriz Zhou Xun me ha traído a la mente a la Nouvelle vague y al nacimiento de la historia de amor entre Jean-Luc Godard y Anna Karina. Como en ‘’Vivre Sa Vie’’ la cámara queda completamente fascinada por la actriz protagonista y vivimos junto a uno de los personajes principales (en este caso el narrador nunca muestra su rostro y solo se dedica a grabar con su cámara lo que le rodea y a la chica de la que está enamorado) su enamoramiento por ella con la pasión y el cariño que lo embargan.
El guion de Lou Ye nos narra dos historias de amor. En la primera los protagonistas son un joven y serio repartidor llamado Mardar que un día debe llevar una mercancía diferente. Se trata de una joven algo infantil llamada Moudan que tiene una situación complicada en casa y a la que su padre envía con Mardar para que la lleve a casa de su tía cada vez que se cita con su novia. La relación entre estos dos personajes solitarios que arrastran una historia difícil y viven en un ambiente hostil y marginal, florece y ambos se enamoran. El único problema es que Mardar no solo se dedica a repartir paquetes y de pronto recibe el encargo especial de secuestrar a Moudan y pedir un rescate a su padre. Este hecho los separará definitivamente y hará que Mardar pase largos años buscando a su amante desaparecida hasta que se topa con una joven que parece el vivo retrato de Moudan. Ella se llama Meimei y al instante le recuerda a su antiguo amor. Su rostro, su forma de hablar, sus costumbres e incluso su trabajo (se viste de sirena y hace un espectáculo en un club nocturno) le recuerdan a Moudan. Meimei parece ser una representación en vivo de la muñeca de sirena que la joven siempre llevaba consigo en sus encuentros con Mardar. Es como si hubiera emergido de las sucias y turbulentas aguas del rio Suzhou con una nueva identidad que quiere separarse de la imagen inocente e infantil que el conservaba de ella.
Meimei, a su vez, también vive su propia historia de amor con el narrador. Un joven cuyo rostro nunca llegamos a conocer pero que nos acompaña en esta historia nostálgica y trágica. El mismo se cruzará con Mardar y conocerá la desgarradora y hermosa historia de amor que lo ha acercado a Meimei buscando en ella rastros de su antigua amante.
‘’Suzhou River’’ es una bella y trágica historia de amor donde la melancolía y los amores imposibles marcan y cambian drásticamente la vida de los protagonistas. La pareja principal está interpretada por Zhou Xun (en dos papeles diferentes en los que consigue lucirse por igual) y Jia Hongshen. Ambos tienen una gran química juntos y nos regalan algunos de los mejores momentos de la cinta.
No es la mejor película asiática de este género que he visto. Sin embargo, guardare un recuerdo especial de ella por las sensaciones que me ha despertado durante su visionado. Lou Ye no inventa nada nuevo con su historia. Quizás otros incluso han conseguido hitos más grandes que los suyos. A pesar de ello, deja una grata impresión sobre los límites del amor, la obsesión y la fatalidad. Y además consigue convertir a un lugar, el rio Suzhou, en un personaje indiscutible de su película (que incluso tiene más protagonismo que el resto y cuya existencia es crucial para explicar los acontecimientos).
Aunque la cinta puede recordar a algunas obras similares del mismísimo Wong Kar-wai, lo cierto es que a mí en la forma de rodar y la fascinación que la cámara demuestra por la protagonista femenina encarnada por la bella actriz Zhou Xun me ha traído a la mente a la Nouvelle vague y al nacimiento de la historia de amor entre Jean-Luc Godard y Anna Karina. Como en ‘’Vivre Sa Vie’’ la cámara queda completamente fascinada por la actriz protagonista y vivimos junto a uno de los personajes principales (en este caso el narrador nunca muestra su rostro y solo se dedica a grabar con su cámara lo que le rodea y a la chica de la que está enamorado) su enamoramiento por ella con la pasión y el cariño que lo embargan.
El guion de Lou Ye nos narra dos historias de amor. En la primera los protagonistas son un joven y serio repartidor llamado Mardar que un día debe llevar una mercancía diferente. Se trata de una joven algo infantil llamada Moudan que tiene una situación complicada en casa y a la que su padre envía con Mardar para que la lleve a casa de su tía cada vez que se cita con su novia. La relación entre estos dos personajes solitarios que arrastran una historia difícil y viven en un ambiente hostil y marginal, florece y ambos se enamoran. El único problema es que Mardar no solo se dedica a repartir paquetes y de pronto recibe el encargo especial de secuestrar a Moudan y pedir un rescate a su padre. Este hecho los separará definitivamente y hará que Mardar pase largos años buscando a su amante desaparecida hasta que se topa con una joven que parece el vivo retrato de Moudan. Ella se llama Meimei y al instante le recuerda a su antiguo amor. Su rostro, su forma de hablar, sus costumbres e incluso su trabajo (se viste de sirena y hace un espectáculo en un club nocturno) le recuerdan a Moudan. Meimei parece ser una representación en vivo de la muñeca de sirena que la joven siempre llevaba consigo en sus encuentros con Mardar. Es como si hubiera emergido de las sucias y turbulentas aguas del rio Suzhou con una nueva identidad que quiere separarse de la imagen inocente e infantil que el conservaba de ella.
Meimei, a su vez, también vive su propia historia de amor con el narrador. Un joven cuyo rostro nunca llegamos a conocer pero que nos acompaña en esta historia nostálgica y trágica. El mismo se cruzará con Mardar y conocerá la desgarradora y hermosa historia de amor que lo ha acercado a Meimei buscando en ella rastros de su antigua amante.
‘’Suzhou River’’ es una bella y trágica historia de amor donde la melancolía y los amores imposibles marcan y cambian drásticamente la vida de los protagonistas. La pareja principal está interpretada por Zhou Xun (en dos papeles diferentes en los que consigue lucirse por igual) y Jia Hongshen. Ambos tienen una gran química juntos y nos regalan algunos de los mejores momentos de la cinta.
No es la mejor película asiática de este género que he visto. Sin embargo, guardare un recuerdo especial de ella por las sensaciones que me ha despertado durante su visionado. Lou Ye no inventa nada nuevo con su historia. Quizás otros incluso han conseguido hitos más grandes que los suyos. A pesar de ello, deja una grata impresión sobre los límites del amor, la obsesión y la fatalidad. Y además consigue convertir a un lugar, el rio Suzhou, en un personaje indiscutible de su película (que incluso tiene más protagonismo que el resto y cuya existencia es crucial para explicar los acontecimientos).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me hubiera gustado más que Moudan fuera Meimei (de hecho, estaba plenamente convencida de ello) pero bueno.
Un pero pequeñito en comparación con el resto.
Un pero pequeñito en comparación con el resto.
26 de julio de 2024
26 de julio de 2024
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Una película muy interesante. Me ha gustado mucho el uso de la cámara, con una buena combinación entre la cámara al hombro y la fija o entre el enfoque a la altura de la vista y el realizado desde otras perspectivas. También mantiene un buen discurso narrativo, alternando la voz en Off (principio y final) con el desarrollo propio de los actores. Me gustó el montaje, con diferentes elementos, algunos innovadores o, al menos, curiosos. Y todo ello en un tiempo ajustado al cánon clásico, lo cual es de agradecer.
La historia no es que sea superoriginal, imposible serlo en una historia de amor, pero te mantiene con la intriga hasta el final y esto hace que sea bastante entretenida.
En definitiva, es una película que se ve con agrado y que tiene muchos elementos técnicos y narrativos para gustar a un público amplio. No diría que sea una obra maestra (le faltaría un punto de originalidad y aportación extra), pero se pasa un buen rato viéndola.
La historia no es que sea superoriginal, imposible serlo en una historia de amor, pero te mantiene con la intriga hasta el final y esto hace que sea bastante entretenida.
En definitiva, es una película que se ve con agrado y que tiene muchos elementos técnicos y narrativos para gustar a un público amplio. No diría que sea una obra maestra (le faltaría un punto de originalidad y aportación extra), pero se pasa un buen rato viéndola.
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