Para ver esta película es conveniente no tomársela muy en serio.
Aunque figuren varios actores muy caros, no tienen protagonismo (excepto Murray, en modalidad antiprotagonismo). Ni los personajes ni sus diálogos son tan relevantes como los escenarios, los decorados, la ambientación...: la atmósfera. Para ello se cuida lo plástico, se dispone una iluminación clara y colorida.
Se ha reconstruido en estudio una preciosa sección del viejo cazasubmarinos Belafonte, con puerto en la isla Pecespada, donde tiene base "una panda de balarrasas" más o menos oceanógrafos, el capitán Zissou (Murray) al frente. Buscan en las profundidades al sanguinario y nunca visto Tiburón Jaguar, y filman la búsqueda en documentales. El homenaje al comandante Costeau queda explícito.
La película no es seria; tampoco es cómica. Se mueve en la zona intermedia de la travesura, sin compromiso. Evita la intensidad dramática para mantener un flematismo algo blando, lánguido. Evita también el gag explosivo. Resulta patente el afán de lucir un estilo original a ultranza, a menudo más voluntarioso que inspirado. Las tensiones entre los embarcados nunca llegan a conflicto y el episodio de los piratas filipinos es de opereta.
'The life aquatic' es como Bowie puesto en bossanova (banda sonora); como el perro de tres patas que acompaña a la tripulación.
Lo mejor: la mencionada atmósfera, el viaje en el submarino amarillo, las contadas animaciones, lo fantástico.

En mi opinión es una película genial, fresca y original (si alguien quiere saber más sobre mi opinión sobre el cine de Wes Anderson le remito a mi critica a la película The Royal Tenenbaums).
Eso sí, para saber apreciar este film hay que estar en buena disposición para disfrutarlo.
Debes tener ganas de romper con todo el convencionalismo cinematográfico y sobre todo debes saber apreciar del humor de lo patético.
Si no cumples estas dos condiciones no la veas porque de lo contrario tendrás la sensación de que te han tomado el pelo.
No es una comedia al uso y hay que saber disfrutarla, hay más que humor en esta película (al igual que en todas las peliculas de Wes) y la melancolía decadente y bohemia que destila no es siempre bien entendida.

Ver una película de Wes Anderson es como ver un escenario de juego infantil, una casa de muñecas, cobrar vida por acción de una extraña tecla.

Travellings laterales, perspectiva panorámica, segregación del espacio... Estéticamente cercana al 'cómic'; una horizontalidad estructurada, más que en escenas, en 'viñetas' independientes.

El tono de sus películas es deliberadamente naíf; su fabulación, ingenua; y su humor es una bruma de ironía solapada que deriva del tratamiento emocionalmente descreído de sus ficciones, más que de la intención de hacer reír.

Bill Murray parece haber nacido para trabajar con Wes Anderson, o con Jim Jarmusch ('Flores rotas'); pocos son capaces de resultar cómicos manteniendo sólo ese complicado semblante de 'inquietante ensimismamiento'.

Probablemente, mi crítica se hubiese quedado aquí; en reconocer que Anderson, al igual que Tim Burton, tiene potencial como contador de cuentos. Afortunadamente, hay algo más.

'Life aquatic' me estaba pareciendo muy amena, muy simpática y agradable a la vista. Nada más y nada menos. De pronto, entendí que ésta era una de esas extrañas películas que significan enteras por un momento concreto en el que, de pronto, se toca una emoción inconsciente y la película es 'redescubierta'.

Adoro esta película. La música consigue un ambiente excepcional. Las interpretaciones son sublimes. Wes Anderson consigue una película redonda, con un Bill Murray que está demasiado bien en su papel.
Las situaciones que se suceden en la película tienen esa magia que se ven poco en el mundo del cine. Toda la atmósfera te lleva a un mundo surrealista mágico y maravilloso. Los diálogos no tienen desperdicio, esa mezcla de comedia y tragedia llevada de la manera en que la lleva Anderson me parece descomunal. De esas películas que no me canso de ver.

No voy a decir que es un peliculón, pero hay bastante genialidad en el universo de Wes Anderson.
Es una mezcla de comedia freak y aventura marina con su pequeño drama sobre relaciones familiares que no funcionan. Por momentos, cine negro, en otros un musical.
No es la típica comedia americana en la que se ve que el chiste va a ser obvio...en la que te preparan para que te rías. No.
Son los típicos personajes que son graciosos de por si, en sus acciones diarias, como Bill Murray con sus slips y su albornoz pegando tiros a los invasores.
A medida que pasa la película me di cuenta que pasaba más tiempo con una sonrisa en los labios que aburriéndome (aunque tiene alguna parte aburrida).
Todos los personajes están muy bien, menos Cate Blanchett, que para elfa vale pero para bióloga marina freak va a ser que no.

Las escenas marinas son muy vistosas, con caballitos de mar fosforitos, conchas plateadas...

Es extraña...graciosa y filosófica al mismo tiempo. También nostálgica.
La fotografía está cuidada al 100% y visualmente disfrutas.

No puedo negar que tiene encanto aparte de momentos de muy buen cine.