Cuando ves la película en todo momento sabes que será su última lección, su última enseñanza, sus últimos 'Gonna fly now', 'Eye of the tiger', 'Going the distance'... y su último y sobretodo combate fuera y dentro del ring.

Para verla lo más importante de todo no es ir con la intención de ver una película normal, porque no, y menos esperar una buena película. Señoras y señores, es para cerrar la secuela de uno de los personajes del cine que pasará a los anales en todos nuestros corazones.

La película en sí, es emotiva, emocionante y deja todo en su sitio. Sí que es cierto que llevas toda la peli esperando a que llegue el gran combate pero con los flashbacks y saber que será la ultima vez de todo me quedo conforme. Además que la personalidad de Rocky Balboa no se ha perdido en ningun momento.

La recomiendo a los fans de Rocky, sino , no os molestéis en verla.

He estado a punto de llorar mientras la veía. Pero de pena, no de emoción. Lo que me ha ayudado a sobrellevarla ha sido debatirme entre quién tiene más cara de tarado, si Stallone o Rourke. Es lo que tiene pasarse con las hormonas. Al menos, el segundo sabe actuar. La película es de una torpeza que espanta, es una mera sucesión de todos los clichés de la serie (aunque no sé si estarán todos, porque me quedé en la tercera entrega, allá por mi tierna adolescencia), pero con el patético añadido de la senilidad, tanto física como mental, de su protagonista y alma mater. Al margen de que el argumento carece de la menor verosimilitud, el auto homenaje que se brinda Sly es la mejor muestra de que no siente ni las piernas ni el cerebro, y de que, cual Bela Lugosi, ha acabado creyéndose su propio personaje. Este epílogo, que esperemos sea también epitafio, convierte a la película original en una auténtica obra maestra. Sólo para fans de estrellas del músculo en fase terminal, que todavía quedan unos cuantos por ahí, según veo.

Más de 20 años después de que se estrenara la quinta parte de Rocky nos llega esta definitiva secuela de una de las sagas que más fama le ha reportado a Sylvester Stallone. El potro italiano no está ya para muchos trotes, obviamente, tanto dentro como fuera de la película ya que ésta puede ser considerada como una analogía de la carrera cinematográfica del actor-director.

Rocky Balboa es todo nostalgia. Nostalgia por una época y una forma de ser ya perdida que conforma una primera parte más que estimable y que el espectador no puede sino verla con una sonrisa dibujada pensando en la edad del protagonista. El filme se mueve por escenarios y situaciones ya recorridas para ver como ha cambiado todo en esta vida. Pero algo no termina hasta que uno no lo desea, según reza la película, por lo que Stallone Balboa está aún dispuesto a un último combate.

Da igual si Rocky pierde o vence esta pelea pues lo importante es ver como se levanta por muy duros que sean los golpes que recibe, tanto en el ring como en la vida. En definitiva una nostálgica mirada que conserva más dignidad que muchas de sus predecesoras y sirve de amable colofón a uno de los iconos del siglo XX.


Lo mejor: La nostalgia que desprende durante todo momento

Lo peor: Que se haya tenido que realizar ahora y no hace 20 años

La alquilé creyendo que iba a encontrarme con el refrito más vulgar de la historia...gracias a Dios no fue así, y Stallone levantó el paupérrimo nivel de sus presentaciones anteriores. Ahora insistió un poco más en el carácter de los personajes, en la fotografía, en la calidad escénica. Celebro el cambio de óptica (menos comercial, más emocional), y felicito al sufrido Rocky, que de una vez por todas parece abandonar el cuadrilátero.

Excelente película de Stallone que rescata la esencia y sencillez del personaje de la primera entrega, la cual ganó el Oscar a la Mejor Película. Efectos de cámara que nos dejarán boquiabiertos en este último combate de un ya jubilado Rocky Balboa que quiere desatar ese nudo que lleva dentro, soltar ese tigre. Recomiendo esta película a los nostálgicos del cine bueno. (Cfelix: Cine+ España)