Director de ladrillos infumables, Stone tiene dos películas con las que ha conseguido crear un nuevo género: el thriller alucinógeno.
Se trata de 'Asesinos Natos' y 'Giro al infierno', que supongo son el resultado de la experimentación del director con sustancias psicotrópicas.
Lejos de analizarlas por su guión, originalidad, ritmo y otros parámetros convencionales, creo que hay que entender estas películas como un intento de llevar a la pantalla los efectos que producen estas sustancias en quien las consume, tales como distorsión de la percepción (tanto visual como auditiva), pérdida de la noción del tiempo y, en general, confusión.
En esta película todo parece formar parte de una alucinación: el sucio pueblo, el miserable mecánico (brillante Thornton), la explosiva Jeniffer Lopez, el rockero celoso y toda la sucesión de situaciones que vive Penn a lo largo de la cinta, incluido el final.
¿Un mal 'viaje'?

Este film, lejos de cualquier convencionalidad, bebe de la misma fuente que "Natural born killers"; me refiero al uso de imágenes alucinadas, la potente presencia del desierto, la maldad y egoísmo de los hombres, la sabiduría de los indios norteamericanos, etc. La película comienza con Penn manejando su auto por las calurosas rutas del desierto de Arizona, cuando el vehículo sufre un desperfecto, por lo que se ve obligado a detenerse en el pueblo más cercano para arreglar el coche. El lugar en cuestión es "Superior", un pueblucho perdido en medio de la nada. Los habitantes de "Superior" son en su mayoría dementes, delirantes, egoístas y fundamentalmente estrafalarios. El periplo empieza cuando en un almacén dos delincuentes le roban un bolso con un dinero destinado a saldar una deuda con un mafioso, quién ya le había cortado dos dedos por no haber pagado lo que le debía. Sin dinero para devolver al mafioso, sin dinero para pagarle al mecánico (un personaje excelente; es loco, ignorante, abusivo, sucio, mala leche, y totalmente repugnante, lo que hace que uno lo aprecie inmediatamente) se ve envuelto en un sinfín de situaciones extrañas, a punto tal que conoce en la calle a Grace (Jennifer López) y se va con ella a su casa para "ayudarla con las cortinas que ella había comprado". En el mejor momento (la estaba por ensartar como churrasco de croto) llega el marido (Nick Nolte) y lo saca a las trompadas de su casa. Más tarde el mismo hombre que lo había echado de su casa luego de verlo con su mujer en una situación algo incómoda le propone que asesine a su propia esposa a cambio de una suma de dinero.
Esto supone una rápida solución a sus problemas, pero la relación con Grace lo hace dudar de su proceder...
No diré más para no comprometer ciertos detalles y en especial alguna revelación hacia el final (esto tiene que ver con alguna obsesión de Oliver Stone, ya que había tocado el tema en Asesinos por naturaleza). Es en definitiva un film divertido, extravagante y de alguna manera la angustinate situación del protagonista (aunque suavizada por toques cómicos) me hace acordar a las pesadillas de Kafka, en las que la eterna postergación de las cosas y lo laberíntico ciñen el destino del hombre.

Interesantísimo divertimento creativo de mezcla de géneros con resultado sobresaliente. Entre el thriller y la comedia negra, el guión no tiene desperdicio. En un paisaje inclemente y hostil, Sean Penn intenta sobrevivir a la fascinante locura del lugar. Interpretaciones memorables del propio Penn, de Billy Bob Thornton y de Nick Nolte.

El duelo final entre López y Penn, divertidísimo. Aunque no puedo decir que sea una admiradora ferviente de esta actriz, reconozco que el personaje le viene de perlas.

Altamente entretenida y recomendable

¡Qué difícil es catalogar este film en algún género! Mejor decir esto, que no clasificarla como western, comedia negra, e incluso policiaca. Yo creo que lo que mejor la encaja es definirla como thriller dramático. La película, como casi todas de las de Stone, es excesiva, y puede gustar o no. En este caso, es la historia la que te consigue envolver, más que los personajes, a cada cual peor, todo raros y poco creíbles (los papeles de Billy Bob Thornton, Nick Nolte, Jon Voight, Joaquin Phoenix y Claire Danes se hacen odiosos, y alguno de ellos, como los dos últimos, son perfectamente prescindibles). Por el contrario, Sean Penn y Jenifer López, dentro de ese catálogo excesivo de personajes creados por Stone, son créíbles y están correctos en sus personajes, y son los que consiguen llevar la película a buen puerto.

Es un gran divertimento, dejemos de lado que cae en situaciones similares con películas sobre accidentes en rutas desérticas en Usa. Eso es obvio, pero divierte de principio a fin.
Todos los actores realizan gran labor, lo único cuestionable es un final demasiado exagerado en su resolución, pero para la cadena de situaciones que se viene dando tampoco era de extrañar algo así.
Uno de los grandes objetivos del cine lo cumple a las mil maravillas: entretiene.