Decir que "Los Simpson" es la mejor serie de televisión que jamás se haya emitido es, posiblemente, una exageración, pero no una exageración desorbitada; sus guiones, su humor, sus homenajes, la psicología de sus personajes, han hecho de ella todo un clásico y un icono imitado por doquier (a veces con éxito, como en "Padre de familia"), pero inalcanzable. Y aunque en las últimas tres o cuatro temporadas la serie haya sufrido una apreciable merma en su calidad, sus incondicionales seguimos fieles a la pantalla, esperando tiempos mejores.

Esos tiempos no van a llegar, evidentemente, de la mano de este largometraje, rodado en los peores momentos de la serie y consecuencia lógica de esta época de vacas flacas. Si la inmensa mayoría de los nuevos episodios de la serie son lisa y llanamente desilusionantes, este capítulo alargado y extendido llega incluso a ser aburrido, con contados instantes destacables, escaso ingenio y demasiada moralina.

No sé a ciencia cierta qué está pasando con la serie y, por ende, con la película; mi teoría particular es que los guiones se han vuelto, en cierta forma, más adultos, intentando, supongo, mantener el interés de la generación que cayó rendida a los pies del televisor, sin percibir que sufrimos todos el síndrome de Peter Pan, y, como Maggie, nos negamos a crecer. Sea como sea, el caso es que, sin haber cambiado nada, todo ha cambiado, y esta película no es más que el punto más bajo de una caída libre iniciada hace ya algún tiempo.

En fin, esperemos que sea también un punto de inflexión. Si no, siempre nos quedará Springfield....

Veinte años han tenido que esperar los incondicionales de esta formidable serie de animación para disfrutar de su salto a la pantalla grande. Y la mayoría de ellos se han sentido, en parte, decepcionados.
El paso de una serie mítica en la historia de la televisión mundial debería haber sido algo escrito con mayúsculas; algo a la altura de 20 años de episodios mágicos y redondos (de los que un 95% de los españoles reconocen haber visto alguno, que se dice pronto), amén de la unión de todas las cabezas pensantes para un mismo episodio de 90 minutos de duración. Y eso es tal vez lo peor de todo. Que el espectador salga del cine creyendo que ha visto un capítulo más, algo más extenso de lo normal y con mejor acabado técnico, pero poco más.
La primera media hora del film, sin duda lo mejor, consiste en la puesta en escena de la situación que desencadena el argumento principal. Es lo mejor porque incluye a los Simpsons dentro de la idiosincrasia de Springfield, y donde Springfield es, com en los mejores episodios de la serie, un personaje en sí mismo.
Más adelante, el film decae, sufre altibajos y acaba por definirse como un episodio normal, con desenlace un tanto más espectacular.
Es una película entretenida, divertida, que hacer reír y que no engaña a los fans de serie. Tal vez lo peor que se puede decir de ella es existan episodios más graciosos y completos que esta película en su conjunto.

Esta película, muy esperada por los fans de los Simpson (incluyéndome), nos despertaba esa sensación de volver a ver esos personajes amarillos de sus primeras temporadas. Con ese humor que los caracteriza: sarcástico, fresco y original y que han perdido un poco en estas ultimas temporadas pero valla que no defraudo.

De principio a fin tiene un guión que no aburre y tiene muchas escenas cómicas por las cuales valen la pena pagar la entrada del cine. Sinceramente no me decepciono, cosa que si lo han hecho algunos capítulos desde que cambiaron las voces, y ese es el detalle que le encuentro a esta película, las voces.

Si tuvieran las voces originales que tenían al menos en Latinoamérica hubiera sido un 10 absoluto. Un rotundo éxito.

Bueno a quién se le ocurriria la genial idea de hacer una película de una serie de 18 temporadas a 20 capítulos por temporada que es igual a 360 capítulos aproximadamente. El resultado es una película que solo se ve por curiosidad y porque todo el mundo conoce los simpson, simplmente la película es un capítulo de hora y media, ni nada del otro mundo pero tampoco algo malo para lo que podía haber sido.

La película es entretenida, pero, sinceramente, prefiero la serie.
Homer sigue haciendo de las suyas (al menos no le han quitado eso). Aunque no me acostumbro a la versión de ordenador. Es tan... artificial.
Puede parecer una película infantil, que desde cierto punto lo es, pero es para verla en familia. De hecho, fui a verla con mi padre y mi hermana pequeña.
Te ríes mucho y no te aburres como con otras películas.
Me alegro mucho de que Homer Simpson siga haciendo de las suyas, sin perder la gracia que le caracteriza desde hace 20 años.