Haz click aquí para copiar la URL

Hombres, mujeres y niños

Drama Se trata de una historia que investiga el efecto de internet sobre un grupo de estudiantes de secundaria y también sobre sus padres. Muestra cómo este invento ha cambiado la forma de relacionarse de la gente. Pornografía, blogs y redes sociales serán al mismo tiempo válvula de escape y causa de conflicto dentro de la familia. (FILMAFFINITY)
Críticas 40
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
4
14 de diciembre de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el corazón de esta peli había algo potencialmente interesante: entre todo el mejunje de temas más o menos conectados con el uso de la tecnología actualmente, había historias que podían haber sido mejor desarrolladas. Pero incluso esto tengo que decirlo con la boca pequeña, porque si me pongo a pensar, casi todo ha sido tratado ya en otros sitios de mejor manera, por no decir que el punto de vista de Reitman es bastante alarmista y maniqueo en cada una de las subtramas. La película es tan moralista que es inevitable criticarla desde el punto de vista de su "mensaje" más allá de su calidad como obra de ficción.

El temor a las "nuevas" tecnologías y el efecto que puedan tener en nuestras vidas es algo muy extendido y en sí mismo algo nada nuevo. ¿Alguien se acuerda de la oleada de pánico que se extendió cuando se puso de moda aquel juguetito llamado Tamagotchi? Que si los niños no dormían, que si algunos no soportaban la responsabilidad cuando el bicho moría... Pero el cacharro pasó de moda, todos nos olvidamos de él, y ahora quizá algunos de esos padres que se llevaban las manos a la cabeza, juegan en sus smartphones alimentando al Pou o cualquier variante de lo mismo. Las cosas necesitan un tiempo para ser normalizadas y aceptadas. Hace unos siglos se quemaban libros...

Actualmente, el gran demonizado es el WhatsApp. Que si nos impide comunicarnos con el de delante, que si estamos todo el día pegados a la pantalla... La peli trata de reflejar todos los puntos de vista con el extremo de la paranoica Jennifer Garner y su juiciosa (¡eh, que también lee libros!) hija. Pero es evidente que Reitman más bien tira hacia al recelo, y la prueba es la manera en que se resuele el drama central de la peli, gracias al contacto "real", y a ciertas escenas grupales de gente enganchada, que son algo así como el equivalente visual de chasquear la lengua con leve desaprobación.

Creo que el problema del Whats es que aún no ha sido integrado en nuestra cultura, y por tanto carecemos de unas normas de educación básica aplicables, que sólo se sustituyen con sentido común: evidentemente, si estás en una cena en un grupo, es maleducado y absurdo que te pongas a hablar largo y tendido precisamente con quien no esta ahí. Eso sin entrar en dilemas más complicados: ¿qué pasa si lo que te cuenta la persona al otro lado del teléfono es algo grave que le está pasando en este momento y necesita hablar, y los de alrededor de tu mesa están hablando de quién ganará la liga? ¿Es lo más correcto zanjar abruptamente la conversación online? Por lo demás, ¿por qué demonizar algo que nos mantiene en contacto con nuestros seres queridos? Es la aplicación tecnológica más humana del mundo... Los personajes por otro lado pasan mucho rato viendo pantallas individuales, y esto es insinuado como una causa de problemas de pareja (y su "solución"), pero digo yo, ¿no sería exactamente igual si estuviesen leyendo un libro cada uno, y encontraran la "solución" por la calle?

Ya más en general, la peli sufre de un exceso de personajes, subtramas y ambición, y acaba resultando pesada y deslavazada, y determinadas tramas me resultan demasiado inverosímiles (la madre creándole una página con fotos semi-eróticas a su hija obsesionada con la fama, y no dándose cuenta de las posibles consecuencias, que ni siquiera son todas exploradas por la peli), se nota mucho qué personajes son los "ojitos derechos" de Reitman, y la resolución de la peli no resuelve nada en realidad. La historia con más potencial, por original e interesante, quizá era la crisis existencial del chico que abandona el equipo de fútbol, esa cansina obsesión estadounidense, y las ramificaciones escolares y familiares que esto trae, más allá de que él decida ocupar su tiempo con un juego online o con el parchís, pero con tanto personaje y subtrama, no hay tiempo de desarrolarla mucho, aunque al menos él tiene una especie de desenlace, cosa que no se puede decir de cierto otro personaje.

En fin, básicamente un ladrillo moralista, sólo salvado un poco por un puñado de actores competentes. Reitman tiene un montón de pelis interesantes a sus espaldas; a ver si esto es sólo un resbalón y nos vuelve a traer algo interesante pronto.
4
13 de diciembre de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los papás y las mamás por fin han claudicado. Tras mucho meditarlo y resistirse a ello, admiten que esto de internet se les ha ido de las manos. Falso, porque de hecho, nunca estuvo bajo su control... porque de hecho, nunca entendieron cómo demonios funcionaba el asunto. De modo que, viéndose desamparados ante su propia ignorancia, deciden reunirse para ver si entre todos suman una millonésima fracción de esa cordura que vuelva a dirigir las aguas hacia su cauce natural. En éstas que Jennifer Garner (ay, Dios...) coge la iniciativa. Ella cree que en este grupo no hay suficiente iniciativa, de modo que decide espabilar a la parroquia. ''Amigos, amigas... no creo que seáis conscientes de lo que está en juego aquí. ¿Sabíais que en Corea del Sur, una pareja se dedicó tanto a un juego por internet que olvidó por completo el cuidado de su hijo y que éste murió?'' Silencio sepulcral en la sala. Planta rodante. Carraspeos. Hasta que Dean Norris (gracias a Dios) se levanta y dice: ''Perdona, pero ¿no crees que éste es un ejemplo un pelín extremo?''

Mientras, los hijos e hijas aprovechan el breve remanso de paz concedido por la reunión de sus queridos progenitores. Una de ellas empleará el tiempo visitando las páginas de referencia en lo que a pérdida de peso corporal se refiere. Ya se sabe, las gordas no ligan, y sin la red de redes, las adolescentes más preocupadas por los asuntos amorosos, no tendrían manera de esculpir sus cuerpos divinos. Otro saciará sus perversiones sexuales más inconfesables gracias a una famosa web especializada en vídeos de transexuales haciendo todo tipo de guarradas. Momento éste tan bueno como cualquier otro para recordar que, hace unos años, el acceso a tan pecaminoso material hubiera sido poco más que una quimera. Otra se pondrá la ropa más provocativa de su armario (secreto) y chateará con desconocidos, en pos de una lívido demasiado reprimida. Vaya esto por delante: la culpa no es de los padres; es de internet, que pone en contacto a los chavales con la calaña más despreciable de nuestra sociedad. Otro (y con éste terminamos) va a darle al play, por enésima vez, al vídeo de Youtube de ''Pale Blue Dot'', de Carl Sagan.

Y pobre de quien piense que el sistema hormonal híper-revolucionado del chaval no será capaz de asimilar los postulados del célebre astrónomo. A decir verdad, el tomar conciencia de lo insignificante que es nuestra existencia en comparación a un cosmos que, pase lo que pase, sigue expandiéndose impasiblemente, es justo lo que necesitaba una alma desamparada como la suya, y que ha visto cómo el -ridículo- mundo que ha ido construyendo a lo largo de los años se ha venido abajo, precisamente, por un juego online. Sobre el papel todo cuadra, y lo de convertir la sonda espacial ''Voyager'' en el más pervertido de los ''voyeurs'' cibernéticos parece tener todo el sentido del universo. El problema es que a la hora de ponerlo en práctica, a Jason Reitman no le salen tan bien las cuentas. El objetivo primordial de 'Hombres, mujeres y niños' es, ni más ni menos, que el de plasmar en la gran pantalla el geist digitalizado de nuestros tiempos.

Como se ha dicho, Reitman parece tener las ideas claras. Para empezar, nada que objetar al ponerse el traje cibernético con tal de acercarse a los nuevos (?) mecanismos sociales mediante los cuales amamos, odiamos, marginamos, perdonamos, olvidamos... mediante los cuales, en resumen, nos relacionamos. Esto se traduce a: ¿Cómo ha cambiado internet las relaciones humanas? O si se prefiere, ¿Y si ahora que por fin gozamos de los mejores instrumentos para estar conectados (los unos a los otros, se entiende) resulta que estamos más desconectados (ídem) que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad? O sea, retomando la primera pregunta (retórica donde las haya): ¿Cómo ha jodido internet las relaciones humanas? Que quede claro, el depravado, poseso, adúltero, colgado... no nace; se hace, y en la red se halla la llave que abrirá su caja de Pandora particular.

El problema es gordo, no hay dudas al respecto... y adquiere la categoría de -exageradamente- gordísimo cuando el director y co-guionista se empeña en ponerse apocalíptico. Como si no se diera cuenta de las señales que le mandan sus propios personajes (remitámonos al primer párrafo de este texto, que por cierto está basado en una escena del filme en cuestión), cae una y otra vez (durante casi dos horas) en una sucesión de ''ejemplos extremos'', a cada cual más alejado de la realidad. La condena (obvia y llana) de los nuevos hábitos computadorizados que rigen nuestro día a día repercute en la credibilidad (y consiguiente tolerabilidad) de un relato que parece no querer salir de la acumulación caótica de unas calamidades que confluyen en una sola -e improbable- raíz. Se hace evidente, entonces, que poco queda de aquel cineasta que para su notable ópera prima, 'Gracias por fumar', hiciera compartir plató televisivo a un niño enfermo de cáncer con uno de los más importantes representantes del sector tabacalero.

¿Y cómo resolvió tamaña papeleta? Fácil, con aquel encantador abogado del diablo afirmando, delante de las cámaras, que lo último que querían sus clientes era quedarse sin consumidores potenciales. La jugada fue magistral, porque la risa (de una acidez que hacía encoger todos los músculos de la boca) en ningún momento repercutió en la gravedad del asunto. Es más, ahondó en ella con total precisión. Con 'Hombre, mujeres y niños', estamos en las antípodas, cogiendo como escala el Sistema Solar. A decir verdad, es como si Reitman hubiera convertido una comedia de potencial incisivo ilimitado, en un drama pasado de frenada, obsesionado en hacer malabares con un centenar de frentes cuando a efectos prácticos apenas puede gestionar cuatro; bañado, para colmo de males, en un existencialismo saganiano tan blandengue y desangelado que no aporta nada más allá de sumar unos puntos más en la millonaria cuenta de visionados del archivo en Youtube.
5
11 de enero de 2015 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El avance imparable de la tecnología y su incidencia en nuestras vidas es un arma de doble filo para algunos. “Hombres, mujeres y niños” aborda los peligros que la red y sus aplicaciones pueden tener sobre los adolescentes, y lo hace a través de varias historias diferentes con un reparto coral e importante.

Caras conocidas que se ponen al servicio de un guión que intenta abarcar la historia desde diferentes puntos de vista dejándose muchos detalles por el camino. Cada historia intenta narrar independientemente la relación entre adolescentes y adultos y la relación de ambos con la red. Hay historias para todos los gustos, pero ninguna de ellas ofrece nada nuevo que no hayamos visto antes, al menos desde el punto de vista de los adolescentes.

Quizás lo más novedoso sean los papeles adultos, que intentan utilizar los medios en su propio beneficio, con lo que podríamos decir que también sufren un peligro latente: la madre ultracontroladora con los perfiles de su hija o la madre que abre una web con fotos de su hija intentan demostrar que no solo los más jóvenes pueden verse en peligro. Toda una declaración de intenciones para una película que no presenta ninguna historia en la que se saque verdadero beneficio a las redes sociales, algo que hubiera sido interesante ara poder comparar.

Tal y como suele ocurrir en este tipo de historias corales, los personajes nunca cogen suficiente vuelo ni altura porque tienen una aparición muy corta en pantalla, y no son capaces de generar personalidades muy definidas. Nombres como Sandler, Garner o DeWitt son atractivos, y le dan caché a una película que confía más en el todo que en las individualidades.

Para sacar el jugo a las diferentes historias el elegido es Jason Reitman, pero por el resultado final podría ser cualquiera. Reitman es un director que intenta sacar la parte ácida de los guiones, y sus últimos trabajos están cargados de ironía para sortear las situaciones (“Juno”, “Young adult”), pero aquí intenta firmar una película seria que quiere tomarse a sí misma con importancia, y ni mucho menos debe hacerlo. Una película interesante por lo que quiere contar pero que lo hace de una forma tan ligera que no puede considerarse como ejemplo.
6
20 de diciembre de 2014 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya con Jason Reitman. Después de marcarse dos películas tan interesantes como Gracias por fumar y Juno y otra casi magistral como Up in the air, por alguna razón que no se comprende ha ido cayendo poco a poco en la indiferencia o directamente la desidia creativa. Primero fue Young adult, después la tremendamente decepcionante y aburrida Una vida en tres días (ni la gran Kate Winslet la salvaba) y ahora completa el trío de naderías con Hombres, mujeres y niños.
No se trata de que la idea tras la película sea mala o los diálogos no sean interesantes o los personajes no resulten creíbles. Al contrario, el libreto de Reitman y Erin Wilson está bien escrito, las conversaciones entre los personajes son buenas y sin duda hay momentos realmente logrados, pero todo es un dejà vu gigantesco en el que los tópicos se suceden sin cesar y sin emoción ninguna. Además la película tiene una duración excesiva. Casi dos horas no eran necesarias para contar estas historias cruzadas sobre padres, hijos y amores de toda clase, y el ritmo lo nota, resintiéndose continuamente. El interés de las historias no es el mismo en todos los casos tampoco y algunas quedan descolgadas del resto (caso de la del matrimonio Truby).
Así, la cinta consigue remontar gracias al excelso trabajo de sus actores y especialmente sus actrices. Rosemarie DeWitt está estupenda, como en La boda de Rachel, Judy Greer es otra de estas intérpretes, como DeWitt, que debería trabajar más y merece más atención, y EmmaThompson hace un excelente trabajo en la narración. Jennifer Garner, a lo tonto y habiendo dejado atrás muy sabiamente sus intentos iniciales de convertirse en horoína de accion en Elektra y demás, se está convirtiendo en una actriz dramática también bastante interesante. Muy meritorio también es el trabajo de los jóvenes intérpretes, sobre todo de nuevo las actrices. Tanto Kaitlyn Dever (atención a sus cara a cara con Garner) como Elena Kampouris (ver su conversación con sus padres y un médico en el hospital) y Olivia Crocicchia (que recuerda a Mena Suvari en American Beauty) pasean buen hacer y entusiasmo a raudales. Ansel Egort está un poco soso aunque tiene momentos de brillantez también, como todo el tercio final, y desprende mucha naturalidad. Entre los actores, el más certado sin duda es Dean Norris, absolutamente extraordinario en la escena en que discute con Elgort.
En definitiva, una película pasable que hubiera dado para mucho más en manos de responsables más acertados.

Lo mejor: Las actrices y la idea, más que su desarrollo
Lo peor: Lo larga que es y lo descompensadas que están las historias
8
28 de diciembre de 2014 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
De cómo dependemos de la tecnología hoy en día y cómo nos comportamos frente a su abuso y pasotismo. Está claro que si no eres el rey del mambo socialmente eres un desgraciado.
Me ha gustado por cómo se presentan los personajes, no esperéis ritmazo pero sí continuidad entre las historias.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para