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El sacrificio del ciervo sagrado

Thriller. Drama Steven es un eminente cirujano casado con Anna, una respetada oftalmóloga. Viven felices junto a sus dos hijos, Kim y Bob. Cuando Steven entabla amistad con Martin, un chico de dieciséis años huérfano de padre, a quien decide proteger, los acontecimientos dan un giro siniestro. Steven tendrá que escoger entre cometer un impactante sacrificio o arriesgarse a perderlo todo. (FILMAFFINITY)
Críticas 179
Críticas ordenadas por utilidad
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8
29 de octubre de 2017
96 de 143 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ciencia se rinde ante la superstición en la última película del realizador griego Yorgos Lanthimos, un filme que, con la precisión de un bisturí, abre en canal al espectador.

El escritor checo Milan Kundera ya afirmaba que "la cirugía lleva el imperativo básico de la profesión médica hasta límites extremos, en los que lo humano entra en contacto con lo divino".

Además, rememoraba esa "breve pero intensa sensación de sacrilegio" que supone hurgar por primera vez en un cuerpo humano, pues el Creador "no sospechaba que alguien iba a meter la mano dentro del mecanismo que él había inventado, meticulosamente cubierto de piel, sellado y cerrado a los ojos del hombre".
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Una emoción que Steven (Colin Farrell), un reputado cardiólogo, parece haber perdido tras una vida dedicada a husmear en el interior de la perfecta maquinaria creada por Dios a su imagen y semejanza. En un quirófano, la ciencia entra en conflicto con la fe y, allí donde no gobierna ley humana o divina, las Horas dictan sentencia.

A través de la relación de Steven con su mujer, Anna (Nicole Kidman), una respetada oftalmóloga, se retrata la endogamia médica, aliñanada con apáticas y distantes relaciones sexuales típicas del imaginario de Lanthimos.
Junto a sus dos hijos, Kim y Bob, llevan una vida más cómoda que feliz, en la que se hace hueco Martin (Barry Keoghan), un adolescente sin padre que cuenta con el favor de Steven, y cuyas visitas serán el destello de la calma que precede a la tempestad.

Con la lenta e impertubable furia de la brisa que se torna huracán y con la irónica sobrenaturalidad de los desastres naturales, Martin llega para devastar la vida de Steven, a quien culpa de la muerte de su padre.
En compensación, al igual que los antiguos dioses griegos, exige un sacrifio ante la amenaza de una maldición que provocará un fallo multiorgánico en la familia, a excepción del cirujano, pues, a juicio de Martin, sería "lo más parecido a la justicia".

La superstición se apodera así de un médico al que la ciencia ha dado la espalda e inyecta en él un pensamiento mágico que le hace atribuir un efecto a un suceso sin que exista una relación causa-efecto demostrable entre ambos.

Desesperado por salvar a su familia, Steven se ve obligado a elegir entre satisfacer el sangriento mandato divino de Martin o arriesgarse a lanzar un órdago. El eco de la voz de Kundera recuerda que "un asesinato así solo se adelanta un poco a lo que Dios se hubiese encargado de hacer algo más tarde".

Al fin y al cabo, "se puede suponer que Dios contaba con el asesinato, pero no contaba con la cirugía".
5
14 de diciembre de 2017
79 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un buen comienzo y una banda sonora que nos pone en órbita sobre que algo malo va a suceder desde el primer minuto del film, termina perdida y siendo plomiza. Eso sí, te mantiene atento hasta el desenlace final. Las actuaciones están a un buen nivel y la atmósfera de terror e intriga muy bien lograda, pero esto no logra contrarrestar la ausencia de un mínimo de lógica y coherencia que nos intentan esconder tras una tragedia griega y algo sobrenatural e imperceptible.

Yorgos Lanthimos nos plantea una situación que en un principio parece muy difícil y que a la postre termina siendo incoherente, dejando muchos cabos sueltos. Me parece la típica película pretenciosa que logra impactar durante mucho tiempo del metraje, pero que luego se diluye por su falta de veracidad en el desenlace de los hechos.

Las actuaciones, como digo, están bien, dentro de lo que se quiere conseguir. Porque lo que es a nivel de lógica, no la tiene. Esta familia robótica y sin sentimientos no es creíble en absoluto. El amigo Yorgos nos trata de poner entre la espada y la pared con preguntas para niños pequeños. ¿Darías tu vida por alguien?.¿A qué hijos quieres más?.¿Quieres más a mamá o a papá?. En base a esto gira la película, en un torbellino de emociones que da tantas vueltas que da termina mareando y haciendo vomitar.

El film toca muchos palos, cine social, cine de terror, thriller psicológico... pero no profundiza de manera acertada en ninguno de ellos, resultando pretenciosa a más no poder.

Le doy un 5 porque por la atmósfera creada, la actuaciones acorde con el guión y la fotografía es correcta. Le añado que te mantiene hasta el final deseando ver lo que sucede. A esto le resto el guión, que en una película es el esqueleto, y me quedo con un trozo de carne. A esto le resto que Yorgos no ha sabido imprimirle alma, y me quedo con un trozo de carne sin alma.

(EN EL SPOILER ESCRIBO ALGUNAS DE LOS AGUJEROS DEL FIL
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A mi parecer, estas son las incoherencias inconexas del film.

-De repente un niño de 16 años, que imagino que por su manera de expresarse es superdotado, (porque con sus diálogos deja planchados a los eminentes doctores), hace que la familia enferme. ¿Cómo?. Pues nadie lo sabe, sólo sucede que enferman. Venga va, vamos a creérnoslo, que estamos rodeados de una atmósfera como sobrenatural con una banda sonora estridente.

-Cuando el marido le propone a la mujer llevar el caso a la policía, la mujer rechaza esta opción. ¿Miedo a morir por arte de magia?.¿Adultos que se dejan engañar por un mocoso de 16 años que está pirado?. Venga va, vamos a creérnoslo, ya que estos aburguesados doctores sólo quieren el dinero y la felicidad material, sin importarles lo más mínimo sus seres queridos, pues son sustituibles.

-Los más eminentes doctores dan el alta a dos niños que se están muriendo sin saber el motivo. Venga vamos a creérnoslo, aunque esto no suceda ni e el tercer mundo cuando uno tiene dinero, pero como los padres son doctores prefieren tenerlos en casa.

-El caso de negligencia médica sobre el cual gira la película se resume en un niño que dice que el médico ha matado a su padre y el médico culpa al anestesista y el anestesista al médico. Vamos a creérnoslo, más que nada porque ya no nos queda otro remedio, llegados a este punto. Pero queda claro que Yorgos no es capaz de darse crédito ni a sí mismo.

-La madre de Martin, una cuarentona jamona y chupadedos, que es lo único que le dejan chupar, ¿está ahí para qué?. ¿Cómo intento de mayor chantaje?. Porque no aporta absolutamente nada, pero claro, es más fácil rodar esto que emplearlo en un guión coherente con el que uno no sabe lidiar. Pero venga va, vamos a creérnoslo, una vez más.

-La lucha de todos los familiares por seguir vivos. La madre que se quiere acostar con el marido para convencerle de que pueden tener otro hijo, y es prescindible uno de ellos. Los dos niños que tratan de ganarse el favor del padre. El padre que obviamente no es capaz de tomar una decisión correcta NUNCA, jamás piensa en quitarse su propia vida y no tiene el verdadero valor para quitársela NUNCA, ni después de haber matado a si propio hijo, al causante de todo este embrollo. Porque si Yorgos nos quiere poner en la piel de la elección, la elección más lógica sería, que menos, acabar con Martin y su madre y enterrarlos en el jardín, pues un extorsionador o un chantajista, siempre te va a tener pillado, ya que sabe todo sobre ti. ¿Aún así, me tengo que creer esto?. ¿He de pensar a la carta, lo que Yorgos me quiere hacer pensar?. ¿O puedo pensar como ser humano y no como robot?.

-Al final el doctor accede a matar a un familiar, así de buen rollo y al azar, perfecto, la película nos encaminaba hacia esto. Pero... ¿cómo se puede deshacer de un niño al que le han dado de alta hacía unos días y con un agujero en el pecho por un disparo de un rifle de caza?. Pues al igual que la enfermedad, ¡magia!. Y entonces, ya no me apetece creerme nada más. Porque la familia sigue su vida como si nada, contentos de vivir y lo siento, pero no. Amigo Yorgos, hiciste un film pretencioso en exceso, quisiste hacer algo excelso pero no tienes el talento suficiente para conseguirlo, al menos, a día de hoy.
Jab
1
15 de octubre de 2017
85 de 139 usuarios han encontrado esta crítica útil
En si la idea podría dar cabida a un excelente drama o a un excelente film de terror psicológico. La idea, de base, es buena y fuertemente atractiva. Sin embargo, conforme pasan los minutos, uno se da cuenta de que esta película no le va a proporcionar ninguna de esas cosas.Lo que si proporciona son diálogos absurdos, desde comentar con un desconocido si te ha venido la regla, a mantener una interesante charla sobre el pelo en los sobacos. Así de profundas son las conversaciones que uno puede hallar a lo largo de la película.

Yorgos Lanthimos vuelve a caer en el absurdo sinsentido que son todas sus películas, películas superficiales, que parten de ideas que podrían dar excelentes films, pero que al final lo único que consiguen es plantear situaciones grotescas y totalmente increíbles.
1
3 de diciembre de 2017
68 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de salir del cine de ver "El sacrificio de un ciervo sagado" y me siento estafado. Que alguien me devuelva el tiempo perdido, no el dinero. Es lo que menos me ha gustado en muchos años, y os digo que es la primera vez que hablo mal de una película en público porque soy muy defensor de todo cine, de hecho mi consumo principal es cine de autor y en todo veo señales de elementos interesantes técnicos, artísticos, etc... pero es que me he sentido engañado... tomadura de pelo. La sala resoplando y haciendo chistes al final.

Primero voy a poner lo único que me ha gustado: una composición de cámara interesante, pero cagada en el montaje con el "zoom digital". Y ahora lo que no me ha gustado: Cuarenta minutos de reloj sin engancharme, entonces es cuando ocurre una conversación interesante; si la peli hubiera empezado justo en esa escena de la cafetería los anteriores cuarenta minutos sobrarían porque no aportan nada; es más, hay escenas como la del reloj, los regalos, la presentación a la familia, la presentación de la otra madre, que son absurdas y no vuelven a mencionarse ni tienen peso en la trama, cuarenta minutos de nada, de planos a cámara lenta. Pero a partir de ahí las cosas empeoran; y aunque tenga un premio al mejor guión, a mi me pareció falto de coherencia y falto de interés. En la sala había dos médicos y todo el rato diciendo que era absurdo, que quizá el guionista nunca había entrado en un hospital. El final es decepcionante porque no explica nada, he visto cientos de películas con finales abiertos, pero siempre tienen unos elementos de lógica para que tu pienses varias alternativas. Aquí no, no hay lógica, no hay trama, es todo un chiste o un engaño al espectador. ¿Es fantasía, es una conspiración, es psicológico? A medio camino entre todo eso, ninguna trama posible tiene los elementos lógicos para dejar un final abierto, es una pérdido de tiempo visutal. Técnicamente abusa de la cámara lenta: cámara lenta para pasear, cámara lenta para comerse unas patatas fritas, cámara lenta para rascarse la barba hipster; también abusa muchísimo del zoom digital puesto en postproducción, conversaciones absurdas y zoom digital para adentro con cámara lenta, como si hubieran dicho algo sobre el sentido de la vida. "Oye ¿vamos a pasear? hace buen día", zoom digital adentro; "Te veo cansada mamá", zoom digital para adentro. La música es hartamente repetitiva y molesta; no pretende lo "agónico" como pueda parecer, es que es molesta sin más: redoble de tambor constante y algunos sonidos estridentes. He leído críticas que decían que los actores parecen robots en interpretación, es justo lo que pienso. Y luego he leído críticas en periódicos afines a Cannes diciendo "es todo un homenaje a Kubrick"... supongo que habrán puesto eso para quedar bien con la distribuidora pero me parece un gran insulto a la inteligencia.
1
4 de enero de 2018
63 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Lo que está claro, es que no se le puede negar a Yorgos Lanthimos su originalidad y su capacidad para sorprender"
Recojo esta perla de frase de una de las críticas que alaban este nuevo sin sentido del nefasto director griego. Ser original e intentar sorprender, no se trata solo de crear historias que se salgan de los moldes tradicionales, eso lo puede hacer cualquiera como el señor Lanthimos. Lo que en realidad conlleva un desafió y que pocos logran, es conseguir una historia sesuda y argumentalmente sólida y estructurada, que por más que pretenda involucrar al espectador y dejarle a este cierta participación en el guion, las bases que sostienen el relato deben transitar los terrenos de la coherencia. Pero con Lanthimos ocurre tan solo lo primero, este insalubre realizador tan solo se toma el trabajo de recurrir al absurdo, cuanto más estúpida y traída de los cabellos sea su idea original, más fácil le resulta el desarrollo, sin embargo, no se preocupa en ningún momento por hacer que su cinta sea creíble. ¿Y acaso para que hacerlo?. Ya don Yorgos tiene a su favor, un círculo de críticos de esos tan dañinos que por no posar como la gente del común, se casan con estos directores y alaban su incompleta obra, aduciendo que lo que se quiso era invitar a la reflexión del espectador y por tanto no había que desarrollarlo todo. Y don Yorgos tiene ya a cierta parte del público que cae en el infame juego de querer interpretar lo absurdo y cuando no lo consiguen, entonces terminan alabando dizque la creatividad y originalidad, ¡por Dios!
Con The Lobster es el más claro ejemplo: él hizo la primera parte, partió de una buena idea original. A mitad del metraje no sabía que más hacer, no redondeó su faena pero ya había logrado su cometido de "deslumbrar" a sus ingenuos seguidores.
Con Canino, esbozó todo lo absurdo que se podía condensar en un film, desde cambiarle el nombre a las cosas por que sí y llegar a lo repulsivo sin dar explicaciones, Ah claro la idea es interpretar.
Y con este, su último, ojalá fuera el último, pero infortunadamente es su más reciente, adefesio, parte de una base pretenciosa y luego de 60 minutos, suelta su "bomba", a través del personaje más desesperante y retrasado que se haya visto recientemente, el joven Martín, pero tranquilos, no hay nada que explicar, de nuevo el absurdo se apodera de todo y mientras sin justificación alguna algunos personajes se arrastran como babosas y otros chupan manos, supuestamente se está construyendo otra de las obras cumbres de este pretencioso griego.
Ya para don Yorgos, al igual que Terrence Malick y Leox Carax, todo se trata de rellenar con imágenes, conseguir actores de renombre y pasearse por festivales, ¿guiones? ¡no que va!, eso no es necesario cuando tienes a tus pies a críticos y público tan ingenuo que traga entero.
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