Mister Arkadin
1955 

6.9
3,109
Intriga. Thriller. Cine negro. Drama
Un marinero encuentra a un hombre moribundo que antes de expirar dice un nombre: Mister Arkadin. Después de una serie de pesquisas, el marinero da con el misterioso personaje: un millonario, dueño de un imperio industrial y financiero, que vive encerrado con su hija en una mansión de la Costa Azul. Una vez localizado, el propio Arkadin, que padece amnesia, pide que se haga una investigación sobre su pasado. (FILMAFFINITY)
17 de enero de 2008
17 de enero de 2008
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una producción independiente en blanco y negro, de Orson Welles en 1955, filmada en diversas ciudades europeas e incluso, en México. Existe en, al menos, dos versiones, una internacional y otra española. Debe parecer un sacrilegio decir que la película es regular pero, ya sea porque fue montada por otras personas y los diálogos fueron cambiados (el mismo Welles dijo que la película fue "destruida"), ya sea porque la caracterización de Welles (Mr. Arkadin) es demasiado teatral y rígida, y la actuación de algunos actores es espantosa (Robert Arden o Patricia Medina), los recursos expresionistas de iluminación y los contrapicados habituales del director no logran salvar el conjunto que, se diría, fue realizado por alguien que estaba, en ese momento, borracho.
25 de septiembre de 2014
25 de septiembre de 2014
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo esta película se entiende perfectamente por qué muchos consideran que Welles se llenó de orgullo, no escuchó consejos, y terminó desafinando mal. El uso del picado y el contrapicado, lejos de ser un recurso para resaltar la forma, se convierte por su abuso en un recurso exagerado, reiterado y que termina perdiendo su efecto en la narración. Algo que en El Ciudadano se utilizó con mesura y equilibrio, aquí se convierte en una redundancia que quita calidad al producto final. Esta exageración ya la habíamos notado en "El Proceso". La historia es demasiado complicada de manera innecesaria y las situaciones inverosímiles se repiten hasta el cansancio. Después de casi de dos horas de supuesta "tensión", se revela el "gran secreto" que carece de toda importancia. En fin, para mí sin duda una obra fallida de Welles.
7 de diciembre de 2016
7 de diciembre de 2016
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque oficialmente se dice que el cineasta se inspiró en un personaje de un programa de radio (Greek meets Greek, dentro de “Las aventuras de Harry Lime") que Welles había realizado para la BBC, circula por ahí otra versión del origen y la idea. Al parecer, Orson Welles se inspiró para construir el personaje de Arkadin, en Nubar Gulbenkian (1896-1972) el hijo del rey armenio del petróleo, y no sólo por su físico (si consultan Google, comprobaran la similitud física), que Welles se cuida de caracterizar, sino también por su modo de vida, residente en la Costa Azul, aficionado a las mujeres, los vinos y los caballos, pudo muy bien ser como vemos en el film, el personaje más atractivo, misterioso e inquietante que el dinero nos ha ofrecido, aquí bajo el nombre de Arkadin.
Como todos sabemos fue una coproducción con un casting ligeramente diferente entre la versión española y la versión internacional (Confidential report) en algunos secundarios (Amparo Rivelles e Irene Lopez de Heredia por Suzanne Flon y Katina Paxinou), además del variopinto reparto protagonista internacional. Parece inevitable comparar la trama de “Mr. Arkadin” como una versión libre de “Ciudadano Kane”, pues en ambos films un investigador pretende averiguar el secreto oculto de un poderoso magnate, para lo cual intentara reconstruir su vida a través de las personas que lo han conocido. La diferencia estriba, en que es el propio millonario, con el supuesto pretexto de una amnesia, el que encarga la indagación, a fin de acabar con todos los testigos que conocen su origen y pueden poner en peligro sus planes. Difícilmente confesables, ambiciosos y corruptos, porque Arkadin como Kane compraban tanto bienes como individuos.
Arkadin posee, mansiones, yates y negocios en diferentes lugares del mundo y se mueve de forma habitual e imprevisible. De ahí la dificultad del malencarado Stratten (Robert Arden) en su siniestro objetivo de chantajear a su patrón. La trama resulta, enrevesada, laberíntica e indescifrable por la cantidad de personajes, sus diálogos incesantes y sus permanentes cambios de localización. Y a pesar de ello, el film está lleno de secuencias memorables, narrada en varios “flash backs” (al menos en el montaje español), los encuentros de Stratten con diversos personajes, desde el sastre moribundo (Akim Tamiroff) hasta el inquietante anticuario (Michael Redgrave), su relación con la propia hija (Paola Mori). Rodada en paisajes españoles muy reconocibles que él amaba, que aborda también el tema de la soledad, la vejez y el fracaso de la amistad, temas muy shakesperianos que tanto influyeron en el genio de Winsconsin.
Un film personalísimo y a la vez apasionante, detrás de cada plano está su aliento, su estética barroca y expresionista, plena de contrapicados y angulaciones de cámara creando una sensación de desequilibrio, angustia e irrealidad, quizás donde Welles ha puesto más al descubierto su talento para el delirio, donde ha hecho unos esfuerzos más gigantescos para demostrar que podía romper las ataduras que el cine con sus penurias intentaba ponerle. Welles se lamentó de que no le dejaron montar el film, pues en su versión el montaje temporal era explosivo: “El uso del pasado y del presente era realmente muy audaz. Lo mejor del film era su construcción. Y eso es lo que ahora resulta peor” mantenía el cineasta. Arkadin no quiere que su hija conozca su pasado, porque es un ventajista, un hombre que vive de la descomposición del mundo. Arkadin es un aventurero ruso, un hombre que se ha hecho a sí mismo en un mundo corrupto. Él es el paradigma de ese universo.
Como todos sabemos fue una coproducción con un casting ligeramente diferente entre la versión española y la versión internacional (Confidential report) en algunos secundarios (Amparo Rivelles e Irene Lopez de Heredia por Suzanne Flon y Katina Paxinou), además del variopinto reparto protagonista internacional. Parece inevitable comparar la trama de “Mr. Arkadin” como una versión libre de “Ciudadano Kane”, pues en ambos films un investigador pretende averiguar el secreto oculto de un poderoso magnate, para lo cual intentara reconstruir su vida a través de las personas que lo han conocido. La diferencia estriba, en que es el propio millonario, con el supuesto pretexto de una amnesia, el que encarga la indagación, a fin de acabar con todos los testigos que conocen su origen y pueden poner en peligro sus planes. Difícilmente confesables, ambiciosos y corruptos, porque Arkadin como Kane compraban tanto bienes como individuos.
Arkadin posee, mansiones, yates y negocios en diferentes lugares del mundo y se mueve de forma habitual e imprevisible. De ahí la dificultad del malencarado Stratten (Robert Arden) en su siniestro objetivo de chantajear a su patrón. La trama resulta, enrevesada, laberíntica e indescifrable por la cantidad de personajes, sus diálogos incesantes y sus permanentes cambios de localización. Y a pesar de ello, el film está lleno de secuencias memorables, narrada en varios “flash backs” (al menos en el montaje español), los encuentros de Stratten con diversos personajes, desde el sastre moribundo (Akim Tamiroff) hasta el inquietante anticuario (Michael Redgrave), su relación con la propia hija (Paola Mori). Rodada en paisajes españoles muy reconocibles que él amaba, que aborda también el tema de la soledad, la vejez y el fracaso de la amistad, temas muy shakesperianos que tanto influyeron en el genio de Winsconsin.
Un film personalísimo y a la vez apasionante, detrás de cada plano está su aliento, su estética barroca y expresionista, plena de contrapicados y angulaciones de cámara creando una sensación de desequilibrio, angustia e irrealidad, quizás donde Welles ha puesto más al descubierto su talento para el delirio, donde ha hecho unos esfuerzos más gigantescos para demostrar que podía romper las ataduras que el cine con sus penurias intentaba ponerle. Welles se lamentó de que no le dejaron montar el film, pues en su versión el montaje temporal era explosivo: “El uso del pasado y del presente era realmente muy audaz. Lo mejor del film era su construcción. Y eso es lo que ahora resulta peor” mantenía el cineasta. Arkadin no quiere que su hija conozca su pasado, porque es un ventajista, un hombre que vive de la descomposición del mundo. Arkadin es un aventurero ruso, un hombre que se ha hecho a sí mismo en un mundo corrupto. Él es el paradigma de ese universo.
4 de mayo de 2012
4 de mayo de 2012
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo genio del cine tiene un tropiezo y supongo que con Orson Wells, esta película es todo un tropiezo de marca mayor. Toda ella es un fallo tras otro, la trama muy enrevesada que enseguida se pierde sin saber de que va todo, un excesivo uso de planos contrapicados y picados sin venir a cuento, un elenco de actores bastante insulsos y carentes de interés, un Orson Welles que intepreta su papel de modo estridente y sobreactuado, etc, etc.
Quien quiera saber sobre la obra de éste gran director, pueden prescindir de ésta desafortunada película, no se perderán nada, se lo aseguro.
Quien quiera saber sobre la obra de éste gran director, pueden prescindir de ésta desafortunada película, no se perderán nada, se lo aseguro.
27 de octubre de 2011
27 de octubre de 2011
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las primeras peliculas de Welles, como "Citizen kane", "La dama de shangai", "Sed de mal" o "Macbeth", utilizaban mucho el plano secuencia, y el montaje era más sobrio. Con "Otelo", y la pelicula que nos ocupa. Welles utiliza un montaje mucho más vertiginoso, con cortes mucho más bruscos. Esto, tal vez, se deba a la falta de presupuesto, a los problemas para financiar sus films, a la falta de tiempo, esto no quita que Welles siga siendo moderno. La idea original era darle una estructura en plan "memento". Los dos film tocan el tema de la memoria y la identidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El ciudadano contaba la historia de un hombre que extrañaba su pasado y odiaba su presente, esta pelicula hermana cuenta la historia de un hombre que quiere destruirlo, para poder vivir el presente. Ese presente lo simboliza su hija, y cuando Arkadin cree que su hija sabe de su propio pasado, constituye que esto perturbara la vida de ambos, porque la pelicula habla sobre la identidad, de como la verdad puede destruir la naturaleza de un hombre que tiene un limite moral, de un hombre que esta sucio, pero no puede ensuciar a quien ama.
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