Emisario de otro mundo
5.6
313
Ciencia ficción
Un extraterrestre, procedente de un planeta en crisis, llega a la Tierra, pero, para sobrevivir, necesita beber sangre de los terrícolas. El alienígena protege sus ojos con gafas negras, que sólo se quita para asesinar a sus víctimas. Además, tiene la suerte de que una enfermera le proporcione frecuentes transfusiones; sin embargo, acaba llegando a la conclusión de que la Tierra no es un lugar apacible para vivir. (FILMAFFINITY)
25 de enero de 2021
25 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un tiempo ví ¨Vampiros del Espacio¨, remake de los 80 de esta película, y al ponerme con esta (sin darme cuenta que era la versión original) me estaba diciendo ¨si yo ya he visto esto!¨ hasta tal punto que he tenido que parar la peli y comprobarlo, y no, era el remake la que había visto, pero joder, es que es clavada.
Una película con una idea muy buena, una historia interesante y bien dirigida, que empieza tranquila, casi con toques de humor negro, y acaba siendo realmente tensa, sobre todo en la magnífica parte final.
Vale la pena verla.
Una película con una idea muy buena, una historia interesante y bien dirigida, que empieza tranquila, casi con toques de humor negro, y acaba siendo realmente tensa, sobre todo en la magnífica parte final.
Vale la pena verla.
13 de febrero de 2022
13 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así podría haberse llamado esta pequeña obra de no ser porque el mismo director ya realizaría unos seis años más tarde una con este título.
Aquí volvemos a un tema muy conocido por él y muy propio de la época en que tuvo lugar: la ciencia-ficción con amenaza alienígena.
Propio de la época, porque el tema de las invasiones en este tipo de cine de serie "B" estaba a la orden del día, y todo ello alimentado por una crisis: la de la Guerra Fría, cuyo conflicto entre la U.R.S.S. y EE.UU. se recrudecía bajo el mando del expeditivo Eisenhower, entrando en un punto de reajuste de los territorios soviéticos, y avanzando la competencia armamentística de ambas potencias presagiando la crisis de los misiles de Cuba. Es un momento marcado por el miedo soviético aunque quizás éste no fuera la principal preocupación del director, actor y guionista Charles Griffith cuando instó a su gran amigo Roger Corman para regresar a las historias de ficción.
El cineasta también se encuentra en otra fase; habiendo obtenido el éxito con su barata "Conquistaron el Mundo", se encuentra trabajando sobre todo para A.I.P. y Allied Artists y realiza un extraño "thriller" criminal muy destinado al público juvenil, "Naked Paradise". 1.957 será uno de sus años más frenéticos, y llega pronto el proyecto de "Emisario de otro Mundo", escrita por él y Griffith y con un presupuesto de no más de 100.000 dólares; su condición de "teen movie" (porque se realizó para los autocines) aparece desde el primer momento, con esa joven y ardiente pareja que tras despedirse no sabe la chica el fatídico destino que le aguarda...
Un comienzo en el que conviven varios factores: lo cutre, lo entrañable y la destreza para generar suspense a la manera de Corman, empleando los recursos mínimos. Un hombre maduro y de aspecto sospechoso al que el buen Paul Birch presta su lacónico carácter asalta a la chica y la pantalla; y es en una serie de planos sencillos cómo contemplamos a este personaje maquinando algo terrible con el cuerpo de ella...jamás lo sabremos, pero basta hacernos sentir algún que otro repelús. Más tarde, y tras unos alucinantes créditos iniciales de pura vanguardia expresionista, este hombre visitará a un doctor (Rochelle) para una transfusión, y quedará impresionado por la composición de su sangre.
Son estos pequeños elementos y detalles de los personajes los que van construyendo una intriga, que pronto se traslada a la casa de dicho paciente, llamado "Johnson", siempre ataviado con su traje negro de vendedor de seguros y tras unas inquietantes y grandes gafas de sol; pero una característica de esta historia y lo que la diferencia de otras de su mismo género y época es que no tiene héroe. La protagonista no es esa preciosa enfermera rubia (Nadine, luciendo el atractivo físico de Beverly Garland) ni su jefe Rochelle, ni mucho menos el policía novio de la anterior que simplemente merodea por ahí...
La historia está contada desde la perspectiva del supuesto villano y los secundarios que hay a su alrededor son meros vehículos para armar las incógnitas que el espectador ya conoce (digamos que como en un "whodunit" a la inversa); Corman y Griffith, quienes tratan de manera muy seria temas como la telepatía o las enfermedades sanguíneas, se dedican a humanizar a un personaje llegado de otra galaxia, exiliado pues su país se muere, y precisa habitar una civilización extranjera aun empleando la violencia para lograr su fin. El invasor no es un enemigo impersonal, sino que puede justificar sus actos (aunque éstos sean terribles y escabrosos).
Un concepto peliagudo a tratar en un momento en que América teme la llegada de visitantes del exterior (los soviéticos) capaces de mimetizarse en su sociedad; y a pesar de que es el responsable de las muertes de otros personajes, este "Johnson", un espía espacial, logra despertar (y es lo más extraño de todo) nuestra compasión. Se refuerza esta idea con la llegada de una "paisana" suya obligada al mismo exilio tras sobrevivir a guerras, sublevaciones políticas, asaltos, y la pobreza extrema de su tierra (alusiones y similitudes que se pueden expresar más alto, pero no más claro...).
Esto, las interacciones entre los personajes (llenas de diálogos afilados, no poco audaces para entonces y en su mayoría improvisados) y el permanente clima de tensión creciente, de puro desasosiego, que logra Corman entre las paredes ese hogar-fortaleza, digno de Hitchcock y muy deudor de la paranoica "La Invasión de los Ladrones de Cuerpos", son lo que dan verdadero interés a esta obra, y no algunos efectos especiales desfasadísimos (pero siempre con el típico encanto naif de los '50, por supuesto).
El carácter de Birch durante el rodaje, que no cesaba en sus peleas con el director y que incluso acabó marchándose a mitad de producción, ayuda a modelar la escalofriante sensación que transmite su visitante. Trepidante y veloz último tramo de persecución y con un pequeño giro argumental que uno no se espera, puede haber reticencia al acercarse a esta película de tan bajo presupuesto, muy hija de su tiempo, pero no carente de inventiva e interesantes ideas que está entre lo más potable dirigido por Corman en su etapa de los '50, y que de seguro influyó mucho en futuros directores.
Contiene también la breve aparición de un jovencísimo Dick Miller con ademanes y aspecto de James Dean que los más fans no pueden perderse.
Aquí volvemos a un tema muy conocido por él y muy propio de la época en que tuvo lugar: la ciencia-ficción con amenaza alienígena.
Propio de la época, porque el tema de las invasiones en este tipo de cine de serie "B" estaba a la orden del día, y todo ello alimentado por una crisis: la de la Guerra Fría, cuyo conflicto entre la U.R.S.S. y EE.UU. se recrudecía bajo el mando del expeditivo Eisenhower, entrando en un punto de reajuste de los territorios soviéticos, y avanzando la competencia armamentística de ambas potencias presagiando la crisis de los misiles de Cuba. Es un momento marcado por el miedo soviético aunque quizás éste no fuera la principal preocupación del director, actor y guionista Charles Griffith cuando instó a su gran amigo Roger Corman para regresar a las historias de ficción.
El cineasta también se encuentra en otra fase; habiendo obtenido el éxito con su barata "Conquistaron el Mundo", se encuentra trabajando sobre todo para A.I.P. y Allied Artists y realiza un extraño "thriller" criminal muy destinado al público juvenil, "Naked Paradise". 1.957 será uno de sus años más frenéticos, y llega pronto el proyecto de "Emisario de otro Mundo", escrita por él y Griffith y con un presupuesto de no más de 100.000 dólares; su condición de "teen movie" (porque se realizó para los autocines) aparece desde el primer momento, con esa joven y ardiente pareja que tras despedirse no sabe la chica el fatídico destino que le aguarda...
Un comienzo en el que conviven varios factores: lo cutre, lo entrañable y la destreza para generar suspense a la manera de Corman, empleando los recursos mínimos. Un hombre maduro y de aspecto sospechoso al que el buen Paul Birch presta su lacónico carácter asalta a la chica y la pantalla; y es en una serie de planos sencillos cómo contemplamos a este personaje maquinando algo terrible con el cuerpo de ella...jamás lo sabremos, pero basta hacernos sentir algún que otro repelús. Más tarde, y tras unos alucinantes créditos iniciales de pura vanguardia expresionista, este hombre visitará a un doctor (Rochelle) para una transfusión, y quedará impresionado por la composición de su sangre.
Son estos pequeños elementos y detalles de los personajes los que van construyendo una intriga, que pronto se traslada a la casa de dicho paciente, llamado "Johnson", siempre ataviado con su traje negro de vendedor de seguros y tras unas inquietantes y grandes gafas de sol; pero una característica de esta historia y lo que la diferencia de otras de su mismo género y época es que no tiene héroe. La protagonista no es esa preciosa enfermera rubia (Nadine, luciendo el atractivo físico de Beverly Garland) ni su jefe Rochelle, ni mucho menos el policía novio de la anterior que simplemente merodea por ahí...
La historia está contada desde la perspectiva del supuesto villano y los secundarios que hay a su alrededor son meros vehículos para armar las incógnitas que el espectador ya conoce (digamos que como en un "whodunit" a la inversa); Corman y Griffith, quienes tratan de manera muy seria temas como la telepatía o las enfermedades sanguíneas, se dedican a humanizar a un personaje llegado de otra galaxia, exiliado pues su país se muere, y precisa habitar una civilización extranjera aun empleando la violencia para lograr su fin. El invasor no es un enemigo impersonal, sino que puede justificar sus actos (aunque éstos sean terribles y escabrosos).
Un concepto peliagudo a tratar en un momento en que América teme la llegada de visitantes del exterior (los soviéticos) capaces de mimetizarse en su sociedad; y a pesar de que es el responsable de las muertes de otros personajes, este "Johnson", un espía espacial, logra despertar (y es lo más extraño de todo) nuestra compasión. Se refuerza esta idea con la llegada de una "paisana" suya obligada al mismo exilio tras sobrevivir a guerras, sublevaciones políticas, asaltos, y la pobreza extrema de su tierra (alusiones y similitudes que se pueden expresar más alto, pero no más claro...).
Esto, las interacciones entre los personajes (llenas de diálogos afilados, no poco audaces para entonces y en su mayoría improvisados) y el permanente clima de tensión creciente, de puro desasosiego, que logra Corman entre las paredes ese hogar-fortaleza, digno de Hitchcock y muy deudor de la paranoica "La Invasión de los Ladrones de Cuerpos", son lo que dan verdadero interés a esta obra, y no algunos efectos especiales desfasadísimos (pero siempre con el típico encanto naif de los '50, por supuesto).
El carácter de Birch durante el rodaje, que no cesaba en sus peleas con el director y que incluso acabó marchándose a mitad de producción, ayuda a modelar la escalofriante sensación que transmite su visitante. Trepidante y veloz último tramo de persecución y con un pequeño giro argumental que uno no se espera, puede haber reticencia al acercarse a esta película de tan bajo presupuesto, muy hija de su tiempo, pero no carente de inventiva e interesantes ideas que está entre lo más potable dirigido por Corman en su etapa de los '50, y que de seguro influyó mucho en futuros directores.
Contiene también la breve aparición de un jovencísimo Dick Miller con ademanes y aspecto de James Dean que los más fans no pueden perderse.
15 de marzo de 2024
15 de marzo de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La intro es muy buena. Empieza de golpe con una secuencia, muy típica de las películas de terror de los años 90, en la que esa persona que sale pues muere como víctima de la trama de la película, y luego empiezan los créditos, y vaya créditos!! Muy modernos para ser de los años 50, ya por eso, la valoro muy positivo.
El resto, pues es una película de serie B en toda regla. El argumento es interesante, y el poco metraje favorece que no se haga pesada o lenta.
Interesante Corman. Buen trabajo, aunque tiene muchas deficiencias, normal por el poco presupuesto.
Y una última curiosidad, que en esta película podemos ver, aunque sólo sea poco a Dick Miller super jovencísimo. Me sonaba mucho hasta que luego por la Web vi que es el hombre mayor que va contra los comunistas y muere por una apisonadora en su propia casa en Gremlins.
El resto, pues es una película de serie B en toda regla. El argumento es interesante, y el poco metraje favorece que no se haga pesada o lenta.
Interesante Corman. Buen trabajo, aunque tiene muchas deficiencias, normal por el poco presupuesto.
Y una última curiosidad, que en esta película podemos ver, aunque sólo sea poco a Dick Miller super jovencísimo. Me sonaba mucho hasta que luego por la Web vi que es el hombre mayor que va contra los comunistas y muere por una apisonadora en su propia casa en Gremlins.
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