American Ultra
2015 

5.1
5,689
Acción. Comedia
Mike Howell (Jesse Eisenberg) es un joven que no tiene ninguna motivación y que vive junto a su novia Phoebe (Kristen Stewart) en una pequeña y aburrida ciudad. Un día, su vida da un giro inesperado cuando el pasado de Mike vuelve para perseguirle y se convierte en el blanco de una operación de alto secreto del gobierno. (FILMAFFINITY)
26 de septiembre de 2015
26 de septiembre de 2015
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quieres ver una buena trama?, ¿quieres ver un guion original?, ¿quieres ver una película que acierta mezclando drogas y espionaje? ¿quieres saber que tu pareja y tú, habéis pagado unas entradas de cine y han valido la pena? PERFECTO¡¡. Acompáñame e intentaré ayudarte a decidir.
Si te gusta el rollo "superfumados", aquí no ni lo huelen.
Si te gusta el rollo "soy espía", aquí como que no.
Si te gusta el rollo "¿a que no te lo esperabas?", aquí es predecible desde que te levantas ese día con ganas de ir al cine.
Me imagino a los productores reunidos, pensando, buscando al actor que encarnaría al protagonista, y en ese lío de ideas y nombres, alguien, que seguro sufrió algún tipo de trauma en su infancia, lanzó el nombre de Jesse Eisenberg. Increíble. No va sobre gustos o preferencias. Va de intentar dar credibilidad. Y éste no lo consigue. Entiendo que busacaban un “mindundi” totalmente opuesto a la idea que tenemos de espías, pero esto ya es pasarse. Yo creo que en las escenas de acción, nadie le dijo que si intentan matarte, no deberías tener cara de estar pensado en si has cerrado la puerta de casa al salir. Y esa expresión, sí que mata de verdad. ¿Debo creer que un cuerpo 45 kilos, sin entrenar durante varios años, puede dejar KO a un tipo de 110 kg, armado, entrenado militarmente y recién salido del gimnasio?. Ánimo.
De Kristen Stewart qué decir. No es que lo haga bien, pero seguro que amiga de alguien deberá ser para estar haciendo películas, habiendo muchas mejores opciones. No voy a decir lo típico que dicen de que esta muchacha no sabe expresar alegría, sorpresa, tristeza, preocupación, tensión, nervios, odio, ira, pena, dolor, satisfacción….pero si ella se empeña en que sigamos pensado eso, no seré yo quien la contradiga.
¿Y de Topher Grace que opino? Pues que con él, ya tenemos el trío de malas actuaciones. El pobre sobreactúa como si le estuvieran metiendo prisa en la escena tras las cámaras, tiene el carisma de un paquete de patatas que lleva abierto cuatro días y además representa la imagen más absurda de un "mandamás de servicios de inteligencia". Estupidez, falta de madurez, cobardía e infantilismo. ¿Alguien le ha dicho que ya no participa en "Aquellos maravillosos 70"?
Pues ya tenemos el cóctel. Protagonista sin sangre ni fuerza pero que es un mega-espía-asesino despiadado. Novia sosa y vacía, pero con más secretos que el Vaticano y jefe malo malísimo que duerme con un osito de peluche.
Así que si os sobra dinero, dónalo, gástalo en una tienda de chinos o guárdalo para el próximo estreno, que seguro, será más satisfactorio.
Si te gusta el rollo "superfumados", aquí no ni lo huelen.
Si te gusta el rollo "soy espía", aquí como que no.
Si te gusta el rollo "¿a que no te lo esperabas?", aquí es predecible desde que te levantas ese día con ganas de ir al cine.
Me imagino a los productores reunidos, pensando, buscando al actor que encarnaría al protagonista, y en ese lío de ideas y nombres, alguien, que seguro sufrió algún tipo de trauma en su infancia, lanzó el nombre de Jesse Eisenberg. Increíble. No va sobre gustos o preferencias. Va de intentar dar credibilidad. Y éste no lo consigue. Entiendo que busacaban un “mindundi” totalmente opuesto a la idea que tenemos de espías, pero esto ya es pasarse. Yo creo que en las escenas de acción, nadie le dijo que si intentan matarte, no deberías tener cara de estar pensado en si has cerrado la puerta de casa al salir. Y esa expresión, sí que mata de verdad. ¿Debo creer que un cuerpo 45 kilos, sin entrenar durante varios años, puede dejar KO a un tipo de 110 kg, armado, entrenado militarmente y recién salido del gimnasio?. Ánimo.
De Kristen Stewart qué decir. No es que lo haga bien, pero seguro que amiga de alguien deberá ser para estar haciendo películas, habiendo muchas mejores opciones. No voy a decir lo típico que dicen de que esta muchacha no sabe expresar alegría, sorpresa, tristeza, preocupación, tensión, nervios, odio, ira, pena, dolor, satisfacción….pero si ella se empeña en que sigamos pensado eso, no seré yo quien la contradiga.
¿Y de Topher Grace que opino? Pues que con él, ya tenemos el trío de malas actuaciones. El pobre sobreactúa como si le estuvieran metiendo prisa en la escena tras las cámaras, tiene el carisma de un paquete de patatas que lleva abierto cuatro días y además representa la imagen más absurda de un "mandamás de servicios de inteligencia". Estupidez, falta de madurez, cobardía e infantilismo. ¿Alguien le ha dicho que ya no participa en "Aquellos maravillosos 70"?
Pues ya tenemos el cóctel. Protagonista sin sangre ni fuerza pero que es un mega-espía-asesino despiadado. Novia sosa y vacía, pero con más secretos que el Vaticano y jefe malo malísimo que duerme con un osito de peluche.
Así que si os sobra dinero, dónalo, gástalo en una tienda de chinos o guárdalo para el próximo estreno, que seguro, será más satisfactorio.
9 de octubre de 2015
9 de octubre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece un caso Bourne de segunda mano, de broma y cachondeo, pequeños emulando lo que hacen los mayores, aficionados jugando a imitar a los verdaderos profesionales, disparos, carreras y más disparos y el joven Jason -Jesse Eisenberg- esquivando las balas y matándolos a todos, más un caprichoso crío -Topher Grace- al mando de la operación, de rabieta porque no se sale con la suya, y la cándida Kristen Stewart, de dura y feroz intentando proteger a su amado polluelo.
Ridículas y absurdas conversaciones de un cerebro atorado, que no recuerda quién fue y que confunde quién está siendo en este momento, a su supervisora en cubierto, mezcla irreverente e irrisoria para un cuadro peculiar del bobo de la tienda, que fuma y dibuja cómics y, entre medias, mata a gente con una simple cuchara y sus manos.
Bondad sincera, ingenuidad latente y considerada comprensión de un efectivo terminator que abandona, forzado, su somnolencia y activa su mecánico entrenamiento de supervivencia, para poder pedirle a su novia matrimonio como es debido, a ser posible; inocentes cabezas huecas, en cuerpos adiestrados, para no pensar y obedecer que desfilan cual reparto de cupones para ser el siguiente en la lista a fallecer.
Intenta tener su propia personalidad -aunque es copia disparatada de muchos originales-, su punto de fanfarria, de bufonada cómica con gracia incorporada por su estrambótico estilo de presentación -otra cosa es que lo consiga-, borricada de teatro de un cachorro que adquiere confianza y empieza a caminar solo, para convertirse en el nuevo James Bond de la C.I.A. después de intensos numeritos de explosiones y golpes, un despropósito de humor y coña que presenta una versión divertida y amena del prototipo tantas veces visto en cinta, ex-agente, recluta voluntario que no sabe dónde se mete, acosado y perseguido, que sobrevive para ser invitado -suavemente forzado- a volver a filas.
Una tarde de aburrimiento, de ligera inspiración, a Nima Nourizadeh le dio un ¡telele!, y una idea surgió en su mente, una parodia de homenaje y guasa a ese héroe de acción, el McGiver de los utensilios de cocina como armas mortíferas, que entretiene, cumple medianamente y hace pasar un buen rato, hora y media de distensión, de “poc trellat”, de desfachatez con buen sabor de boca que logra contentar, parcialmente, con su incesante escaparate de tonterías continuas, un sin sentido cuya intención es recrear, con estilo alternativo, lo ya conocido para llegar a buen puerto y desembarcar después de una tarde de risas, juerga y compañía grata.
No llega a película de culto, se excede en los muertos y la sangre, gamberrismo juvenil de caras familiares que se mueve con soltura dentro del refrito que oferta, mueve cartas, ninguna de cosecha propia, para mano que pretende distraer y ambientar, jamás ganar; no vende faroles ni se saca ningún as de la manga, sólo es jarana para ocupar el tiempo y relajar la mente.
¿Cutre?, si, ¿divertida?, por espacios alternos; no la analices, no la tomes en serio y acepta la invitación de estos “superfumados” a su loca fiesta de espías del gobierno norteamericano; no da para mucho, suficiente para la duración que otorga.
Memez que te puede valer si te dejas llevar por la estupidez de su ánimo; ahora, si tu espíritu no está en sintonía, mejor olvídala y ¡a otra cosa!
lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
Ridículas y absurdas conversaciones de un cerebro atorado, que no recuerda quién fue y que confunde quién está siendo en este momento, a su supervisora en cubierto, mezcla irreverente e irrisoria para un cuadro peculiar del bobo de la tienda, que fuma y dibuja cómics y, entre medias, mata a gente con una simple cuchara y sus manos.
Bondad sincera, ingenuidad latente y considerada comprensión de un efectivo terminator que abandona, forzado, su somnolencia y activa su mecánico entrenamiento de supervivencia, para poder pedirle a su novia matrimonio como es debido, a ser posible; inocentes cabezas huecas, en cuerpos adiestrados, para no pensar y obedecer que desfilan cual reparto de cupones para ser el siguiente en la lista a fallecer.
Intenta tener su propia personalidad -aunque es copia disparatada de muchos originales-, su punto de fanfarria, de bufonada cómica con gracia incorporada por su estrambótico estilo de presentación -otra cosa es que lo consiga-, borricada de teatro de un cachorro que adquiere confianza y empieza a caminar solo, para convertirse en el nuevo James Bond de la C.I.A. después de intensos numeritos de explosiones y golpes, un despropósito de humor y coña que presenta una versión divertida y amena del prototipo tantas veces visto en cinta, ex-agente, recluta voluntario que no sabe dónde se mete, acosado y perseguido, que sobrevive para ser invitado -suavemente forzado- a volver a filas.
Una tarde de aburrimiento, de ligera inspiración, a Nima Nourizadeh le dio un ¡telele!, y una idea surgió en su mente, una parodia de homenaje y guasa a ese héroe de acción, el McGiver de los utensilios de cocina como armas mortíferas, que entretiene, cumple medianamente y hace pasar un buen rato, hora y media de distensión, de “poc trellat”, de desfachatez con buen sabor de boca que logra contentar, parcialmente, con su incesante escaparate de tonterías continuas, un sin sentido cuya intención es recrear, con estilo alternativo, lo ya conocido para llegar a buen puerto y desembarcar después de una tarde de risas, juerga y compañía grata.
No llega a película de culto, se excede en los muertos y la sangre, gamberrismo juvenil de caras familiares que se mueve con soltura dentro del refrito que oferta, mueve cartas, ninguna de cosecha propia, para mano que pretende distraer y ambientar, jamás ganar; no vende faroles ni se saca ningún as de la manga, sólo es jarana para ocupar el tiempo y relajar la mente.
¿Cutre?, si, ¿divertida?, por espacios alternos; no la analices, no la tomes en serio y acepta la invitación de estos “superfumados” a su loca fiesta de espías del gobierno norteamericano; no da para mucho, suficiente para la duración que otorga.
Memez que te puede valer si te dejas llevar por la estupidez de su ánimo; ahora, si tu espíritu no está en sintonía, mejor olvídala y ¡a otra cosa!
lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
7 de octubre de 2015
7 de octubre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curioso el caso de esta ‘American Ultra’, nacida a modo de comedia que prima sobre todo la acción pura y dura bebiendo de (pero sin coger la esencia de) Jason Bourne. Funcionaría mejor si intentase parodiarla. Es una lástima que la película se tome en serio a si misma, matando cualquier intento de gag.
Lo mejor que puedo decir de ella es que me ha alegrado volver a ver a Bill Pullman, que tiene a buenos actores (Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Connie Britton o Topher Grace) metidos en faena y que incluso tiene una escena de acción bastante potable en la que el protagonista zurra a los villanos en un centro comercial. Pero más allá de eso, ‘American Ultra’ pierde sentido.
Sinceramente porque gracia, lo que se dice gracia, no hace. Pero no porque el concepto no haga gracia si no por el tono general de la propuesta. Me atrevería a decir que la película tiene un cierto toque psicodélico de inicio que ya despista. Luego están las metáforas sobre árboles y coches rápidos que sobran, así como las posibles dobles lecturas. La película funcionaría mucho más si nos presentan a dos fumados a los que les salen las cosas por suerte.
‘American Ultra’ es floja, muy floja. No se define bien en el género y el espectador no conecta lo más mínimo con ella. La base podría tener su gracia y los actores no están mal, pero falla.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com
Lo mejor que puedo decir de ella es que me ha alegrado volver a ver a Bill Pullman, que tiene a buenos actores (Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Connie Britton o Topher Grace) metidos en faena y que incluso tiene una escena de acción bastante potable en la que el protagonista zurra a los villanos en un centro comercial. Pero más allá de eso, ‘American Ultra’ pierde sentido.
Sinceramente porque gracia, lo que se dice gracia, no hace. Pero no porque el concepto no haga gracia si no por el tono general de la propuesta. Me atrevería a decir que la película tiene un cierto toque psicodélico de inicio que ya despista. Luego están las metáforas sobre árboles y coches rápidos que sobran, así como las posibles dobles lecturas. La película funcionaría mucho más si nos presentan a dos fumados a los que les salen las cosas por suerte.
‘American Ultra’ es floja, muy floja. No se define bien en el género y el espectador no conecta lo más mínimo con ella. La base podría tener su gracia y los actores no están mal, pero falla.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com
15 de agosto de 2024
15 de agosto de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Divertimento gore al estilo de las películas juveniles de espías, de esas en las que el protagonista descubre algo sobre si mismo que no conocía. Una mezcla de "Clerks" con "El ecualizador", con muchas escenas sangrientas, con violencia gratuita y sin complejos, más propio de una comedia negra o de un filme de acción con humor negro del estilo de Robert Rodríguez.
Con estas premisas, el filme es entretenido, por su hipérbole y bizarrez, con un villano de opereta y caricaturesco y una capacidad de la pareja protagonista de ser invulnerables y parecer ser miembros de La Liga de la Justicia.
Quizás esa invulnerabilidad resultase poco creíble si se tratase de un filme que pretenda ser realista -como si fuese de Jason Bourne- pero al ser tan exagerado, es propio del mundo de la fantasía y del cómic. Nada serio.
Con estas premisas, el filme es entretenido, por su hipérbole y bizarrez, con un villano de opereta y caricaturesco y una capacidad de la pareja protagonista de ser invulnerables y parecer ser miembros de La Liga de la Justicia.
Quizás esa invulnerabilidad resultase poco creíble si se tratase de un filme que pretenda ser realista -como si fuese de Jason Bourne- pero al ser tan exagerado, es propio del mundo de la fantasía y del cómic. Nada serio.
15 de septiembre de 2015
15 de septiembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobadete ya está este mundo del cine con refritos de "no lo sabía, pero en realidad soy un espía y ahora mi propia gente me quiere matar". Desde "Bourne" hasta "Misión Imposible", pasando por "RED" y la reciente "Kingsman" ahora le toca el turno a "American Ultra". Da igual que estuvieras en el ajo, o que tuvieras potencial o que te acaben de activar, el caso es que sabes demasiado, eres un peligro, y hay que eliminarte. Así de simple, y así de estúpido.
Y es que "American Ultra", pese a ser divertida, estar llena de humor absurdo y cumplir el objetivo de entretener hace aguas por todos los demás lados. Tenemos a un Mike Howell (Jesse Eisenberg) haciendo lo que mejor se le da: correr por los aparcamientos, y a una Phoebe Larson (Kristen Stewart) también haciendo lo que mejor se le da: poner cara de pena; y entre medias, gente que está muy loca, o es mega mala o sufre un síndrome de "eres mi criatura" al más puro estilo Doctor Frankenstein y su Criatura. Ejemplos del primer tipo (locos) lo tenemos en Walton Goggins, apodado "El Risitas" en la peli (y ya no digo más) y a John Leguizamo, que hace el papel de Rose (no, es un tío, nombre de tía, pero es un tío) que es ni más ni menos que el latino busca broncas tatuado que suministra cosas ilegales. El segundo papel (mega malo) lo encarna Topher Grace, que aquí se llama Adrian Yates y es el capullo de la CIA. Y la tercera (la del síndrome) es Connie Britton, que es otra agente de la CIA llamada Victoria Lasseter y que confirma la teoría que purula por la red de que en la CIA no hay gente normal.
Pues con este elenco de personajes demasiado visto en el cine hay que hacer una película. No sabemos por qué le pusieron el título de "American Ultra", tampoco lo sabes cuando llegan los créditos, pero ahí está. Por lo menos podemos echarle la culpa a los americanos, porque cuando trajimos "God Bless America" le cambiamos el nombre por "Armados y cabreados" y nos quedamos tan anchos. Aquí por lo menos todo estaba lleno de droga y algo tuvo que caer a los guionistas.
Así que "American Ultra" se sostiene por la estupenda actuación de Jesse Eisenberg, cuyo papel de hombre enamorado de su novia e intentando declarársele mientras supera sus fobias (quién sabe, igual alguna provocada por tanto crack) resulta muy convincente. La mezcla entre su latente timidez y sus descacharrantes diálogos, combina con esas escenas de asesinato y muertes con cucharas (¿Nadie ha pensado en "Robin Hood: príncipe de los ladrones" y su "te mataré con una cuchara"?) de una forma surrealista, tan del gusto de las películas de espías de hoy en día. Por ello, se abusa del bullet time en las escenas de acción, se realizan coreografías estupendas a la par que macabras, y se mezcla todo con el efecto de los psicotrópicos en el resto de la trama. Te da la sensación de que el título "Fumados y cabreados" le habría ido mejor.
[...]
Fragmento extraído de www.generacionfriki.es
Y es que "American Ultra", pese a ser divertida, estar llena de humor absurdo y cumplir el objetivo de entretener hace aguas por todos los demás lados. Tenemos a un Mike Howell (Jesse Eisenberg) haciendo lo que mejor se le da: correr por los aparcamientos, y a una Phoebe Larson (Kristen Stewart) también haciendo lo que mejor se le da: poner cara de pena; y entre medias, gente que está muy loca, o es mega mala o sufre un síndrome de "eres mi criatura" al más puro estilo Doctor Frankenstein y su Criatura. Ejemplos del primer tipo (locos) lo tenemos en Walton Goggins, apodado "El Risitas" en la peli (y ya no digo más) y a John Leguizamo, que hace el papel de Rose (no, es un tío, nombre de tía, pero es un tío) que es ni más ni menos que el latino busca broncas tatuado que suministra cosas ilegales. El segundo papel (mega malo) lo encarna Topher Grace, que aquí se llama Adrian Yates y es el capullo de la CIA. Y la tercera (la del síndrome) es Connie Britton, que es otra agente de la CIA llamada Victoria Lasseter y que confirma la teoría que purula por la red de que en la CIA no hay gente normal.
Pues con este elenco de personajes demasiado visto en el cine hay que hacer una película. No sabemos por qué le pusieron el título de "American Ultra", tampoco lo sabes cuando llegan los créditos, pero ahí está. Por lo menos podemos echarle la culpa a los americanos, porque cuando trajimos "God Bless America" le cambiamos el nombre por "Armados y cabreados" y nos quedamos tan anchos. Aquí por lo menos todo estaba lleno de droga y algo tuvo que caer a los guionistas.
Así que "American Ultra" se sostiene por la estupenda actuación de Jesse Eisenberg, cuyo papel de hombre enamorado de su novia e intentando declarársele mientras supera sus fobias (quién sabe, igual alguna provocada por tanto crack) resulta muy convincente. La mezcla entre su latente timidez y sus descacharrantes diálogos, combina con esas escenas de asesinato y muertes con cucharas (¿Nadie ha pensado en "Robin Hood: príncipe de los ladrones" y su "te mataré con una cuchara"?) de una forma surrealista, tan del gusto de las películas de espías de hoy en día. Por ello, se abusa del bullet time en las escenas de acción, se realizan coreografías estupendas a la par que macabras, y se mezcla todo con el efecto de los psicotrópicos en el resto de la trama. Te da la sensación de que el título "Fumados y cabreados" le habría ido mejor.
[...]
Fragmento extraído de www.generacionfriki.es
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