Dos son las películas a estrenar por el director malasio James Wan en 2013, la segunda parte de Insidious y la recién estrenada Expediente Warren: The Conjuring, el largometraje de terror que está en boca de todos estos días debido a la buena recepción crítica y de público, y unas recaudaciones excelentes casi sin precedente en el cine de género reciente -109 millones de dólares en USA sin acabar su explotación comercial, el coste es de 20-. Es el director de moda, un nuevo maestro del horror, aunque tras la próxima Insidious 2 tardará en ponerse a los mandos de otra cinta similar ¿La razón? Es el director escogido para dirigir The Fast & the Furious 7.

Protagonizan Vera Farmiga, Patrick Wilson -repitiendo con Wan tras Insidious-, Lili Taylor y Ron Livingston. Los dos primeros interpretan al matrimonio Warren del título, unos estudiosos de casos paranormales que aceptan un caso que les lleva a practicar un exorcismo a una casa maldita por un escabroso asunto de brujería del pasado. Allí viven los otros dos actores mencionados, el matrimonio interpretado por Taylor y Livingston -y sus cinco hijas-.

James Wan sigue en la senda de rememorar los grandes clásicos del terror del pasado, al igual que en Insidious o la menospreciada Silencio desde el Mal. The Conjuring desde el punto de vista de guión, es un refrito de El Exorcista, Poltergeist, El Ente, Al Final de la Escalera y muchas otras que a muchos nos acojonaron en la década de los ochenta. Original lo que se dice original no es.

La eficacia de la propuesta -porque la película, hay que decirlo, es buena- viene de la dirección de Wan y su saber hacer en la creación de atmósferas, tensión, y la elaboración de las mejores set pieces vistas en el cine de terror en tiempo. Excelente en los movimientos de cámara que indican una amenaza inminente y la constante sensación de que algún susto está al caer. Además, la construcción dramática de los personajes está bastante cuidada -algo raro en este tipo de cine- y se beneficia del talento de unos buenos actores -Farmiga, Wilson y la recuperada Lili Taylor-.

Expediente Warren adapta una historia real y lo hace convirtiéndose en, probablemente, la mejor película de terror de los últimos años.

James Wan se supera de una forma brutal. No sé dónde está el límite de este hombre, de verdad. En Dead Silence, con escasos medios, ya nos presentó su forma de enfocar el terror. En Insidious se consagró en el género (pese al rocambolesco final) y en Expediente Warren se convierte en uno de esos directores a los que gusta seguir para saber cuándo saldrá su siguiente trabajo. Wan prepara los sustos con una eficacia demoledora, una capacidad casi infinita para hacer del sonido estridente un don insuperable. James Wan acojona y mucho. El tipo da fe de haber mamado mucho cine de terror y en Expediente Warren se ven muchas de sus referencias (incluso hay tintes de Dead Silence), pero sin renunciar a sus propios "trucos", de gran originalidad. El cabronazo lo combina todo con pasmosa valentía y consigue que la sucesión de imágenes aterradoras no se convierta en un bucle sino que posea al espectador y se adueñe de su cuerpo hasta desgarrarle los músculos por la tensión. La película posee, además, una fotografía de bellísima factura de John R. Leonetti que contribuye y de qué manera a una ambientación oscura que desafía el valor del espectador y lo vence en varias ocasiones.

Vera Farmiga hace un trabajo glorioso. En sus ojos se ve el mal que ella siente y eso, tratándose de un personaje con la desgracia de ver visiones tan escabrosas, dice mucho en favor de la actriz. Lili Taylor interpreta al personaje con más matices de la película y el que más evoluciona y lo hace con una solvencia encomiable. Glorioso trabajo también el de Patrick Wilson, que muestra un aplomo y una sensatez interpretativa muy, muy interesante. Por último tenemos a Joey King, que aporta el trabajo más natural, totalmente acorde con su personaje, de la película.

Resumiendo, que es gerundio: como amante del cine, estoy oficialmente enamorado de Expediente Warren; como humano miedoso, la odio. En resumen, juntando las dos sensaciones que recorren mi cuerpo, el resultado es evidente: Expediente Warren es una genial película de terror.

Me encanta el cine de terror, digamos que veo practicamente todas las películas que salen, ya sean con mejores o peores críticas. Lo malo de este género es que es muy difícil dar con una buena película. De esas que no se olvidan. Pues bien, diría que el expediente warren es una de ellas, quizás no la mejor que he visto, pero sí de las mejores con mucha diferencia. Te mantiene en tensión prácticamente toda la película y no se ciñe a una mera historia con el típico fantasma pululando por una casa dando un par de sustos de vez en cuando como 14000 películas de ese estilo que puedes ver. El expediente Warren va más allá, entraña varias historias, con varias familias de por medio... en fín, una película totalmente recomendable, sobre todo para los que améis este género como yo.

Visto la publicidad y los cortes de la película nos no mintieron.
De principio a fin fue impactante supieron plasmar muy bien la historia de los Warren sin exceso de efectos especiales que aveces ridiculizan las películas.Explican algunas cosas de posesión y espiritus que son ciertas.
Lo unico negativo que veo es la muñeca anabella que no está como la verdadera.
En pocas palabras excelente para los amantes del genero.

Pues creo que es la película de fantasmas y seres malignos menos insulsa que he visto en lo que va de año, y eso que su argumento está más usado que un cagadero público en sanfermines pero aún así, la peli te atrapa porque está bien planificada, con mucho mimo, cuidando los detalles, con una trama que avanza poco a poco, sin prisas, sin abusar de lo predecible. Sin embargo hacia la mitad pierde cierta continuidad, a ratos deja de ser creíble y se precipita hacia el estándar (es que es muy difícil reinventar una de fantasmas). En cualquier caso la pongo un 6 porque le da mil vueltas a toda esa zarzuela de (1) monigotes pálidos que se deslizan por las escaleras como si fuesen caracoles, (2) gilipollas enmascarados cuchillo en mano que se dedican a mutilar crías en las fiestas de los institutos de iuesei y (3) mutógenos digitales del más allá intentando dar por saco al personal. De alguna manera me ha recordado a las películas de los 70-80 en las que apenas había efectos y duraban más los prolegómenos. Por fin asoma, aunque sea a ratos, un poco de "miedo del bueno" entre las butacas...
En resumen, no está mal aunque a ratos se les queme la salsa. El principio sobra.