El secreto de sus ojos
2009 

8.1
90,894
Thriller. Intriga. Drama
Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
27 de diciembre de 2014
27 de diciembre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Años 70, Argentina. Benjamín Expósito (Darín), oficial de un Juzgado en Buenos Aires está a punto de jubilarse. Sin embargo, sigue obsesionado con un brutal crimen ocurrido 30 años antes, por lo que decide, ahora que va a tener más tiempo, escribir una novela sobre el caso del cual fue testigo y protagonista. A la par, y recordando su pasado, le viene a la memoria el recuerdo de la mujer a la que ha amado en secreto durante todos estos años...
El estallido definitivo del talento de Campanella, aquí en permanente estado de gracia, tanto desde la escritura del guión puro y duro como de la puesta en escena y el desarrollo narrativo de una trama riquísima, compleja y atinada casi desde el primer al último fotograma.
Inteligente en una verborrea que te sumerge y transporta sin remisión, en una mezcolanza de thriller y drama que desemboca, insertado en ráfagas de tenue humor acertadísimo, en un melodrama subliminalmente romántico y poético. Dotada de unos diálogos de aparente sencillez, pero que logran una profundidad maravillosa y nada densa, "El secreto de sus ojos" habla del amor de manera formidable, emocionada y emocionantemente.
Pertenece, además, y en plenitud, a la estirpe del mejor cine clásico, tejiendo una telaraña de trasfondo político, social, de emociones, traiciones y sentimientos. Otorga, dentro de ello, un valor más que considerable a la Mujer, como ser humano, como Valor. Su narración, en idas y venidas de dos tiempos narrativos, resulta fluida y ligera como una pluma.
Agridulce y muy tierna a un tiempo, es una crítica feroz también a la cínica y no pocas veces asquerosa Justicia como concepto. Inolvidable el personaje de Pablo Rago y un film, en definitiva, que es pura electricidad, que toca la fibra más sensible, que es una fábula moral maravillosa, en un canto al Amor auténtico, fuera del desgaste de lo cotidiano y obligatorio, y a la Amistad, realmente conmovedor. Las interpretaciones son formidables. Oscar en 2009; producida por Gerardo Herrero. Obra maestra.
P.D.: "¿Cómo se hace para vivir una vida vacía?/¿Cómo se hace para vivir una vida llena de nada?"
"Va a ser complicado/No me importa/Cierra la puerta..."
El estallido definitivo del talento de Campanella, aquí en permanente estado de gracia, tanto desde la escritura del guión puro y duro como de la puesta en escena y el desarrollo narrativo de una trama riquísima, compleja y atinada casi desde el primer al último fotograma.
Inteligente en una verborrea que te sumerge y transporta sin remisión, en una mezcolanza de thriller y drama que desemboca, insertado en ráfagas de tenue humor acertadísimo, en un melodrama subliminalmente romántico y poético. Dotada de unos diálogos de aparente sencillez, pero que logran una profundidad maravillosa y nada densa, "El secreto de sus ojos" habla del amor de manera formidable, emocionada y emocionantemente.
Pertenece, además, y en plenitud, a la estirpe del mejor cine clásico, tejiendo una telaraña de trasfondo político, social, de emociones, traiciones y sentimientos. Otorga, dentro de ello, un valor más que considerable a la Mujer, como ser humano, como Valor. Su narración, en idas y venidas de dos tiempos narrativos, resulta fluida y ligera como una pluma.
Agridulce y muy tierna a un tiempo, es una crítica feroz también a la cínica y no pocas veces asquerosa Justicia como concepto. Inolvidable el personaje de Pablo Rago y un film, en definitiva, que es pura electricidad, que toca la fibra más sensible, que es una fábula moral maravillosa, en un canto al Amor auténtico, fuera del desgaste de lo cotidiano y obligatorio, y a la Amistad, realmente conmovedor. Las interpretaciones son formidables. Oscar en 2009; producida por Gerardo Herrero. Obra maestra.
P.D.: "¿Cómo se hace para vivir una vida vacía?/¿Cómo se hace para vivir una vida llena de nada?"
"Va a ser complicado/No me importa/Cierra la puerta..."
21 de agosto de 2015
21 de agosto de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Secreto de sus ojos hubiese sido grabada y patrocinada en los estudios de Hollywood, y el publico angloparlante se hubiese deleitado con esta obra maestra?. La respuesta es muy sencilla: sería un clásico indiscutible del cine, a la altura de El Padrino o Casablanca; con eso lo digo todo. Magistral de principio a fin.
23 de octubre de 2019
23 de octubre de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fascinante película que otorga un notable a la profundidad de los sentimientos, al amor, al odio, al transcurso del tiempo, hasta la irracional pasión por un deporte y unos colores, todo acompañado de sonrisas lánguidas, miradas profundas, y más cosas que se callan que las que se dicen, aquello que Simon y Garfunkel describieron perfectamente en esa pequeña obra de arte que son "Los sonidos del silencio".
Juan José Campanella junto al novelista Eduardo Sacheri adaptan esta pequeña obra de arte que va directa al corazón, a los sentimientos más profundos, a esa máquina de escribir donde la "a" no aparece en el papel que escribes, aunque luego aparece soslayando el sentimiento que a pesar del transcurso de veinticinco años sigue ahí, a flor de piel, transportándonos en un flashbacks sostenido del presente al pasado, y del pasado al presente.
Grandes actuaciones de todo el plantel, destacando como siempre Ricardo Darín por su cercanía, por su sonrisa abierta, sin malicia, y la desconocida para mí Soledad Villamil, todo un descubrimiento... Le dieron un Oscar a la mejor película de habla no inglesa, y sin duda uno de sus encantos es sin duda el tono argentino del castellano en ese idioma que suena a tango.
Notable alto, 8.
Juan José Campanella junto al novelista Eduardo Sacheri adaptan esta pequeña obra de arte que va directa al corazón, a los sentimientos más profundos, a esa máquina de escribir donde la "a" no aparece en el papel que escribes, aunque luego aparece soslayando el sentimiento que a pesar del transcurso de veinticinco años sigue ahí, a flor de piel, transportándonos en un flashbacks sostenido del presente al pasado, y del pasado al presente.
Grandes actuaciones de todo el plantel, destacando como siempre Ricardo Darín por su cercanía, por su sonrisa abierta, sin malicia, y la desconocida para mí Soledad Villamil, todo un descubrimiento... Le dieron un Oscar a la mejor película de habla no inglesa, y sin duda uno de sus encantos es sin duda el tono argentino del castellano en ese idioma que suena a tango.
Notable alto, 8.
14 de abril de 2020
14 de abril de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es tan buena que los americanos le hicieron un remake, que se podían haber ahorrado porque no aportaba nada. Óscar cantado a la mejor película extranjera, en estos tiempos posiblemente hubiera sido nominada a algunos más. Campanella tiene una sólida trayectoria (“El hijo de la novia”, “El cuento de las comadrejas”) pero ésta es su obra culmen.
Basada en la novela “La pregunta de sus ojos” de Eduardo Sacheri, la cinta es un prodigio de precisión e inteligencia, dura y nostálgica a la vez, con varias escenas memorables hasta llegar a un impactante final. El tándem Ricardo Darín/Soledad Villamil ofrece un auténtico recital, al frente de una historia siempre interesante, con personajes bien desarrollados y un acertado diseño de producción. Una película estupenda, muy recomendable.
Basada en la novela “La pregunta de sus ojos” de Eduardo Sacheri, la cinta es un prodigio de precisión e inteligencia, dura y nostálgica a la vez, con varias escenas memorables hasta llegar a un impactante final. El tándem Ricardo Darín/Soledad Villamil ofrece un auténtico recital, al frente de una historia siempre interesante, con personajes bien desarrollados y un acertado diseño de producción. Una película estupenda, muy recomendable.
8 de agosto de 2010
8 de agosto de 2010
20 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
«El también corrió veloz hacia el final del tren y vio como era toda su figura, que hasta ayer era gigantesca, se achicaba en el andén hasta quedar pequeña a sus ojos pero cada vez más grande en su corazón.»
Ideas sin salida arrugadas en papel. Recuerdos esbozados en lo borroso y borrado. La ruptura como final imposible y posible. Es boceto que cobra vida como parte de un pasado sin presente en dos manos en cada lado del cristal.
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Y en los carteles de la película de Juan José Campanella reza:
«Un crimen sin resolver. Una historia de amor. Un final sin escribir.
Un crimen sin castigo. Un amor en estado puro. Una historia que no debe morir.
Un crimen. Un misterio. Un amor. El secreto de sus vidas está a punto de estallar.»
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Y la voz del pueblo avecina vientos de amor, vientos de gracias, vientos de poesía infundada en emociones y lágrimas, vientos de agua.
«Es una película muy bonita» me dice todo el mundo.
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¿Y qué digo yo ante tanta obviedad?
Simplemente que al “El secreto de sus ojos”, en mi opinión, le pierde su obviedad. Simple y obvio. Obvio como una mirada en una foto, como una puerta que se abre y se cierra, como una letra que falla en una máquina de escribir y en una palabra que se hacen dos. Bella metáfora del amor en su vertiente de nexo y su antítesis: la soledad. Pero esa obviedad en el drama romántico y la trama principal que da forma al thriller queda tapada por el nivel técnico, que nos regalan un excelente plano secuencia; en la puesta en escena documentos e informes que cubren dos de los tres tercios como si la justicia y el trabajo redujesen a esos personajes al mínimo. A ese achique que contradictoriamente agranda nuestros corazones.
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Posiblemente el secreto está en seguir los pasos previos del propio director; si lo anterior estaba inflado y sobrevalorado. Lo que es mejor y superior, como “El secreto de sus ojos”, también y en mayor medida.
«Lo único que nos quedan son recuerdos» nos repiten varias veces. De “El secreto de sus ojos” quedarán momentos hundidos en la recurrencia. El pasado debe permanecer enterrado pero Campanella desea revolver entre los muertos, entre el amor enterrado y sume (de sumisión) la propuesta a la obviedad. Ya lo dice todo en los títulos de los carteles: crimen, amor, escribir, morir y estallar. Como se dice en la propia película «Una pasión es una pasión. […] no puede cambiar... de pasión». Campanella, fiel a si mismo, juega lo de siempre. Dulce de leche entre intriga a granel y con pocas elecciones narrativas.
Dos sorpresas entre tanta obviedad: el primer plano de un pene con Oscar: deseo cumplido. La segunda, incumplida, en vez de TEMO y su resolución yo me esperaba algo a des-en-tono y soez para evitar tanta azúcar, almíbar, cursilería, obviedad como un TE-LA-MAMO. Mamados y mojados, desde luego, quedamos todos.
Ideas sin salida arrugadas en papel. Recuerdos esbozados en lo borroso y borrado. La ruptura como final imposible y posible. Es boceto que cobra vida como parte de un pasado sin presente en dos manos en cada lado del cristal.
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Y en los carteles de la película de Juan José Campanella reza:
«Un crimen sin resolver. Una historia de amor. Un final sin escribir.
Un crimen sin castigo. Un amor en estado puro. Una historia que no debe morir.
Un crimen. Un misterio. Un amor. El secreto de sus vidas está a punto de estallar.»
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Y la voz del pueblo avecina vientos de amor, vientos de gracias, vientos de poesía infundada en emociones y lágrimas, vientos de agua.
«Es una película muy bonita» me dice todo el mundo.
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¿Y qué digo yo ante tanta obviedad?
Simplemente que al “El secreto de sus ojos”, en mi opinión, le pierde su obviedad. Simple y obvio. Obvio como una mirada en una foto, como una puerta que se abre y se cierra, como una letra que falla en una máquina de escribir y en una palabra que se hacen dos. Bella metáfora del amor en su vertiente de nexo y su antítesis: la soledad. Pero esa obviedad en el drama romántico y la trama principal que da forma al thriller queda tapada por el nivel técnico, que nos regalan un excelente plano secuencia; en la puesta en escena documentos e informes que cubren dos de los tres tercios como si la justicia y el trabajo redujesen a esos personajes al mínimo. A ese achique que contradictoriamente agranda nuestros corazones.
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Posiblemente el secreto está en seguir los pasos previos del propio director; si lo anterior estaba inflado y sobrevalorado. Lo que es mejor y superior, como “El secreto de sus ojos”, también y en mayor medida.
«Lo único que nos quedan son recuerdos» nos repiten varias veces. De “El secreto de sus ojos” quedarán momentos hundidos en la recurrencia. El pasado debe permanecer enterrado pero Campanella desea revolver entre los muertos, entre el amor enterrado y sume (de sumisión) la propuesta a la obviedad. Ya lo dice todo en los títulos de los carteles: crimen, amor, escribir, morir y estallar. Como se dice en la propia película «Una pasión es una pasión. […] no puede cambiar... de pasión». Campanella, fiel a si mismo, juega lo de siempre. Dulce de leche entre intriga a granel y con pocas elecciones narrativas.
Dos sorpresas entre tanta obviedad: el primer plano de un pene con Oscar: deseo cumplido. La segunda, incumplida, en vez de TEMO y su resolución yo me esperaba algo a des-en-tono y soez para evitar tanta azúcar, almíbar, cursilería, obviedad como un TE-LA-MAMO. Mamados y mojados, desde luego, quedamos todos.
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