Ahora o nunca
4.4
13,511
Comedia
Eva y Alex son una pareja que, tras años de noviazgo, decide casarse en el lugar en el que se enamoraron: un pequeño pueblecito de la campiña inglesa. Los problemas de la boda comienzan cuando una huelga de controladores aéreos impide que el novio y los invitados se reúnan con la novia y su séquito. (FILMAFFINITY)
21 de junio de 2015
21 de junio de 2015
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quien avisa no es traidor. No esperen otro "8 apellidos vascos". Aquí la originalidad y naturalidad del debut de Rovira no existe. Las situaciones son forzadas y sin gracia, abusando del cliché y de los tópicos más absurdos de nuestra cateta España.
Si bien es verdad que los actores hacen bien su trabajo, no consiguen arreglar los defectos del guion. Es una pena porque Maria Ripoll contaba con una buena premisa, pero la puesta en práctica ha sido desastrosa. Pudo ser la comedia romántica del año, pero se ha quedado en el telefilm de la semana.
Si bien es verdad que los actores hacen bien su trabajo, no consiguen arreglar los defectos del guion. Es una pena porque Maria Ripoll contaba con una buena premisa, pero la puesta en práctica ha sido desastrosa. Pudo ser la comedia romántica del año, pero se ha quedado en el telefilm de la semana.
12 de octubre de 2018
12 de octubre de 2018
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque aparezcan en el reparto Dani Rovira y Clara Lago no es ninguna continuación ni cosa parecida de "Ocho apellidos vascos" (2014) u "Ocho apellidos catalanes" (2015). Ni siquiera cuentan con el mismo director, Emilio Martínez-Lázaro, sino María Ripoll. Pero siguiendo con el elenco, la protagonista femenina es María Valverde, que es una chica atractiva, pero que me parece que Dios no la ha llamado por el camino de la comedia. De hecho he leído que debutaba en este género. Pues no me extraña. Aunque para ser sinceros, nadie anda fino entre los actores, empezando por Dani Rovira, al que no encuentro la más mínima gracia.
En cualquier caso, "Ahora o nunca" tiene pinta de bodrio lamentable y efectivamente así es. Por si había alguna duda, ese comienzo en Inglaterra, pasteloso, estúpido, feísimo y del todo increíble nos lo aclarará. Lo que costaba a Ripoll haber comenzado cuando salen ellos con los letreros anunciando su boda. En fin. Críticas negativas hay muchas, aunque las de Jordi Costa para "El País" y Luis Martínez para "El Mundo" me parecen las más exactas dentro de su concesión. Una película desastrosa, histriónica, forzada, con personajes lelos, que busca con ansia el "más romántico todavía", cayendo en el bochorno, y que no produce ni una risa.
En cualquier caso, "Ahora o nunca" tiene pinta de bodrio lamentable y efectivamente así es. Por si había alguna duda, ese comienzo en Inglaterra, pasteloso, estúpido, feísimo y del todo increíble nos lo aclarará. Lo que costaba a Ripoll haber comenzado cuando salen ellos con los letreros anunciando su boda. En fin. Críticas negativas hay muchas, aunque las de Jordi Costa para "El País" y Luis Martínez para "El Mundo" me parecen las más exactas dentro de su concesión. Una película desastrosa, histriónica, forzada, con personajes lelos, que busca con ansia el "más romántico todavía", cayendo en el bochorno, y que no produce ni una risa.
24 de julio de 2015
24 de julio de 2015
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me voy a andar con rodeos: esta película es increíblemente mala y aburrida. No os gastéis ni un euro.
Toda la película es horrenda, el guión espantoso. Le he puesto un 2 porque una pequeña parte de la trama de Dani Rovira me hizo un poquito de gracia, el resto es de lo peor. María Valverde hace el peor papel de su carrera, toda la trama con sus amigas y lo del autobús es para prenderle fuego.
Con películas como esta, hechas para explotar el fenómeno de 8 Apellidos Vascos, se DESTRUYE el cine español.
Toda la película es horrenda, el guión espantoso. Le he puesto un 2 porque una pequeña parte de la trama de Dani Rovira me hizo un poquito de gracia, el resto es de lo peor. María Valverde hace el peor papel de su carrera, toda la trama con sus amigas y lo del autobús es para prenderle fuego.
Con películas como esta, hechas para explotar el fenómeno de 8 Apellidos Vascos, se DESTRUYE el cine español.
12 de julio de 2015
12 de julio de 2015
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que no veía una película tan mala con unos actores tan poco afortunados o tan mal dirigidos. A la sombra de "8 apellidos vascos" ¿vamos a tener que sufrir estos bodrios buscando taquilla? Espero que la gente escarmiente con esta. Situaciones inverosímiles resueltas de forma alucinante...,ni siquiera "sal gorda"..., se les ha atascado el salero.
8 de julio de 2015
8 de julio de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi abuela materna, que era una republicana convencida, culta, aseada y viajada, de las que se ríen incluso cuando se enfadan, meticulosa hasta el extremo, perfeccionista patológica y que para más inri se llamaba Saladina, sentenciaba a menudo que “al que asa dos conejos a la vez, uno se le quema”.
Mi abuela que, además de muy sabia, era mil veces más graciosa que Ahora o Nunca, me ha inculcado desde niña una escala de valores y principios orientada a que mi comportamiento para/con los demás naciese siempre del respeto, la empatía y la comprensión… porque es verdad: está muy feo reírse de las personas por sus carencias, incapacidades o insuficiencias. A cada uno le gusta lo que le gusta y no hay más. No voy a ser yo –digna heredera de ese espíritu permisivo y librepensador- la que tan alegremente entre a juzgar las subjetividades ajenas. Por dios que no. Con mi inmenso corazón en la mano os digo que no podría.
…
Menos a los fans Dani Rovira, tal vez. Y es que no hay clemencia en el mundo para tanta inconsciencia. Esa especie de híbrido entre Hugh Grant y Pablo Alborán, que nos ha vendido actimeles, helados, cerveza y ropa rebajada desde el inexplicable éxito de Ocho Apellidos Vascos –y que a mí, personalmente, me pone más nerviosa que un congreso de Minions- se ha creído que todo el monte es orégano, que con cuatro tics se construye un personaje y que además es más bonito que un remolque recién pintado. El flamante yerno de España (pobre del cuñado que se lo lleve) e incomprensible ganador de un prestigioso –el suyo un poco menos- Goya de la Academia de Cine ha intentado repetir fórmula en esta comedia nupcial de tintes brit que le ha consagrado ya como estrella absoluta del menos exigente de los géneros, gracias a la ingenuidad, la candidez y la ternura que desprenden sus papeles. Todos. O sea, los dos. Que para ser justos son el mismo, porque este chico –desde el cariño lo digo- es pony de un solo truco.
Y si Dani Rovira en el papel de Dani Rovira no sale demasiado beneficiado de este pastiche, peor suerte parece correr María Valverde en el papel de una Keira Knightley hasta arriba de strawberry cheese cupcakes a la hora del brunch. Ella se dedica básicamente a sonreír. A dar saltitos y a sonreír. Y a hacer que yo en el papel de Antonio Recio versión largometraje me cague en los tulipanes con tanto goodfeelinismo instagramero, me sobre mierda para rellenarle los canales a los holandeses y desee con toda mi alma que la atropelle el autobús de Melody en ese papel que jamás debió salir con vida de la sala de montaje.
Sigue por falta de espacio en https://revista.tviso.com/ocho-ahoras-o-nuncas-vascos/
Mi abuela que, además de muy sabia, era mil veces más graciosa que Ahora o Nunca, me ha inculcado desde niña una escala de valores y principios orientada a que mi comportamiento para/con los demás naciese siempre del respeto, la empatía y la comprensión… porque es verdad: está muy feo reírse de las personas por sus carencias, incapacidades o insuficiencias. A cada uno le gusta lo que le gusta y no hay más. No voy a ser yo –digna heredera de ese espíritu permisivo y librepensador- la que tan alegremente entre a juzgar las subjetividades ajenas. Por dios que no. Con mi inmenso corazón en la mano os digo que no podría.
…
Menos a los fans Dani Rovira, tal vez. Y es que no hay clemencia en el mundo para tanta inconsciencia. Esa especie de híbrido entre Hugh Grant y Pablo Alborán, que nos ha vendido actimeles, helados, cerveza y ropa rebajada desde el inexplicable éxito de Ocho Apellidos Vascos –y que a mí, personalmente, me pone más nerviosa que un congreso de Minions- se ha creído que todo el monte es orégano, que con cuatro tics se construye un personaje y que además es más bonito que un remolque recién pintado. El flamante yerno de España (pobre del cuñado que se lo lleve) e incomprensible ganador de un prestigioso –el suyo un poco menos- Goya de la Academia de Cine ha intentado repetir fórmula en esta comedia nupcial de tintes brit que le ha consagrado ya como estrella absoluta del menos exigente de los géneros, gracias a la ingenuidad, la candidez y la ternura que desprenden sus papeles. Todos. O sea, los dos. Que para ser justos son el mismo, porque este chico –desde el cariño lo digo- es pony de un solo truco.
Y si Dani Rovira en el papel de Dani Rovira no sale demasiado beneficiado de este pastiche, peor suerte parece correr María Valverde en el papel de una Keira Knightley hasta arriba de strawberry cheese cupcakes a la hora del brunch. Ella se dedica básicamente a sonreír. A dar saltitos y a sonreír. Y a hacer que yo en el papel de Antonio Recio versión largometraje me cague en los tulipanes con tanto goodfeelinismo instagramero, me sobre mierda para rellenarle los canales a los holandeses y desee con toda mi alma que la atropelle el autobús de Melody en ese papel que jamás debió salir con vida de la sala de montaje.
Sigue por falta de espacio en https://revista.tviso.com/ocho-ahoras-o-nuncas-vascos/
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here