Sahara
6.7
1,231
Bélico
Norte de África, Segunda Guerra Mundial (1939-1945). El ataque por sorpresa de un destacamento alemán, en pleno desierto del Sahara, obliga al sargento Joe Gunn a conducir a sus hombres a una batalla perdida de antemano. Su única esperanza es que lleguen a tiempo refuerzos británicos. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2007
18 de agosto de 2007
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película bélica excepcional que sólo se ve lastrada por ese deseo (tan falsamente liberal y tan propio de este género) de loar a toda costa el honor de la batalla a la vez que se proclama una necesidad de entendimiento entre razas y religiones que es todo hipocresía, y que en el filme se manifiesta en un par de diálogos bastante elementales y ridículos. Por supuesto, la capacidad de redimirse y apropiarse de los buenos sentimientos que predican ingleses y americanos en pleno fragor guerrillero del África ocupada por nazis y fascistas durante la II GM sólo es permeable a bonachones soldaditos italianos con bambina esperando en casa, pero no a un sucio y despiadado alemán, traidor por naturaleza y asesino sin escrúpulos.
Esto, de todos modos, supone un defecto perdonable teniendo en cuenta el año de su producción. Más vale fijarse en lo demás: una vibrante peripecia de supervivencia en el desierto (con ecos a La patrulla perdida de Ford) que muestra muy a las claras, aún sin ser decididamente antibelicista, el horror que siempre implica la guerra. Además, tiene un par de ideas de guión muy locas y efectivas, y el ritmo está tan endiabladamente conseguido (y mantiene un crescendo dramático tan bien dosificado) que hace prácticamente imposible que uno pueda llegar a aburrirse. Mención especial para la fotografía del gran Rudolph Maté. Muy entretenida.
Lo mejor: un ritmazo que no desfallece ni un segundo.
Lo peor: su contradictorio mensaje y algunos personajes arquetípicos.
Esto, de todos modos, supone un defecto perdonable teniendo en cuenta el año de su producción. Más vale fijarse en lo demás: una vibrante peripecia de supervivencia en el desierto (con ecos a La patrulla perdida de Ford) que muestra muy a las claras, aún sin ser decididamente antibelicista, el horror que siempre implica la guerra. Además, tiene un par de ideas de guión muy locas y efectivas, y el ritmo está tan endiabladamente conseguido (y mantiene un crescendo dramático tan bien dosificado) que hace prácticamente imposible que uno pueda llegar a aburrirse. Mención especial para la fotografía del gran Rudolph Maté. Muy entretenida.
Lo mejor: un ritmazo que no desfallece ni un segundo.
Lo peor: su contradictorio mensaje y algunos personajes arquetípicos.
31 de enero de 2012
31 de enero de 2012
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película bélica rodada en 1943 en tiempos de la II Guerra Mundial en un destacable blanco y negro y en el cual se puede apreciar el toque patriótico y de propaganda del film que impregna a los personajes, al guión, a sus acciones es más que evidente comandados todos ellos por un duro sargento (gran Humphrey Bogart como siempre),sus camaradas, un italiano y los nazis.
El film está muy bien hecho retratando con precision las penurias que tenian que soportar los soldados en pleno desierto en donde una cantimplora de agua era un tesoro, ensalza valores como la lealtad, el compañerismo y sobretodo como he dicho antes el patriotismo.
Zoltan Korda dirigó con aplomo este film que no es una obra de arte pero si que entretiene y se deja ver muy bien demostrando ser un film correctísimo que no se vé perjudicado por el paso del tiempo y que además cuenta un final inesperado y muy acorde con lo sucedido en el film (bajo mi juicio claro).
Un 7,5 de puntuación que le doy y que denota que Bogart era tan grande que un film notable como este no es de lo mejor que hizo el mítico actor pero eso no índica que sea malo al contrario lo que pasa es que Bogart no era bueno,, Humphrey Bogart era único.
El film está muy bien hecho retratando con precision las penurias que tenian que soportar los soldados en pleno desierto en donde una cantimplora de agua era un tesoro, ensalza valores como la lealtad, el compañerismo y sobretodo como he dicho antes el patriotismo.
Zoltan Korda dirigó con aplomo este film que no es una obra de arte pero si que entretiene y se deja ver muy bien demostrando ser un film correctísimo que no se vé perjudicado por el paso del tiempo y que además cuenta un final inesperado y muy acorde con lo sucedido en el film (bajo mi juicio claro).
Un 7,5 de puntuación que le doy y que denota que Bogart era tan grande que un film notable como este no es de lo mejor que hizo el mítico actor pero eso no índica que sea malo al contrario lo que pasa es que Bogart no era bueno,, Humphrey Bogart era único.
8 de mayo de 2014
8 de mayo de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película tiene un aire muy especial: las condiciones para perder la batalla están dadas desde el comienzo. Sobre todo la ventaja numérica en las tropas nos hace ver un desigual campo de batalla en pleno desierto. Sin embargo, brota la inteligencia, magistral recurso para siempre hacer ver la superioridad donde no la hay.
Humphrey Bogart hace el papel de un sereno sargento que viene a jugar con su carácter el rol de un nuevo tipo de líder: el líder de los caídos. A su lado, solo hay desolación. A veces, ni siquiera él mismo se cree el cuento de ganar la batalla a punta de de labia.
Pero todo va a estar de su lado... hará falta un elemento que pondrá el aparente nivel de la batalla del lado de nuestro sargento.
Humphrey Bogart hace el papel de un sereno sargento que viene a jugar con su carácter el rol de un nuevo tipo de líder: el líder de los caídos. A su lado, solo hay desolación. A veces, ni siquiera él mismo se cree el cuento de ganar la batalla a punta de de labia.
Pero todo va a estar de su lado... hará falta un elemento que pondrá el aparente nivel de la batalla del lado de nuestro sargento.
3 de enero de 2021
3 de enero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida película bélica del subgénero de tanques rodada en 1943 en plena contienda de la Segunda Guerra Mundial, que a pesar de su tono propagandístico en algunos pasajes (los nazis son presentados como unos arrogantes sin honor capaces de disparar por la espalda durante una tregua) ofrece bastantes puntos de interés.
Se nota un trato esmerado en la producción con nombres ilustres en apartados artísticos como el del mítico Miklos Rozsa en la dirección musical o Rudolph Maté en la fotografía, y la figura estelar de Humphrey Bogart respaldado por una notable terna de secundarios como Bruce Campbell o sobre todo Rex Ingram y J. Carrol Naish, brillando curiosamente en personajes de nacionalidad foránea, a los cuales debemos algunos de los mejores momentos íntimos de la historia.
En el desarrollo argumental se distinguen claramente dos partes, con una primera a modo de road movie con tanque por el desierto que sirve como presentación de los personajes que van nutriendo la expedición. Durante este avance se irán jalonando incidentes que pondrán de manifiesto que más peligroso que el enemigo alemán son las condiciones del desierto que los rodea, con el calor y la deshidratación amenazando sus vidas y su cordura. Encontrar un lugar donde saciar la sed pasará a ser una prioridad vital y el condicionante principal que marcará su ruta a través de las dunas. La guerra quedará aparcada momentáneamente mientras buscan pozos de agua para sobrevivir.
La llegada a uno de esos pozos, punto clave para la supervivencia de todo el que cruce el desierto por esa zona, será el lugar donde se desarrolle el resto de la historia, hasta la batalla final. Ahí se terminará de desarrollar la relación entre personajes, muy bien llevada durante toda la historia, y tendremos momentos de calma tensa, intercambio de confidencias, suspense y drama, y una buena dosis de acción final.
Una buena película dirigida con buen pulso por Zoltan Korda, con una lograda ambientación, reparto carismático con Bogie a la cabeza, y muchos momentos intensos que la hacen entretenida sin dejar de ser creíble.
Se nota un trato esmerado en la producción con nombres ilustres en apartados artísticos como el del mítico Miklos Rozsa en la dirección musical o Rudolph Maté en la fotografía, y la figura estelar de Humphrey Bogart respaldado por una notable terna de secundarios como Bruce Campbell o sobre todo Rex Ingram y J. Carrol Naish, brillando curiosamente en personajes de nacionalidad foránea, a los cuales debemos algunos de los mejores momentos íntimos de la historia.
En el desarrollo argumental se distinguen claramente dos partes, con una primera a modo de road movie con tanque por el desierto que sirve como presentación de los personajes que van nutriendo la expedición. Durante este avance se irán jalonando incidentes que pondrán de manifiesto que más peligroso que el enemigo alemán son las condiciones del desierto que los rodea, con el calor y la deshidratación amenazando sus vidas y su cordura. Encontrar un lugar donde saciar la sed pasará a ser una prioridad vital y el condicionante principal que marcará su ruta a través de las dunas. La guerra quedará aparcada momentáneamente mientras buscan pozos de agua para sobrevivir.
La llegada a uno de esos pozos, punto clave para la supervivencia de todo el que cruce el desierto por esa zona, será el lugar donde se desarrolle el resto de la historia, hasta la batalla final. Ahí se terminará de desarrollar la relación entre personajes, muy bien llevada durante toda la historia, y tendremos momentos de calma tensa, intercambio de confidencias, suspense y drama, y una buena dosis de acción final.
Una buena película dirigida con buen pulso por Zoltan Korda, con una lograda ambientación, reparto carismático con Bogie a la cabeza, y muchos momentos intensos que la hacen entretenida sin dejar de ser creíble.
12 de octubre de 2024
12 de octubre de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Zoltan Korda volvió a mostrar aquí el rigor, aplomo y cuidado de los detalles que ya exhibiera en producciones británicas de su hermano Alexander como "Revuelta en la India" (1938) y "Las Cuatro Plumas" (1939). Y si a eso se suma la fotografía de Rudolph Maté, la personalidad de Bogart, y un guión y una historia tan intensos que no solo te atrapan sino que sientes que te enaltecen, el resultado es un peliculón como la copa de un pino.
Porque "Sahara" es una de esas películas tras cuyo visionado (y les aconsejo encarecidamente que la vean en versión original) no solo sientes satisfacción por haber pasado un rato entretenido, sino que incluso puedes llegar a sentir que, después de lo que has visto y experimentado, tal vez seas un poco mejor persona que dos horas antes.
Tres norteamericanos, cinco británicos y un francés, a los que pronto se unirán un sudanés y un italiano (además de un alemán), en una situación límite y que ellos llevan hasta el mayor límite. Y una película que aunque en algún momento se le vean un poco las costuras de la propaganda y de la coyuntura bélica (cualquier filme es hijo de su tiempo), y hasta de una cierta grandilocuencia ("Hamlet" también es grandilocuente), no es nunca ni sensiblera ni melodramática, ya que nunca cae en el recurso fácil.
Y es tan seca en la presentación de las emociones como el desierto. Tan cruda como la guerra y tan inevitable como la muerte. Y tan dolorosa y grandiosamente humana como esos hombres que se defienden bajo el sol y sin apenas agua, dispuestos a lo que sea para matar para que no les maten. Y para ganar la guerra contra el mal, aun a costa de su vida, dando así algún sentido al mayor sinsentido.
Porque puede que la peli, realizada en 1942 con la intención de movilizar a la peña y dar moral frente a los boches, sea de propaganda bélica y a veces se le nota, ya lo hemos dicho. Pero cuando una película bélica tiene tanta verdad como esta, es tan realista, difícilmente puede ser de propaganda bélica, no sé si me explico. Porque el horror de la guerra es siempre muy difícil de justificar, incluso aunque se emprenda en nombre de los más altos ideales, como es el caso.
Y la película está tan bien hecha que va más allá de su tiempo y de las intenciones coyunturales que en su día albergara (que "El Quijote" fuese, cuando se publicó, una diatriba contra los libros de caballerías no lo empequeñece) y es lo que la convierte en un gran clásico. Del mismo modo que lo que hace grande a cualquier obra no suele ser solo que dé respuestas, sino que plantee preguntas.
(sigo en zona Spoiler, pero no porque vaya a revelar mucho, sino porque si no se ha visto la peli quizá no sean fáciles de entender mis reflexiones)
Porque "Sahara" es una de esas películas tras cuyo visionado (y les aconsejo encarecidamente que la vean en versión original) no solo sientes satisfacción por haber pasado un rato entretenido, sino que incluso puedes llegar a sentir que, después de lo que has visto y experimentado, tal vez seas un poco mejor persona que dos horas antes.
Tres norteamericanos, cinco británicos y un francés, a los que pronto se unirán un sudanés y un italiano (además de un alemán), en una situación límite y que ellos llevan hasta el mayor límite. Y una película que aunque en algún momento se le vean un poco las costuras de la propaganda y de la coyuntura bélica (cualquier filme es hijo de su tiempo), y hasta de una cierta grandilocuencia ("Hamlet" también es grandilocuente), no es nunca ni sensiblera ni melodramática, ya que nunca cae en el recurso fácil.
Y es tan seca en la presentación de las emociones como el desierto. Tan cruda como la guerra y tan inevitable como la muerte. Y tan dolorosa y grandiosamente humana como esos hombres que se defienden bajo el sol y sin apenas agua, dispuestos a lo que sea para matar para que no les maten. Y para ganar la guerra contra el mal, aun a costa de su vida, dando así algún sentido al mayor sinsentido.
Porque puede que la peli, realizada en 1942 con la intención de movilizar a la peña y dar moral frente a los boches, sea de propaganda bélica y a veces se le nota, ya lo hemos dicho. Pero cuando una película bélica tiene tanta verdad como esta, es tan realista, difícilmente puede ser de propaganda bélica, no sé si me explico. Porque el horror de la guerra es siempre muy difícil de justificar, incluso aunque se emprenda en nombre de los más altos ideales, como es el caso.
Y la película está tan bien hecha que va más allá de su tiempo y de las intenciones coyunturales que en su día albergara (que "El Quijote" fuese, cuando se publicó, una diatriba contra los libros de caballerías no lo empequeñece) y es lo que la convierte en un gran clásico. Del mismo modo que lo que hace grande a cualquier obra no suele ser solo que dé respuestas, sino que plantee preguntas.
(sigo en zona Spoiler, pero no porque vaya a revelar mucho, sino porque si no se ha visto la peli quizá no sean fáciles de entender mis reflexiones)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y en ese sentido me parece que en la cinta hay dos dos momentos esenciales verbalizados a través de sendos discursos:
---El de Giusseppe, el soldado italiano (J. Carroll Naish), dándole una lección de dignidad y valentía al piloto alemán (Kurt Kreuger) vale por toda la peli. Y no en vano al actor que lo encarna le valió la nominación al Oscar al mejor actor secundario. Y, sí, vale, existe una clara intencionalidad política, tendiendo los aliados un puente a la población de Italia para que abandonen al Eje. Y yendo un poco más allá, se puede entender que hay una discriminación implícita del pueblo alemán respecto al italiano, al que se considera incapaz de rebelarse contra un Hitler por el que estaría abducido. Bueno, vale, pues sí, pero ya llegará el momento de películas en que los alemanes no sean malos y se les pida que abandonen a Hitler. Y en todo caso, eso no quita grandeza y emoción a las emocionantes palabras de Giuseppe.
---Pero luego está el discurso del sargento Gunn (o sea, Bogart): el del sacrificio de la propia vida en favor de un bien superior. Y que es el que, sobre todo si se es más o menos pacifista (y en mayor o menor medida, casi todos lo somos) lo deja a uno con más interrogantes que respuestas, a diferencia de lo que pasa con el del italiano, que es mucho más fácil de asumir.
Y qué duda cabe, por duro que sea admitirlo, que si no es por el sacrificio de tantas gentes, los nazis no hubiesen sido derrotados. Y que la guerra, dada su perversidad, era necesaria y estaba justificada. Es lo que se nos ha inculcado desde siempre. Y muchos creemos que ese sacrificio, y tanto horror y dolor, valió la pena.
Pero siempre se puede albergar la duda desde un punto de vista que aunque sea contrario al nazismo, sea radicalmente pacifista:
¿No se hubiese producido más tarde o más temprano, aunque el mal hubiese triunfado temporalmente, un declive del régimen nazi? ¿Valió la pena la guerra en términos humanos? ¿era necesaria siquiera fuese en términos de dignidad pese a los males generados? ¿cuando está justificada la guerra? ¿Quién lo decide?
Son preguntas que inevitablemente surgen ante el visionado de esta gran peli que plantea más preguntas que respuestas y que por eso es un peliculón.
---El de Giusseppe, el soldado italiano (J. Carroll Naish), dándole una lección de dignidad y valentía al piloto alemán (Kurt Kreuger) vale por toda la peli. Y no en vano al actor que lo encarna le valió la nominación al Oscar al mejor actor secundario. Y, sí, vale, existe una clara intencionalidad política, tendiendo los aliados un puente a la población de Italia para que abandonen al Eje. Y yendo un poco más allá, se puede entender que hay una discriminación implícita del pueblo alemán respecto al italiano, al que se considera incapaz de rebelarse contra un Hitler por el que estaría abducido. Bueno, vale, pues sí, pero ya llegará el momento de películas en que los alemanes no sean malos y se les pida que abandonen a Hitler. Y en todo caso, eso no quita grandeza y emoción a las emocionantes palabras de Giuseppe.
---Pero luego está el discurso del sargento Gunn (o sea, Bogart): el del sacrificio de la propia vida en favor de un bien superior. Y que es el que, sobre todo si se es más o menos pacifista (y en mayor o menor medida, casi todos lo somos) lo deja a uno con más interrogantes que respuestas, a diferencia de lo que pasa con el del italiano, que es mucho más fácil de asumir.
Y qué duda cabe, por duro que sea admitirlo, que si no es por el sacrificio de tantas gentes, los nazis no hubiesen sido derrotados. Y que la guerra, dada su perversidad, era necesaria y estaba justificada. Es lo que se nos ha inculcado desde siempre. Y muchos creemos que ese sacrificio, y tanto horror y dolor, valió la pena.
Pero siempre se puede albergar la duda desde un punto de vista que aunque sea contrario al nazismo, sea radicalmente pacifista:
¿No se hubiese producido más tarde o más temprano, aunque el mal hubiese triunfado temporalmente, un declive del régimen nazi? ¿Valió la pena la guerra en términos humanos? ¿era necesaria siquiera fuese en términos de dignidad pese a los males generados? ¿cuando está justificada la guerra? ¿Quién lo decide?
Son preguntas que inevitablemente surgen ante el visionado de esta gran peli que plantea más preguntas que respuestas y que por eso es un peliculón.
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