El verdugo
1963 

8.2
42,685
Comedia
José Luis, el empleado de una funeraria, proyecta emigrar a Alemania para convertirse en un buen mecánico. Su novia es hija de Amadeo, un verdugo profesional. Cuando éste los sorprende en la intimidad, los obliga a casarse. Ante la acuciante falta de medios económicos de los recién casados, Amadeo, que está a punto de jubilarse, trata de persuadir a José Luis para que solicite la plaza que él va a dejar vacante, lo que le daría derecho ... [+]
8 de julio de 2008
8 de julio de 2008
26 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Berlanga es un director que, en su época dorada de las décadas de los sesenta y setenta, estuvo tocado por la gracia. Tan elevado dejó el listón con las soterradas denuncias que lanzó en sus satíricas películas, que hasta la fecha su genialidad permanece en el pedestal del mejor cine español. Porque su cine es universal, atemporal, reflejo no sólo de etapas concretas en la historia de España, sino de ideologías, dilemas, lacras, costumbres y concepciones que se repiten a lo largo de los tiempos y en todas partes.
Sus ataques y osadías disfrazados de un fino y agudo humor costumbrista lograron la proeza de pasar la censura franquista, con lo cual uno de los directores y guionistas españoles por excelencia se reafirmó no sólo como consagrado cineasta, sino como un inteligente crítico social dispuesto a revolver la conciencia colectiva de todas las generaciones presentes y futuras.
Si en "Bienvenido Míster Marshall" había puesto en entredicho la política estadounidense de recuperación europea tras la Segunda Guerra Mundial, y en "Plácido" había sacado los colores a esta sociedad hipócrita e interesada, en "El verdugo" su mandoble se dirige hacia la pena de muerte.
Cuando en un estado existe la pena de muerte, alguien tiene que ser el encargado de ejecutar la sentencia. Y ahí entra el polémico y macabro papel del verdugo.
Berlanga retrata a un verdugo de los que en España, hasta hace unas cuantas décadas, eran los encargados de aplicar a los condenados la pena del garrote vil. Amadeo (Pepe Isbert) ha ejercido su profesión durante cuarenta años. Es un hombre de carne y hueso, corriente, que lleva una vida ordinaria, viudo y con una hija soltera cuyos posibles pretendientes invariablemente salen huyendo ante la peliaguda profesión del suegro en ciernes.
Por otro lado, tenemos a José Luis, enterrador, otra de las profesiones que no suelen generar un gran sex-appeal a quien la ejerce. A través de Amadeo, su hija Carmen y José Luis se enamoran y acaban casándose, y José Luis se verá en un gran dilema: Amadeo se va a jubilar y él tendrá que aceptar la sucesión en el puesto de verdugo, o de lo contrario perderán el piso al que Amadeo optaba por ser funcionario.
Ahí comenzará el gran dilema moral del joven enterrador... Por un lado, el bienestar de su familia; por otro, ser el venidero responsable de las muertes de los reos condenados a la pena capital...
Como siempre, sagaz, ácido, profuso en pulsar las teclas más comprometidas cubriéndolas de una capa de costumbrismo, ironía, un sobresaliente guión (de los mejores que ha dado la industria cinematográfica española), y un mar de fondo que va arrastrando con una corriente más fuerte de lo que aparenta ser desde fuera.
Sus ataques y osadías disfrazados de un fino y agudo humor costumbrista lograron la proeza de pasar la censura franquista, con lo cual uno de los directores y guionistas españoles por excelencia se reafirmó no sólo como consagrado cineasta, sino como un inteligente crítico social dispuesto a revolver la conciencia colectiva de todas las generaciones presentes y futuras.
Si en "Bienvenido Míster Marshall" había puesto en entredicho la política estadounidense de recuperación europea tras la Segunda Guerra Mundial, y en "Plácido" había sacado los colores a esta sociedad hipócrita e interesada, en "El verdugo" su mandoble se dirige hacia la pena de muerte.
Cuando en un estado existe la pena de muerte, alguien tiene que ser el encargado de ejecutar la sentencia. Y ahí entra el polémico y macabro papel del verdugo.
Berlanga retrata a un verdugo de los que en España, hasta hace unas cuantas décadas, eran los encargados de aplicar a los condenados la pena del garrote vil. Amadeo (Pepe Isbert) ha ejercido su profesión durante cuarenta años. Es un hombre de carne y hueso, corriente, que lleva una vida ordinaria, viudo y con una hija soltera cuyos posibles pretendientes invariablemente salen huyendo ante la peliaguda profesión del suegro en ciernes.
Por otro lado, tenemos a José Luis, enterrador, otra de las profesiones que no suelen generar un gran sex-appeal a quien la ejerce. A través de Amadeo, su hija Carmen y José Luis se enamoran y acaban casándose, y José Luis se verá en un gran dilema: Amadeo se va a jubilar y él tendrá que aceptar la sucesión en el puesto de verdugo, o de lo contrario perderán el piso al que Amadeo optaba por ser funcionario.
Ahí comenzará el gran dilema moral del joven enterrador... Por un lado, el bienestar de su familia; por otro, ser el venidero responsable de las muertes de los reos condenados a la pena capital...
Como siempre, sagaz, ácido, profuso en pulsar las teclas más comprometidas cubriéndolas de una capa de costumbrismo, ironía, un sobresaliente guión (de los mejores que ha dado la industria cinematográfica española), y un mar de fondo que va arrastrando con una corriente más fuerte de lo que aparenta ser desde fuera.
26 de abril de 2009
26 de abril de 2009
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Treinta y dos años he tardado en descubrir en primera persona esta estupenda joya del cine patrio. No me duele la espera, quizá en otro momento no hubiera sido lo mismo, aunque lo dudo. La he disfrutado como no disfrutaba una película desde la primera vez que vi el apartamento, y es que, ésta no tiene nada que envidiar al mejor Wilder, y no estoy haciendo comparaciones. Mucho me temo que necesitaré verla al menos un par de veces más para escribir una crítica que le haga mayor justicia.
El ritmo es tremendo, ni un respiro, un genial guión imprime la cadencia perfecta entre escena y escena, dosificando la historia, a cada uno de los personajes, y sus motivos. De un humor sutil y atroz al mismo tiempo, amable y devastador, no acusa el paso del tiempo, se mantiene fresca pese a sus 46 primaveras. De los actores principales y los menos, incluso los cameos, no se puede decir nada, estupendos. Había leído quejas de alguna sobreactuación... en fin, de esto oí hablar a kubrick refiriéndose a James Cagney o Jack Nicholson, estos actores son así, esa es su interpretación, te puede gustar más o menos, pero es su esencia.
Sin haber vivido la época te hace llegar el retrato, las necesidades, la falta de trabajo digno, vivienda, la emigración, la diferencia de clases, el aislamiento con respecto a Europa, me he sentido pueblerino como la primera vez que vi el metro en Madrid (tenía 15 años y soy asturiano, aquí los metros los usamos para medir), he sentido la emoción de mi llegada y estancia aquel primer verano en Menorca. Qué decir del macabro humor con que regatea un tema tan delicado como la pena de muerte, o la sociedad miedosa y arcaica del qué dirán, la doble moral, condición sinequanon del ser humano.
Sólo tiene virtudes. Por ello tú, ávido lector de "Últimas críticas en FilmAffinity", que buscas nuevas películas con que nutrir tu hambre cinéfila y buceas en esta sección a la caza, no tengas ninguna duda, sean unas u otras tus preferencias, no lo dudes, tienes en esta una obra magistral para sentarte a disfrutar.
El ritmo es tremendo, ni un respiro, un genial guión imprime la cadencia perfecta entre escena y escena, dosificando la historia, a cada uno de los personajes, y sus motivos. De un humor sutil y atroz al mismo tiempo, amable y devastador, no acusa el paso del tiempo, se mantiene fresca pese a sus 46 primaveras. De los actores principales y los menos, incluso los cameos, no se puede decir nada, estupendos. Había leído quejas de alguna sobreactuación... en fin, de esto oí hablar a kubrick refiriéndose a James Cagney o Jack Nicholson, estos actores son así, esa es su interpretación, te puede gustar más o menos, pero es su esencia.
Sin haber vivido la época te hace llegar el retrato, las necesidades, la falta de trabajo digno, vivienda, la emigración, la diferencia de clases, el aislamiento con respecto a Europa, me he sentido pueblerino como la primera vez que vi el metro en Madrid (tenía 15 años y soy asturiano, aquí los metros los usamos para medir), he sentido la emoción de mi llegada y estancia aquel primer verano en Menorca. Qué decir del macabro humor con que regatea un tema tan delicado como la pena de muerte, o la sociedad miedosa y arcaica del qué dirán, la doble moral, condición sinequanon del ser humano.
Sólo tiene virtudes. Por ello tú, ávido lector de "Últimas críticas en FilmAffinity", que buscas nuevas películas con que nutrir tu hambre cinéfila y buceas en esta sección a la caza, no tengas ninguna duda, sean unas u otras tus preferencias, no lo dudes, tienes en esta una obra magistral para sentarte a disfrutar.
23 de agosto de 2006
23 de agosto de 2006
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay directores y DIRECTORES, películas y PELÍCULAS, guionistas y GUIONISTAS, actores/actrices y ACTORES/ACTRICES. En esta película se mezcla todo y da una de las mejores películas de todos los tiempos en todos los ámbitos, no sólo el español.
Tratar un tema, siempre de actualidad, como la pena de muerte sin caer en el sentimentalismo, en una época donde la censura iba cortando más rápido que corta un sastre una camisa (es admirable como la sortea), tratar temas como el problema de la vivienda (sí, ya existía), del no acceso a la cultura extranjera y no aprobada por el regimen (memorable la escena en la feria del libro preguntando por Bergman), del sexo pre-matrimonial, del trabajo, de los funcionarios...si es que es actual y real como la vida misma.
Tal y como hacían los verdugos en el Siglo XVII pedían perdón a sus victimas, me imagino al pobre Nino Manfredi acudiendo al patibulo (parece él más el ajusticiado) diciendo a su victima que le perdone, que es su oficio.
Memorable la escena final...que Isbert, que uso de la cámara....
¡Viva Berlanga!
Tratar un tema, siempre de actualidad, como la pena de muerte sin caer en el sentimentalismo, en una época donde la censura iba cortando más rápido que corta un sastre una camisa (es admirable como la sortea), tratar temas como el problema de la vivienda (sí, ya existía), del no acceso a la cultura extranjera y no aprobada por el regimen (memorable la escena en la feria del libro preguntando por Bergman), del sexo pre-matrimonial, del trabajo, de los funcionarios...si es que es actual y real como la vida misma.
Tal y como hacían los verdugos en el Siglo XVII pedían perdón a sus victimas, me imagino al pobre Nino Manfredi acudiendo al patibulo (parece él más el ajusticiado) diciendo a su victima que le perdone, que es su oficio.
Memorable la escena final...que Isbert, que uso de la cámara....
¡Viva Berlanga!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y la escena final...en el barco, no lo volveré hacer..y el magistral José Isbert (para mi comparable con Chaplin o Laurence Oliver) diciendo ya, ya....
29 de junio de 2005
29 de junio de 2005
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿ Se podía abordar la cuestión de la pena de muerte durante el franquismo ?. ¿ Es la pena de muerte motivo para una comedia ?. Si Usted responde que no, evidentemente no ha visto ésta obra maestra; Berlanga deshace el nudo gordiano justamente afilando su bisturí sobre las situaciones cómicas que se originan en torno a la figura del verdugo. El guión, perfecto, es de Rafael Azcona ¡ de quién si no ! y la película no hubiera sido posible sin José Isbert. Alguna vez se ha preguntado ¿ quien puede elegir como profesión la de verdugo ?. Esta película tambien tiene la respuesta.
12 de septiembre de 2005
12 de septiembre de 2005
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Berlanga hace una producto cinematográfico tan bueno que es capaz de colarle a la censura un golazo por la escuadra. Es uno de los mejores alegatos contra la pena de muerte jamás filamdos.
Y José Isbert magistral como siempre.
Y José Isbert magistral como siempre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena cuando el verdugo y el que va a ser ajusticiado van al cadalso forma ya parte de las mejores de la historia del cine.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here