Dos días, una noche
4 de noviembre de 2014
4 de noviembre de 2014
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Película sencilla pero llena de matices. La salva para mí, la gran interpretación de Cotillard. No opino lo mismo que algún crítico de que es una obra maestra, ni siquiera lo mejor de los hermanos Dardenne. Pero si es un tema necesario de tratar, como es la dignidad ante la crisis y el desaliento.
12 de noviembre de 2014
12 de noviembre de 2014
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sandra (Marion Cotillard) es una chica con problemas depresivos ha sido despedida de su trabajo, sus compañeros han votado en mayoría para que ella pierda el empleo y ellos recibir un bono de €1000 cada uno. Impulsada por unas amigas del trabajo inicia con muchas dudas una lucha, visitar entre sábado y domingo a sus compañeros para incitarlos a cambiar su voto el día lunes para conseguir una mayoría y mantenerse en sus labores.
Así inicia este agotador periplo, para ella y para el propio espectador. Las intenciones de los hermanos Dardenne son muy claras, diálogos y tomas repetitivas, un desgaste emocional ya previo de la protagonista pero que se incrementa en desmedida, una repetición tortuosa que se mueve entre la esperanza y la desesperanza, y que se alimenta de las reacciones de las personas visitadas y en algunos casos sus allegados.
Todo funciona mejor cuando tenemos una actriz como Cotillard en pantalla, sublime, desde el primer momento se cree en su labor, gestos, postura corporal, lo que expresa con sus palabras, un decaimiento total.
En pantalla está presente un claro reflejo de cine social, cine que se aprecia como real, de un contenido muy palpable en nuestro contexto actual, con matices diferentes en cada país, pero es un tema sensible y que sucede en todo lado. Este es el valor que tiene, muestra una dura cara de la realidad y lo hace de forma grandiosa, cabe totalmente la expresión de que menos es más en cuanto a la propuesta de los realizadores.
Algo que han venido consolidando los Dardenne a lo largo de su filmografía, es una aparente sencillez en sus historias y en cómo están contadas, ejecutan una narración con tal facilidad que hasta se antoja decir que hacer cine es facilismo. Pero todo esto se reduce a un talento enorme, porque en esta obra vemos lo mismo una y otra vez, hay una repetición de un accionar con total sentido, que discurre por casi todo el metraje,
Pero esto a su vez se matiza con ese contexto que se va formando a su lado, ya sea con su pareja, con algún compañero o compañera, con sus pastillitas, con su desilusión. Este resulta ser un acompañamiento perfecto que enriquece el relato.
Así inicia este agotador periplo, para ella y para el propio espectador. Las intenciones de los hermanos Dardenne son muy claras, diálogos y tomas repetitivas, un desgaste emocional ya previo de la protagonista pero que se incrementa en desmedida, una repetición tortuosa que se mueve entre la esperanza y la desesperanza, y que se alimenta de las reacciones de las personas visitadas y en algunos casos sus allegados.
Todo funciona mejor cuando tenemos una actriz como Cotillard en pantalla, sublime, desde el primer momento se cree en su labor, gestos, postura corporal, lo que expresa con sus palabras, un decaimiento total.
En pantalla está presente un claro reflejo de cine social, cine que se aprecia como real, de un contenido muy palpable en nuestro contexto actual, con matices diferentes en cada país, pero es un tema sensible y que sucede en todo lado. Este es el valor que tiene, muestra una dura cara de la realidad y lo hace de forma grandiosa, cabe totalmente la expresión de que menos es más en cuanto a la propuesta de los realizadores.
Algo que han venido consolidando los Dardenne a lo largo de su filmografía, es una aparente sencillez en sus historias y en cómo están contadas, ejecutan una narración con tal facilidad que hasta se antoja decir que hacer cine es facilismo. Pero todo esto se reduce a un talento enorme, porque en esta obra vemos lo mismo una y otra vez, hay una repetición de un accionar con total sentido, que discurre por casi todo el metraje,
Pero esto a su vez se matiza con ese contexto que se va formando a su lado, ya sea con su pareja, con algún compañero o compañera, con sus pastillitas, con su desilusión. Este resulta ser un acompañamiento perfecto que enriquece el relato.
20 de noviembre de 2014
20 de noviembre de 2014
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras su paso por el festival de Cannes y de Valladolid, siendo una de las mejores propuestas de sus secciones oficiales, hubiera merecido algún premio para esta película de los hermanos Dardenne, que saben lo que es triunfar en estos certámenes y demuestran ser uno de los mejores exponentes del cine europeo. Vuelven a hacer una gran película social, que retrata la dura situación de los trabajadores en esta época de crisis. Rompiendo con la tónica general de contar con actores poco conocidos, de manera parecida a su anterior obra (la excelente "El niño de la bicicleta" protagonizada por la conocida actriz Cécile de France), en esta ocasión los directores eligieron a la aclamada Marion Cotillard para encarnar a una mujer que debe convencer a sus compañeros de trabajo de renunciar a una paga extraordinaria para no perder ella el empleo. Con una realización limpia pero seca, sin forzar nada, vemos un amplio y duro realismo a través de diversas posturas y sin juzgar a los personajes ni dar lecciones de moral. Es una obra honesta hasta el final, que hace pensar en el espectador y en la que Cotillard realiza una de sus mejores interpretaciones, despojada de glamour.
21 de noviembre de 2014
21 de noviembre de 2014
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Después de que “El niño de la bicicleta” me dejase bastante frío, los Dardenne han vuelto a la carga con una obra que nuevamente contiene una importante carga social. Esta vez, en mi opinión, han dado en la diana. Quizá la fuerza de la película nace ya de la brillantez de su idea argumental. Si alguien te pregunta de qué va “Dos días, una noche” y se lo explicas en dos frases, seguramente despertarás su interés. El desesperado periplo de una mujer, visitando a todos sus compañeros de trabajo en un fin de semana, para suplicarles que acepten su readmisión a cambio de renunciar a una paga extra, resulta una trama estimulante y atractiva para cualquiera. Y más en tiempos de crisis.
Además, la película tiene otras bazas. Marion Cotillard está que se sale. No es ninguna novedad, pero sí merece destacarse porque ésta es una película en la que la actriz protagonista soporta todo el peso de la historia. Transmite ilusiones, frustraciones y desesperanzas con sólo una mirada, y deambula durante toda la película con una fragilidad enfermiza, dando la impresión de que se derrumbará en la siguiente escena.
Los Dardenne relatan este drama social con un estilo hiperrealista, poniendo la cámara pegada a los personajes, y con diálogos poco rimbombantes pero muy creíbles. El propio desarrollo del relato nos permite conocer un estrafalario escaparate de personajes, con los que podríamos llegar a identificarnos en algún momento. De todos modos, el gran mérito de la película es que va mucho más allá de la mera empatía. La historia se va inundando de una tensión creciente. Ciertas expresiones como "ponte en mi lugar" o “es injusto que nos obliguen a elegir” parecen razonables al principio, pero a medida que avanza el metraje nos resultan huecas y tópicas, como excusas crueles. De un modo u otro, este film te empuja a tomar partido. La sensación de intriga se incrementa gracias a un estrambótico recuento de votos y al inexorable paso del tiempo en un fin de semana inverosímil. Es cierto que en algún momento hay una deriva excesiva hacia el impacto emocional, que resultaba innecesaria, pero para entonces ya estamos inmersos en el suspense que la historia nos propone.
Y, ante un argumento tan destacable, el desenlace es solvente y muy brillante. Un final optimista, pero de un optimismo frío y ambivalente.
Una película de capas, como una cebolla, que se puede analizar desde muchísimos puntos de vista. En fin, para recomendar.
Además, la película tiene otras bazas. Marion Cotillard está que se sale. No es ninguna novedad, pero sí merece destacarse porque ésta es una película en la que la actriz protagonista soporta todo el peso de la historia. Transmite ilusiones, frustraciones y desesperanzas con sólo una mirada, y deambula durante toda la película con una fragilidad enfermiza, dando la impresión de que se derrumbará en la siguiente escena.
Los Dardenne relatan este drama social con un estilo hiperrealista, poniendo la cámara pegada a los personajes, y con diálogos poco rimbombantes pero muy creíbles. El propio desarrollo del relato nos permite conocer un estrafalario escaparate de personajes, con los que podríamos llegar a identificarnos en algún momento. De todos modos, el gran mérito de la película es que va mucho más allá de la mera empatía. La historia se va inundando de una tensión creciente. Ciertas expresiones como "ponte en mi lugar" o “es injusto que nos obliguen a elegir” parecen razonables al principio, pero a medida que avanza el metraje nos resultan huecas y tópicas, como excusas crueles. De un modo u otro, este film te empuja a tomar partido. La sensación de intriga se incrementa gracias a un estrambótico recuento de votos y al inexorable paso del tiempo en un fin de semana inverosímil. Es cierto que en algún momento hay una deriva excesiva hacia el impacto emocional, que resultaba innecesaria, pero para entonces ya estamos inmersos en el suspense que la historia nos propone.
Y, ante un argumento tan destacable, el desenlace es solvente y muy brillante. Un final optimista, pero de un optimismo frío y ambivalente.
Una película de capas, como una cebolla, que se puede analizar desde muchísimos puntos de vista. En fin, para recomendar.
26 de noviembre de 2014
26 de noviembre de 2014
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Los hermanos Dardenne volvieron a Cannes con una cinta que mantiene sus valores cinematográficos pero con el añadido de tener a una estrella internacional como protagonista, algo hasta ahora insólito en la filmografía de los belgas.
Aunque se fue de vacío del prestigioso festival francés, volvió a dejar muy buenas críticas en su proyección, convirtiéndose en unos de los directores más sólidos y regulares en el aspecto del gran nivel general de cada una de sus películas.
En esta ocasión los belgas siguen mostrando una realidad social tan fiel a la verdadera que roza el documental, inspirándose en la situación económica y laboral actual y creando un punto de conflicto tan jugoso e imaginativo como totalmente real; ¿mantenerle el trabajo a una compañera o aceptar una merecida paga extra?.
Nosotros seguimos a esa mujer que va a ser despedida y que va a tener un fin de semana para intentar convencer a todos sus compañeros de que cambien de opinión y voten por que ella pueda continuar teniendo el trabajo. De esta manera los Dardenne nos muestran diferentes seres humanos totalmente verídicos y éticos en sus comportamientos y que representan la actual clase trabajadora.
Los Dardenne crean la película más fiel al momento actual y brindándonos una obra humana, sencilla pero poderosa en su valor e ideas; reforzándose en la siempre magnífica Marion Cotillard, bella y natural, que acaba representando al orgullo y dignidad de una mujer trabajadora actual.
Aunque se fue de vacío del prestigioso festival francés, volvió a dejar muy buenas críticas en su proyección, convirtiéndose en unos de los directores más sólidos y regulares en el aspecto del gran nivel general de cada una de sus películas.
En esta ocasión los belgas siguen mostrando una realidad social tan fiel a la verdadera que roza el documental, inspirándose en la situación económica y laboral actual y creando un punto de conflicto tan jugoso e imaginativo como totalmente real; ¿mantenerle el trabajo a una compañera o aceptar una merecida paga extra?.
Nosotros seguimos a esa mujer que va a ser despedida y que va a tener un fin de semana para intentar convencer a todos sus compañeros de que cambien de opinión y voten por que ella pueda continuar teniendo el trabajo. De esta manera los Dardenne nos muestran diferentes seres humanos totalmente verídicos y éticos en sus comportamientos y que representan la actual clase trabajadora.
Los Dardenne crean la película más fiel al momento actual y brindándonos una obra humana, sencilla pero poderosa en su valor e ideas; reforzándose en la siempre magnífica Marion Cotillard, bella y natural, que acaba representando al orgullo y dignidad de una mujer trabajadora actual.
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