Ready Player One: Comienza el juego
6.7
40,554
Ciencia ficción. Aventuras. Acción
Año 2045. Wade Watts es un adolescente al que le gusta evadirse del cada vez más sombrío mundo real a través de una popular utopía virtual a escala global llamada "Oasis". Un día, su excéntrico y multimillonario creador muere, pero antes ofrece su fortuna y el destino de su empresa al ganador de una elaborada búsqueda del tesoro a través de los rincones más inhóspitos de su creación. Será el punto de partida para que Wade se enfrente a ... [+]
5 de abril de 2018
5 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Ready player one" nos entrega la versión más juguetona y festiva, al tiempo que efectiva, de Steven Spielberg, una versión que yo, particularmente, añoraba muchísimo; y lo hace sin por ello tener que renunciar a su calidad marca de la casa, y con el valor añadido de transmitir un gran mensaje.
Yo no le tenia demasiada fe al proyecto, vaya la verdad por delante, y esta pérdida de esperanzas se acrecentó en el momento en que vi el primer tráiler del film, el festival digital que iba a proponer no me generaba ninguna ilusión. Pero una vez vista la cinta he de admitir que he entrado y me he dejado llevar con muchísima facilidad por el look de videojuego que propone "Ready player one". Es de esos trabajos para gozarlos en un cine. Quien sabe si en el fondo la película llega para apuntillar definitivamente las recientes declaraciones del propio Spielberg en contra del modelo Netflix. Ya saben que aquí nadie da puntada sin hilo.
"Ready player one" nos presenta un futuro distópico en el que un videojuego llamado Oasis es la única vía de escape a nuestra triste y gris realidad, un videojuego que casi adquiere la categoría de universo digital. Ahí puedes ser lo que no eres en el día a día, y puedes hacer cualquier cosa que puedas imaginar, salvo comer y dormir. A partir de esta premisa, entre la fantasía y la sci-fi, Steven Spielberg nos ofrece una historia de corte clásico en la que: los buenos son muy buenos, les pasan buenas cosas sencillamente porque son buenos y les tienen que pasar, los malos son muy malos, hay historia de amor de por medio... En definitiva, estructuralmente "Ready player one" es un viaje que ya hemos hecho muchas veces, pero aun así el trayecto te lo tragas de nuevo y termina resultando una verdadera gozada.
Uno de los grandes puntos fuertes de "Ready player one" es la infinidad de referencias que tiene a la cultura pop de la década de los ochenta, periodo en el que nació el creador del videojuego en cuestión, un tal James Halliday, interpretado por un Mark Rylance que se ha hecho fundamental en los más recientes trabajos de Spielberg desde que apareciera en "El puente de los espías" (2015). Es muy probable que todos esos guiños, algunos muy pequeños y otros más grandes, sirvan durante la mayor parte del metraje como capa de invisibilidad para esconder que, esquemáticamente, "Ready player one" no aporta nada nuevo. Pero al final esa ingente cantidad de referencias es muy agradecida y es lo que le da otro toque al film. Aunque he de admitir que, al hilo de lo anterior, a la película le habría venido de perlas un uso de la banda sonora a lo Quentin Tarantino o a lo James Gunn, exprimiendo al máximo temas musicales ochenteros. Creo que así se habría completado el circulo del homenaje. Y también reconoceré que, en la banda sonora original, he echado alguna lagrimilla por John Wiliams, Alan Silvestri está bastante bien pero en este tipo de film el maestro Williams se habría lucido de lo lindo.
Actoralmente todos están correctos, pero quisiera destacar a Hannah John-Kamen, brazo ejecutor del malo malísimo de la historia. No la conocía de nada pero la inglesa me ha hipnotizado por completo, a partir de ahora la seguiré.
En resumidas cuentas, he disfrutado mucho "Ready player one", y más cuando casi no esperaba nada de ella.
Yo no le tenia demasiada fe al proyecto, vaya la verdad por delante, y esta pérdida de esperanzas se acrecentó en el momento en que vi el primer tráiler del film, el festival digital que iba a proponer no me generaba ninguna ilusión. Pero una vez vista la cinta he de admitir que he entrado y me he dejado llevar con muchísima facilidad por el look de videojuego que propone "Ready player one". Es de esos trabajos para gozarlos en un cine. Quien sabe si en el fondo la película llega para apuntillar definitivamente las recientes declaraciones del propio Spielberg en contra del modelo Netflix. Ya saben que aquí nadie da puntada sin hilo.
"Ready player one" nos presenta un futuro distópico en el que un videojuego llamado Oasis es la única vía de escape a nuestra triste y gris realidad, un videojuego que casi adquiere la categoría de universo digital. Ahí puedes ser lo que no eres en el día a día, y puedes hacer cualquier cosa que puedas imaginar, salvo comer y dormir. A partir de esta premisa, entre la fantasía y la sci-fi, Steven Spielberg nos ofrece una historia de corte clásico en la que: los buenos son muy buenos, les pasan buenas cosas sencillamente porque son buenos y les tienen que pasar, los malos son muy malos, hay historia de amor de por medio... En definitiva, estructuralmente "Ready player one" es un viaje que ya hemos hecho muchas veces, pero aun así el trayecto te lo tragas de nuevo y termina resultando una verdadera gozada.
Uno de los grandes puntos fuertes de "Ready player one" es la infinidad de referencias que tiene a la cultura pop de la década de los ochenta, periodo en el que nació el creador del videojuego en cuestión, un tal James Halliday, interpretado por un Mark Rylance que se ha hecho fundamental en los más recientes trabajos de Spielberg desde que apareciera en "El puente de los espías" (2015). Es muy probable que todos esos guiños, algunos muy pequeños y otros más grandes, sirvan durante la mayor parte del metraje como capa de invisibilidad para esconder que, esquemáticamente, "Ready player one" no aporta nada nuevo. Pero al final esa ingente cantidad de referencias es muy agradecida y es lo que le da otro toque al film. Aunque he de admitir que, al hilo de lo anterior, a la película le habría venido de perlas un uso de la banda sonora a lo Quentin Tarantino o a lo James Gunn, exprimiendo al máximo temas musicales ochenteros. Creo que así se habría completado el circulo del homenaje. Y también reconoceré que, en la banda sonora original, he echado alguna lagrimilla por John Wiliams, Alan Silvestri está bastante bien pero en este tipo de film el maestro Williams se habría lucido de lo lindo.
Actoralmente todos están correctos, pero quisiera destacar a Hannah John-Kamen, brazo ejecutor del malo malísimo de la historia. No la conocía de nada pero la inglesa me ha hipnotizado por completo, a partir de ahora la seguiré.
En resumidas cuentas, he disfrutado mucho "Ready player one", y más cuando casi no esperaba nada de ella.
5 de abril de 2018
5 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquéllos que habéis leído el libro del mismo título debéis saber de antemano (para evitar la sorpresa que yo me llevé en el cine), que la película no tiene nada que ver. Pongamos ya las cartas sobre la mesa. Aquí se conservan los nombres de los protagonistas, alguna localización y poco más. Los que simplemente hayáis leído el libro, como yo, pero no seáis fans del mismo, podréis disfrutar de la peli, que es un "reboot", un partir de cero que el propio autor de la novela ha co-guionizado.
Los que además seáis fans del libro creo que podéis tomar dos caminos: o pasarlo realmente mal por lo que pudo ser y no fue, o aceptar la película por lo que ofrece, que es un par de horas de entretenimiento, secuencias vertiginosas, mucho fuego de artificio y unos protagonistas bastante más entrañables que sus homólogos de la novela, a los que les faltaba carisma.
Sin embargo, sí es una pena que en esta adaptación de Spielberg (aunque no parezca una peli suya) hayamos perdido todas las pruebas que el protagonista y los demás Gunters debían superar para obtener el huevo de oro, ya que esas pruebas y acertijos eran donde residían muchas referencias ochenteras, nerds y geeks, y le daban esa personalidad particular a la historia, a Halliday y al propio Oasis. Creo que no se ha conseguido plasmar el "nerdismo" de Wade, Hache, Art3mis, y lo muchísimo que habían estudiado la vida en los años 80.
Me ha decepcionado no ver ni una de las pruebas tal cual son en el libro.
Pero como ya digo, a mitad de peli me di cuenta de que eso no era una adaptación, era un reboot. Todo es distinto, y personalmente, habría agradecido saberlo antes.
Visualmente está muy bien aunque los avatares protagonistas sean algo desagradables en su aspecto. La película es entretenida, para todos los públicos, sobre todo adolescentes, y siendo la novela a veces cruda, fría, pesimista y gris, aquí tenemos una aventura llena de color, comicidad y positivismo.
Los que además seáis fans del libro creo que podéis tomar dos caminos: o pasarlo realmente mal por lo que pudo ser y no fue, o aceptar la película por lo que ofrece, que es un par de horas de entretenimiento, secuencias vertiginosas, mucho fuego de artificio y unos protagonistas bastante más entrañables que sus homólogos de la novela, a los que les faltaba carisma.
Sin embargo, sí es una pena que en esta adaptación de Spielberg (aunque no parezca una peli suya) hayamos perdido todas las pruebas que el protagonista y los demás Gunters debían superar para obtener el huevo de oro, ya que esas pruebas y acertijos eran donde residían muchas referencias ochenteras, nerds y geeks, y le daban esa personalidad particular a la historia, a Halliday y al propio Oasis. Creo que no se ha conseguido plasmar el "nerdismo" de Wade, Hache, Art3mis, y lo muchísimo que habían estudiado la vida en los años 80.
Me ha decepcionado no ver ni una de las pruebas tal cual son en el libro.
Pero como ya digo, a mitad de peli me di cuenta de que eso no era una adaptación, era un reboot. Todo es distinto, y personalmente, habría agradecido saberlo antes.
Visualmente está muy bien aunque los avatares protagonistas sean algo desagradables en su aspecto. La película es entretenida, para todos los públicos, sobre todo adolescentes, y siendo la novela a veces cruda, fría, pesimista y gris, aquí tenemos una aventura llena de color, comicidad y positivismo.
7 de abril de 2018
7 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay duda de que 'Ready Player One' consigue transportarnos a ese ambiente nostálgico, a ese espíritu de los 80-90 del que está completamente impregnado el libro del que surge. A quien le gustara el libro, le gustará la película, precisamente por eso, por las continuas referencias que son la magia del libro de Cline y que encontraremos también por doquier en la cinta de Spielberg. Y, sin embargo, a buen seguro, los fans del libro saldrán de la sala de cine (o del momento final de la película) con una sensación agridulce. Porque el 'Ready Player One' de Spielberg es una buena película para disfrutar, especialmente para los nostálgicos o los fans de la música, del cine, de los videojuegos... en definitiva de la cultura pop. Pero, al mismo tiempo, 'Ready Player One' no es realmente 'Ready Player One'. Es decir, la película nada tiene que ver con el libro, más allá de sus personajes y las continuas referencias a la cultura pop de las que antes hablábamos. Spielberg ha tomado el libro de Cline únicamente como una línea de referencia, como una inspiración lejana para crear un ambiente, para intentar lograr una idea similar pero que nada tiene que ver con la trama del libro. Cierto es que el lenguaje cinematográfico y el literario son muy diferentes y muchas veces es imposible asemejarlos, que hay cambios que el mismo lenguaje en que trabajamos nos obliga a cambiar o a remodelar, pero en este caso las diferencias van mucho más allá. No se trata de cambios necesarios en la trama por 'exigencias del guion' o por una traducción a lo audiovisual. No, es otra cosa. Spielberg ha querido llevarse a su terreno la idea de Cline, pero la ha convertido en algo complemente diferente. Una buena película, sí, pero que no es en modo alguno 'Ready Player One' y que ha eliminado categóricamente los momentos más memorables de la novela, y también los menos memorables. Asi que, si sois fans del libro, cambiad el chip antes de ir a ver la película, pensad que vais a ver otra cosa, no la recreación de la novela y ni se os ocurra leerlo antes de ver el film o no seréis capaces de disfrutar del buen espectáculo visual con el que nos regala Spielberg.
7 de abril de 2018
7 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Año 2018.
Vivimos en el erial de la cultura popular.
Matinales hiper-publicitadas resucitan la cinefilia de otro tiempo, buscamos excusas para prolongar una infancia que nunca nos perteneció y la más pura nostalgia llena las estanterías de cualquier superficie comercial.
Spielberg habla de un tiempo futuro, pero deja un pie en la actualidad.
‘Ready Player One’ es todo lo que soñamos que sería.
Un universo múltiple e ilimitado, donde puedes ser quien quieras, viajar a todo planeta imaginable y salvar el mundo cada tarde. Una realidad donde las leyendas nunca mueren, los sueños se cumplen y la muerte no nos alcanza.
Y lo mejor, al alcance de cualquiera que se pueda permitir unos guantes y unas gafas.
… taaambién es un antídoto contra una realidad, un físico o una vida social insuficientes... ¡¡pero a quién le importa cuando subes el Everest con Batman y te vas de paseo con el Halcón Milenario!!
Wade Watts escapa a Oasis cada día en la piel de Parzival, porque quién no lo haría.
Allí es el héroe de esa historia que nunca vivió, y lo mejor es que puede ser más, podría ganar el Huevo de Pascua que dejó el creador de esa realidad al morir, James Halliday, y cumpliría la fantasía de cualquier adolescente que alguna vez haya soñado.
(Vale la pena señalarlo, la cámara de Spielberg recoge hábilmente la tristeza de un Halliday que deja el destino de su creación en las siguientes generaciones… y sin embargo lo único que nos inunda es la emoción de una competición que todo chaval querrá ganar por el simple hecho de ser el primero del marcador)
En el gran esquema de carrera mundial donde niños y mayores se comportan con el mismo ansia caprichoso, Wade no destaca especialmente, y hasta hay un gran cuidado en señalar que su descubrimiento de la primera pista, la primera llave, sucede por casualidad. Esta puede ser la historia de cualquiera, en el fondo.
Pero hay algo que sí es enteramente suyo: cuando otros ni se preocuparían por los jugadores que se quedan fuera en una carrera absolutamente loquísima donde una réplica de Nueva York te da la bienvenida con terroríficos tiranosaurios y el PUTO King Kong… él tiene la suficiente valentía como para mirar atrás, observar los detalles y no vacilar en echar una mano amiga.
La buena fe sigue importando, después de todo, en tiempos de contacto digital y apariencias virtuales.
O al menos James Halliday quiso que siguiera importando, y por eso Parzival es capaz de superar las pruebas que se van sucediendo, al tiempo que se gana un puñado de aliados como Daito y Sho, aparte de seguir contando con su mejor amigo Hache, y compartiendo con la misteriosa Art3mis una relación que tiene todo que ver con el Huevo de Pascua, y nada con una necesidad tan humana de pensar que a alguien le importas lo suficiente.
Sin prisa, sin necesidad de forzarlo, entre sorprendentes homenajes y a través de diversiones, Spielberg va dejando su particular Huevo de Pascua, para que quien quiera pueda encontrarlo: el mundo real es peligroso y solitario, pero también necesita gente dispuesta a salvarlo.
Y nadie puede lograrlo solo, por mucho que pensemos que las identidades virtuales han privado la amistad o el amor de significado.
Sobre todo me llaman la atención los adultos: Mark Rylance elige interpretar a Halliday próximo al autismo, y Ben Mendelsohn recoge el testigo admirablemente haciendo de Nolan Sorrento, el gran villano, un niño grande con muchos berrinches que soluciona a golpe de talonario.
Como si de alguna manera la existencia de Oasis les hubiese dejado en una inmadurez indeterminada, reprimidos los sentimientos reales, porque eligieron volcarse en algo que nunca les iba a decepcionar o doler, un mundo en el que tanto las alianzas como los afectos son, efectivamente, virtuales.
Y en ese punto entran Wade, Art3mis y su tropa, volviendo a llenar de sentimiento y significado los mundos digitales, adorando unos entretenimientos y disfrutes que nunca tuvieron, porque es lo único que les han legado, su única forma de entender el mundo.
Queriendo salvar Oasis de garras inhumanas, porque lo que hay allí es lo único que les ha salvado de su propia inhumanidad.
‘Ready Player One’ no mira a la cultura popular con desprecio, ni siquiera con tristeza, más bien le profesa amor infinito, y exige que ese amor debe celebrarse y compartirse.
Porque al final no importa si la partida la está llevando Watts o Sorrento, nadie se ha librado de ver jugar a otro, y disfrutar porque está ganando: sentimiento que Spielberg encapsula en una coña cargada de humanidad, cuando todo el planeta contiene la respiración por un jugador a punto de llegar a la meta.
Pero luego tiene que llegar un “Game Over”.
Una frase que quizás hemos cargado de significado negativo, cuando probablemente era la manera más sencilla que tenía un creador de darte las gracias, y decirte adiós.
Porque hemos construido una cultura en la que nuestros iconos estarán siempre presentes, nos salvarán del mundo real y nunca se irán.
Cuando poder despedirse, saber que siempre estarán ahí pero de algún modo no se quedarán, es lo que hace los momentos con ellos algo tan especial.
Spielberg, como un Anorak cinematográfico, nos recuerda que esto es sólo un buen rato, pero no tienes que firmar ningún contrato de por vida para tenerlo.
Ahí fuera hay otro videojuego, uno no tan rápido, a veces incluso más entretenido o placentero, uno en el que no hay vidas extra ni trucos, por lo que te esforzarás más en disfrutarlo.
Quítate las gafas, desconecta el chat.
Sal a jugar.
Vivimos en el erial de la cultura popular.
Matinales hiper-publicitadas resucitan la cinefilia de otro tiempo, buscamos excusas para prolongar una infancia que nunca nos perteneció y la más pura nostalgia llena las estanterías de cualquier superficie comercial.
Spielberg habla de un tiempo futuro, pero deja un pie en la actualidad.
‘Ready Player One’ es todo lo que soñamos que sería.
Un universo múltiple e ilimitado, donde puedes ser quien quieras, viajar a todo planeta imaginable y salvar el mundo cada tarde. Una realidad donde las leyendas nunca mueren, los sueños se cumplen y la muerte no nos alcanza.
Y lo mejor, al alcance de cualquiera que se pueda permitir unos guantes y unas gafas.
… taaambién es un antídoto contra una realidad, un físico o una vida social insuficientes... ¡¡pero a quién le importa cuando subes el Everest con Batman y te vas de paseo con el Halcón Milenario!!
Wade Watts escapa a Oasis cada día en la piel de Parzival, porque quién no lo haría.
Allí es el héroe de esa historia que nunca vivió, y lo mejor es que puede ser más, podría ganar el Huevo de Pascua que dejó el creador de esa realidad al morir, James Halliday, y cumpliría la fantasía de cualquier adolescente que alguna vez haya soñado.
(Vale la pena señalarlo, la cámara de Spielberg recoge hábilmente la tristeza de un Halliday que deja el destino de su creación en las siguientes generaciones… y sin embargo lo único que nos inunda es la emoción de una competición que todo chaval querrá ganar por el simple hecho de ser el primero del marcador)
En el gran esquema de carrera mundial donde niños y mayores se comportan con el mismo ansia caprichoso, Wade no destaca especialmente, y hasta hay un gran cuidado en señalar que su descubrimiento de la primera pista, la primera llave, sucede por casualidad. Esta puede ser la historia de cualquiera, en el fondo.
Pero hay algo que sí es enteramente suyo: cuando otros ni se preocuparían por los jugadores que se quedan fuera en una carrera absolutamente loquísima donde una réplica de Nueva York te da la bienvenida con terroríficos tiranosaurios y el PUTO King Kong… él tiene la suficiente valentía como para mirar atrás, observar los detalles y no vacilar en echar una mano amiga.
La buena fe sigue importando, después de todo, en tiempos de contacto digital y apariencias virtuales.
O al menos James Halliday quiso que siguiera importando, y por eso Parzival es capaz de superar las pruebas que se van sucediendo, al tiempo que se gana un puñado de aliados como Daito y Sho, aparte de seguir contando con su mejor amigo Hache, y compartiendo con la misteriosa Art3mis una relación que tiene todo que ver con el Huevo de Pascua, y nada con una necesidad tan humana de pensar que a alguien le importas lo suficiente.
Sin prisa, sin necesidad de forzarlo, entre sorprendentes homenajes y a través de diversiones, Spielberg va dejando su particular Huevo de Pascua, para que quien quiera pueda encontrarlo: el mundo real es peligroso y solitario, pero también necesita gente dispuesta a salvarlo.
Y nadie puede lograrlo solo, por mucho que pensemos que las identidades virtuales han privado la amistad o el amor de significado.
Sobre todo me llaman la atención los adultos: Mark Rylance elige interpretar a Halliday próximo al autismo, y Ben Mendelsohn recoge el testigo admirablemente haciendo de Nolan Sorrento, el gran villano, un niño grande con muchos berrinches que soluciona a golpe de talonario.
Como si de alguna manera la existencia de Oasis les hubiese dejado en una inmadurez indeterminada, reprimidos los sentimientos reales, porque eligieron volcarse en algo que nunca les iba a decepcionar o doler, un mundo en el que tanto las alianzas como los afectos son, efectivamente, virtuales.
Y en ese punto entran Wade, Art3mis y su tropa, volviendo a llenar de sentimiento y significado los mundos digitales, adorando unos entretenimientos y disfrutes que nunca tuvieron, porque es lo único que les han legado, su única forma de entender el mundo.
Queriendo salvar Oasis de garras inhumanas, porque lo que hay allí es lo único que les ha salvado de su propia inhumanidad.
‘Ready Player One’ no mira a la cultura popular con desprecio, ni siquiera con tristeza, más bien le profesa amor infinito, y exige que ese amor debe celebrarse y compartirse.
Porque al final no importa si la partida la está llevando Watts o Sorrento, nadie se ha librado de ver jugar a otro, y disfrutar porque está ganando: sentimiento que Spielberg encapsula en una coña cargada de humanidad, cuando todo el planeta contiene la respiración por un jugador a punto de llegar a la meta.
Pero luego tiene que llegar un “Game Over”.
Una frase que quizás hemos cargado de significado negativo, cuando probablemente era la manera más sencilla que tenía un creador de darte las gracias, y decirte adiós.
Porque hemos construido una cultura en la que nuestros iconos estarán siempre presentes, nos salvarán del mundo real y nunca se irán.
Cuando poder despedirse, saber que siempre estarán ahí pero de algún modo no se quedarán, es lo que hace los momentos con ellos algo tan especial.
Spielberg, como un Anorak cinematográfico, nos recuerda que esto es sólo un buen rato, pero no tienes que firmar ningún contrato de por vida para tenerlo.
Ahí fuera hay otro videojuego, uno no tan rápido, a veces incluso más entretenido o placentero, uno en el que no hay vidas extra ni trucos, por lo que te esforzarás más en disfrutarlo.
Quítate las gafas, desconecta el chat.
Sal a jugar.
7 de abril de 2018
7 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spielberg ha regresado, y después de entregas mas realistas y apegadas a la realidad como Los archivos del pentágono, nos entrega Ready Player One, una entrega cargada de Ciencia Ficción, efectos visuales y la mas pura cultura pop de los 70 hasta ahora.
Si soy sincero fui a verla sin esperarme mucho. Pensaba que podía ser o muy buena o una mas del montón. No voy a decir que pensaba que seria mala porque, POR DIÓS! Teníamos al mítico Delorean de vuelta y huyendo del T-Rex de Jurassic Park! Solamente eso evita que sea una basura de película. Pero claro, cosas como estas no garantizan que una película se vuelva destacable. Por suerte en este caso no ha sido del todo así.
Si te gusta sentirte como el "capitán referencia" cuando vas al cine con tus amigos a ver una película de Marvel o DC, por ejemplo, Ready Player One te encantará. La película es un constante "Easter Egg" a clásicos de Ciencia Ficción y animación, a Videojuegos de todas las épocas, anime y comics, con música como la de los Bee Gees y un mundo construido de forma tan espectacular y con tantos elementos, que nos sumerge de lleno en él. Realmente solo hacen falta ver los 10 primeros minutos para saber que Oasis es el mundo virtual dónde nos encantaría estar y que estaríamos encerrados en él durante horas. Salí del cine con ganas de volverla a ver ya que es prácticamente imposible pillar a la primera todos los easter egg's y elementos populares que tiene.
Ahora bien, no todo reluce tanto como el propio Oasis en esta película, ya que con tanto elemento "ochentero" han dejado un poco atrás una de las cosas más importantes, los personajes. La mayoría de ellos son bastante planos y a excepción de algún momento determinante no se les da un peso realmente importante. El villano tampoco sale muy beneficiado, y es que apenas se profundiza en él, y resulta ser un malo que últimamente vemos demasiado en las películas de superhéroes: un villano que esta ahí para oponerse al héroe y ofrecernos una buena batalla final.
En resumen, Ready Player One es un tributo a todos los iconos pasados y actuales, que mezcla lo mejor del videojuego de hoy en día y lo combinan perfectamente con lo que siempre hemos querido, confirmando que los tiempos cambian y que ya no eres el típico "friki" o rarito por el hecho de que te gusten cosas como los videojuegos, Star Wars o Marvel. Obviamente tiene fallos, pero mentiría si dijera que no he disfrutado esta película y que no he salido del cine con ganas de volverla a ver.
Si soy sincero fui a verla sin esperarme mucho. Pensaba que podía ser o muy buena o una mas del montón. No voy a decir que pensaba que seria mala porque, POR DIÓS! Teníamos al mítico Delorean de vuelta y huyendo del T-Rex de Jurassic Park! Solamente eso evita que sea una basura de película. Pero claro, cosas como estas no garantizan que una película se vuelva destacable. Por suerte en este caso no ha sido del todo así.
Si te gusta sentirte como el "capitán referencia" cuando vas al cine con tus amigos a ver una película de Marvel o DC, por ejemplo, Ready Player One te encantará. La película es un constante "Easter Egg" a clásicos de Ciencia Ficción y animación, a Videojuegos de todas las épocas, anime y comics, con música como la de los Bee Gees y un mundo construido de forma tan espectacular y con tantos elementos, que nos sumerge de lleno en él. Realmente solo hacen falta ver los 10 primeros minutos para saber que Oasis es el mundo virtual dónde nos encantaría estar y que estaríamos encerrados en él durante horas. Salí del cine con ganas de volverla a ver ya que es prácticamente imposible pillar a la primera todos los easter egg's y elementos populares que tiene.
Ahora bien, no todo reluce tanto como el propio Oasis en esta película, ya que con tanto elemento "ochentero" han dejado un poco atrás una de las cosas más importantes, los personajes. La mayoría de ellos son bastante planos y a excepción de algún momento determinante no se les da un peso realmente importante. El villano tampoco sale muy beneficiado, y es que apenas se profundiza en él, y resulta ser un malo que últimamente vemos demasiado en las películas de superhéroes: un villano que esta ahí para oponerse al héroe y ofrecernos una buena batalla final.
En resumen, Ready Player One es un tributo a todos los iconos pasados y actuales, que mezcla lo mejor del videojuego de hoy en día y lo combinan perfectamente con lo que siempre hemos querido, confirmando que los tiempos cambian y que ya no eres el típico "friki" o rarito por el hecho de que te gusten cosas como los videojuegos, Star Wars o Marvel. Obviamente tiene fallos, pero mentiría si dijera que no he disfrutado esta película y que no he salido del cine con ganas de volverla a ver.
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