Chasing Mavericks juega una liga bastante inferior al culmen del cine de surf (a saber, El Gran Miércoles), aunque logra transmitir emociones, engancha y entretiene.

El tema es bueno: el intento épico de superación de un adolescente soñador pero con problemas personales, ayudado por un hosco surfero veterano con sus propios problemas.

Sin embargo, el director desaprovecha el material: lo que pudo ser una fenomenal película, quedó en producto apto para la masa adolescente. Abusa de ciertos clichés, convirtiéndola en una peli con tufillo adolescente: chica popular inalcanzable para el protagonista, macarra rival que se mete con el protagonista, música de Offspring mientras se los ve haciendo skate...

Además, la ambientación resulta un tanto anacrónica, puesto que, si bien se supone que transcurre en los 90, la estética es plenamente actual (salvo por ciertos detalles que delatan la verdadera época de la historia, como los casettes en la habitación del protagonista).

Por otra parte, no profundiza suficientemente en los personajes: se habría agradecido un poco más de introspección. Además, la hosquedad del surfero veterano resulta poco creíble inicialmente. No obstante, la interpretación global de éste contiene bastante fuerza, contribuyendo a salvar la peli (junto con la interpretación del chaval, siendo un tanto generosos).

El resto lo hacen el interesante tema y las impresionantes imágenes (muy bien filmadas, aunque para el espectador versado en olas detectará trampas, como una supuesta sección final de una ola que coge el protagonista y que se ve perfectamente que en realidad es una nueva ola).

Para el que tras ver la peli se sienta atraído por saber más sobre Mavericks, el fantástico documental Riding Giants le dedica una excelente sección a esta mítica ola. Ahí se puede comprobar, por ejemplo, la ficción que supone lo que se cuenta en la película acerca de cómo se hizo popular Maverick's (la historia verdadera es mucho más interesante, aunque se puede comprender la opción elegida por el director, que añade cierta emoción al desarrollo de la peli), se puede ver a Peter Mel, surfista de Mavericks en la realidad y amigo del surfero veterano en la peli.

A ver, peliculón, peliculón, no es, claro que si alguien sabe de algún peliculón protagonizado por surfistas que me avise, porque normalmente con esto de que tienen paisajes increíbles, tíos buenos y mucho sol, la gente no suele matarse mucho.

La película es interesante porque aprendes un poquito de cómo funciona el mundo surf, además de regalarte miles de escenas de oleaje que viene y va en la costa californiana para que te de el gusanillo de ir allí y meterte en aguas del Pacífico un ratejo. Luego tiene otra cara que es la del trabajo duro, y la superación personal y de las dificultades de la vida, que a mí me motivaría más si no estuviera sentada en mi sofá sin hacer el huevo, pero bueno, es bonito saber que hay gente así en el mundo, es ligeramente inspirador.

En cuanto al protagonista principal, Jay Moriarity, en la película me parece bastante simplón y poco desarrollado, creo que se podría haber profundizado mucho más, ¿lo bueno? Que me ha dejado muchas ganas de saber cómo era el chiquillo en cuestión en la vida real, "Live like Jay" tuvo que salir de alguna parte. Me pasa lo mismo con el personaje de Frosty... mucho surf, poca chicha.

En resumen, que si quieres ver una peli de surf, con su moraleja y sus aprendizajes de vida y demás, está bien. Si esperas una peli-documental, o una película con un poco de profundidad de personajes... casi mejor búscate otra cosa.

Historia basada en la vida de uno de los grandes del surf, Jay Moriarity, con dos excelentes directores como Curtis Hanson y Michael Apted, y producida por el propio Gerard Butler, que algo debe de saber de surfear esa olas extraordinarias de este deporte bastante desconocido para los que somos del interior y sólo vemos el mar esporádicamente los días que nuestros trabajos nos lo permiten.

Aunque sea un biopic guionizado, nos muestras unas grandes escenas de surf del bueno, del grande, del que la gente se juega la vida por lograr cabalgar sobre las olas como si de un caballo salvaje se tratara e intentaras domarlo, cosa que con el mar nunca se consigue. Excelente fotografía y excelente lección sobre este deporte, que para los neófitos es cuando menos sugerente y atractivo.

Para los amantes del surf y de todos aquéllos que intenten adentrarse en este bello deporte. Un 6.

A mi parecer es una película que suma varias formulas quizá trilladas como la paternidad, el amor juvenil, el rufián, la amistad, el tema inspiracional, el tono motivacional y grandes tomas de la fuerza del mar y algunas hermosas fotografías de la costa californiana, logrando un balance que logrará un impacto mediano en las distintas personalidades y expectativas de una audiencia, pero lo logrará. Las actuaciones son poco ambiciosas pero cumplidoras, en resumen, un buen batido de emociones y fotografía. Adecuada para ver en familia.

Muy empática y enganchosa película por el afan, la ternura y bondad que emana del protagonista inusual en nuestros días.