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Vidas al límite

Drama Frank Pierce (Nicolas Cage), un empleado del servicio nocturno de ambulancias de Nueva York, está quemado por el estrés, la soledad y la dureza de su trabajo, pues se pasa las noches recogiendo todo tipo de enfermos, accidentados y moribundos. Como consecuencia de ello empieza a sufrir alucinaciones en las que se le aparecen las personas a las que no pudo salvar. Intentando redimirse, Frank se obsesiona con la idea de salvar aunque sólo sea una vida. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 48
Críticas ordenadas por utilidad
17 de agosto de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película injustamente infravalorada o catalogada como “menor”. Se la acusa de no contar con la “inspiradísima” brillantez plástica de “Toro salvaje” (1980) o “Uno de los nuestros” (1990) –habría que ver si es cierto. Inevitable es también su comparación con “Taxi Driver” (1976), historia de un conductor insomne en busca de redención. Pero “Al límite” destaca frente a ambas. Su cuidado estético es esmerado y estudiado en función de la historia. Y su historia tiene sustancia como para considerarse otra cosa que un mero remake de las andanzas de Travis.

La Nueva York de “Al límite” es un infierno del que Frank Pierce (Nicolas Cage) no puede salir. Le niegan el despido que él busca desesperadamente. En la ciudad infernal abundan planos aberrantes y movimientos de cámara extraños. Alguna vez se observa la ambulancia de Frank avanzando entre edificios invertidos, adentrándose en un mundo al revés. En plano contrapicado, Frank recibe órdenes por radio, como si las misiones (muchas absurdas) se encomendaran desde el inframundo.

Falsos profetas pueblan la ciudad. Una monja vociferando contra costumbres decadentes. Uno de los paramédicos, Marcus (Ving Rhames), “resucita” a los muertos. Unos ortodoxos judíos no terminan de encajar con los bomberos. Cy Coates (Cliff Curtis) ofrece un “paraíso” a base de drogas llamado “Amanecer S.A.”.

Frank participa de ese mundo de varias formas. Lo observa a cámara lenta, y en él a todos sus potenciales pacientes que tienen el rostro de Rose/Cynthia Roman (la personificación de su sentimiento de culpa). O se ahoga en ese mundo con euforia etílica a cámara rápida. O se pierde en él y en sus recovecos (callejones, edificios abandonados, etc.), en un montaje trepidante, que revela no sólo su desorientación física sino también mental y existencial.

El sentido del film resulta un tanto críptico. La historia consiste en la aceptación por parte de Frank de la muerte como parte de su trabajo. Luchar contra la muerte es en el film un mandato absoluto. Como tal es injusto para algunos: las familias prefieren ver a sus allegados como vegetales antes que muertos. Para Frank es una imposición burocrática, un protocolo absurdo de su trabajo, porque en el día a día no le permite asimilar la realidad de la muerte, numerosa y rápida como una plaga. En consecuencia carga con un sentimiento de culpa hasta el límite del resquebrajamiento mental.

Sobre el final, ver spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Especialista Mike
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11 de abril de 2020
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde hace algún tiempo, intento conocer lo menos posible sobre la película que voy a ver, el argumento, sus actores y poco más. Lo de hoy llegó a un punto exagerado... En mi afán por extremar ese "desconocimiento" ignoraba que la hubiese dirigido Scorsese.

Nicolas Cage está espléndido, transmite emociones contenidas, mucho más cuando él siempre ha sido un actor de presencia, más que gestionar su personaje desde el oficio.

Dotada de ese toque que imprime el director en todas sus obras, existe cierto caos en el conjunto, algo que termina salvándose por la ternura con que trata a los personajes.

Es diferente, extraña, entretenida y robusta dentro de su cercana complejidad, que no deja indiferente, aunque no todo lo que se cuenta te parezca un acierto.
LEUGIM
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24 de octubre de 2005
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nicolas Cage vuelve a demostrar su estupenda capacidad interpretativa en este film de Scorsese que describe la realidad de los suburbios de la gran ciudad en la década de los 90. Marginación, abuso de drogas sintéticas, situaciones desbordantes para el espectador que contempla como un Cage absolutamente quemado de su trabajo sufre las consecuencias de tomarse como algo personal las desgracias que contempla cada dia. Un pelín larga hacia el final, guión un poco irregular, pero en resumen, muy recomendable.
Yolandix
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19 de julio de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amante de la ciudad que le vio nacer en 1942, Martin Scorsese ha mostrado en gran parte de sus trabajos los aspectos mas crueles y desangelados de las zonas más importantes que forman parte de la ciudad de los rascacielos. Basándose en sus propias experiencias o en las vivencias que había experimentado de joven, el director nos enseñaba la cara B del sueño norteamericano en barrios como Lower East Side (Malas Calles), el Soho (Jo que noche) o los más emblemáticos: Brooklyn, Queens, Bronx...(Taxi Driver). Cuando cayó en sus manos la adaptación del libro Bringing Out the Dead escrito por el paramédico Joe Connelly en el que narraba sus años de profesión al volante de una ambulancia, el autor italoamericano se arriesgó ofreciéndonos una nueva visión del lado oscuro neoyorquino.

Desde su estreno, Al límite fue comparada con Taxi Driver, algo que jugó en su contra y que provocó que tuviera una tibia acogida por parte de la crítica y del público. Si bien es cierto que comparte muchos aspectos con la película que catapultó a Robert De Niro al estrellato en 1976, son numerosos los rasgos que la diferencian. El insomnio de los protagonistas, así como sus profesiones (ambas al volante) en la jungla urbana coinciden en las dos obras. Pero en 1976 el personaje principal era un justiciero, un verdugo que limpiaba la basura de la sociedad, mientras que en el título que nos ocupa nuestro héroe es un mártir, una víctima.

Tampoco ayudó que el personaje principal estuviese interpretado por Nicolas Cage, un actor vapuleado injustamente por la crítica, al que se acusa muchas veces de abusar del histrionismo -y si, por momentos se excede-. Pero es un gran intérprete que ha demostrado con creces durante tres décadas que posee calidad y carisma suficientes para encabezar proyectos con grandes directores al mando. En esta ocasión lidera un reparto en estado de gracia que suponen uno de los puntos más destacados de la obra.

Un viaje por los lugares más marginales de una ciudad que el director ama a cargo de un grupo de trabajadores sanitarios que tienen el deber o la obligación de velar por los demás, pero que en muchas ocasiones se encuentran desamparados y al borde del precipicio. Una visión de la jungla urbana que puede devorar a cualquiera que se intente ganar la vida en ella y que no hace distinciones en cuanto a sexo, raza, edad o condición social. En definitiva, una obra que fue injustamente tratada por la crítica y que, al encontrarse dentro de tan vasta trayectoria de un genio, no es valorada como lo que es: una gran película.

Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es
Daverunner
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12 de agosto de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
115/03(04/07/19) Irregular drama realizado por Martin Scorsese, teniendo el atractivo extra de trabajar de nuevo junto al guionista Paul Schraeder (con el que hizo “Taxi driver”, “Toro Salvaje” y “La última tentación de Cristo”), que a su vez adapta una novela de Joe Connelly, protagonizando el metraje un pasado de vueltas Nicholas Cage (cuarta colaboración con Scorsese), apoyado por secundarios mucho mejor que él, como Patricia Arquette, John Goodman, Ving Rhames y Tom Sizemore. En lo que pretende ser un acercamiento al espíritu de la pretérita scorsesiana “Taxi Driver”, hundiéndonos en las noches neoyorkinas, iluminadas por luces de neón, alejados del glamur de la urbe, sumiéndonos en el feísmo marginal de la trastienda de la ciudad, donde reina la violencia, el crimen, las drogas, donde pululan todo tipo de personajes al borde, desde dementes, indigentes, prostitutas, camellos, en lo que sugiere ser el purgatorio antesala al Averno. Alterna aciertos con taras, tramos inteligentes, con otros confusos, situaciones sugestivas, con otras aparatosas, actuaciones secundarias potentes, con un protagonista histriónico. Un relato que versa sobre la crisis existencial, sobre buscarle sentido a la vida, los sentimientos de culpa frente a las ansias de redención. Un deambular episódico en que cada noche del protagonista de guardia en la ambulancia es un una etapa espiritual.

Estamos en Manhattan, a principios de la década de 1990, Frank Pierce (Nicholas Cage) es un ajado paramédico de un hospital marginal, Nuestra Señora de la Misericordia Perpetua (apodo: Perpetual Misry), donde trabaja en el turno de noche en un equipo de ambulancia de dos hombres con varios socios diferentes. Frank no ha salvado a ningún paciente en meses y comienza a ver los fantasmas de los perdidos, especialmente una adolescente sin hogar llamada Rose, cuyo rostro aparece en los cuerpos de otros.

La primera noche Frank y su primer compañero Larry (John Goodman), un tipo flemático preocupado por comer más que por salvar vidas. Responden a una llamada de la familia de un hombre, Sr. Burke que ha sufrido un paro cardíaco. Frank se hace amigo de la angustiada hija de Burke, Mary (Patricia Arquette), una ex drogadicta. Frank descubre que Mary era amiga de la infancia con Noel (penoso Marc Anthony, al que tampoco ayuda una subtrama confusa), un adicto a las drogas con daño cerebral y delincuente que es frecuentemente enviado al hospital.

La segunda noche Frank es emparejado con su segundo compañero Marcus (Ving Rhames), excéntrico y religioso. Responden a la llamada de un hombre en un club gótico que ha sufrido un ataque al corazón. Frank diagnostica que, de hecho, padece una sobredosis de heroína causada por Muerte Roja. Cuando Frank le inyecta el antídoto al hombre, Marcus comienza un círculo de oración con los desconcertados asistentes al club. Frank y Marcus luego responden a una llamada de un joven puertorriqueño, cuya novia está dando a luz a gemelos a pesar de sus afirmaciones de que ambos son vírgenes, llamándolo un milagro.

El tercer turno nocturno, Frank está emparejado con su tercer compañero Tom Wolls (Tom Sizemore), entusiasta con tendencias violentas. Frank está empezando a perder la cabeza lentamente. La pareja de paramédicos es requerida para ir al piso de Cy Cliff Curtis), un traficante de drogas, donde ocurrió un tiroteo y se encuentra Cy empalado en una barandilla.

Film que tiene mucho de la imaginería de dos tipos tan marcados religiosamente como son Scorsese y Schraeder, creando un sin fin de alegorías más o menos claras o crípticas. Ya desde que la historia dura tres días, cual las tres jornadas que Jesús tardó en resucitar (hay un personaje que retuerce esta cronología a la inversa, spoiler); Hay resurrecciones de personas dadas pro muertas cual Lázaro revivido por el alter ego de Jesús; Personajes tumbados en la calle brazos en cruz; Hay una monja que altavoz en mano previene sobre la decadencia moral de nuestra sociedad, cual profeta gritando en lo alto de la montaña en un lugar ocioso y podrido; El segundo compañero del protagonista, Marcus, es un fanático cristiano; Hay una mujer llamada María (casualidad?) que va a dar a luz a la que su marido tilda de virgen (¿?); Hay un purgatorio de almas gobernado por rígidos guardianes (el guardia, o la doctora que discute con los pacientes); Hay un reflexivo y filosófico zen camello, Cy, que vende entradas al Paraíso en su apartamento llamado ‘Oasis’, aunque solo temporalmente, ello mediante drogas (“Amanecer S.A.”); También estos tres intensos días se pueden ver como especie de espiral en que los personajes van cayendo más y más en los círculos del Infierno de Dante; Alighieri también incorporó a su Divina Comedia al personaje de la mitología griega Caronte, el barquero que llevaba a las almas errantes a Hades (la morada de los muertos), pues la ambulancia protagonista puede ser claramente la barca y Frank Pierce, el mencionado remero que recoge las almas errantes para trasladarlas al particular Hades (el Hospital). También tiene mucho del film sueco de Victor Sjöström “La carreta fantasma” (1921), donde la carreta protagonista iba recogiendo las almas de los muertos, guiada esta por un tipo angustiado. Ello en una odisea en la que Frank atormentado (con mucho del Travis Bickle del Schraeder y Marty) intenta buscar sentido a su trabajo, busca ansiosamente la redención, purificarse en base a que el protagonista debe aceptar la muerte como parte de su trabajo, y del ciclo de la vida.

Frank Pierce es un tipo ajado, hastiado, cansado, insomne (no estoy describiendo a Travis Bickle), hace meses que no salva a ningún paciente en su trabajo de paramédico en una ambulancia con turno nocturno, sufre una crisis existencial, estando al borde la locura, ansia que su jefe lo despida, ahora se le aparecen los muertos que no salvó, epítome una asmática Rose,… (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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