Y van trece....

Trece obras nos han brindado los talentosos hermanitos, aquí permitiéndose un respiro tras la intensa No Country for Old Men. En esta ocasión, nos hallamos ante una comedia boba, una parodia de las pelis de espías, pero, mucho ojito, que detrás de toda esta banalidad están los Coen.
La trama es simple, un malentendido tras otro, a través de una serie de personajes que parecen infectados del virus de la estolidez supina. Más allá de las interpretaciones histriónicas (buscadas y provocadas) de superstars como Clooney, Pitt o Malkovich, se nos permite ver un buen puñado de esas cositas surrealistas y esperpénticas que tanto les gustan a sus responsables; así, vemos sonar pasos por unos pasillos interminables de un blanco nuclear, a los archijefazos de la CIA transmutados casi en Groucho y Chico, el juguetito del álter ego de George, Harry, a ese Manolo que descubre el CD que origina toda la movida, a ese diplomático ruso, Krapotkin, al que la información "tribal" que le ofrece Linda no le interesa demasiado, a la propia Linda (uff, qué tremenda está Frances), cuyo afán por la cirugía estética provocará una movida de aúpa, etc, etc. Ah, y todo ello sin dejar de destacar esa particularísima estructura narrativa de todas sus películas, ese librarse de personajes a través de la palabra, escamoteándonos las imágenes, esas sorpresillas por enmedio, la maravillosa música de Carter Burwell y la fotografía de Emmanuel Lubezki (sustituyendo al habitual colaborador de los Coen, Roger Deakins, que estaba ocupado en la última de Sam Mendes).
Lo mejor: el ritmo in crescendo de la peli, partiendo de un inicio un tanto desangelado y progresando hasta llegar al espléndido tramo final y esa parece que interminable capacidad de crear personajes grotescos.
Lo peor: que cuando veo una de los hermanitos, se me merma la capacidad crítica; soy fan absoluto y ejerzo de ello sin vergüenza.

Sin duda, son peculiares estos Coen, pero de una manera que engancha y te hace ir al cine cada vez que estrenan una de sus películas. En este caso, como en 'Crueldad intolerable', hay un tono de comedia sarcástico, idiota y dulce, a la vez, que te hace salir de la sala con una sonrisa agradable, reconfortante y perdurable. Coincido en que auizás sea un poco lenta al principio, pero pasados esos minutos de presentación de personajes y contexto el ritmo sube lo justo para deleitarse con las situaciones y las magníficas interpretaciones, sobre todo de Malkovich y un espléndido Brad Pitt que ya se ha ganado mi total respeto y crédito como actor.
Una delicia.

Y no es que considere a la comedia un género menor: todo lo contrario, de hecho. Pero esta película es un pequeña frivolidad, intrascendente, menor; y lo es conscientemente.

Así, los Coen nos deleitan, como extrapolando muchas situaciones una tontuna romántica al "subgénero CIA", con un enredo de espías que surge de la más nimia de las pequeñeces y se va liando en una espiral que ningún personaje llega a comprender muy bien del todo.

Le cuesta arrancar, es cierto: hay muchos personajes y quizás el tono descriptivo de principio no hace presagiar lo que vemos después, pero en cuanto se pone en marcha todo funciona como un reloj... que salta de hora en hora aleatoriamente.

Hay que destacar, por encima de todo la actuación de Brad Pitt, ganado para la causa cómica por su descojonante composición; bien es cierto que su personaje es excesivo y muy agradecido, pero él lo clava. Los demás están muy bien, quizás un poco peor de lo esperado John Malkovich al que, al contrario que Pitt, le toca bailar con la más fea.

Hay gags para el recuerdo ("esa" llamada de teléfono o la conversación final, por poner un ejemplo) y en general la sensación es de estar ante una cinta hecha con cuidado y ganas. Al final hay una elipsis muy coeniana que a mí me convence poquito, pero no empaña para nada el resultado.

Que es notable, a todo esto. Muy recomendable para ver, divertirse y olvidarse a las dos semanas. Pude que hasta el título sea una declaración de intenciones.

Impecable Brad Pitt en este papel que le brindan los Coen, a mi entender lo mejor de la película y suficiente para ir al cine a ver esta locura de los Coen que una vez más consiguen que lo absurdo tome lógica e incluso veamos algunos reflejos en nuestro día a día, sino vean y juzguen por ustedes mismos. No es mejor que "el nota", pero Brad Pitt y Frances McDomand se salen!

Divertimento en el que todo es humor, oculto bajo una capa de seriedad, donde algunas situaciones darían pie a gags, pero se elude siquiera intentarlo. El reparto es magnífico con Clooney, Malkovich y McDormand como los mejores, si bien los Coen se han tomado tan relajadamente el producto que parece más liviano de lo que podría ser.

Con el enredo de los hechos es cuando aparece más fuertemente su toque, aunque después la cuerda se vuelve a aflojar, se pisa el freno, y esto sorprende, con tantos buenos personajes, diálogos y destellos de gracia.

El resultado queda equidistante de la comedia, la parodia, el esperpento o la crítica, en ese lugar donde a los Coen les gustar estar, que les diferencia, caracteriza y define, pero con un poco menos gancho que en lances anteriores.