El conjuro 2
2016 

6.5
24,882
Terror
Secuela de la exitosa "Expediente Warren" (2013) que presenta un caso real de los renombrados demonólogos Ed y Lorraine Warren. Para resolverlo viajan al norte de Londres para ayudar a una madre soltera que vive con sus cuatro hijos en una casa plagada de espíritus malignos. (FILMAFFINITY)
3 de febrero de 2019
3 de febrero de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
James Wan tiene una formula creada para asustarnos, con esta película lo demuestra. No es apta para frágiles de corazón. Si la ves -acompañado o solo- experimentaras el miedo de verdad. Las actrices son muy buenas y transmiten muy bien el miedo.
"NO ES REAL, NO ES REAL", si esa ha sido toda mi noche. Me tapaba con la sabana para que la monja no me atrape. Cuando llegué a casa y vi el sillón me asusté. Vi una cabaña de los indios en el Parque Warner y me tiré al agua para que el hombre retorcido no me atrapara.
Sí, los Warren podrían ser uno de los mejores amores del cine actual.
¿A alguien más se le ha pegado la cancion de "Cant Help Falling In Love" de Elvis?
"NO ES REAL, NO ES REAL", si esa ha sido toda mi noche. Me tapaba con la sabana para que la monja no me atrape. Cuando llegué a casa y vi el sillón me asusté. Vi una cabaña de los indios en el Parque Warner y me tiré al agua para que el hombre retorcido no me atrapara.
Sí, los Warren podrían ser uno de los mejores amores del cine actual.
¿A alguien más se le ha pegado la cancion de "Cant Help Falling In Love" de Elvis?
13 de marzo de 2020
13 de marzo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Expediente Warren 2: El Caso Enfield" es una brillante y efectiva secuela dirigida por James Wan. Antes del estreno siquiera de “The Conjuring”, que se convertiría en todo un éxito y en un punto de referencia en el cine de terror de la segunda década del nuevo milenio, James Wan confirmó que ya se encontraba en etapa de desarrollo de una secuela directa, con la misma dupla de guionistas, Chad y Carey Hayes y él mismo en la dirección. Al mismo tiempo, confirmaría a la pareja protagónica conformada por Vera Farmiga y Patrick Wilson como el matrimonio Warren. Uno de los méritos del film, será la acertada amalgama de subtramas, que flirtean con la trama principal, la del Poltergiest de Enfield, sin por ello mostrarse como un mero relleno o un ejercicio vacío de narración cinematográfica. Estas subtramas nos ofrecen una nueva oportunidad para contextualizar la vida y obra de este dúo de heroicos investigadores paranormales, puntualmente el caso de Amityville y el del demonio Valak y la figura de la monja, y el peligro inminente de la actividad paranormal para los Warren.
La primera subtrama, hace referencia al caso o polémica más importante en la carrera de los Warren, el de la familia Lutz y los espíritus diabólicos que los atormentaron durante un mes, luego de la masacre perpetrada por Ronald DeFeo Jr. en 1974 en contra de su propia familia. La película aborda inteligentemente, la perspectiva de los escépticos, una que no siempre es incluida en los filmes de posesiones y demonios, y que el director no deja pasar, a propósito de las constantes polémicas sobre fraude que los Warren debieron enfrentar en sus vidas. La segunda subtrama, con Wan involucrado en labores de producción, como vehículo narrativo para explicar la verdadera fuerza antagónica de la cinta, que permite volverse más dinámica hacia el clímax y explorar las posibilidades que el mismo relato ofrece. El demonio Valak asoma entonces como una fuerza mucho más agresiva e incontenible y, por tanto, una fuerza antagónica mucho más difícil de conjurar que requerirá que los protagonistas, pongan incluso en juego sus propias vidas, al hacer frente a entidades que sólo un exorcista se atrevería a enfrentar. Y, en tercer lugar, ligado fuertemente con el punto anterior, el hecho de que los Warren expongan ciertamente su integridad más por una cuestión de deber moral que otra cosa. No cabe duda que se trata de una dramatización orientada a representar al matrimonio como verdaderos héroes que gustan de ayudar a la gente no por una cuestión de fama o dinero, sino por una cuestión de profunda conciencia y respeto por los dones recibidos (en especial, Lorraine).
Por otra parte, hay un par de elementos narrativos que esboza pero a los cuales no saca mayor provecho, como la caída del Partido Laborista y el advenimiento de Margaret Thatcher (1979-1990), un elemento que podría haber dado un mejor contexto a la situación de pobreza de la familia Hogdson y tantas otras, reflejo de la violencia económica del contexto, o el proceso de ridiculización del caso que incluso fue mucho más interesante que el mismo incidente, y que el director decide dejar de lado más por una cuestión de evitar un autosabotaje que otra cosa, siendo que pudo haber constituido un aliciente que reforzara la tesis sobrenatural de la película, aunque no hay que olvidar que el trabajo de Wan no es probar o no probar si el caso del Poltergeist Enfield fue real o no, si no más bien presentarlo como una opción válida de entretención de una película de terror. La cinta tiene un mejor trabajo técnico que su precuela, en donde destaca especialmente el trabajo de cámara de James Wan, quién demuestra saber cómo generar tensión con y sin ausencia de formas sobrenaturales en escena, aunque abuse un poco de este manejo al principio, durante la construcción narrativa, se entiende que para reservar visualmente lo mejor para más adelante.
Las actuaciones son inmejorables, Patrick Wilson y Vera Farmiga están impecables, demuestran tener un mejor a fiato al interpretar al matrimonio Warren y una mayor credibilidad como investigadores de lo sobrenatural y diabólico, muy a pesar de que se les idealice como campeones de la luz. Frances O’Connor en tanto, es Peggy, la madre y pilar de los Hodgson, actriz que inevitablemente hace recordar a Lili Taylor en la precuela, teniendo un personaje muy similar, lo que le resta identidad a su performance. Simon McBurney interpreta a Maurice Groose, el parasicólogo británico que lleva el caso en Inglaterra. Mientras que Franka Potente a la escéptica trabajadora social Anita Gregory, que sostiene que el caso se trata de un simple fraude. Bonnie Aarons entre tanto, encarna a Valak en su forma de monja y al fantasma del anciano, respectivamente. Sin embargo, la joven Madison Wolfe es quien regala la mejor interpretación del film, como Janet Hodgson, la chica que es poseída por Valak.
En definitiva, una brillante y efectiva secuela, que en líneas generales tiene un nivel más o menos similar a su precuela. Tengo la total y absoluta certeza de que esta película es la definitiva del cine de terror. No se me ocurre una manera de mejorarla, tiene un guión de hierro, unas interpretaciones sublimes y, por si fuera poco, está todo tan bien orquestado que no puedes parar quieto en la butaca ni un momento. Una atmósfera prodigiosa, todo da miedo, hasta la música pone los pelos de punta. Invita a la reflexión tras el visionado, con temas secundarios como la importancia de la familia, el papel de la iglesia, la misma creencia religiosa y cuestionar si de verdad estamos acompañados por presencias, el estar basada en hechos reales ayuda a ello.
La primera subtrama, hace referencia al caso o polémica más importante en la carrera de los Warren, el de la familia Lutz y los espíritus diabólicos que los atormentaron durante un mes, luego de la masacre perpetrada por Ronald DeFeo Jr. en 1974 en contra de su propia familia. La película aborda inteligentemente, la perspectiva de los escépticos, una que no siempre es incluida en los filmes de posesiones y demonios, y que el director no deja pasar, a propósito de las constantes polémicas sobre fraude que los Warren debieron enfrentar en sus vidas. La segunda subtrama, con Wan involucrado en labores de producción, como vehículo narrativo para explicar la verdadera fuerza antagónica de la cinta, que permite volverse más dinámica hacia el clímax y explorar las posibilidades que el mismo relato ofrece. El demonio Valak asoma entonces como una fuerza mucho más agresiva e incontenible y, por tanto, una fuerza antagónica mucho más difícil de conjurar que requerirá que los protagonistas, pongan incluso en juego sus propias vidas, al hacer frente a entidades que sólo un exorcista se atrevería a enfrentar. Y, en tercer lugar, ligado fuertemente con el punto anterior, el hecho de que los Warren expongan ciertamente su integridad más por una cuestión de deber moral que otra cosa. No cabe duda que se trata de una dramatización orientada a representar al matrimonio como verdaderos héroes que gustan de ayudar a la gente no por una cuestión de fama o dinero, sino por una cuestión de profunda conciencia y respeto por los dones recibidos (en especial, Lorraine).
Por otra parte, hay un par de elementos narrativos que esboza pero a los cuales no saca mayor provecho, como la caída del Partido Laborista y el advenimiento de Margaret Thatcher (1979-1990), un elemento que podría haber dado un mejor contexto a la situación de pobreza de la familia Hogdson y tantas otras, reflejo de la violencia económica del contexto, o el proceso de ridiculización del caso que incluso fue mucho más interesante que el mismo incidente, y que el director decide dejar de lado más por una cuestión de evitar un autosabotaje que otra cosa, siendo que pudo haber constituido un aliciente que reforzara la tesis sobrenatural de la película, aunque no hay que olvidar que el trabajo de Wan no es probar o no probar si el caso del Poltergeist Enfield fue real o no, si no más bien presentarlo como una opción válida de entretención de una película de terror. La cinta tiene un mejor trabajo técnico que su precuela, en donde destaca especialmente el trabajo de cámara de James Wan, quién demuestra saber cómo generar tensión con y sin ausencia de formas sobrenaturales en escena, aunque abuse un poco de este manejo al principio, durante la construcción narrativa, se entiende que para reservar visualmente lo mejor para más adelante.
Las actuaciones son inmejorables, Patrick Wilson y Vera Farmiga están impecables, demuestran tener un mejor a fiato al interpretar al matrimonio Warren y una mayor credibilidad como investigadores de lo sobrenatural y diabólico, muy a pesar de que se les idealice como campeones de la luz. Frances O’Connor en tanto, es Peggy, la madre y pilar de los Hodgson, actriz que inevitablemente hace recordar a Lili Taylor en la precuela, teniendo un personaje muy similar, lo que le resta identidad a su performance. Simon McBurney interpreta a Maurice Groose, el parasicólogo británico que lleva el caso en Inglaterra. Mientras que Franka Potente a la escéptica trabajadora social Anita Gregory, que sostiene que el caso se trata de un simple fraude. Bonnie Aarons entre tanto, encarna a Valak en su forma de monja y al fantasma del anciano, respectivamente. Sin embargo, la joven Madison Wolfe es quien regala la mejor interpretación del film, como Janet Hodgson, la chica que es poseída por Valak.
En definitiva, una brillante y efectiva secuela, que en líneas generales tiene un nivel más o menos similar a su precuela. Tengo la total y absoluta certeza de que esta película es la definitiva del cine de terror. No se me ocurre una manera de mejorarla, tiene un guión de hierro, unas interpretaciones sublimes y, por si fuera poco, está todo tan bien orquestado que no puedes parar quieto en la butaca ni un momento. Una atmósfera prodigiosa, todo da miedo, hasta la música pone los pelos de punta. Invita a la reflexión tras el visionado, con temas secundarios como la importancia de la familia, el papel de la iglesia, la misma creencia religiosa y cuestionar si de verdad estamos acompañados por presencias, el estar basada en hechos reales ayuda a ello.
17 de noviembre de 2020
17 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una muy buena dirección de James Wan. Piruetas con la cámara, planos medidos y equilibrados reconvertidos en cuadros por nuestro realizador, y un gusto por el fotograma que deja mucho entrever el director de "Saw".
La música también es un gran acierto (la intrigante y férrea secuencia del cuadro) de El caso Enfield y consigue levantar aún más el metraje en momentos algo más tranquilos.
Lo curioso es, que esta película es un producto cinematográfico de terror destinado al gran público. Quiere [la cinta] empatizar con todos, y eso, creo, no es posible. James Wan sabe muy bien qué tiene entre manos y quién lo va a ver, y aún reconociendo que el personaje de la madre, los hijos (los Warren, que son personajes muy interesantes, pero realmente a mí... no), o de ese "doctor" o lo que sea que fuera me haya gustado, El conjuro 2 se sostiene únicamente de su dirección (que ya he dicho qué opino de ella) y... puede que también de dos arcos argumentales como lo son la madre y la hija. El resto es humo. De modo que sí, esto es peccata minuta, incluso teniendo en cuenta su dirección y (voy a decirlo) y la autoría de James Wan.
No sé si termino de aceptar un recurso genérico en este tipo de cine como lo es la niña hablando como si el, me descuadra visualmente, me echa un poco hacía atrás, francamente. Y por contrario no me echa para atrás (se trata de un curioso fotograma, desde mi punto de vista) el momento en que ésa monja levanta su brazo derecho (tal y como nosotros lo vemos) señalando algo con su dedo índice. Como también (y ya que estamos, aunque tiene muchos más) el justo cuando Loraine recuerda dónde apuntó el nombre del demonio (que es cuando, la cámara, baja verticalmente, con el rostro de Farmiga -que por cierto, hablando del personaje de Loraine Warren, su ropa...la vestimenta utilitaria que siempre le es empleada en esta saga, es muy interesante- centrado de forma perfecta, y prosigue con aproximación de plano hacía el rostro de Loraine), o, el momento árbol donde Wan hace uso del plano cenital con movimiento rotativo mientras desciende la cámara para concluir en contrapicado junto al duramen puntiagudo (la parca puede ser representada de muchas maneras y esto, también tiene un significado) del árbol mostrado previamente (¿guiño, de algún modo, a "La profecía"?) situando la atención en la niña y Ed que se encuentran más arriba. Y también digo, que tiene muy buenos planos de cámara de nuestra protagonista (min 38 -38:50, ahi tenéis a Wan haciendo de las suyas-, 53, 1:18:51, 1:19:53, 1:48:54...), Madison Wolfe, donde la volvimos a ver en "I Kill Giants", 2017, peli infantil curiosa. Quiero verla en más papeles.
En lo referido a su trama, planteo lo siguiente:
O bien me haces una película con la madre, u otra de los Warren investigando otro caso. El foco de atención no está claro, es difuso. ¿Qué nos quiere contar realmente El caso Enfield?
El guión, en resumidas cuentas (y por contrario que pueda parecer debido a sus eficaces diálogos), no está bien escrito.
No. Sí lo está. Corrigo.
Lo que debe tenerse en cuenta es qué pretensiones tiene un cinta cinematográfica.
Porque esto, se quiera ver o no, es cine comercial. Atracción de masas. No te va a "dar asco" ver El conjuro 2, y esto que digo, para que Wan pueda ejercer su labor propia como autor de terror (como cualquier otro autor/a de cine) , debe cumplir ciertos requisitos para que las ventanas de explotación le sean favorables, y para que el público que se disponga a visionarla la vea cómodamente, sin tener que fruncir el ceño.
Y con esto no estoy diciendo que el cine comercial no sea bueno, ni tampoco malo, simplemente digo, que todos ganaríamos más (y así lo creo) si tuvieramos el hábito de abrir puertas y contemplar otro tipo de dinámicas cinematográficas, porque allí es donde habita el enriquecedor lenguaje cinemático.
A favor voy a decir, como ya comentaba desde el principio, que Wan construye un contundente y tenso climax final (y ahí tenemos la atención total del espectador) donde más brilla su directiva y la variación rica en planos (el momento árbol, la entrada de Ed en cierta habitación mostrándose en un segundo plano donde reina a su izquierda el rostro de la niña), con momentos muy potentes a nivel visual. Nivel fotográfico.
Tiene, y quisiera no dejar de mencionarlo, cámara al hombro en muchas escenas intrigantes para que resida la inquietud en el acto (un ejemplo de cuando hace su aparición el gigante flacucho del bastón, imaginería... destinada al público), que también es una buena forma de simular la acción en vivo. Y está bien empleada. Porque seguidamente, notas el travelling haciendo su trabajo.
Y... su historia, que en parte es interesante, mera excusa en el momento de su estreno para celebrar la nueva entrega de la franquicia de terror más conocida y rentable ahora mismo, Expediente Warren, con el fin de seguir desarrollando la amistad con el espectador y sobretodo hacer caja. A menudo con espectador jóven adolescente. Muy a menudo, de hecho.
Mi nota real sería un 6, pero amo el cine de terror (sobretodo si está bien hecho), y por mis cojones voy a cascarle un 7.
Dos horas de película gente. Ha pesar de lo comentado, me parece una... buena cinta de terror.
La música también es un gran acierto (la intrigante y férrea secuencia del cuadro) de El caso Enfield y consigue levantar aún más el metraje en momentos algo más tranquilos.
Lo curioso es, que esta película es un producto cinematográfico de terror destinado al gran público. Quiere [la cinta] empatizar con todos, y eso, creo, no es posible. James Wan sabe muy bien qué tiene entre manos y quién lo va a ver, y aún reconociendo que el personaje de la madre, los hijos (los Warren, que son personajes muy interesantes, pero realmente a mí... no), o de ese "doctor" o lo que sea que fuera me haya gustado, El conjuro 2 se sostiene únicamente de su dirección (que ya he dicho qué opino de ella) y... puede que también de dos arcos argumentales como lo son la madre y la hija. El resto es humo. De modo que sí, esto es peccata minuta, incluso teniendo en cuenta su dirección y (voy a decirlo) y la autoría de James Wan.
No sé si termino de aceptar un recurso genérico en este tipo de cine como lo es la niña hablando como si el, me descuadra visualmente, me echa un poco hacía atrás, francamente. Y por contrario no me echa para atrás (se trata de un curioso fotograma, desde mi punto de vista) el momento en que ésa monja levanta su brazo derecho (tal y como nosotros lo vemos) señalando algo con su dedo índice. Como también (y ya que estamos, aunque tiene muchos más) el justo cuando Loraine recuerda dónde apuntó el nombre del demonio (que es cuando, la cámara, baja verticalmente, con el rostro de Farmiga -que por cierto, hablando del personaje de Loraine Warren, su ropa...la vestimenta utilitaria que siempre le es empleada en esta saga, es muy interesante- centrado de forma perfecta, y prosigue con aproximación de plano hacía el rostro de Loraine), o, el momento árbol donde Wan hace uso del plano cenital con movimiento rotativo mientras desciende la cámara para concluir en contrapicado junto al duramen puntiagudo (la parca puede ser representada de muchas maneras y esto, también tiene un significado) del árbol mostrado previamente (¿guiño, de algún modo, a "La profecía"?) situando la atención en la niña y Ed que se encuentran más arriba. Y también digo, que tiene muy buenos planos de cámara de nuestra protagonista (min 38 -38:50, ahi tenéis a Wan haciendo de las suyas-, 53, 1:18:51, 1:19:53, 1:48:54...), Madison Wolfe, donde la volvimos a ver en "I Kill Giants", 2017, peli infantil curiosa. Quiero verla en más papeles.
En lo referido a su trama, planteo lo siguiente:
O bien me haces una película con la madre, u otra de los Warren investigando otro caso. El foco de atención no está claro, es difuso. ¿Qué nos quiere contar realmente El caso Enfield?
El guión, en resumidas cuentas (y por contrario que pueda parecer debido a sus eficaces diálogos), no está bien escrito.
No. Sí lo está. Corrigo.
Lo que debe tenerse en cuenta es qué pretensiones tiene un cinta cinematográfica.
Porque esto, se quiera ver o no, es cine comercial. Atracción de masas. No te va a "dar asco" ver El conjuro 2, y esto que digo, para que Wan pueda ejercer su labor propia como autor de terror (como cualquier otro autor/a de cine) , debe cumplir ciertos requisitos para que las ventanas de explotación le sean favorables, y para que el público que se disponga a visionarla la vea cómodamente, sin tener que fruncir el ceño.
Y con esto no estoy diciendo que el cine comercial no sea bueno, ni tampoco malo, simplemente digo, que todos ganaríamos más (y así lo creo) si tuvieramos el hábito de abrir puertas y contemplar otro tipo de dinámicas cinematográficas, porque allí es donde habita el enriquecedor lenguaje cinemático.
A favor voy a decir, como ya comentaba desde el principio, que Wan construye un contundente y tenso climax final (y ahí tenemos la atención total del espectador) donde más brilla su directiva y la variación rica en planos (el momento árbol, la entrada de Ed en cierta habitación mostrándose en un segundo plano donde reina a su izquierda el rostro de la niña), con momentos muy potentes a nivel visual. Nivel fotográfico.
Tiene, y quisiera no dejar de mencionarlo, cámara al hombro en muchas escenas intrigantes para que resida la inquietud en el acto (un ejemplo de cuando hace su aparición el gigante flacucho del bastón, imaginería... destinada al público), que también es una buena forma de simular la acción en vivo. Y está bien empleada. Porque seguidamente, notas el travelling haciendo su trabajo.
Y... su historia, que en parte es interesante, mera excusa en el momento de su estreno para celebrar la nueva entrega de la franquicia de terror más conocida y rentable ahora mismo, Expediente Warren, con el fin de seguir desarrollando la amistad con el espectador y sobretodo hacer caja. A menudo con espectador jóven adolescente. Muy a menudo, de hecho.
Mi nota real sería un 6, pero amo el cine de terror (sobretodo si está bien hecho), y por mis cojones voy a cascarle un 7.
Dos horas de película gente. Ha pesar de lo comentado, me parece una... buena cinta de terror.
22 de noviembre de 2023
22 de noviembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda entrega de la cruzada del matrimonio Warren para erradicar demonios y espíritus asquerosos que hacen la vida imposible a familias de corte, hasta ahora, humilde. Los mimbres son los mismos que los de la “The Conjuring” fundacional, conservando director, guionostas y protagonistas, por lo que la película mantiene una acertada línea continuista. Si funciona, ¿para qué cambiar?. Quizá pierde algo de frescura y algunos elementos pueden empezar a resultar reiterativos pero, nuevamente, estamos ante una película de terror moderno dirigida a un público inteligente con el que James Wan siempre sabe conectar.
Perfectamente integrada en el Universo Warren, “El caso Enfield” destaca por una trama solvente ejecutada con un perfecto equilibrio entre entretenimiento y recreación creíble. Hay más concesiones al espectador que quiere acción, con más sustos y más presencia paranormal, pero conserva el tono serio y riguroso del que no quiere caer en el morbo o en el sensacionalismo con el que muchas veces se abordan los temas. En ese sentido, la película sabe pivotar entre diferentes enfoques de la demonología según la trama va pidiendo una perspectiva más científica, más religiosa o más alternativa… pero siempre manteniendo mucha prudencia y mucho respeto hacia todas las sensibilidades.
Poco más que decir. James Wan y su equipo parecen haber dado con la fórmula para llevar a la pantalla todos los casos que los Warren han afrontado en sus carreras y con todos ellos captarán el interés del espectador que sabe que le van a enseñar toda clase de fenómenos de una manera comprensible y creible, con películas que se hacen querer por su dimensión artística y como forma de pasar un rato entretenido.
Perfectamente integrada en el Universo Warren, “El caso Enfield” destaca por una trama solvente ejecutada con un perfecto equilibrio entre entretenimiento y recreación creíble. Hay más concesiones al espectador que quiere acción, con más sustos y más presencia paranormal, pero conserva el tono serio y riguroso del que no quiere caer en el morbo o en el sensacionalismo con el que muchas veces se abordan los temas. En ese sentido, la película sabe pivotar entre diferentes enfoques de la demonología según la trama va pidiendo una perspectiva más científica, más religiosa o más alternativa… pero siempre manteniendo mucha prudencia y mucho respeto hacia todas las sensibilidades.
Poco más que decir. James Wan y su equipo parecen haber dado con la fórmula para llevar a la pantalla todos los casos que los Warren han afrontado en sus carreras y con todos ellos captarán el interés del espectador que sabe que le van a enseñar toda clase de fenómenos de una manera comprensible y creible, con películas que se hacen querer por su dimensión artística y como forma de pasar un rato entretenido.
14 de mayo de 2024
14 de mayo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy común decir que segundas partes no son buenas a la hora de disfrutar del cine, que la película original siempre es mucho mejor que las posibles secuelas que le siguen, pero en este caso en concreto tengo que admitir que esta segunda parte de "Expediente Warren" es muy fuerte, está muy bien realizada y es otra de las mejores películas de terror puro de los últimos años, como también lo fue en su momento la primera.
Se pasa realmente mal con ella, se nota que su director, James Wan, creador de la saga "Saw", se encuentra en su salsa en ente tipo de cine, y está francamente bien realizada, contando para ello, de nuevo, con esa pareja con gran química en pantalla formada por Patrick Wilson y Vera Farmiga como los Warren. Ambos están, una vez más, bastante correctos como esa pareja de demonólogos que se trasladan en esta ocasión a Enfield, en Inglaterra, para intentar asistir a una familia que, como los Perron en la primera parte, están sufriendo el maltrato de espíritus en su humilde casa.
En 1977, año en el que ocurrieron los hechos descritos en esta película, hubo bastante escándalo, ya que dudaban de la veracidad de todo lo que contaban las dos hijas mayores de la familia, quienes acabarían reconociendo años más tarde que se inventarían un 2% de lo que relataron con respecto a sus vivencias con los espíritus de la casa, pero aún así, se considera el caso Enfield como uno de los casos de eventos paranormales más documentados de la historia.
Como madre de familia cuenta Wan con la veterana Frances O´Connor, estupenda actriz poco valorada que saca petróleo de su personaje. Y como sufridora número uno de los maltratos del mundo paranormal tenemos a una pequeña de 11 años en aquel momento llamada Madison Wolfe, a quien le cambiaron completamente el look. Niña rubia de ojos claros, pasó a ser morena y con ojos castaños y cambión su acento americano por el británico de manera bestial, así que bravo por ella porque le ha dado un punto enorme a favor de la película.
Y si la niña está soberbia qué puedo decir de Bonnie Aarons, actriz con un rostro muy especial que da vida al demonio Valak escondido en el cuerpo de una monja. Este personaje y el del hombre mayor, antiugo propietario de la casa donde vive la humilde familia son los que me ponen los pelos de punta y son todo un acierto.
Muy recomendable para todo amante del buen cine de terror.
Un saludo,
Tess
Se pasa realmente mal con ella, se nota que su director, James Wan, creador de la saga "Saw", se encuentra en su salsa en ente tipo de cine, y está francamente bien realizada, contando para ello, de nuevo, con esa pareja con gran química en pantalla formada por Patrick Wilson y Vera Farmiga como los Warren. Ambos están, una vez más, bastante correctos como esa pareja de demonólogos que se trasladan en esta ocasión a Enfield, en Inglaterra, para intentar asistir a una familia que, como los Perron en la primera parte, están sufriendo el maltrato de espíritus en su humilde casa.
En 1977, año en el que ocurrieron los hechos descritos en esta película, hubo bastante escándalo, ya que dudaban de la veracidad de todo lo que contaban las dos hijas mayores de la familia, quienes acabarían reconociendo años más tarde que se inventarían un 2% de lo que relataron con respecto a sus vivencias con los espíritus de la casa, pero aún así, se considera el caso Enfield como uno de los casos de eventos paranormales más documentados de la historia.
Como madre de familia cuenta Wan con la veterana Frances O´Connor, estupenda actriz poco valorada que saca petróleo de su personaje. Y como sufridora número uno de los maltratos del mundo paranormal tenemos a una pequeña de 11 años en aquel momento llamada Madison Wolfe, a quien le cambiaron completamente el look. Niña rubia de ojos claros, pasó a ser morena y con ojos castaños y cambión su acento americano por el británico de manera bestial, así que bravo por ella porque le ha dado un punto enorme a favor de la película.
Y si la niña está soberbia qué puedo decir de Bonnie Aarons, actriz con un rostro muy especial que da vida al demonio Valak escondido en el cuerpo de una monja. Este personaje y el del hombre mayor, antiugo propietario de la casa donde vive la humilde familia son los que me ponen los pelos de punta y son todo un acierto.
Muy recomendable para todo amante del buen cine de terror.
Un saludo,
Tess
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