Desde "Misterioso asesinato en Manhattan" Woody Allen ha practicado (salvo contadas excepciones) un novedoso género cinematográfico en el que ha conseguido una singular maestría. Se trata de las películas ingrávidas; no entendamos por ello películas vanales o vacías, no, no se trata de eso. Son más bien filme sin peso, de una ligereza peculiar, en la que se abordan temas básicos de la condición humana, pero con la misma suavidad con la que se conversa en una partida de bridge. Esa aparente falta de peso hace que las situaciones se deslicen ante nuestros ojos sin aparentar posarse sobre la realidad. Podríamos encontrar un referente europeo cercano en el mejor Rohmer, si bien el maestro francés sobrepasa al americano en frescura y espontaneidad.
Vicky Cristina Barcelona es una muestra de este cine de envolvente ligero y fondo tormentoso. La trama relativamente simple: como se enfrentan al deseo dos amigas con formas de ver la vida antagónicas. El desencadenante un Barden interpretando a un "macho" español algo tópico, pero sin duda magnético. El colofón, el histérico personaje de Penélope Cruz que define el fin de las relaciones de ambas. Todo narrado como un paréntesis en los devenires de las dos protagonistas, un paréntesis que pudo cambiarlas a ambas y que queda sólo en una anécdota que recordarán toda su vida.
En definitiva, una comedia con más calado del que en principio pudiera parecer y que fascinara a fans y dejará indiferente a los poco partidarios de Allen.

Sumemos… 1 rubia espectacular… 1 macho ibérico… 1 morena resultona… 1 Star Local… Guitarra a todas horas… Sexo sin sexo(o sea solo para llamar la atención… 90 minutos de guion sin historia… un director que no se lo cree… música repetitiva… un narrador odioso… secundarios sin gracia ni desgracia… un doblaje horrible, y la gran atracción turística, Barcelona (bonus Track Oviedo) ¿que nos queda? Una tomadura de pelo.

Ya me fastidia poner mal una peli donde salga mi tierrina, pero ¡es que es muy mala!.
Es lenta, y los personajes no creíbles, ¿qué me dicen del padre poeta que no publica ni su esquela y con una mansión despampanante?
¿Y Bardem, que pinta mierda sobre un lienzo y tiene descapotable y avión privado?

Y la Pene López tampoco me parece que tenga una actuación tan destacada. Las 3 mujeres de esta película son demasiado guapas como para colarse todas a la vez por un hombre (por muy Bardem que se sea).
Prefiero a Bond.

Una gota de rocío que refresca y resfría. La última idea del bueno de Allen se ha convertido en eso; en un día fresquito del caluroso verano. Y en muchas cosas más. En un tributo a Barcelona, ciudad para mil y una noches, y mil y una películas. Dos jóvenes americanas que llegan y se funden con Gaudí, mientras tiene sexo una con la fotografía, otra con la identidad catalana; y ambas con el macho ibérico de tez ruda, alma de poeta y corazón de torero. Español tanto como las tapas o los toros. Javier Bardem.
Rebecca Hall hace el papel de tonta; tanto, que cuanto menos parece serlo en real. Comprometida está con el compromiso, aquello que ensalzó Allen en su gran película del siglo XXI, Match Point, y que aquí contrapone. Principios aquellos que desaparecen en la atmósfera cosmopolita de la Ciudad Condal. Aún así, la estética de Johansson está tan calcada, que parece salir de Match Point y aterrizar sin escala en Barcelona. Mismo papel, mismos morritos, mismos clichés. Pero está tan guapa, le sienta tan bien; que ¡Joroba! Qué más da realmente.
Mención especial, Penélope Cruz. Tan buen partido saca Allen como hiciese el otrora Almodóvar. Papel a la española como anillo al dedo. Loca y desquiciada, parece que la Cruz saca lo mejor de sí. Femme Fetale que pone tanto como la Monroe, con esa mirada y ese pitillo, y esa ciudad detrás, y esos cuadros debajo suya.
El duo español se merienda hasta a las gafas del director; y hasta a su timidez. Tanta química destilan como para fabricar un arsenal de bombas que estallasen en coro, al son de la BSO de la película. Inmensurable la atracción que se demuestran, como increíble debe ser verlos discutir en la V.O., es decir, en español. Por desgracia, el doblaje sufre tanto como de amor sus personajes, y no alcanza la calidad de aquellos a los que dobla.
Refresco en un día de calor. Una historia sencilla, unos personajes bonitos, unos paisajes preciosos; divertidas historias. Todo aquello que es la película, todo eso es Barcelona. ¿Vicky Cristina Paris? ¿Vicky Cristina Madrid? ¿Roma o Nueva York? Por seguro estoy que no hubiese sido lo mismo. Barcelona es tan única como Gaudí o Miró. Suerte que Woody Allen lo vio; suerte que Vicky estudiase identidad catalana.

Me gustan las películas de Woody Allen. Pero el tipo de vez en cuando se pega un resbalón, que ojo, se lo puede permitir, pero no deja de ser un resbalón.

Vicky Cristina Barcelona es un pastel bohemio con un toque de nostalgia. Es inclasificable, porque, sin ser un drama, plantea las angustias y dudas existenciales que han acompañado a Woody a lo largo de su obra y, a la vez, todo se cuenta como muy a la ligera... pero no hace gracia, así que tampoco es una comedia. Y tampoco es una reflexión, porque no da para tanto, así que es simplemente una mezcla de paisajes, música, restaurantes bonitos, monumentos, callejuelas (al ser yo de Barcelona, me hizo cierta ilusión reconocer los lugares, pero tampoco es que eso sea muy emocionante), sexo, charlas sobre sexo, y un narrador absolutamente irritante que nos lo cuenta todo como si fuéramos idiotas.
Desde ya digo que la vi en versión original, porque había sido advertida previamente del desastre que es verla doblada.

Los actores... están correctos, no puedo decir más que eso. El trío principal, es decir, Scarlett, Bardem y Penélope, tiene algo de chispa. Pero la otra chica no podría ser más sosa... es más, creo que es casi transparente. No cuela para nada, y su historia está demasiado desmarcada del hilo principal, de modo que cuando ambas situaciones se cruzan (la de ella y su historia con su prometido, el cual, dicho sea de paso es demasiado cateto y aburrido como para ser creíble, y la de Scarlett y los otros dos), la cosa queda como un pegote.

Muchos de los fans de Woody no le ponemos un suspenso porque somos fans, pero la verdad es que la peli no es gran cosa. Si esta es la primera cinta de Woody que ve alguien, espero de corazón que no tire la toalla y que decida ver otras en las que sí puede apreciarse el talento que tiene. Porque en ésta no queda reflejado.