Casablanca
8.4
100,274
Drama. Romance
Años 40. A consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, Casablanca era una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo gente de todas partes: llegar era fácil, pero salir era casi imposible, especialmente si el nombre del fugitivo figuraba en las listas de la Gestapo, que presionaba a la autoridades francesas al mando del corrupto inspector Renault. En este caso, el objetivo de la policía secreta alemana es el líder checo y héroe de la ... [+]
13 de abril de 2012
13 de abril de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras los soldados alemanes, en un alarde de superioridad, entonan su himno en un entorno de resentimiento, y el sr. Lazlo se dirige a la orquesta para cantar La Marsellesa, las miradas de los músicos se cruzan con la de Richard Blame, que asintiendo con la cabeza da permiso para realizar una de las escenas más hermosas de la historia del cine en la que todo el café une sus voces para silenciar a los nazis con el Canto a la Libertad por excelencia... no puedo dejar de emocionarme cada vez que la veo...
16 de junio de 2012
16 de junio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, llevaba muchísimo tiempo queriendo ver esta película de la que tan bien me habían hablado y ahora que la acabo de terminar de ver comprendo perfectamente el entusiasmo con el que había oído hablar de la misma y que desde luego tiene su fama bien merecida porque es una película de categoría sin lugar a dudas.
A estas alturas imagino que yo con esta crítica no voy a descubrir nada nuevo de una película de la que probablemente ya este todo dicho pero como las críticas son para poder expresar la opinión personal de uno mismo sobre algo pues yo no puedo evitar pasarme por aquí para contar para quien pueda servir que acabo de terminar de ver Casablanca y es de esas pelis que te dejan una sonrisa en la cara, al menos así ha sido en mi caso.
La película me ha parecido completísima, tiene de todo, es una película compuesta de muchos pequeños detalles que forman una historia genial y las actuaciones son realmente estupendas, maravilloso todo el reparto, la película en todo momento va a más, mejora conforme pasan los minutos y el final es probablemente uno de los mejores de la historia del cine.
Y bueno por todo esto que he dicho y mucho más sin duda recomiendo que se vea esta peli al menos una vez, en mi opinión una obra indispensable para los amantes del buen cine, me parece casi imposible que haya a quién no le guste esta peli, pero lo que es seguro es que su visionado merece y mucho la pena.
A estas alturas imagino que yo con esta crítica no voy a descubrir nada nuevo de una película de la que probablemente ya este todo dicho pero como las críticas son para poder expresar la opinión personal de uno mismo sobre algo pues yo no puedo evitar pasarme por aquí para contar para quien pueda servir que acabo de terminar de ver Casablanca y es de esas pelis que te dejan una sonrisa en la cara, al menos así ha sido en mi caso.
La película me ha parecido completísima, tiene de todo, es una película compuesta de muchos pequeños detalles que forman una historia genial y las actuaciones son realmente estupendas, maravilloso todo el reparto, la película en todo momento va a más, mejora conforme pasan los minutos y el final es probablemente uno de los mejores de la historia del cine.
Y bueno por todo esto que he dicho y mucho más sin duda recomiendo que se vea esta peli al menos una vez, en mi opinión una obra indispensable para los amantes del buen cine, me parece casi imposible que haya a quién no le guste esta peli, pero lo que es seguro es que su visionado merece y mucho la pena.
16 de septiembre de 2012
16 de septiembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Casablanca podemos encontrar:
Personajes míticos: El cínico pero a la vez sentimental y patriota Rick Blaine. La dulce y nostágica Ilsa Lund. El idealista Victor Laszlo. El corrupto Capitán Renault...
Frases legendarias: "Louis, creo que este es el principio de una hermosa amistad". "Tócala, Sam. Toca 'el tiempo pasará'". "Siempre nos quedará París". "Los alemanes iban de gris y tú ibas vestida de azul"...
Por otra parte, la química que hay entre Bogart y Bergman hace que sus interpretaciones hayan pasado a la historia como una de las mejores parejas fílmicas de todos los tiempos.
Para mí es probablemente la mejor película que se haya hecho nunca, la de más clase y glamour, la de las frases para la historia, la del magnífico trabajo de sus protagonistas y de sus secundarios. Una obra maestra, atemporal e imperecedera, que se encuentra esculpida con letras de oro en el Olimpo de Hollywood para toda la eternidad.
Personajes míticos: El cínico pero a la vez sentimental y patriota Rick Blaine. La dulce y nostágica Ilsa Lund. El idealista Victor Laszlo. El corrupto Capitán Renault...
Frases legendarias: "Louis, creo que este es el principio de una hermosa amistad". "Tócala, Sam. Toca 'el tiempo pasará'". "Siempre nos quedará París". "Los alemanes iban de gris y tú ibas vestida de azul"...
Por otra parte, la química que hay entre Bogart y Bergman hace que sus interpretaciones hayan pasado a la historia como una de las mejores parejas fílmicas de todos los tiempos.
Para mí es probablemente la mejor película que se haya hecho nunca, la de más clase y glamour, la de las frases para la historia, la del magnífico trabajo de sus protagonistas y de sus secundarios. Una obra maestra, atemporal e imperecedera, que se encuentra esculpida con letras de oro en el Olimpo de Hollywood para toda la eternidad.
28 de enero de 2013
28 de enero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amo el cine de tal forma que en no pocas ocasiones imágenes de cualquier film acuden a mi mente para relacionarlas con situaciones reales, de la vida cotidiana o incluso de anhelos y temores. El cine tiene un inexplicable efecto sobre todo el mundo, y aunque sabemos que el cine transita entre lo real y lo ficticio, también apreciamos su verdad por encima de las constantes y provocadas omisiones.
Quizás haya alguien a quien todavía no le haya embargado un torrente de emociones cuando acaba de ver una película como Qué bello es vivir, a quien todavía no se le erizan los pelos de la nuca cuando "La diligencia" cruza el oeste ante enormes desafíos, a quien todavía no le ha curado una gripe un visionado de "El hombre tranquilo". El cine clásico tenía una forma de contar las historias que sobrepasaba la pantalla incidiendo directamente en nuestros cerebros y provocando el chispazo de nuestra máquina de reflexión. Para quienes todavía siguen sin conocer de sus efectos no creo que haya una película mejor para empezar a aficionarse que la maravillosa "Casablanca".
Hay que decir que "Casablanca" no obtuvo los merecidos elogios con los que hoy cuenta hasta pasados unos diez años desde su estreno, muy seguramente porque fue descubierta por generaciones de estadounidenses que habían vivido un momento clave en la historia de la humanidad, y se encontraban respondiendo preguntas que Casablanca les pudo contestar en parte. No obstante fue una película que en su estreno contó con la inestimable fortuna de coincidir casi con el desembarco aliado en Casablanca, concretamente dieciocho días después del mismo.
El adjetivo que mejor definiría la película de Michael Curtiz sería redonda, desde la dirección hasta el atrezzo. Curtiz hace gala de una gran maestría permitiendo que los detalles más importantes nos conduzcan por un guión que mantiene al espectador en una constante vigía. Las actuaciones son memorables, de principales y secundarios, pero la pareja protagonista rebosa excelencia desde que aparecen en escena hasta que desvanecen. A mi en particular me encandila sobre manera la interpretación de Bogart, su cinismo, su dureza, su sarcasmo y su transformación en el hombre que realmente es y que a casi todos nos gustaría ser. Ingrid Bergman está preciosa y exuberante cuando tiene que estarlo, Ilsa mantiene una tensión con Rick que hace que se vayan rompiendo por dentro cada vez que se encuentran, que conversan o que se miran. La música es exquisita y la ambientación hace que nos olvidemos de si Casablanca es como la pintan porque lo cierto es que nos las creemos desde el primer frame en el que aparece.
La película no sólo trata de gente que quiere escapar de la terrible avalancha nazi que se cierne sobre Europa y que aspira a conquistar el mundo, también trata del amor y el desamor, de las amistades y las enemistades, y por supuesto, del tiempo, del tiempo que pasa y pasará. No hay que perder la ocasión de hacer un buen amigo, y con "Casablanca" podemos comenzar una hermosa amistad con el cine clásico que tanto ha dado y tiene que dar.
Un abrazo.
Quizás haya alguien a quien todavía no le haya embargado un torrente de emociones cuando acaba de ver una película como Qué bello es vivir, a quien todavía no se le erizan los pelos de la nuca cuando "La diligencia" cruza el oeste ante enormes desafíos, a quien todavía no le ha curado una gripe un visionado de "El hombre tranquilo". El cine clásico tenía una forma de contar las historias que sobrepasaba la pantalla incidiendo directamente en nuestros cerebros y provocando el chispazo de nuestra máquina de reflexión. Para quienes todavía siguen sin conocer de sus efectos no creo que haya una película mejor para empezar a aficionarse que la maravillosa "Casablanca".
Hay que decir que "Casablanca" no obtuvo los merecidos elogios con los que hoy cuenta hasta pasados unos diez años desde su estreno, muy seguramente porque fue descubierta por generaciones de estadounidenses que habían vivido un momento clave en la historia de la humanidad, y se encontraban respondiendo preguntas que Casablanca les pudo contestar en parte. No obstante fue una película que en su estreno contó con la inestimable fortuna de coincidir casi con el desembarco aliado en Casablanca, concretamente dieciocho días después del mismo.
El adjetivo que mejor definiría la película de Michael Curtiz sería redonda, desde la dirección hasta el atrezzo. Curtiz hace gala de una gran maestría permitiendo que los detalles más importantes nos conduzcan por un guión que mantiene al espectador en una constante vigía. Las actuaciones son memorables, de principales y secundarios, pero la pareja protagonista rebosa excelencia desde que aparecen en escena hasta que desvanecen. A mi en particular me encandila sobre manera la interpretación de Bogart, su cinismo, su dureza, su sarcasmo y su transformación en el hombre que realmente es y que a casi todos nos gustaría ser. Ingrid Bergman está preciosa y exuberante cuando tiene que estarlo, Ilsa mantiene una tensión con Rick que hace que se vayan rompiendo por dentro cada vez que se encuentran, que conversan o que se miran. La música es exquisita y la ambientación hace que nos olvidemos de si Casablanca es como la pintan porque lo cierto es que nos las creemos desde el primer frame en el que aparece.
La película no sólo trata de gente que quiere escapar de la terrible avalancha nazi que se cierne sobre Europa y que aspira a conquistar el mundo, también trata del amor y el desamor, de las amistades y las enemistades, y por supuesto, del tiempo, del tiempo que pasa y pasará. No hay que perder la ocasión de hacer un buen amigo, y con "Casablanca" podemos comenzar una hermosa amistad con el cine clásico que tanto ha dado y tiene que dar.
Un abrazo.
13 de septiembre de 2014
13 de septiembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta complicado establecer con claridad el mensaje de la película. Por un lado, podemos considerar que la relación de amor entre Rick e Ilsa es la piedra angular. Y que la excelencia de la película la hallamos en las dificultades y virtudes de la relación. París es el eterno paréntesis en el tiempo que recuerda el apasionado proceso de enamoramiento entre los dos protagonistas. París representa el ardor y el fervor con el que la pareja se amó. Representa esos tiempos de felicidad por los que el tiempo no ha pasado. La magnitud del amor es tal que tanto Rick como Ilsa están dispuestos a renunciar a la paz y tranquilidad estadounidenses con tal de permanecer unidos, aunque sea en un lugar tan peligroso y políticamente inhóspito como Casablanca.
El amor entre Rick y Bergman es eterno, pero la realidad en Europa es inestable, caótica y funesta debido a la devastadora expansión nazi que propicia la acumulación en Casablanca de numerosos refugiados que sueñan con cruzar el Atlántico para escapar del nazismo. La delicada situación del mundo requiere compromiso, lucha y acción para no sucumbir ante el monstruo alemán. La conciencia sobre el dinamismo histórico del presente es imprescindible. Podemos entender, por tanto, que es el compromiso con la causa antifascista la fuerza primordial que debe empujar las vidas de los combatientes resistentes. Restar neutral implica ser cómplice de los nazis. El mismísimo Rick, que se forja una apariencia de persona neutral y políticamente pasiva, esconde bajo su cinismo y aspereza salvajes una férrea voluntad por colaborar en la destrucción de la empresa nazi que le lleva a perder a la mujer de su vida.
Quizá parezca que el compromiso con la causa se sobreponga al amor. Que al amor queda relegado a un segunda plano cuando se trata de cuestiones importantes, como puede ser el devenir del mundo. Sin embargo, bajo mi punto de vista, el mensaje que se transmite en Casablanca es totalmente opuesto: vivimos en un mundo que, a diferencia del del amor, es vulgar. Vivimos encorsetados en una realidad física que exige esfuerzos y actuaciones físicas y que carece de cualquier porción de eternidad. Supeditados a un mundo inestable, fluctuante y burdo.
El amor es la vía de escape de nuestro sueño eterno de eternidad. La fuerza abstracta, suprasensorial que trasciende las cadenas mortales de la realidad. El paréntesis parisino que logra imponerse al tiempo y al espacio impregnándolos de eternidad. Por la causa antifascista, Rick renuncia a la mujer de su vida, pero no renuncia al amor de su vida. Para este amor el tiempo sigue pasando (time goes by) indefinidamente, rebotando continuamente de un lado del paréntesis a otro, petrificándose, eternizándose.
El amor entre Rick y Bergman es eterno, pero la realidad en Europa es inestable, caótica y funesta debido a la devastadora expansión nazi que propicia la acumulación en Casablanca de numerosos refugiados que sueñan con cruzar el Atlántico para escapar del nazismo. La delicada situación del mundo requiere compromiso, lucha y acción para no sucumbir ante el monstruo alemán. La conciencia sobre el dinamismo histórico del presente es imprescindible. Podemos entender, por tanto, que es el compromiso con la causa antifascista la fuerza primordial que debe empujar las vidas de los combatientes resistentes. Restar neutral implica ser cómplice de los nazis. El mismísimo Rick, que se forja una apariencia de persona neutral y políticamente pasiva, esconde bajo su cinismo y aspereza salvajes una férrea voluntad por colaborar en la destrucción de la empresa nazi que le lleva a perder a la mujer de su vida.
Quizá parezca que el compromiso con la causa se sobreponga al amor. Que al amor queda relegado a un segunda plano cuando se trata de cuestiones importantes, como puede ser el devenir del mundo. Sin embargo, bajo mi punto de vista, el mensaje que se transmite en Casablanca es totalmente opuesto: vivimos en un mundo que, a diferencia del del amor, es vulgar. Vivimos encorsetados en una realidad física que exige esfuerzos y actuaciones físicas y que carece de cualquier porción de eternidad. Supeditados a un mundo inestable, fluctuante y burdo.
El amor es la vía de escape de nuestro sueño eterno de eternidad. La fuerza abstracta, suprasensorial que trasciende las cadenas mortales de la realidad. El paréntesis parisino que logra imponerse al tiempo y al espacio impregnándolos de eternidad. Por la causa antifascista, Rick renuncia a la mujer de su vida, pero no renuncia al amor de su vida. Para este amor el tiempo sigue pasando (time goes by) indefinidamente, rebotando continuamente de un lado del paréntesis a otro, petrificándose, eternizándose.
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