La misión
7.6
56,935
Aventuras. Drama
Hispanoamérica, siglo XVIII. En plena jungla tropical junto a las cataratas de Iguazú un misionero jesuita, el padre Gabriel (Jeremy Irons), sigue el ejemplo de un jesuita crucificado, sin más armas que su fe y un oboe. Al ser aceptado por los indios guaraníes, Gabriel crea la misión de San Carlos. Entre sus seguidores está Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), ex-traficante de esclavos, mercenario y asesino, que buscando el perdón se hace ... [+]
3 de julio de 2010
3 de julio de 2010
30 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La misión” es una buena película, pero se queda en eso: buena, cuando el potencial del que partía tenía todas las bazas a su favor para haber sido una obra maestra. Quien la ha visto, guarda en la retina algunos momentos, lo cual quiere decir que visualmente es muy poderosa.
He constatado, después de leer varias críticas y opiniones, que hay como dos tendencias más o menos claras:
1-elogiar la película, prácticamente sin reparos, ensalzando los bellos paisajes
2-alabar el aspecto formal también, pero criticando algunos aspectos técnicos, de dramatización, dirección o todos ellos.
Personalmente, me siento más cercano a la segunda postura. Me parece que es una peli de momentos muy logrados, pero quizá no sabe articular todos esos momentos en una historia global que tenga mayor consistencia.
El film tiene el mérito de que involucra inmediatamente al espectador, gracias a un fantástico inicio y sus espectaculares paisajes. Poco después aparece el primer fallo: las relaciones de Mendoza con su hermano (Aidan Quinn), que apenas se esboza. Es precisamente un anticipo; es en las transiciones de lo que pasa fuera de la selva, donde Joffé no tiene la pericia suficiente. La relación España-Portugal-Iglesia puede llegar a resultar bastante confusa para los no iniciados. Evidentemente, no se trata de una película histórica, pero un mínimo de didáctica (apenas dos ligeros apuntes habrían bastado) no se hubiera echado de menos. También cabe añadir, como se ha sugerido, que el tratamiento de los guaraníes es bastante superficial, se ven casi como un objeto pasivo.
Efectivamente, donde destaca, y es una opinión unánime, es en la gran belleza de sus imágenes (como las cataratas de Iguazú), gracias a un fantástico trabajo previo de localizaciones y, por supuesto, a la propia naturaleza de los parajes. No en vano, la fotografía obtuvo el Oscar.
Tiene escenas prodigiosas: el jesuíta cayendo por las cataratas de Iguazú, el primer encuentro del padre Gabriel (Jeremy Irons) tocando el oboe con los indios guaraníes, la penitencia de Mendoza (De Niro), hasta alcanzar la cima donde rompe a llorar, o el final.
En cuanto a los actores, recital interpretativo. De Liam Neeson me ha sorprendido que, al verlo ahora, prácticamente no ha envejecido desde entonces, sigue teniendo el mismo aspecto. Jeremy Irons confirma también que domina la interpretación, haciendo un gran papel.
El trabajo de Robert de Niro, es fantástico. La fuerza de su mirada, la manera en que transmite su semblante, el sacrificio, … Personalmente, creo que es uno de los mejores actores que ha habido en al Historia del Cine y aquí vuelve a ratificarlo.
El final resulta espectacular en cuanto a la emotividad que transmite.
He constatado, después de leer varias críticas y opiniones, que hay como dos tendencias más o menos claras:
1-elogiar la película, prácticamente sin reparos, ensalzando los bellos paisajes
2-alabar el aspecto formal también, pero criticando algunos aspectos técnicos, de dramatización, dirección o todos ellos.
Personalmente, me siento más cercano a la segunda postura. Me parece que es una peli de momentos muy logrados, pero quizá no sabe articular todos esos momentos en una historia global que tenga mayor consistencia.
El film tiene el mérito de que involucra inmediatamente al espectador, gracias a un fantástico inicio y sus espectaculares paisajes. Poco después aparece el primer fallo: las relaciones de Mendoza con su hermano (Aidan Quinn), que apenas se esboza. Es precisamente un anticipo; es en las transiciones de lo que pasa fuera de la selva, donde Joffé no tiene la pericia suficiente. La relación España-Portugal-Iglesia puede llegar a resultar bastante confusa para los no iniciados. Evidentemente, no se trata de una película histórica, pero un mínimo de didáctica (apenas dos ligeros apuntes habrían bastado) no se hubiera echado de menos. También cabe añadir, como se ha sugerido, que el tratamiento de los guaraníes es bastante superficial, se ven casi como un objeto pasivo.
Efectivamente, donde destaca, y es una opinión unánime, es en la gran belleza de sus imágenes (como las cataratas de Iguazú), gracias a un fantástico trabajo previo de localizaciones y, por supuesto, a la propia naturaleza de los parajes. No en vano, la fotografía obtuvo el Oscar.
Tiene escenas prodigiosas: el jesuíta cayendo por las cataratas de Iguazú, el primer encuentro del padre Gabriel (Jeremy Irons) tocando el oboe con los indios guaraníes, la penitencia de Mendoza (De Niro), hasta alcanzar la cima donde rompe a llorar, o el final.
En cuanto a los actores, recital interpretativo. De Liam Neeson me ha sorprendido que, al verlo ahora, prácticamente no ha envejecido desde entonces, sigue teniendo el mismo aspecto. Jeremy Irons confirma también que domina la interpretación, haciendo un gran papel.
El trabajo de Robert de Niro, es fantástico. La fuerza de su mirada, la manera en que transmite su semblante, el sacrificio, … Personalmente, creo que es uno de los mejores actores que ha habido en al Historia del Cine y aquí vuelve a ratificarlo.
El final resulta espectacular en cuanto a la emotividad que transmite.
10 de enero de 2011
10 de enero de 2011
29 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo la primera vez que escuché la banda sonora de esta película. Estaba en el coche y empezó a sonar suavemente por la radio. En ese instante me encapriché de Ennio Morricone y del oboe de Gabriel.
Y días más tarde vi la película.
Y mi gracia por Morricone se convirtió en una locura. Me enamoré de las cataratas de Iguazú y de la selva, y también del padre Gabriel y la voz de los niños guaraníes. Pero por encima de todo me perdí en la mirada de decisión y fiereza de Rodrigo Mendoza.
El padre Gabriel era un maestro por encima de todo. Un genio espiritual capaz de hacer cambiar de idea a los indígenas con un oboe (instrumento que desgraciadamente terminó muy mal). Pero es que Jeremy Irons era, y sigue siendo, todavía más increíble que el padre Gabriel. Porque solo con fruncir las cejas y crear una fina arruga en su frente podía tranquilizarnos y hacernos saber que él tenía razón. Y encontró a Mendoza. O Mendoza lo encontró a él.
El que fue salvaje y despiadado decidió purgar su alma. Irons y De Niro subieron la catarata, escalaron juntos la roca.
Y llegaron arriba. Y Mendoza cayó de rodillas. Y se puso a llorar. Y lloró, y lloró… Y el padre Gabriel le sonrió, y le abrazó. Y Mendoza lloró aún más…
La misión es la mejor película que he visto jamás. Lo tiene todo, absolutamente todo. No puedo oír un oboe sin acordarme de Irons. Tiene una música espectacular, un mensaje del que muchas películas que proclaman la libertad del pueblo deberían tomar nota. Incluye ese par de actorazos insuperables y, cómo no, la fotografía.
Porqué son preciosas las cataratas de Iguazú.
Y días más tarde vi la película.
Y mi gracia por Morricone se convirtió en una locura. Me enamoré de las cataratas de Iguazú y de la selva, y también del padre Gabriel y la voz de los niños guaraníes. Pero por encima de todo me perdí en la mirada de decisión y fiereza de Rodrigo Mendoza.
El padre Gabriel era un maestro por encima de todo. Un genio espiritual capaz de hacer cambiar de idea a los indígenas con un oboe (instrumento que desgraciadamente terminó muy mal). Pero es que Jeremy Irons era, y sigue siendo, todavía más increíble que el padre Gabriel. Porque solo con fruncir las cejas y crear una fina arruga en su frente podía tranquilizarnos y hacernos saber que él tenía razón. Y encontró a Mendoza. O Mendoza lo encontró a él.
El que fue salvaje y despiadado decidió purgar su alma. Irons y De Niro subieron la catarata, escalaron juntos la roca.
Y llegaron arriba. Y Mendoza cayó de rodillas. Y se puso a llorar. Y lloró, y lloró… Y el padre Gabriel le sonrió, y le abrazó. Y Mendoza lloró aún más…
La misión es la mejor película que he visto jamás. Lo tiene todo, absolutamente todo. No puedo oír un oboe sin acordarme de Irons. Tiene una música espectacular, un mensaje del que muchas películas que proclaman la libertad del pueblo deberían tomar nota. Incluye ese par de actorazos insuperables y, cómo no, la fotografía.
Porqué son preciosas las cataratas de Iguazú.
15 de noviembre de 2008
15 de noviembre de 2008
69 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imágenes bellísimas. Por eso se caracteriza esta película. Oír hablar de ella es sinónimo de oír hablar de su fantástica fotografía, y merecidamente. También está su música, preciosa, memorable, y que en conjunto con los parajes que aparecen en La Misión, crean una atmósfera fantástica. Pero la atmósfera no lo es todo. Y esta sobrevalorada película flojea del resto:
-Un guión simple, que cuenta una historia que acaba alargándose innecesariamente, que se estira, dejando numerosos momentos tediosos y algo cargantes.
-Un par de buenos actores que dan vida a dos personajes no demasiado complejos, ejes de una trama algo descafeinada a la que le falta fuerza y mucha garra.
Es decir, que bajo su bellísimo envoltorio, La Misión es una película con carencias argumentales y de ritmo. Y a pesar de sus momentos destacables, a pesar de que cuente una historia diferente, al final el conjunto parece algo vacío.
-Un guión simple, que cuenta una historia que acaba alargándose innecesariamente, que se estira, dejando numerosos momentos tediosos y algo cargantes.
-Un par de buenos actores que dan vida a dos personajes no demasiado complejos, ejes de una trama algo descafeinada a la que le falta fuerza y mucha garra.
Es decir, que bajo su bellísimo envoltorio, La Misión es una película con carencias argumentales y de ritmo. Y a pesar de sus momentos destacables, a pesar de que cuente una historia diferente, al final el conjunto parece algo vacío.
9 de febrero de 2010
9 de febrero de 2010
29 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
...y yo sigo vivo. Pero en verdad soy yo quien ha muerto, y ellos son los que viven. Porque como ocurre siempre, los espíritus de los muertos sobreviven en la memoria de los vivos".
La misión es la pieza que falta para conformar una de las trilogías más bellas y expresivas de todos los tiempos cinematográficos. No tiene más parentesco con El último mohicano y Braveheart que el de la belleza, acompañada por una buena y memorable historia que impacta y gusta por todos sus costados y que está dignificada por lo sensacional de las interpretaciones de su reparto.
Roland Joffé nos acerca a aquella jungla tropical que gobierna las preciosas cataratas de Iguazú, lugar en el que una misión jesuita pretende cristianizar a la población que libremente vive allí y que bajo ningún concepto estará dispuesta a renunciar a esa libertad que les pertenece pero que los colonizadores pretendían arrebatarles. Precisamente hacen esto después de que uno de sus compañeros de la orden fuese asesinado por los indios guaraníes. Españoles y portugueses acechaban los terrenos como si fuesen simples monedas de cambio y las gentes que allí residían, vulgares animales, tales y como son descritos en un pasaje de la película por uno de sus protagonistas.
Un sorprendente y genial Jeremy Irons encarna al padre Gabriel un jesuíta que sólo puede defenderse ante el peligro con el poder de la palabra y una flauta que produce el sonido celestial que compuso magistralmente Ennio Morricone, una música que domina la agradable atmósfera que rodea toda la película. En el lado opuesto de tan bondadoso y fuerte (no por lo físico, sino por lo mental) jesuíta, se encuentra Rodrigo Mendoza (un gran Robert De Niro), un mercenario que trafica con exclavos que no dudará demasiado en unirse a La misión para redimirse de todo el daño que ha causado, especialmente después de suceder un hecho trágico que le marcará para siempre.
Esta es una historia de superación y de fe, que demuestra con elegancia cómo cada uno tenemos que luchar por lo que es nuestro sin ceder un ápice si la justicia verdadera lo avala. Una poesía empañada quizá por un metraje que resulta excesivo innecesariamente, con algún silencio sobrado de minutos y una historia a veces un poco tediosa. Pero todo ello es perdonable gracias a la calidad interpretativa de todo su reparto, enmarcado por soberbia, brillante, alucinante y agradable fotografía de Chris Menges que merecidamente le valió para ganar un Oscar por esta categoría.
La misión es la pieza que falta para conformar una de las trilogías más bellas y expresivas de todos los tiempos cinematográficos. No tiene más parentesco con El último mohicano y Braveheart que el de la belleza, acompañada por una buena y memorable historia que impacta y gusta por todos sus costados y que está dignificada por lo sensacional de las interpretaciones de su reparto.
Roland Joffé nos acerca a aquella jungla tropical que gobierna las preciosas cataratas de Iguazú, lugar en el que una misión jesuita pretende cristianizar a la población que libremente vive allí y que bajo ningún concepto estará dispuesta a renunciar a esa libertad que les pertenece pero que los colonizadores pretendían arrebatarles. Precisamente hacen esto después de que uno de sus compañeros de la orden fuese asesinado por los indios guaraníes. Españoles y portugueses acechaban los terrenos como si fuesen simples monedas de cambio y las gentes que allí residían, vulgares animales, tales y como son descritos en un pasaje de la película por uno de sus protagonistas.
Un sorprendente y genial Jeremy Irons encarna al padre Gabriel un jesuíta que sólo puede defenderse ante el peligro con el poder de la palabra y una flauta que produce el sonido celestial que compuso magistralmente Ennio Morricone, una música que domina la agradable atmósfera que rodea toda la película. En el lado opuesto de tan bondadoso y fuerte (no por lo físico, sino por lo mental) jesuíta, se encuentra Rodrigo Mendoza (un gran Robert De Niro), un mercenario que trafica con exclavos que no dudará demasiado en unirse a La misión para redimirse de todo el daño que ha causado, especialmente después de suceder un hecho trágico que le marcará para siempre.
Esta es una historia de superación y de fe, que demuestra con elegancia cómo cada uno tenemos que luchar por lo que es nuestro sin ceder un ápice si la justicia verdadera lo avala. Una poesía empañada quizá por un metraje que resulta excesivo innecesariamente, con algún silencio sobrado de minutos y una historia a veces un poco tediosa. Pero todo ello es perdonable gracias a la calidad interpretativa de todo su reparto, enmarcado por soberbia, brillante, alucinante y agradable fotografía de Chris Menges que merecidamente le valió para ganar un Oscar por esta categoría.
22 de agosto de 2007
22 de agosto de 2007
35 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seré breve... te puede cambiar la vida.
Morir por convicción o morir por honor, el mismo fin, diferentes caminos, lo que nos hace ver, que todo es compatible y válido, la fé, el honor, la caridad, la defensa de la justicia...
Esta película no es solo una película de culto para los creyentes, también es un homenaje a lo
mejor que el ser humano puede llegar a representar en momentos límite de su vida.
De la parte técnica y artística es innecesario hablar... ESTADO DE GRACIA PURO.
SIEMPRE SOÑARE CON SER RODRIGO MENDOZA , SUBIR LA CATARATA Y...
Morir por convicción o morir por honor, el mismo fin, diferentes caminos, lo que nos hace ver, que todo es compatible y válido, la fé, el honor, la caridad, la defensa de la justicia...
Esta película no es solo una película de culto para los creyentes, también es un homenaje a lo
mejor que el ser humano puede llegar a representar en momentos límite de su vida.
De la parte técnica y artística es innecesario hablar... ESTADO DE GRACIA PURO.
SIEMPRE SOÑARE CON SER RODRIGO MENDOZA , SUBIR LA CATARATA Y...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
MORIR EN IGUAZU. SALUDOS.
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