La maldición 2
2003 

5.3
4,353
21 de junio de 2005
21 de junio de 2005
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay nada de nuevo en esta película, parece que a Shimizu se le acabaron las ideas. Sin embargo todo esta multiplicado por dos o sea el doble de sustos, incertidumbres, intrigas y finales sin resolver. Recomendada para los seguidores del cada vez más sobresaliente terror japonés.
30 de mayo de 2014
30 de mayo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre tanta crítica negativa, voy a aportar una consideración positiva. A mi parecer esta secuela supera a la anterior. De nuevo está dividida en varios trozos centrándose en un personaje en concreto. Pero la novedad, aparte de que sean otros personajes, es que las escenas son más impactantes y escalofriantes y mejor estructuradas. Es más compleja y eso a veces puede gustar menos, pero está bien montada la historia. Hay películas de miedo que son una simple exposición de situaciones en las que la gente va cayendo como chinches, pero aquí te obliga a pensar y a estar ir conectando lo que sucede.
Las interpretaciones vuelven a expresarse de forma muy lograda y desde luego que los japoneses demuestran que superan a los americanos cuando se trata de ofrecer muecas de terror. Y es que Ju-on no recurre ni al gore ni a la chabacanería, sino al terror de fantasmas que también tiene su público pero de forma eficaz. Algunas de las escenas que más me han gustado las señalo en spoiler, por razones evidentes.
Once años después se va a estrenar la tercera parte. Primero en Japón y esperemos que pronto en el resto del mundo.
Las interpretaciones vuelven a expresarse de forma muy lograda y desde luego que los japoneses demuestran que superan a los americanos cuando se trata de ofrecer muecas de terror. Y es que Ju-on no recurre ni al gore ni a la chabacanería, sino al terror de fantasmas que también tiene su público pero de forma eficaz. Algunas de las escenas que más me han gustado las señalo en spoiler, por razones evidentes.
Once años después se va a estrenar la tercera parte. Primero en Japón y esperemos que pronto en el resto del mundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- La escena en la que acaban los dos cadáveres ahorcados y se explica de una forma macabra el ruido que se escuchaba en la pared
- La situación de sueño dentro del sueño que sufre Chiharu
- La situación de sueño dentro del sueño que sufre Chiharu
17 de febrero de 2016
17 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda entrega de Ju-on realizada para cines y cuarta de toda la franquicia. Está claro que la fórmula empieza a agotarse pese a contar con técnicas de terror bastante efectivas y esa narración característica de historias entrelazadas, troceadas y desordenadas en el tiempo.
Takashi Shimizu vuelve a idear nuevas escenas de gran impacto, lo que resulta lo más destacado de la película y que consigue mantener el entretenimiento a un nivel digno aunque inferior a la anterior. Escenas como el parto, Kayako surgiendo de la mancha en el suelo, el ahorcamiento con el pelo o la madre cogiendo el bebé son secuencias de un gran poder visual.
Sin embargo ese tipo de escenas son las que sostienen la película, pues la historia es casi inexistente, limitándose a lo mismo de nuevo: todo el que se acerque a la casa sucumbirá a la maldición. El ambiente de la anterior no está del todo conseguido en el sentido de que esta película no transmite un mal rollo continuo, seguramente por perder la frescura y un poco por ser demasiado diurna. En cuanto al final, hay que decir que es diferente y no me desagrada la idea, pero al no estar justificado en la historia queda sacado de contexto y raro, sin mencionar que roza la parodia involuntaria.
A destacar ante lo demás el segmento protagonizado por Chiharu, un juego de realidades alternas o sueños, según quiera interpretarse, donde la estudiante se ve inconscientemente bailando entre mundos y perseguida por la maldición. Este fragmento consta de un ritmo acelerado y gran intensidad.
Mantiene el tipo a pesar de ser más de lo mismo, no aportar nada a la historia y el risible final. Si te gusta el estilo de estas películas seguramente te entretenga.
Takashi Shimizu vuelve a idear nuevas escenas de gran impacto, lo que resulta lo más destacado de la película y que consigue mantener el entretenimiento a un nivel digno aunque inferior a la anterior. Escenas como el parto, Kayako surgiendo de la mancha en el suelo, el ahorcamiento con el pelo o la madre cogiendo el bebé son secuencias de un gran poder visual.
Sin embargo ese tipo de escenas son las que sostienen la película, pues la historia es casi inexistente, limitándose a lo mismo de nuevo: todo el que se acerque a la casa sucumbirá a la maldición. El ambiente de la anterior no está del todo conseguido en el sentido de que esta película no transmite un mal rollo continuo, seguramente por perder la frescura y un poco por ser demasiado diurna. En cuanto al final, hay que decir que es diferente y no me desagrada la idea, pero al no estar justificado en la historia queda sacado de contexto y raro, sin mencionar que roza la parodia involuntaria.
A destacar ante lo demás el segmento protagonizado por Chiharu, un juego de realidades alternas o sueños, según quiera interpretarse, donde la estudiante se ve inconscientemente bailando entre mundos y perseguida por la maldición. Este fragmento consta de un ritmo acelerado y gran intensidad.
Mantiene el tipo a pesar de ser más de lo mismo, no aportar nada a la historia y el risible final. Si te gusta el estilo de estas películas seguramente te entretenga.
23 de julio de 2018
23 de julio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una actriz, una presentadora, una maquilladora, un realizador, una colegiala que hizo de extra. Menudo plantel tenemos aquí...¡uno de película! Y nunca mejor dicho.
Ahora, la maldición va a caer sobre un equipo de rodaje que no tenía otra cosa mejor que hacer que un documental en la famosa casa encantada de los Saeki.
En esta segunda aventura (cinematográfica) de Kayako y su hijo Toshio seremos testigos de cómo van muriendo seis personajes que, de algún modo u otro, se vieron envueltos en el rodaje de un documental rodado en esa casa de Nerima ya conocida por todos, que ahora, en un alarde de torpe desmitificación de su propio mito y mitología, parece haberse convertido en una especie de atracción de feria para gente ávida de emociones fuertes y jóvenes amantes de los espíritus...para desgracia de éstos. Los personajes principales que introduce el director, tras un intenso prólogo que es de lo mejor de todo el film, serán unos estereotipos poco agraciados con los que se juega a la tortura de la manera más cruel posible.
Kyoko, una actriz de mediocres películas de miedo que está embarazada (y que será la que más acabe sufriendo...); Tomoka, una presentadora de programas especializados en lo paranormal; la insoportable estilista y maquilladora Megumi, el director Keisuke y la estudiante Chiharu (ya presente en la anterior entrega), que participa como extra en el rodaje de una película junto a Kyoko y tiene poderes sobrenaturales, pues es acechada por unos extraños sueños y premoniciones que le indican que ella será la próxima víctima (asistiremos, con ella, a la parte más surrealista).
Algunos detalles y guiños oportunos conectan esta parte con las otras (se recupera el diario de Kayako que vimos en la primera versión)...pero lo cierto es que el espectador puede ver cualquier parte de la saga sin preocuparse de la anterior, más o menos como ocurre con "Tomie" (en la que Shimizu participó...). Como era de esperar, esta secuela se vuelve a desligar de la anterior salvo por el escenario, los espíritus vengadores de los Saeki y la estructura narrativa en forma de desencajado puzzle cronológico; las muertes se suceden una tras otra, se vuelve a hacer hincapié en cómo la maldición actúa de premonición de lo inevitable rompiendo las reglas del tiempo y los personajes se ven envueltos por las perturbadoras atmósferas de Shimizu.
Aunque aquí éste introduce toques de humor negro aquí y allá, reforzado por una sátira hacia la televisión basura (en este caso los sensacionalistas programas de terror) imaginada con muy mala sombra, y exagerando el aspecto melodramático como nunca antes. La trama se influencia de cualquier título con casa embrujada convertida en objeto de estudio de unos descerebrados sin nada mejor que hacer y sin duda "Pesadilla en Elm Street", además de "The Spiral" y "The Ring" (se tomarán "prestados" varios elementos de aquellas), discurre con fluidez y sin muchas sorpresas argumentales.
Esto es, de susto en susto y de muerte en muerte; sin embargo el director quebranta una regla establecida en la mitología de la saga: ahora no importa si la maldición afecta a aquellos que no entraron en la casa. Además se le cruzarán un poco los cables en un último tramo esperpéntico y delirante (que comentaré en la Zona Spoiler). El plantel vuelve a no ser lo mejor de la película, aunque la cantante Noriko Sakai se esfuerza para ser creíble como actriz dramática drama; las demás son demasiado empalagosas o, simplemente, irritantes, como para opinar bien sobre ellas (caso de Emi Yamamoto y Yui Ichikawa). Genial Takako Fuji, como siempre, y Yuya Ozeki, que da más miedo que nunca.
Palidece en su último tramo, sí, pero Shimizu logra redimirse con un final tan impactante como descorazonador; pese a sus fallos, su predecible trama y la torpeza de transformar a Kayako en un onryo vengador de tebeo despojándola aún más de su profundidad psicológica, esta secuela de "Ju-on" no sólo cuenta con un mayor despliegue de medios y efectos especiales, sino que garantiza lo que todo fan del cine de terror busca: asustarse, y puedo jurar que asusta lo suyo (incluso más que la original).
La próxima entrega de la saga, realizada por el director, ya tendría lugar en EE.UU....
Y todo acabaría, por muchas secuelas, "remakes", "spin-offs" y "reboots" de pacotilla que sigan haciendo hoy día, prostituyendo y desaprovechando para siempre el concepto original de Kayako.
Ahora, la maldición va a caer sobre un equipo de rodaje que no tenía otra cosa mejor que hacer que un documental en la famosa casa encantada de los Saeki.
En esta segunda aventura (cinematográfica) de Kayako y su hijo Toshio seremos testigos de cómo van muriendo seis personajes que, de algún modo u otro, se vieron envueltos en el rodaje de un documental rodado en esa casa de Nerima ya conocida por todos, que ahora, en un alarde de torpe desmitificación de su propio mito y mitología, parece haberse convertido en una especie de atracción de feria para gente ávida de emociones fuertes y jóvenes amantes de los espíritus...para desgracia de éstos. Los personajes principales que introduce el director, tras un intenso prólogo que es de lo mejor de todo el film, serán unos estereotipos poco agraciados con los que se juega a la tortura de la manera más cruel posible.
Kyoko, una actriz de mediocres películas de miedo que está embarazada (y que será la que más acabe sufriendo...); Tomoka, una presentadora de programas especializados en lo paranormal; la insoportable estilista y maquilladora Megumi, el director Keisuke y la estudiante Chiharu (ya presente en la anterior entrega), que participa como extra en el rodaje de una película junto a Kyoko y tiene poderes sobrenaturales, pues es acechada por unos extraños sueños y premoniciones que le indican que ella será la próxima víctima (asistiremos, con ella, a la parte más surrealista).
Algunos detalles y guiños oportunos conectan esta parte con las otras (se recupera el diario de Kayako que vimos en la primera versión)...pero lo cierto es que el espectador puede ver cualquier parte de la saga sin preocuparse de la anterior, más o menos como ocurre con "Tomie" (en la que Shimizu participó...). Como era de esperar, esta secuela se vuelve a desligar de la anterior salvo por el escenario, los espíritus vengadores de los Saeki y la estructura narrativa en forma de desencajado puzzle cronológico; las muertes se suceden una tras otra, se vuelve a hacer hincapié en cómo la maldición actúa de premonición de lo inevitable rompiendo las reglas del tiempo y los personajes se ven envueltos por las perturbadoras atmósferas de Shimizu.
Aunque aquí éste introduce toques de humor negro aquí y allá, reforzado por una sátira hacia la televisión basura (en este caso los sensacionalistas programas de terror) imaginada con muy mala sombra, y exagerando el aspecto melodramático como nunca antes. La trama se influencia de cualquier título con casa embrujada convertida en objeto de estudio de unos descerebrados sin nada mejor que hacer y sin duda "Pesadilla en Elm Street", además de "The Spiral" y "The Ring" (se tomarán "prestados" varios elementos de aquellas), discurre con fluidez y sin muchas sorpresas argumentales.
Esto es, de susto en susto y de muerte en muerte; sin embargo el director quebranta una regla establecida en la mitología de la saga: ahora no importa si la maldición afecta a aquellos que no entraron en la casa. Además se le cruzarán un poco los cables en un último tramo esperpéntico y delirante (que comentaré en la Zona Spoiler). El plantel vuelve a no ser lo mejor de la película, aunque la cantante Noriko Sakai se esfuerza para ser creíble como actriz dramática drama; las demás son demasiado empalagosas o, simplemente, irritantes, como para opinar bien sobre ellas (caso de Emi Yamamoto y Yui Ichikawa). Genial Takako Fuji, como siempre, y Yuya Ozeki, que da más miedo que nunca.
Palidece en su último tramo, sí, pero Shimizu logra redimirse con un final tan impactante como descorazonador; pese a sus fallos, su predecible trama y la torpeza de transformar a Kayako en un onryo vengador de tebeo despojándola aún más de su profundidad psicológica, esta secuela de "Ju-on" no sólo cuenta con un mayor despliegue de medios y efectos especiales, sino que garantiza lo que todo fan del cine de terror busca: asustarse, y puedo jurar que asusta lo suyo (incluso más que la original).
La próxima entrega de la saga, realizada por el director, ya tendría lugar en EE.UU....
Y todo acabaría, por muchas secuelas, "remakes", "spin-offs" y "reboots" de pacotilla que sigan haciendo hoy día, prostituyendo y desaprovechando para siempre el concepto original de Kayako.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como antes decía, la estructura argumental propuesta por Shimizu en "Ju-on 2" no difiere en absoluto de las anteriores entregas.
Tendremos a seis personajes conectados y seis historias separadas que se acabarán cruzando. Sin embargo, será en esos 24 últimos minutos cuando la trama empiece a perder su sólida aunque irregular credibilidad; aparte de que volveremos a ver a unas inocentes colegialas amenazadas por Kayako, el director decide ofrecer a su público un tramo espectacular y frenético pero sobre todo increíble.
Con la parte de Chiharu asistiremos a una poco original revisión de "Pesadilla en Elm Street", pretendiéndose ella una sustituta de Nancy (o de la Izumi de la anterior entrega de "Ju-on"), entrando y saliendo continuamente de su pesadilla, cuyo escenario será el hogar de Kayako, al que Shimizu vuelve a conferir una naturaleza más profunda y metafísica desligándose de la clásica casa embrujada.
El terror se transforma en una especie de surrealista viaje a través del espacio mientras el alma y la psique de la joven quedan eternamente atrapadas en el universo de Kayako; a esto seguirá la esperpéntica idea del parto, que lleva anunciándose durante toda la película. Pero, al contrario de lo que dimos por hecho (el nacimiento de un nuevo Toshio), Shimizu nos coge por sorpresa haciendo que sea Kayako la que emerja de la vagina de Kyoko, idea ya insinuada en la primera parte (cuando "salía" el fantasma de la barriga de Rika).
Una vuelta de tuerca de lo más extraña e inexplicable, más repulsiva que aterradora, y no muy alejado del bizarro estilo de Takashi Miike o el mangaka Junji Ito, que además plagia descaradamente la segunda mitad de "The Spiral" (secuela "real" de "The Ring"), cambiando a Sadako por Kayako y a Mai por Kyoko.
Innecesaria conclusión rematada con una retorcida inversión de roles y una secuencia agria y desoladora que además de rizar el rizo en lo referente a los actos de venganza, elevándolo hasta el paroxismo (la miserable de Kayako no tiene suficiente con matar al marido de Kyoko, a su madre, a su hijo no nato y a todos sus compañeros de profesión, sino que se espera años para, un bonito día soleado, matarla a ella misma...vaya pedazo de cabrón que es Shimizu para imaginar algo así) dejará un final abierto presagiando una nueva vuelta a los orígenes de la mujer.
Más que inexplicable resulta inaccesible.
Tendremos a seis personajes conectados y seis historias separadas que se acabarán cruzando. Sin embargo, será en esos 24 últimos minutos cuando la trama empiece a perder su sólida aunque irregular credibilidad; aparte de que volveremos a ver a unas inocentes colegialas amenazadas por Kayako, el director decide ofrecer a su público un tramo espectacular y frenético pero sobre todo increíble.
Con la parte de Chiharu asistiremos a una poco original revisión de "Pesadilla en Elm Street", pretendiéndose ella una sustituta de Nancy (o de la Izumi de la anterior entrega de "Ju-on"), entrando y saliendo continuamente de su pesadilla, cuyo escenario será el hogar de Kayako, al que Shimizu vuelve a conferir una naturaleza más profunda y metafísica desligándose de la clásica casa embrujada.
El terror se transforma en una especie de surrealista viaje a través del espacio mientras el alma y la psique de la joven quedan eternamente atrapadas en el universo de Kayako; a esto seguirá la esperpéntica idea del parto, que lleva anunciándose durante toda la película. Pero, al contrario de lo que dimos por hecho (el nacimiento de un nuevo Toshio), Shimizu nos coge por sorpresa haciendo que sea Kayako la que emerja de la vagina de Kyoko, idea ya insinuada en la primera parte (cuando "salía" el fantasma de la barriga de Rika).
Una vuelta de tuerca de lo más extraña e inexplicable, más repulsiva que aterradora, y no muy alejado del bizarro estilo de Takashi Miike o el mangaka Junji Ito, que además plagia descaradamente la segunda mitad de "The Spiral" (secuela "real" de "The Ring"), cambiando a Sadako por Kayako y a Mai por Kyoko.
Innecesaria conclusión rematada con una retorcida inversión de roles y una secuencia agria y desoladora que además de rizar el rizo en lo referente a los actos de venganza, elevándolo hasta el paroxismo (la miserable de Kayako no tiene suficiente con matar al marido de Kyoko, a su madre, a su hijo no nato y a todos sus compañeros de profesión, sino que se espera años para, un bonito día soleado, matarla a ella misma...vaya pedazo de cabrón que es Shimizu para imaginar algo así) dejará un final abierto presagiando una nueva vuelta a los orígenes de la mujer.
Más que inexplicable resulta inaccesible.
9 de febrero de 2019
9 de febrero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
He leído que a algunos les parece mejor que la primera pero claro no sé exactamente a cuál se refieren teniendo en cuenta que bajo la etiqueta de "La maldición I" hay tres películas, la versión televisiva, la cinematográfica y la norteamericana, con varias secuelas cada una de ellas. Yo de todas éstas me quedo con la original. Se ve que Takashi Shimizu tenía las ideas más claras y aprovechó con más inteligencia su falta de recursos. En cualquier caso tantas entregas y la tendencia a no salirse de lo mismo, el dichoso niño y la madre, qué pesados, convierten el visionado de este largometraje en una especie de déja vu permanente en que los bostezos se mezclan con la desidia del espectador. Es curioso porque tenía un buen recuerdo al menos de alguna secuencia pero ahora sus "mejores" momentos te dejan indiferente cuando no te da la risa.
"La maldición 2" mantiene lo peor de las anteriores, como es una historia mínima en la que la casa maldita es lo de menos, un montaje completamente desordenado y el recurso a cada vez más elementos fantásticos, los fantasmas hacen a los que quieren y matan a quienes les aparece, pero es que los humanos nos salen también sensitivos. En conclusión que no da absolutamente nada de miedo, ni inquietud, ni repullo, ni nada. Un aburrimiento, un lío tremendo y un absurdo. Aquí incluso se pasan de rosca con la casa. Con los supersticiosos, no es la palabra más exacta pero nos entendemos, que son los japoneses, por ahí hay algún artículo que dice que son los segundos del mundo, sólo por detrás de la India, y sabiendo que en esa residencia mueren todos los que entran, no hay ningún personaje, ni uno solo, que se resista a entrar o ponga reparos.
"La maldición 2" mantiene lo peor de las anteriores, como es una historia mínima en la que la casa maldita es lo de menos, un montaje completamente desordenado y el recurso a cada vez más elementos fantásticos, los fantasmas hacen a los que quieren y matan a quienes les aparece, pero es que los humanos nos salen también sensitivos. En conclusión que no da absolutamente nada de miedo, ni inquietud, ni repullo, ni nada. Un aburrimiento, un lío tremendo y un absurdo. Aquí incluso se pasan de rosca con la casa. Con los supersticiosos, no es la palabra más exacta pero nos entendemos, que son los japoneses, por ahí hay algún artículo que dice que son los segundos del mundo, sólo por detrás de la India, y sabiendo que en esa residencia mueren todos los que entran, no hay ningún personaje, ni uno solo, que se resista a entrar o ponga reparos.
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