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Rep. Dominicana Black Mirror: Striking Vipers (TV)
11,836
Ciencia ficción. Drama. Romance
Cuando Danny y Karl, dos antiguos amigos de la universidad, se reencuentran en un juego de realidad virtual, sus partidas nocturnas tendrán consecuencias inesperadas. (FILMAFFINITY)
11 de junio de 2019
19 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva temporada de Black Mirror se inaugura con un episodio maravilloso. En pocas ocasiones la realidad virtual y el mundo real se han emparentado con semejante maestría, acierto, aristas y claroscuros. Un episodio construido a través de un guión sólido, de un arquitectura narrativa portentosa, donde los detalles aledaños a la trama principal suman de manera providencial. Y es que aquí nadie sale ileso. Una historia polimórfica, que toca con genio diferentes planos emocionales, sin excluir ninguno.
Sólo una mente corta y sensiblemente limitada podría entender este episodio como algo tan concreto como una sencilla búsqueda de la identidad sexual, un alegato -o denuncia- de estos tiempos líquidos o un panfleto en contra de los paraísos artificiales contemporáneos. Porque no es una de esas cosas, sino la suma de todas ellas y mucho más: la desintegración de las relaciones afectivas, cuestionar la estabilidad, el conflicto generacional a la hora de afrontar cualquier tipo de relación, la represión más subterránea, la futilidad del dictado de los tiempos...un ecosistema casi infinito de todas las inquietudes y enfermedades modernas que desde sus inicios ha tratado de retratar Black Mirror condensadas en una hora de múltiples lecturas, y lo mejor de todo, sin enjuiciamiento moral que lastre la propuesta.
Un episodio que en sus bajas notas en la página demuestra de forma palmaria haber tocado la zona blanda de muchos espectadores que no saben ni dónde meterse mientras transcurre un episodio valiente, lúcido y que no deja títere con cabeza vivas como vivas o seas como seas.
Sólo una mente corta y sensiblemente limitada podría entender este episodio como algo tan concreto como una sencilla búsqueda de la identidad sexual, un alegato -o denuncia- de estos tiempos líquidos o un panfleto en contra de los paraísos artificiales contemporáneos. Porque no es una de esas cosas, sino la suma de todas ellas y mucho más: la desintegración de las relaciones afectivas, cuestionar la estabilidad, el conflicto generacional a la hora de afrontar cualquier tipo de relación, la represión más subterránea, la futilidad del dictado de los tiempos...un ecosistema casi infinito de todas las inquietudes y enfermedades modernas que desde sus inicios ha tratado de retratar Black Mirror condensadas en una hora de múltiples lecturas, y lo mejor de todo, sin enjuiciamiento moral que lastre la propuesta.
Un episodio que en sus bajas notas en la página demuestra de forma palmaria haber tocado la zona blanda de muchos espectadores que no saben ni dónde meterse mientras transcurre un episodio valiente, lúcido y que no deja títere con cabeza vivas como vivas o seas como seas.
7 de junio de 2019
14 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mejor de la temporada, pero no por eso deja de ser mediocre, la verdad es que superar a los otros dos episodios era bastante fácil.
Black Mirror ha dejado atrás las razones que la catapultaron al éxito, y se ha vendido a lo comercial y propagandístico, lo que el público en general quiere.
Un capítulo de una hora que se podría haber contado perfectamente en 20 minutos, pero que lo estiran a más no poder para cumplir con el cupo de tiempo. Al igual que el capítulo de Uber, vemos pasar los minutos para llegar a una conclusión poco satisfactoria para el tiempo invertido.
Black Mirror ha dejado atrás las razones que la catapultaron al éxito, y se ha vendido a lo comercial y propagandístico, lo que el público en general quiere.
Un capítulo de una hora que se podría haber contado perfectamente en 20 minutos, pero que lo estiran a más no poder para cumplir con el cupo de tiempo. Al igual que el capítulo de Uber, vemos pasar los minutos para llegar a una conclusión poco satisfactoria para el tiempo invertido.
Los campeones
4 de abril de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez que repaso este capítulo, encuentro nuevos temas y/o preguntas sobre las que reflexionar. No obstante, parece que las reflexiones entre los dos protagonistas masculinos les resultaba demasiado costosas a los productores de Black Mirror porque, en todo el capitulo, acaso hay media o como mucho una reflexión y no muy larga, ni muy profunda.
Demasiados minutos rellenados con patadas voladoras, golpes de karate... y pocos aprovechados para profundizar en los temas que toca el episodio...
No me puedo resistir más. Directo a los spoilers...
Demasiados minutos rellenados con patadas voladoras, golpes de karate... y pocos aprovechados para profundizar en los temas que toca el episodio...
No me puedo resistir más. Directo a los spoilers...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
15 de junio de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
LOL. Menuda trolleada se ha marcado Charlie Brooker con este capítulo que a mí casi me parece una meta broma. Cada vez que leo la palabra “aburrido” en una crítica se me dibuja una sonrisa en la cara. De hecho creo que voy a consultar el diccionario a ver si aburrido también es sinónimo de adjetivos como “perturbardor” o “incómodo” y no me había enterado….XD.
Porque ¿De qué trata Striking Vipers? Pues de dos colegas de toda la vida, Danny y Karl, que como muchos otros jugaban a videojuegos juntos cuando eran jóvenes. Su favorito era uno llamado Sriking Vipers, una suerte de juego ficticio de lucha a caballo entre el Street Fighter y el Tekken. Cada cual tenía a su personaje favorito. El de Danny era un personaje masculino (Lance) y el de Karl femenino (Roxette).
Luego resulta que crecen, Danny se casa, Karl sigue soltero a su bola, y se convierten en casi cuarentones que descubren que su vida ha perdido la chispa de la juventud.
Entonces a Karl se le ocurre regalar a Danny en su cumpleaños la última versión del juego que marcó su juventud, Striking Vipers X (los de la X nunca mejor traído…) el cual se juega con un dispositivo VR (Realidad Virtual) que actúa directamente sobre el cerebro.
(Si quieres saber con continúa nos vemos en la sección de spoilers).
Porque ¿De qué trata Striking Vipers? Pues de dos colegas de toda la vida, Danny y Karl, que como muchos otros jugaban a videojuegos juntos cuando eran jóvenes. Su favorito era uno llamado Sriking Vipers, una suerte de juego ficticio de lucha a caballo entre el Street Fighter y el Tekken. Cada cual tenía a su personaje favorito. El de Danny era un personaje masculino (Lance) y el de Karl femenino (Roxette).
Luego resulta que crecen, Danny se casa, Karl sigue soltero a su bola, y se convierten en casi cuarentones que descubren que su vida ha perdido la chispa de la juventud.
Entonces a Karl se le ocurre regalar a Danny en su cumpleaños la última versión del juego que marcó su juventud, Striking Vipers X (los de la X nunca mejor traído…) el cual se juega con un dispositivo VR (Realidad Virtual) que actúa directamente sobre el cerebro.
(Si quieres saber con continúa nos vemos en la sección de spoilers).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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16 de julio de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un capitulo dedicado a los videojuegos virtuales y a las posibilidades que tienen los juegos de tener sexo virtual. Es evidente que en el futuro el sexo virtual sera una variable mas del sexo, al igual que desde que se invento el teléfono, el sexo telefónico fue una opción mas para tener sexo entre dos personas separadas en la distancia, el siguiente paso es usando las web cam y el futuro sera algo parecido a lo que plantea este capitulo de Black Mirror.
Toca el tema de la homosexualidad, pero de una manera indirecta, entre dos muchachos fornidos de color como el del anuncio de Old Spice que tienen una relación virtual que solo les funciona en el juego.
A la vez el personaje interpretado por Anthony Mackie tiene un matrimonio con el que aprende a compaginar su nueva filia sexual y la moraleja de este capitulo es que no existen dos relaciones iguales, cada persona es diferente y cada relación es única e irrepetible.
Un capitulo original y sin duda atrevido, aunque un poco moralista quizás porque es poco creíble que se sientan tan culpables que les afecte a sus relaciones con sus parejas, me ha parecido un poco forzado pero quizás necesario para contar la historia que el director quería plasmar en una hora de capitulo.
Toca el tema de la homosexualidad, pero de una manera indirecta, entre dos muchachos fornidos de color como el del anuncio de Old Spice que tienen una relación virtual que solo les funciona en el juego.
A la vez el personaje interpretado por Anthony Mackie tiene un matrimonio con el que aprende a compaginar su nueva filia sexual y la moraleja de este capitulo es que no existen dos relaciones iguales, cada persona es diferente y cada relación es única e irrepetible.
Un capitulo original y sin duda atrevido, aunque un poco moralista quizás porque es poco creíble que se sientan tan culpables que les afecte a sus relaciones con sus parejas, me ha parecido un poco forzado pero quizás necesario para contar la historia que el director quería plasmar en una hora de capitulo.
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