Desde el principio emocionando, inspirando y haciéndote reir. He llorado y reido en esta película a partes iguales, y también me he sentido profundamente tocada.

Los diálogos estan bien trabajados y la historia tiene su moraleja bien contada: "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy".

Dos actorazos increíbles haciendo un papel hecho a medida para ellos, inteligentes, con un gran sentido del humor y con ganas de vivir.

Me ha encantado.

Jack Nicholson y Morgan Freeman son los absolutos protagonistas de esta comedia sensiblera, en la que ambos son unos enfermos terminales de cancer que se hacen amigos y deciden hacer juntos en sus últimos meses de vida lo que siempre desearon y no pudieron. Ambos se ponen el contrapunto: Nicholson es un excéntrico adinerado y Freeman un calmado de clase humilde.

El argumento es (efectivamente) predecible: turísticas aventuras y acontecimientos en los que al final lo importante será la amistad recién descubierta y la moraleja de conocerse a uno mismo antes de morir.

La película tiene un guión sentimental limitado por lo pronosticable, por la sencillez y suavidad de su historia (los momentos dramáticos logran emocionar siendo agradablemente sentimentaloides y no desagradablemente duros), y por la primacía en importancia de los diálogos y las expresiones de este par de monstruos de la interpretación (a ratos parece que todo está basado en una obra teatral de diálogos)... esto sería algo malo si las estrellas de la cinta no fueran Nicholson y Freeman, pero lo son y precisamente el film está hecho a su servicio embriagándose del talento interpretativo de ambos y explotándolo adecuadamente con un guión lleno de diálogos de humor negro liberador y tópicos sensibleros que convencen gracias al talento oratorio del par que capta la atención.

Solo por ello merece la pena, ya que son estos dos actores, su carisma y su complicidad los que logran sacar oro de una comedia mediocre (nunca falta la sensación de que sin Nicholson y Freeman la película no sería nada). Nicholson pone la parranda en la película creando a un despreocupado millonario encantador, un personaje genialmente irónico, desenfadado, descarado, algo histriónico y divertidísimo. Freeman como siempre pone la tranquilidad, la afabilidad y la seguridad interpretando a un humilde y buenazo personaje transmitiendo mejor los momentos sentimentales y sensibles.

Para colmo la química entre ambos es exquisita y, como la película solo ocupa momentos en sus interacciones, enfados cariñosos, mutuas caras de sorna, silencios divertidos con expresiones que lo dicen todo, etc. pues la verdad es que el metraje resulta un placer.

En fin. Una historia simple, agradable y edulcorada (tampoco pretende lo contrario) pero bien desarrollada, de realización correcta y duración justa y concisa, y con dos actores que rezuman carisma y están simpatiquísimos en sus personajes. Se comprende su mutuo entendimiento, y es un gozo obsevarles interactuar y hacer sus tonterías. La dicha de sus personajes en esta nueva amistad cómplice se transmite al espectador que tambien siente lo mismo olvidándose de asunto de la muerte de sus personajes con su amistad con la que se pasa un buen rato animado (que nunca logra la carcajada, pero sí que logra una sonrisa permanente).

Lo mejor: Jack Nicholson.
Lo peor: Que carece de sorpresa y no es recordada por mucho tiempo.

Dos de los mejores, sin duda: Nicholson y Freeman. Si no fuera por ellos no habría nada, pero nada que ver... Guión soso y poco real, ausencia de una historia sólida. Ellos con su capacidad histriónica entretienen, pero a pesar de una fotografía hermosa, no impacta.

09(09/02/08) Decepcionante vehiculo para estos dos monstruos de la interpretación, con un punto de partida ilusionante pero que ni de lejos se le saca todo el partido, empezando por que los dos hacen su papel de toda la vida, sin arriesgar un milimetro, la cinta no sorprende en ningún momento, todo es tan previsible como que despues de la noche llega el día, nunca termina de enganchar, no llega a conmover, si no fuera por sus protagonistas no pasaría de telefilm lacrimógeno de sobremesa. Cabría haber esperado más de Rob Reiner y parece que ha pensado, tengo a Freeman y a Nicholson, la película está ya hecha me puedo echar a dormir. Recomendable para incondicionales de Jack y Morgan. Fuerza y honor!!!

Cuando lees de que va la película y quienes son sus intérpretes, más o menos ya te haces un esquema de lo que vas a ver. En ese caso, al menos en mi caso, he acertado de pleno. No me he llevado ninguna sorpresa ya que todo lo que va sucediendo es bastante predecible. el director se deja llevar y la historia acaba en un segundo plano para realzar la interpretación de los dos monstruos cinematográficos. Y aquí tengo que decir, que aunque ninguno resalta sobre el otro, sí que parece que Freeman influye más sobre Nicholson, y le reconduce hasta el punto de que su interpretación es sosegada, no histriónica, lo cual no deja de ser una sorpresa.