Calle Mayor
8.0
9,665
Drama
Los habitantes de una pequeña ciudad provinciana viven atrapados en sus rancias tradiciones y costumbres. En ese opresivo ambiente, Isabel, una mujer soltera de 35 años, se siente fracasada por no haberse casado. Juan y su grupo de amigos, que combaten el aburrimiento imaginando bromas pesadas, hacen creer a Isabel que Juan está enamorado de ella y que le va a pedir que se case con él. (FILMAFFINITY)
24 de abril de 2006
24 de abril de 2006
54 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena aunque ya por entonces usada historia que Bardem aprovecha y dirige con mucha solvencia, pero siempre copiando a los grandes maestros a la hora de conseguir el clímax (el tren, el montaje en paralelo de la ilusión de Isabel y los remordimientos de Juan, la idea del asesinato en el edificio en construcción, etc.).
No hay muchas pegas que poner, pero a mí no me gustó la sobreactuación de la panda de amigos ociosos en ciertos momentos. Cuando al principio están jugando al billar, por ejemplo, las risas no pueden ser más forzadas. Y otro fallo relacionado con ellos es que, con las voces que dan en plena noche, todo el pueblo, Isabel incluida, se habría enterado pronto de la broma.
A veces la historia parece no avanzar nada, o hacerlo muy lentamente, sobre todo en las correrías del principio y en algunos paseos de la "pareja" que podrían haberse resuelto mejor.
Las conversaciones entre los dos "cultos", con ciertas pretensiones moralizantes, también parecen metidas con calzador. Creo que ya estaba claro de qué iba la canallada y que el espectador es capaz de juzgarla por sí mismo.
Ese punto de crueldad, la excelente música y la actuación de Betsy Blair, hacen que se perdonen esos pequeños fallos.
PD: Yo prefiero "Marty". Me parece mucho más tierna y cercana; y Borgnine... es mucho Borgnine.
No hay muchas pegas que poner, pero a mí no me gustó la sobreactuación de la panda de amigos ociosos en ciertos momentos. Cuando al principio están jugando al billar, por ejemplo, las risas no pueden ser más forzadas. Y otro fallo relacionado con ellos es que, con las voces que dan en plena noche, todo el pueblo, Isabel incluida, se habría enterado pronto de la broma.
A veces la historia parece no avanzar nada, o hacerlo muy lentamente, sobre todo en las correrías del principio y en algunos paseos de la "pareja" que podrían haberse resuelto mejor.
Las conversaciones entre los dos "cultos", con ciertas pretensiones moralizantes, también parecen metidas con calzador. Creo que ya estaba claro de qué iba la canallada y que el espectador es capaz de juzgarla por sí mismo.
Ese punto de crueldad, la excelente música y la actuación de Betsy Blair, hacen que se perdonen esos pequeños fallos.
PD: Yo prefiero "Marty". Me parece mucho más tierna y cercana; y Borgnine... es mucho Borgnine.
26 de octubre de 2009
26 de octubre de 2009
33 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bardem propone un contexto y nos enseña el marco en el que desarrollará el drama de tal manera, que la idea en la que reposa el guión, la bromita de esos señoritos aburridos, se hace más dura aún. Y es que sólo se me ocurre pensar que hay que tener mucha mala leche para hacer algo así. O peor, ser malo (dándose cuenta, como el protagonista, o no, como sus amigotes) y ofrecer la más cruel de las caras del ser humano. Atacar al débil y reírse con esa maldad es insufrible para mí, en algunos momentos incluso me ha costado seguir el hilo, sobre todo al final, porque es fácil ponerse en la piel de la pobre solterona y hacer nuestra su situación.
Dicho esto se le puede acusar a Bardem de retorcido. Con una idea bien sencilla logra que el espectador se conmueva de manera inevitable. Soy consciente de esa unidirección de la película, pero aún así, a parte del final (spoiler) hay que destacar esa atmósfera tan bien creada, muestra de manera impecable el proceso de la tragedia y sabe manejar a la perfección sus elementos.
Parece casi un milagro que se realizara en 1956, la mentalidad en España era prácticamente idéntica a la de esos señoritos, es decir verdaderos estériles mentales. Y sin embargo no entiendo que la censura no actuara.
Dicho esto se le puede acusar a Bardem de retorcido. Con una idea bien sencilla logra que el espectador se conmueva de manera inevitable. Soy consciente de esa unidirección de la película, pero aún así, a parte del final (spoiler) hay que destacar esa atmósfera tan bien creada, muestra de manera impecable el proceso de la tragedia y sabe manejar a la perfección sus elementos.
Parece casi un milagro que se realizara en 1956, la mentalidad en España era prácticamente idéntica a la de esos señoritos, es decir verdaderos estériles mentales. Y sin embargo no entiendo que la censura no actuara.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ese final que se descubre en el último minuto es ciertamente lógico. La chica claudica y asume que si toda su vida ha sido una triste solterona no va a cambiarlo subiéndose al tren porque eso sería lo que haría una heroína, una mujer valiente... y ella no lo es. Así que no me sorprende que decida llevar sobre sus hombros el peso de su humillación, lo dice su etiqueta de perdedora.
25 de noviembre de 2006
25 de noviembre de 2006
28 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una gran película a la que si no he dado un diez es por que a veces se hace un poco lenta y aleccionadora.
Realmente es una lección durante todo el film, pero me refería a la parte aleccionadora en la que se nos dice que en la vida, hay una voz de la conciencia, aquí representada en el amigo madrileño, que realmente es francés y que le quiere dar al protagonista lecciones de ética, y que a nosotros nos indica lo que esta bien o mal, personalmente creo que no hacia falta.
Por todo lo demás, por la representación de la existencia en un pueblo o ciudad pequeña, por la maldad del fuerte hacia el débil, por la interpretación de la vida como la pequeña estación de ferrocarril y su momento álgido con el vendedor de billetes de RENFE, uniformado e impaciente, gris imagen de la dureza y la pasividad de la sociedad, hacia el débil, al que ya no le queda otra cosa que huir, con su desagradable “¡¿ a donde señorita, a donde…!?”. No te ayudo, pero dime rápido adonde vas que todos tenemos nuestra vida.
Betsy Blair, está impresionante durante todo el rodaje, pero a mi la parte que más me gusta es cuando en su cama, dice el nombre de su amado, con varias tonalidades. Creo que es la encarnación pura del bien. Los demás actores están correctos, pero creo que esta actriz borda su papel.
En fin, una película que realmente recomiendo para ver, y para vernos como españoles, tarareando al final esa canción de, ”…Mi querida España, esa España tuya, España nuestra…”
Realmente es una lección durante todo el film, pero me refería a la parte aleccionadora en la que se nos dice que en la vida, hay una voz de la conciencia, aquí representada en el amigo madrileño, que realmente es francés y que le quiere dar al protagonista lecciones de ética, y que a nosotros nos indica lo que esta bien o mal, personalmente creo que no hacia falta.
Por todo lo demás, por la representación de la existencia en un pueblo o ciudad pequeña, por la maldad del fuerte hacia el débil, por la interpretación de la vida como la pequeña estación de ferrocarril y su momento álgido con el vendedor de billetes de RENFE, uniformado e impaciente, gris imagen de la dureza y la pasividad de la sociedad, hacia el débil, al que ya no le queda otra cosa que huir, con su desagradable “¡¿ a donde señorita, a donde…!?”. No te ayudo, pero dime rápido adonde vas que todos tenemos nuestra vida.
Betsy Blair, está impresionante durante todo el rodaje, pero a mi la parte que más me gusta es cuando en su cama, dice el nombre de su amado, con varias tonalidades. Creo que es la encarnación pura del bien. Los demás actores están correctos, pero creo que esta actriz borda su papel.
En fin, una película que realmente recomiendo para ver, y para vernos como españoles, tarareando al final esa canción de, ”…Mi querida España, esa España tuya, España nuestra…”
2 de marzo de 2015
2 de marzo de 2015
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al ir a puntuar Calle Mayor me encontré con la agradabilísima sorpresa de que tenía un 8, por encima de El Sur, por ejemplo, con un 7,9.
Aparte de esta anécdota, dado que ambas son dos de las mejores películas que ha producido el cine español en toda su historia, esa elevada puntuación de la obra maestra de Bardem tal vez se deba a que muchos de los foreros de FA nos criamos en ese ambiente opresivo de ciudad de provincias española de años 50, 60 y 70, donde las apariencias y el convencionalismo social lo eran todo y ser una "solterona" sólo era menos malo que ser "un maricón" o una "puta", ya que entonces te apedreaban por la calle literalmente.
A una "solterona" se la apedreaba con la mirada de la presión social hacia el fracasado, en este caso el fracaso de la mujer que tiene un trabajo y una posición económica estable pero que ha fracasado en lo más importante para una persona del sexo femenino en la España profunda de esos años, conseguir casarse y no quedarse "para vestir santos".
La infinita melancolía que consigue el transmitir el director ya haría de esta obra una obra maestra, pero lo redondea con la elección de actores, especialmente una Betsy Blair maravillosa en su papel, unos extras de lujo, un guión sólido y ágil y la elección de la ciudad donde se rodó parte de la película, mi queridísima Cuenca, en la que nací y sobreviví hasta los dieciocho años, y de la que tengo grandes recuerdos pero de la que también guardo en mi memoria esa sensación de opresión ante la crueldad de la censura social, la crítica, el cotilleo y las apariencias que había que guardar a toda costa para evitar sufrir las consecuencias de desear una vida distinta y más feliz.
Aparte de esta anécdota, dado que ambas son dos de las mejores películas que ha producido el cine español en toda su historia, esa elevada puntuación de la obra maestra de Bardem tal vez se deba a que muchos de los foreros de FA nos criamos en ese ambiente opresivo de ciudad de provincias española de años 50, 60 y 70, donde las apariencias y el convencionalismo social lo eran todo y ser una "solterona" sólo era menos malo que ser "un maricón" o una "puta", ya que entonces te apedreaban por la calle literalmente.
A una "solterona" se la apedreaba con la mirada de la presión social hacia el fracasado, en este caso el fracaso de la mujer que tiene un trabajo y una posición económica estable pero que ha fracasado en lo más importante para una persona del sexo femenino en la España profunda de esos años, conseguir casarse y no quedarse "para vestir santos".
La infinita melancolía que consigue el transmitir el director ya haría de esta obra una obra maestra, pero lo redondea con la elección de actores, especialmente una Betsy Blair maravillosa en su papel, unos extras de lujo, un guión sólido y ágil y la elección de la ciudad donde se rodó parte de la película, mi queridísima Cuenca, en la que nací y sobreviví hasta los dieciocho años, y de la que tengo grandes recuerdos pero de la que también guardo en mi memoria esa sensación de opresión ante la crueldad de la censura social, la crítica, el cotilleo y las apariencias que había que guardar a toda costa para evitar sufrir las consecuencias de desear una vida distinta y más feliz.
13 de abril de 2010
13 de abril de 2010
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Pasa la tuna en Santiago, cantando muy quedo romances de amor...”
Bien podría tratarse también de la tuna de Salamanca, o de la de Logroño; creo que en "Calle Mayor", si mal no recuerdo, no se concreta la ciudad en la que transcurre el drama. Drama en sentido literal de la palabra porque la que se le viene encima a la actriz protagonista es para justificar a Lorena Bobbit y abrir un grupo de fans en su honor.
Las canciones de la tuna, esas que cantan los estudiantes de Medicina o Derecho de 35 años, son una de las grandes estafas del imaginario cultural patrio.
En los años 50, ser mujer y solterona a eso de los treinta y muchos es una desgracia y una vergüenza. Que la chica, Betsy Blair, concebida para quedarse por los restos a vestir santos sea objeto de escarnio, burla y demás mofa por parte de los niñatos de la tuna, tiene tela. Pero responde a la verosimilitud de la rancia sociedad de estudiantes de corbata y traje gris que se la pasan de vinos durante toda su vida académica para después ocupar cargos de prestigio porque los apellidos de papá y mamá pesan quilates.
“Y allá en el monte... del apóstol Santo, una niña llora, ante su patrón... porque la capa del tuno que adora, no lleva la cinta, que ella le bordó...”
“Calle Mayor” cuenta la historia de una pobre desgraciada, ilusionada hasta el tuétano cuando tardío, el amor llega a su anodina y triste vida. El amor, de pacotilla, fraguado entre tintorros, billares y apuestas.
Para que luego vengan a rondar con los “clavelitos” de los cojones.
Propiamente dicho, los rufianes que traman la estafa en la que se basa la historia de “Calle Mayor” no son tunos, pero recuerdan a la tuna (a la que sí, tengo especial manía): estudiantes entrados en años con tanta o menos responsabilidad que la de un crío y que, como críos, juegan a ser crueles.
En fin, excelente película. Y triste donde las haya. Grande Bardem.
Bien podría tratarse también de la tuna de Salamanca, o de la de Logroño; creo que en "Calle Mayor", si mal no recuerdo, no se concreta la ciudad en la que transcurre el drama. Drama en sentido literal de la palabra porque la que se le viene encima a la actriz protagonista es para justificar a Lorena Bobbit y abrir un grupo de fans en su honor.
Las canciones de la tuna, esas que cantan los estudiantes de Medicina o Derecho de 35 años, son una de las grandes estafas del imaginario cultural patrio.
En los años 50, ser mujer y solterona a eso de los treinta y muchos es una desgracia y una vergüenza. Que la chica, Betsy Blair, concebida para quedarse por los restos a vestir santos sea objeto de escarnio, burla y demás mofa por parte de los niñatos de la tuna, tiene tela. Pero responde a la verosimilitud de la rancia sociedad de estudiantes de corbata y traje gris que se la pasan de vinos durante toda su vida académica para después ocupar cargos de prestigio porque los apellidos de papá y mamá pesan quilates.
“Y allá en el monte... del apóstol Santo, una niña llora, ante su patrón... porque la capa del tuno que adora, no lleva la cinta, que ella le bordó...”
“Calle Mayor” cuenta la historia de una pobre desgraciada, ilusionada hasta el tuétano cuando tardío, el amor llega a su anodina y triste vida. El amor, de pacotilla, fraguado entre tintorros, billares y apuestas.
Para que luego vengan a rondar con los “clavelitos” de los cojones.
Propiamente dicho, los rufianes que traman la estafa en la que se basa la historia de “Calle Mayor” no son tunos, pero recuerdan a la tuna (a la que sí, tengo especial manía): estudiantes entrados en años con tanta o menos responsabilidad que la de un crío y que, como críos, juegan a ser crueles.
En fin, excelente película. Y triste donde las haya. Grande Bardem.
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