Considerando que todas las secuelas de la apasionante historia del planeta de los simios son claramente inferiores a la brillante e insuperable película original, "Huida del planeta de los simios" , que es la tercera de la serie en general (y segunda secuela), tiene méritos propios. Si consentimos -en aras de meternos en la trama- las hipótesis implícitas y las lagunas de contenido que presenta el guión, y no exigimos explicaciones científicas demasiado rigurosas, la historia es bastante entretenida y cautivadora, no exenta de elementos de tensión y suspenso. Y sin el tono delirante y casi surrealista que en buena parte de su desarrollo alcanza la segunda cinta de la serie ("Regreso al planeta de los simios").
Esta tercera entrega tiene un gran comienzo. Prometedor, convincente y muy bien expuesto. Diálogos bien hilvanados, actuaciones correctas de los secundarios ( muy bien Bradford Dillman y Eric Braeden), estupenda musicalización (del maestro Goldsmith) fundamental aporte en el excelente ritmo inicial de la película. Ésta crea expectación, atrapa y se sigue con interés por conocer ese choque cultural entre simios inteligentes venidos del futuro y humanos del siglo XX, éstos con sus códigos y motivaciones diferentes según la actividad que desempeñan (científicos, políticos, militares, etc.). Y básicamente saber si los recién llegados revelarán todo lo que saben acerca de la civilización humana y su inexorable y apocalíptico destino.
Pero las explicaciones llegarán y se entenderá claramente toda la historia de la saga. Sean más o menos aceptables los supuestos en que descansa, me parece muy llamativa e interesante.
Roddy Mc Dowall y Kim Hunter, hacen magníficas interpretaciones, están metidos en la piel de sus personajes y serán recordados como los carismáticos Cornelius y Zira. Claro que ahora la situación es al revés de lo ocurrido en la primera película. Ellos son los "monos de laboratorio" para la ciencia humana (clara referencia a los célebres experimentos con chimpancés del psicólogo Kohler) . Los científicos se muestran incrédulos, pero maravillados, ante el extraordinario desarrollo cognitivo y manual de los simios capturados, empatizando de inmediato con ellos.
Claro, no puede haber otra especie superior al homo sapiens en la escala evolutiva, esto es impensable. Y aquí está lo perturbador: pero no es imposible. Es el mensaje que se desprende. Esta parte de la cinta es su punto más alto. Manteniéndose dentro de la muy interesante e inquietante línea antropológica que caracteriza a toda la saga, es un claro aporte al conjunto de ella.
Sin embargo, después la historia toma caracteres de comedia, cuando nuestros protagonistas son presentados en sociedad y empiezan a dar entrevistas públicas. Lo que no está mal, pues ahora hay espacio para la ironía y, a través de ella, el mensaje crítico. La película adquiere una identidad propia, que la diferencia de las demás secuelas de la serie.
Así, queda transformada en un producto cercano al cine de corte familiar de entretención y emotividad, con menores recursos y pretensiones y que se deja ver con agrado y liviandad, pero siempre manteniendo la crítica social de fondo.
Y por cierto, tiene un final cargado de dramatismo, que deja abierta la puerta para nuevas secuelas, las que retomarán la violencia y la guerra como ejes argumentales.
En el spoiler algunas curiosidades.

¡Soy misántropo!, no espera…sigue leyendo un poco más!
Parece ser que el ser humano poco ha avanzado desde entonces, no ha pasado el tiempo o quizá una larga elipsis temporal a la que se plantea la misma duda sobre un futuro más que incierto en el que se declara nuestra extinción sin ninguna opción a rebatirla que mediante la destrucción de otros seres vivos, en este caso los simios.
Me gusta la teoría, disfruto mucho con los argumentos que se exponen en la película, parte destacable de la saga además de lo adelantada que nos sugiere a su tiempo. A día de doy me podía plantear todavía que esto posiblemente ocurriera. Me parece aterradora incluso igual, metafóricamente, que en el momento de su estreno cinematográfico.

El guionista Paul Dehn, autor también de la penosa segunda parte, da un giro argumental a la trama y ésta vez son los simios los que llegan a la tierra del siglo XX. Zira, Aurelio y Milo son los únicos supervivientes del holocausto nuclear del futuro que consiguen escapar en una de las dos naves que había en el planeta. Una vez instalados en el presente son estudiados por científicos e interrogados por la CIA y una comisión de investigación que trata de averiguar cómo es posible semejante hallazgo.

La premisa de la que parte la trama no es creíble ni siquiera dentro de los parámetros de la ciencia ficción. La explicación que se da sobre cómo los simios arreglan la nave de Taylor y huyen, está cogida con alfileres si nos atenemos al hecho de que los simios consideraban que volar era científicamente imposible. Nos quieren hacer creer que han sido capaces de reparar una nave hundida en un lago y han conseguido que despegue en tan poco tiempo, unos seres con una inteligencia inferior a la de los humanos. Pero aceptando este supuesto la historia es muy entretenida y se ve con agrado porque resulta sumamente interesante. Se plantea la cuestión sobre cómo reaccionan los humanos ante unos simios parlantes. Los científicos están maravillados y lo ven como un descubrimiento revolucionario. Sin embargo hay también quien, atendiendo a la historia que les cuentan los simios sobre el futuro de la humanidad, los considera una amenaza.

Si Beneath fue bastante rarita, Escape resulta ser un producto sumamente risible, situación que se da por ser muy light y nuevamente como hecha a la carrera aprovechando aún el “boom” de la película original.

La premisa es interesante -aunque no deja de ser poco creíble-, antes del catastrófico desenlace de la segunda parte, tres simios logran escapar en una nave espacial y viajan al pasado donde la tierra es dominada por los humanos (igual que la primera parte solo que a la inversa).

Evidentemente comienzan una serie de indagaciones hacia los simios, volviendo le film muy predecible, primero cierta admiración y curiosidad, que poco a poco se va transformando en hostigamientos y agresiones.

El final solo nos deja la apertura para la eventual secuela que se dio un año después, me hubiera gustado saber que habría salido de secuelas más pensadas y con tramas más consolidada, pero es lo que hay.

Una línea argumental de carácter dramático y otra urdida en clave de humor conforman el hilo conductor de una película que gana enteros cuando predomina lo lúdico y los pierde cuando pretende ponerse sesuda y trascendente.
El resultado es un largometraje ameno en lo fundamental, ingenuo a veces, que se ve con agrado y que deja en su mensaje un apunte para la reflexión.
Película para ver en familia.